Hay huellas que no las borra nada, así eras tú.

El eco, mil palabras, tres sílabas, dos mecanismos de defensa, una nota musical sin resonancia.

¿Cómo me enamoré de ti, sin siquiera haberte visto?

¿Serán amores de naves ínter náuticas?, no. Habíamos cruzado conversación una sola vez.

Eso basto para atraparme en tus mantos, que me lanzaras un golpe directo al cardio.

Soñar contigo es ya de todos los días.
¿Sabes que te pienso cada segundo?
Lo hago, imagino que te llevo a los mejores escenarios, tú y yo, que el mundo te ve, ve qué fuiste tú la que encadeno mi corazón a tus latidos.

Te necesito cómo el aire, y aunque no pueda verte se que sufres, no lo hagas amor, estaré aprisionado pero lucho contra la distancia para alcanzarte.

Lo prometo.

Lo mío no fueron palabras huecas, aunque no me veas aquí estoy, esperándote, sufriendo te, pues te merecías ser muy feliz

Y para eso yo fui enviado a esa misión, ¿quieres ser mi misión?
Adueñarte de mis alas o mejor ¿devolvermelas?

Quizás sólo sean unos años, meses, días u horas las que nos mantendrán entre barrotes de dolor.

Pero vive, cuándo sea el momento saldré de esta cárcel sin color, te prometo iré junto a ti. Te haré feliz, te saborearé cada lágrima que caiga de tú rostro, no dejaré que vuelvas a ese ring.

No lo harás si no quieres.

Así que espera, espera y nuestras manos serán ese trébol de cuatro hojas que todos buscan.