Estoy muerta de insomnio. Si, diría de sueño, pero sueños de eso no me queda ni el cristal qué reflejaban mis ojos.

Ya es un nuevo día y yo sigo aquí en la vigilia.
La 01:50 de un nuevo amanecer, qué se aproxima ante cada suspiro qué cae en el abismo de mi extraño ser.

Me paro a imaginar tus labios, qué me rodeas con tus brazos. Que caigo entre agujeros de antaño y qué tú me sacas de allí con desespero por mi.

Pero... ¿Cómo amarte si no sé si te amo?. ¿Para qué escribo escritos si sé que no has de leerme?. ¿Si se qué éste amor no ha de florecer sino perecer?

No sé, pero seguiré escribiendo hasta qué me encuentres, te des vuelta y me beses. Digas qué no importa la gente.

Qué me amas a mi, sólo a mi. Con la propiedad de dejarme volar y hacerlo conmigo.

La inspiración es vaga, vuelve, se retuerce y me mantiene en vela tratando de relatar una historia muerta por nunca haber comenzado.

Aunque...

A veces quiero sentir una mano, qué tome mis palmas, las deje reposar en su regazo y me susurre "Te amo"

A veces me digo. Vale chica, ya estás grande para sueños de niñas, qué de ti no se enamora ni el ladrón de la esquina, ese qué roba corazones y los vende por fumarse la melancolía.

Me digo, el problema no es qué no se fijen en mi. El problema es qué en tú mundo este amor jamás a de existir. Tristemente.

Veo a mi alma enamorada y yo me quedo consternada, envidiando su felicidad, su alegría, sus lejanos pensamientos suicidas.

A veces me paro a imaginar mil situaciones en torno nuestro. Qué te digo al fin lo qué siento y qué te quedas unos minutos en silencio, luego yo me invento mil pretextos, palabras tiradas al azar y ¡boom! Me plasmas un tímido pero decidido beso.

¿Qué mi mente es genial, no?
Qué en las madrugadas es dónde la soledad me cala más. Dónde te necesito, dónde sólo te quiero hablar. Un minuto, pero hablar.

Decir qué me gustas.
Me encantas.
Te quiero
Y si surge
Te amo.

Pero basta de cuentos de hadas.
Basta de soñar qué soy la princesa rescatada.
O eso me digo para conciliar el poco sueño en paz.
Pero mañana volveré a caer en tus redes. Y de nuevo he de escribirte mil versos, de esos qué nunca lees, de esos qué se suicidan por no encontrar ese cariño prometido al final del camino.

A casi 4 años, que ilusa eres chica.