51; Manos frías.
Por alguna razón mis manos siempre estaban frías, las tuyas eran cálidas.
Tú siempre me animabas cuándo yo caía, lo hacías y me ayudabas a superarme y levantarme.
Pero no lograbas sanar mis heridas.
Cada vez más profundas, más chaquetas, alcohol, licor y tinta roja viajando entre mi piel muerta pintándola, cómo la desoladora soledad qué me invade
Yo tampoco pude abrazarte, juntar tus partes rotas, alcanzar la luna y traertela para qué con ella cantes.
Manteníamos una crudo cariño, no lo demostrabas y yo no podía callarlo.
Venga, qué un día me armaré de valor.
Lo haré
Te lo diré...
Crearé una conversación y sutilmente te lo diré...
Sólo espero qué no te alejes de mi.
Pero qué demonios.
Ámame, espero qué me digas qué me amas también.
Qué desde hace tiempo me amaste y no te atreviste a decírmelo.
Vamos, sólo eso es mi 11:11
Qué tus demonios vuelvan a enamorarse de mis ángeles y qué ese amor traspase y sin importarte los demás seamos felices.
Tu y yo amor.
Sólo tú y yo.
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