No sé si es por la balada triste.
No sé si será por mi despiste.

Pero qué sepas qué me has atrapado.

No sé cómo mierda sucedió, cómo un rayo me golpeó y ahora de mi no se borró.

Trato de huir de mi latir constante.
De éste ruido incesante.
Es tarde y yo aquí como torpe.

Escribiendote líneas qué nunca diré entre altas voces, versos qué no susurraré a tus cielos, oscuridades de las qué no podrás salvarme, lo siento.

Perder,
caer,
todo va al revés.
Si te amé,
si te amo,
si te amaré,
no lo sé.

Se qué en tus andares no caminaré, no besaré tus labios, no miraré tú sol brillar entre mi noche eterna y mi espera.

No oiré tus poemas, entre ésta luz media y la pena.

Si tan sólo supieras, qué te llevo dentro de está escena, dónde tus manos son batutas y permanezco en duda sobre nuestra siguiente escena qué dirás y haré sin perdir explicaciones ajenas.

Si tus ojos se pierden entre mi mirada y la salida, corre.

Corre tan rápido qué no mires dónde.

Tú corre, qué si te quedas cometería la locura de amarte sin reglas y con toda ésta tristeza qué curas con tú diadema de eterna belleza.