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08. Una oportunidad

                        Capítulo 8

                 Una oportunidad


Te lo dije todos los malditos hombres de esta preparatoria son una mierda, y aún más sí practican algún deporte.

—Gracias, agradezco tu decimo noveno recordatorio, pero…ya lo sé, no hay necesidad de seguirle. Solo quiero graduarme e irme de aquí…a eso fue a lo único que vine, a estudiar, solo estudiar, nada más. Lo que hagan Manuel y el otro imbécil me importa muy poco.

Estaba tras la puerta del baño de chicas, sin importar sí me había limpiado bien el rostro o no quería hablar con Emilia, quería disculparme con ella, no quería que piense que soy un hablador de mierda yo…debía disculparme, pero al escuchar sin querer su conversación con Gia me contuve.

La chica nunca ha sido cualquier chica, ella es La Chica, y ya va siendo hora de entender el significado campeón.

Ella no piensa como cualquiera, ella es especial, y yo…solo estoy …

—Hasta que te encuentro ¿Qué haces aquí? —la voz chillona de Carter me saco de mis pensamientos.

Sin contestarle nada, salí en dirección opuesta al salón de clases, necesitaba pensar, necesitaba aire no respirado por tantas personas, necesitaba estar solo, pero…

—¡Álvarez! — la voz del profesor Valdez hizo que me detuviera a mitad del pasillo, haciendo que Carter lograra alcanzarme y se apoyara con una mano en mis hombros.

Vi al profesor Valdez acercarse a pasos agigantados, con una expresión neutra y por la forma que dijo mi apellido casi podría jurar que iba a jalonearme de las orejas por lo que paso en la cafetería.

—Profesor escuche, no estoy de…

Mis palabras se quedaron en el aire al ver que me tomaba de los hombros dándome un sacudón, pero al mismo tiempo no parecía enojado sino ¿orgulloso?

—¡Muchacho tu momento ha llegado! — exclamo viéndome a los ojos mientras yo lo miraba de forma extraña sin entender nada.

Si claro tu momento, con lo genial que van las cosas, de seguro te expulsan y aunque ya no habra necesidad de hacer tarea tampoco habra excusa para ver a la chica.

—¿Mi momento? — fue lo único que supe decir.

—Tu entrenador acaba de llamar, estas convocado para competir por un lugar dentro de la sub dieciocho nacional— entre en shock, o en un trance…la sub dieciocho…una convocatoria.

—Ve muchacho y deja el nombre de la preparatoria Addforst por lo alto. Tomate el tiempo que sea necesario todo ya esta arreglado, no importa los días que faltes solo ve y gana.

—¿Qué? ¡No lo puedo creer! ¡Felicidades hermano! —chillo Carter de la felicidad.

La oportunidad de mi vida, la sub dieciocho es como un sueño y las puertas a muchas posibilidades. De la emoción, salte sobre el profesor dándole un abrazo y sí mal no recuerdo hasta un beso le di en el espacio sin cabello sobre su cabeza.

Carter también entrena en la misma academia que yo, así que es muy probable que también este convocado, pero el profesor no dijo nada sobre que él también iría…no hasta que:

—¿Y yo profesor? ¿El entrenador no dijo nada sobre mi?

—¿Y tú quien eres?

Incomodo.

Bueno el profesor Valdez tenía un expediente no muy amigable con Carter, dado que Carter anduvo un tiempo con su hija y las cosas no terminaron tan bien que digamos.

—Sí, claro debí suponerlo…

—También estas convocado— musito entre dientes el profesor, haciendo que Carter también revoloteara de la emoción, intento darle un abrazo, pero el profesor lo aparto rápidamente con sus manos— y ya váyanse, antes de que pierdan esta oportunidad y yo mi paciencia.

—Tenemos que armar nuestras maletas, llevare mis mejores sudaderas y mis camisetas de la suerte— canturreó Carter de camino a la salida de la preparatoria.

—Si claro y yo…me llevare el corazón en la maleta…

—Amigo, ya en serio, ¿De que hablas? Estamos por ir a competir por una banca en la sub dieciocho es una oportunidad de oro y…— Carter se detuvo al ver hacia donde estaba yendo mi atención, tenía la mirada clavada a varios metros de donde estábamos, para ser exacto en un pelirrojo de casi dos metros de alto, el cual llevo atravesado en la garganta y no puedo irme sin dejar en su lugar.

—Oh no. No, no, estamos por irnos… ¡Manuel espera!

Demasiado tarde Carter.

Ya estaba dirigiéndome hacia donde estaba el pájaro loco, por suerte estaba en el estacionamiento, y para su suerte yo no traía ganas de simpatizar con él.

—¡Contigo quería hablar! — como estaba de cabeza en el celular no pudo darse cuenta a tiempo de que yo estaba acercándome, por eso alcance la tomarlo del cuello de la camisa y lo estampe de espalda en el coche blanco que estaba detrás de él.

—¿Ah sí? ¿Y cómo para qué? — respondió en un tono brusco liberándose de mi agarre.

—Emilia, no es ningún juguete puedes quedarte con la que tu quieras dentro de la preparatoria, pero ella no…con ella no— le espete dándole un empujón por los hombros.

—¿Y porqué? ¿Por qué te gusta? Lástima, sabes que me gustan las partidas difíciles, y ella se me hace irresistible.

—Hijo de tú…

Estuve a punto de estrellar mi puño en su cara, pero Carter me agarro por la espalda, impidiendo por completo que lo tocara.

—¡Manuel estamos en la preparatoria cálmate! — exigió, pero la cólera ya se me había subido a la cabeza, me libré de su agarre como pude y volví a tomar del cuello de la camisa a Rayan estampándolo con fuerza en el coche.

—Escúchame bien escoria. Emilia no es un maldito balón de básquet con el que tú puedas jugar a tu antojo… tienes todo un club de fans que morirían por perder el tiempo contigo, así que a Emilia me la dejas en paz…o la guerra que voy a tener contigo no va a ser ni en un campo ni en el asfalto, va a ser en una lona donde voy a sacarte uno a uno todos tus estúpidos dientes para hacerle una placa a tu abuelita ¡¿entendiste?!— lo solté bruscamente estampé su cara contra el carro, lo siento, pero no podía irme sin hacerle nada.

—¡Maldito idiota mi nariz! — su nariz comenzó a sangrar y Carter a temblar, era la primera vez que hacia algo así, y antes de que empeorara Carter me agarro de la chaqueta y me arrastro hasta su auto el cual estaba a unos cuantos metros de allí.

—¡Por cierto campeón Shin Sae Mi está de vuelta! Así que sí la quieres para ti…aléjate de Emilia— le grite antes de que Carter me metiera en el asiento del copiloto. Después de asegurarse de que yo no saldría dio la vuelta y entro en el coche.

—¿Qué te pasa? ¿Estas loco? Sí un maestro te hubiera visto hubiera sido tu fin— rezongo mi segunda…no perdón mi tercera madre, considerando que Natasha es la segunda.

—Solo conduce Carter, nadie vio nada, así que no…

Deje de hablar al ver a Rayan golpeando como un loco el vidrío de la ventana.

—¿Quieres que te empareje el tabique o qué? — dije bajando hasta la mitad el vidrío.

—¿Cómo esta eso de que Sae Mi va a volver?

Sabía que había dado en su punto débil. Rayan siempre estuvo enamorado de Sae Mi, lo triste de su historia es que Sae Mi lo sabía, pero fingía que no para pedirle todo tipo de favores y así tenerlo de a su merced, otra de las razones por las que jamás volvería con alguien como ella.

—Sí quieres estar listo para recibirla ve vaciando las bancas de tu club de fans, porque a mi, ella ya no me interesa en absoluto…así que como tu única neurona comprenderá, no te conviene que te vean cerca de Emilia, y cuando digo que no te conviene…es porque no te conviene— concluí entrecerrando los ojos en su dirección de manera amenazante. Carter arranco y dio retro, dejando al pájaro carpintero estupefacto parado en medio del estacionamiento, como sí hubiera visto a la mismísima llorona.

Solo espero que Rayan en serio abandone la idea de acercarse a ella. Sí tu deseo es graduarte con las mejores calificaciones para luego irte de aquí, que así sea chica. Lo que más anhelo es cumplir mis sueños y comprendo ese sentimiento, por eso tratare de despejar tu camino para que cumplas los tuyos, aunque eso implique que yo también deba apartarme.

Carter me dejo en al pie de mi casa donde mi hermana me esperaba prácticamente chillando de la emoción con mamá en el teléfono en una video llamada.

—¡Felicidades adoptado! — Me felicito dándome un apretón por los hombros.

—Gracias marginada.

Masculle y acto seguido puso delante de mi el celular.

—¿Qué es esa manera de tratarse? — regaña mamá.

—Perdónala mamá es que ya la conoces, deberías decidirte y darle de una vez los papeles de adopción.

—¡Cállate! — musito Natasha dándome un empujón para que entrara en la casa— él único adoptado eres tú, ahora que lo recuerdo mamá nunca te dio el pecho sino la espalda.

Ahogue un gritillo dramático bajo una de mis manos haciéndome la víctima.
—La oíste mamá, ella es la agresiva va a dejarme traumas.

La acuse mientras la veía desaparecer por las escaleras.

—Cariño, ya compórtense los dos, no tienen porque pelear, saben que se tienen el uno al otro, y más ahora que vas despegar tus alas amor, felicidades…

—Gracias mamá.

—Anhelo de todo corazón que todo salga bien y que logres quedarte dentro de la sub dieciocho, tú padre también está muy feliz y orgulloso…me duele tanto no poder estar allá para apoyarte…

—Mamá no estas triste no es tu culpa no estar aquí…estamos bien, estaré bien, sé que cuento contigo a la distancia.

—Esta bien, no voy a ponerme sentimental porque quiero que te concentres y des lo mejor de ti…yo creo en ti, lo sabes ¿verdad?

—Lo sé…ahora debo dejarte ma se hace tarde.

Hablar con mamá suele ser reconfortante, ella verdaderamente cree en mi, fue la primera en hacerlo de hecho, porque mi padre cree que esto del futbol solo es una perdida de tiempo para mi, él nunca estuvo de acuerdo con que mamá me pagara una academia privada para entrenar, porque sí, la academia me la paga mamá, de hecho esa fue la razón por la que ella se fue a trabajar al extranjero, papá no quería invertir ni un solo centavo en mi, aparte de la colegiatura claro, pero mamá siempre creyó firmemente en mí, y se fue a trabajar junto a papá cuando Natasha cumplió la mayoría de edad para poder darme la oportunidad de entrenar en una academia privada. Por esa razón no tengo permitido decepcionarla, mamá merece que cuelgue en su cuello una medalla de oro, debo dar lo mejor de mi, porque ella cree en mi.

—Está bien cariño, cuídate mucho y ten presente que te quiero, llámame en cuanto puedas, ok.

—Yo también te quiero, adiós.

Cerré la llamada, y sin querer dejé salir un suspiro algo nostálgico.

—Relájate Messi todo va a salir bien— escuche decir a Natasha. Levante la mirada y la vi parada en las escaleras con un maletín.

—Eso espero— solté con una media sonrisa.

—Ten— me arrojo el maletín, me las arreglé como pude para atraparlo sin dejar caer su celular.

—Vaya ¿Tanto quieres que me vaya que hasta me hiciste la maleta?

—Feliz estaré el día que te vayas en serio, tomare esta semana como mis vacaciones, y como veras quiero aprovechar cada segundo— contesto muy segura.

—Claro, claro, espero no me extrañes demasiado, el hombre de esta casa se retira momentáneamente, pero volverá. Volveré, tenlo por seguro— dije muy digno.

—Si claro, el hombre de la casa, ya quisieras. Solo…has eso que mejor sabes hacer, a parte de no hacer nada claro— pense que me iba a dar palabras de aliento, pero estoy tratando con mi hermana que mas puedo esperar.

—Sabes que nunca decepciono querida— le dije dándole un peñiscon en la mejilla.

—Ya, tonto déjate de bobadas. Cuídate todos te estaremos apoyando a la distancia, ve por lo tuyo campeón yo sé que puedes.

—Gracias, al final…puede que tal vez no seas una solterona de por vida, parece que sí tienes sentimientos.

—¡Óyeme! No, mejor huye por tu vida— anunció antes de echárseme encima a darme de manotazos en la espalda. Segundos después nos veía diciéndonos de cosas mientras ella intentaba pegarme y yo daba de vueltas alrededor del sillón para evitarla. Momentos como estos eran la definición de amor entre nosotros.

Nuestra riña no duro mucho, después de un rato nos despedimos en serio, me despidió en el umbral de la casa y antes de poder dar un paso en dirección al estadio de la academia, inevitablemente regrese la mirada hacia la casa de mi vecina. Si será una semana o dos no lo sé, pero lo que sí sé es que en un buen tiempo no voy a poder ver aquellos ojos que me llenan de paz el alma y alegría regocijante el corazón. Volveré chica, volveré.

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La academia pago un bus para llevarnos a la cede donde nos harían los exámenes y pruebas pertinentes. El entrenador Narváez, escogió a diez de sus mejores jugadores en el rango de la edad deseada, nos explicó que solo había disponibles cinco puestos dentro de la sub, y todo gracias a que cinco de sus jugadores cumplirían veintiún años en unos meses y ya no podrían jugar en el mundial que se avecinaba.

Esta era una oportunidad de oro, el mundial sub dieciocho había tomado fuerza en los últimos años y era muy visto y esperado tanto como el mundial de las selecciones mayores, pero entrar no sería fácil. Primero porque a nivel nacional existen un sin número de academias de fútbol y un montón de chicos que competirán por esta oportunidad, empezando por los chicos de mi propia academia…Pero no pienso deprimirme en la negatividad de las pocas probabilidades, poder ser parte del proceso de selección ya es un privilegio y tengo, no, debo aprovecharlo al máximo.

El viaje duro alrededor de seis horas, llegamos por la noche a las instalaciones y oh sorpresa habían alrededor de seis buses más los cuales también eran de academias participantes.

El encargado del proceso nos dio la bienvenida, y nos indicó como sería el proceso, no se anduvo con nada de rodeos pues la sub dieciocho necesitaba urgentemente encontrar a los cinco chicos que remplazarían a los actuales jugadores pues ellos no podrían seguir jugando por mucho tiempo y hacerlos jugar solo implica poner en riesgo la clasificación al mundial sub dieciocho.

Debido a la hora no pudimos hacer más que ir a comer y hospedarnos en un hotel cercano a la cede. Que para nuestra suerte era el mismo hotel donde estaban hospedados los integrantes de las otras academias, razón por la que el hotel estaba casi lleno. Encontramos unas cuantas habitaciones vacías, pero tuvimos que compartirlas así que me toco dormir en la misma que Carter, sinónimo de que escucharía más el nombre de Sae Mi que el de mi propia madre por los siguientes días.

Día uno.

Los exámenes empezaron. Primero y antes que nada nos separaron y ordenaron por apellido sin importar la academia a la que perteneciéramos, lo que implico separarme de Carter y de los demás chicos, dado que Álvarez era uno de los primeros en la lista.

Primera prueba:

Resistencia, huesos, corazón y mente sanos.

Superada con éxito. En realidad, esta era a la que menos le temía, le temo más a la de tiros libres o los penales, soy bueno en ambas, pero los nervios podrían traicionarme y hacer que falle, a diferencia de mi estado físico el cual no cambiara por más nervioso que este.

—Ok voy a decirlo, estoy lleno de grandes expectativas, ¿te imaginas jugar contra Argentina o Brasil? — chillo Carter de la felicidad.

Porqué sí, nuestra separación no duro mucho después de hacernos las pruebas nos enviaron al hotel dado que les llevaría el resto del día terminar de examinar a los demás. Y quienes no tuvieran la condición necesaria serían enviados a casa. Así irían eliminando día con día a cierto número de aspirantes.

—Prefiero no imaginar nada, y tú deberías hacer lo mismo. Aunque hemos pasado una prueba eso no quiere decir que ya estemos dentro…tómatelo con calma ¿quieres? — sugerí dejándome caer en un pequeño sofá.

—Ay, se me olvidaba que últimamente no te calienta ni el sol— mascullo viéndome con desaprobación— si te dieras una nueva oportunidad con Sae Mi quizás tuvieras otra cara, y a alguien apoyándote.

—Sí te refieres al hecho de que me escriba como una loca al límite de desbordar mi celular de notificaciones pues…te informo que lo tengo apagado por la única razón de que eso ya paso, y para evitar escuchar el cimbrar de mi teléfono ya lo apagué.

Carter me dio una mirada de desaprobación negando con la cabeza.

—De verdad que eres imposible— resoplo, y se dedico a ojear su celular, cosa que agradecí por completo.

Los días transcurrieron de manera muy lenta, y cada día terminábamos corriendo en el estadio de la cede para mantenernos activos, diez vueltas al estadio, cincuenta flexiones y treinta abdominales, no lo niego terminaba exhausto, pero que más podía hacer, este sacrificio daría frutos después, lo sentía en cada uno de mis huesos, estaba seguro de así sería. Hasta ahora cuatro de los diez chicos de la academia, que habíamos sido pre seleccionados para participar habían sido eliminados, cada uno por motivos distintos, ya fuese por alguna deficiencia muscular, respiratoria o por su bajo rendimiento. De las otras academias también hubieron varios eliminados, razón por la que ahora solo quedábamos veinte. Veinte concursantes para ocupar las cinco bancas en la sub dieciocho.

Las pruebas no habían sido fáciles, llegar hasta aquí había requerido de mucho esfuerzo y concentración, el dolor y la fatiga muscular me acompañaban en cada noche perturbando mi sueño, pero aun así me mantuve firme en la decisión de darlo todo, porque mamá cree en mí, y porque, aunque el camino sea difícil, ella…me enseñó a no rendirme.

—Bien chicos, ya que hemos llegado hasta aquí, significa que ustedes son los mejores, lo peor ya fue…ahora vamos a lo que realmente nos interesa, y eso es verlos jugar.

Estábamos en medio del estadio, alineados frente al equipo técnico de la sub dieciocho, debo admitir que el entrenador por fin dijo algo que me hizo el día. Íbamos a jugar.

—Entre todos van a formar un once y se enfrentaran contra los chicos de la sub, sé que tal vez el partido sea difícil para ustedes, considerando su inexperiencia, pero su objetivo no tiene que ser ganar sino dejarlo todo en el campo. Tienen cuarenta y cinco minutos para demostrar y gritar que merecen estar dentro de la sub, ¿ok? ¿están listos para jugar?

— Estamos listos— respondimos todos al mismo tiempo.

La prueba final era esta, un partido contra los jugadores de la sub dieciocho. Y solo jugaría cuarenta y cinco minutos, solo el primer tiempo, para que los demás tengan la oportunidad de jugar el segundo… ¿me bastaban esos cuarenta y cinco minutos? no lo sé, pero lo que sí se, es que hay una chica que no es cualquier chica. Una chica que me enseño a no desperdiciar el tiempo y aprovechar cada segundo para hacer lo que más me gusta, en su caso es leer y estudiar y en el mío…es jugar.

Razón por la que ella nunca ha sido cualquier chica, ella es LA CHICA.

Nota de la Autora:

Holaa!!!! Espero esten bien y que su San Valentin haya sido el mejor.

Hoy vengo con doble actualizacion, 1 cap en Anhelos del corazón y 1 en Sunland para celebrar que llegamos al 1k en tik tok🥳🥳

Muchas gracias a tod@s por su apoyo, estoy muy feliz porque poco a poco estamos siendo mas en esta bella comunidad. Me alegra mucho tenerlos como lectores y pues...nada ustedes son los mejores, solo recuerden que nada es imposible, siempre que lo intenten y sean persistentes todo puede ser posible...

Los quiere Evie.

( Me disculpo por actualizar hoy sé que prometí que lo subiría ayer pero por cuestiones de edición lo hago hoy)

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