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05. Todo con ella

Capítulo 05

Todo con Ella

Nada en el mundo me gustaba más que entrenar y pasar tiempo practicando nuevas jugadas o haciendo ejercicio, o al menos eso era lo que me gustaba hacer en mi tiempo libre antes de... ella. Ahora solo lo hacía cuando asistía al entrenamiento por las tardes, mientras que mi preciado tiempo libre lo pasaba comiendo palomitas, helado, o hamburguesas mientras veía un K-drama, si un k-drama, justo el tipo de series que critique tanto y que casi jure nunca ver.

-Lo va a matar - comente llevándome una cucharada de helado a la boca sin despegar la mirada de la pantalla del portátil.

-Cállate me desconcentras - me espeto Emilia sentada a mi lado.

Después de ya casi tres semanas, por fin estábamos viendo el esperado final de Vicenzo, el k-drama que logro atraparme y sorprenderme al mismo tiempo, llevándome al punto de no querer perderme ningún capítulo.

Y más si eso implicaba tal compañía.


En todo este tiempo había logrado acercarme más a Emilia, comía con ella en la cafetería, caminábamos juntos hasta la parada del autobús sin falta por las mañanas y por las tardes, comía en su casa la cual prácticamente se estaba convirtiendo en mi casa, pues pasaba más tiempo en su casa que en la mía, incluso hacía limpieza en su casa, cosa que jamás hacía en la mía, todo con tal de pasar tiempo junto a ella, todo....con tal de verla, y así empezar a conocer su humor, sus pasa tiempos favoritos, sus gustos musicales, que por cierto mayoritariamente tenía que ver con decepción o automotivación y coreano, amaba el k-pop, eso me quedaba claro, canciones extrañas con ritmos agradables, podía con eso, incluso ya conocía el nombre de algunas de sus favoritas, no me hacía problema, sí podía con los k-dramas porque no con las canciones.


-Guao, este..... fue un final agridulce - comento con el ceño fruncido.


-¿A qué te refieres?. Para mi estuvo genial, hubo acción, muerte, castigo, justicia - dije con emoción girándome hacia ella.


-¡Falto más!. No sé, osea estuvo bien, pero al mismo tiempo, quería....que no se acabara asi.


-Entonces es como si quisieras segunda temporada, te entiendo, me ha pasado. Cuando mi equipo va perdiendo o estamos empatados en medio de un partido importante lo que más anhelo es que hubiera un tercer tiempo, poder recuperarme y seguir hasta conseguir el resultado deseado.- dije antes de llevarme un poco de helado a la boca.


-Tal vez tengas razón......pero solo tal vez, eh- me señalo con el dedo índice, odiaba darme la razón, y a mí me encantaba llevarle la contraria en todo, me parecía divertido ver su expresión enojada o irritada verla- en fin, fue uno de los mejores que he visto, sin duda ira a la lista- dibujo una sonrisa y se puso de pie apagando su portátil.


-¿Qué lista? - pregunte incrédulo.

-La lista de los k-dramas que he visto y me gustan - contesto mientras buscaba algo en uno de los cajones de su mesita de noche.

-Espera. ¿Tienes una lista de los k-dramas que has visto?. - Me puse de pie para después sentarme al borde de su cama.

-Obvio.

-¿Para qué?. Sí ya los viste, no hay razón para escribirlo.

-Tu cerebro es tan poco desarrollado que no lo entenderías.

-¿Perdón?- casi me sentí ofendido.

-Lo hago, porque algún día seguramente recordare la historia pero olvidare el nombre, entonces sí lo escribo, se que en el futuro volveré a verlo - explicó con una sonrisa mientras escribía en una mini libreta color celeste el nombre Vicenzo con el número veintiuno a su lado.


-Oye ¿has visto veintiún k-dramas?- Mis ojos se abrieron de par en par.

-De que te asombras, existen chicas que han visto más de cien, esto no es nada, además aquí solo escribo los privilegiados, o los que más me han gustado.

-Guou....ósea que has visto muchos más...¿puedo ver? -señale la libreta en su mano.


-No.

-¿Por qué?.


-Porque no quiero - la guardo rápidamente en su mesita de noche.

-Esta bien, esta bien - levante ambas manos en el aire y me puse de pie.

-Ya deberías irte, son más de las diez y mañana tenemos clases - comento poniéndose de pie arreglándose el vestido amarillo acampanado que llevaba. Momento de distracción y debilidad que aproveche para abalanzarme sobre la mesita de noche y tomar la libreta.



-Deja eso....¡Devuélvemelo!..¡Ey!- rezongaba Emilia, dando pequeños brinquitos a mi alrededor, mientras yo sostenía lo más alto que podía la libreta y le echaba una ojeada rápidamente.

-¡Qué interesante! La luna abraza al sol, hotel de luna, amantes de la luna....- leía en voz alta mientras ella intentaba arrebatarme la libreta.



-Vaya que tienes una obsesión con la luna ¿eh?.

-Ya dame eso, MANUEL...- Exigió e intento dar otro salto pero tropezó e hizo que perdiera el equilibrio y ambos cayéramos sobre la cama. Su cálido cuerpo cayo sobre el mío, creando un ligero ambiente de tención, tensión que ame por supuesto, su rostro estaba a escasos centímetros del mío, su cabello castaño rosaba mis mejillas y sus ojos miel estaban sobre los míos, que más le podía pedir a los cielos, esta posición era una bendición. Mi corazón estaba latiendo más rápido de lo normal, y sentía claramente que el de ella lo estaba haciendo de la misma forma. Por primera vez sus labios estaban a mi alcance, ella estaba a mi alcance, pero no podía apresurarme, no podía asustarla y alejarla como resultado, tenía que hacer algo para mantener la confianza y la amistad. Si la besaba iba a arruinarlo todo, y no habría Vicenzo que me permitiera volver a entrar en su casa.


Que conveniente ¿no? .


-¿Te estas enamorando? ¿O quieres un beso?.


Genial eso de seguro sonó bien.

Bueno fue lo primero que se me ocurrió, para la próxima ayúdame a pensar ¿no?. Se supone que es tu función.

-Tonto, dame eso -.Regaño poniéndose de pie rápidamente sonrojada, yo hice lo mismo e intente ocultar una pequeña sonrisita -no vuelvas a tocarla ¿ok?-me advirtió levantando la libreta con una mano.

-Ok, ok, no fue mi intención llegar a tales grados- señale la cama con la mirada.

O tal vez no por ahora.

-Muy gracioso, ¡tú empezaste!.

-Vamos, no te enojes, solo era una broma. No fue culpa tuya ni tampoco mía.....fue culpa de la monotonía- bromeé con una gran sonrisa entonando la canción, y funciono ella soltó una pequeña risilla.

-Eres un tonto, ya vete, no quisiera escuchar a tu hermana llamándote desde tu balcón - Se cruzo de brazos levantando una ceja con una sonrisa malévola. Y si, mi hermana ya había hecho eso varías veces, gritoneaba mi nombre como una loca desde el balcón de mi habitación para que volviera rápido a casa, y no lo hacía por preocupación, eso era seguro, lo hacía por joder.


-Ok, indirecta captada - giñe un ojo, y me despedí de ella como siempre, a una distancia prudente de uno o dos metros, todo con tal de mantener el respeto, la confianza y el terreno que tanto me había costado ganar.

Salí de su casa con el corazón en la mano; por haberla tenido tan cerca y no haberla podido besar, y por no poder estar cerca de ella como yo quisiera estarlo, me es difícil acercarme y no ponerme nervioso, me come por dentro la maldita incertidumbre al no saber que esta pensando cuando me tiene cerca, cuando escucha mi nombre o mi voz ¿ podre llegar a gustarle? Aunque sea un poquito. ¿Estaré dentro de sus estándares?.

Misterios de la vida que quizas nunca llegaras a saber.

Gran ayuda.

-¡Llegue Úrsula!. - Anuncié mientras cerraba la puerta de casa a mi espalda- No te preocupes por mi cena yo ya comí en .....- mis palabras se quedaron en el aire al entrar en la sala y encontrarme con Sae Mi en un sofá.

Tenia que ser una broma.

-En el entrenamiento, supongo, porque obvio vienes de tu entrenamiento ¿ verdad hermanito?- Natasha me saco de mi burbuja haciendo ceñas y gestos con su rostro. Acaso....¿estaba tratando de encubrir el hecho de que estaba en casa de Emilia?.

-¿Qué haces aquí?- pregunte con ceño fruncido.

-Yo....ya me voy a la cama. Fue un gusto saludarte Sae Mi. Hablamos casi por dos horas.- Se despidió Natasha antes de desaparecer por las escaleras y supe que esa ultima frase era para mi. ¿Dos horas? ¿Qué carajos quiere ahora?.



-Adiós - le contesto a mi hermana con la voz más dulce que pudo encontrar dentro de su ser.



-¿Ahora si me vas a decir que haces aquí? - arremetí con un semblante serio- Te recuerdo que aunque hayamos aclarado las cosas eso no quiere decir que sigamos siendo novios.


-Bueno agradezco que eso ya haya quedado claro.......y confieso que intente escribirte un par de veces pero....creo que no has visto los mensajes-. En serio vino a eso, ¡Que carajos! ¡Uhg! ¿Acaso no va a dejarme en paz?.


-Cambie de celular hace un tiempo -suspire e inmediatamente cerré los labios con algo de fuerza innecesaria. Esperaba que con esa respuesta entendiera la indirecta y se marchara pronto.


-Lo sé- ¿Cómo...? ¿Ya lo sabe?. Mis ojos se abrieron exageradamente- Natasha ya me dio tú nuevo numero- Levanto su celular en el aire con una pequeña sonrisa en el rostro.

¡Natasha! ¡Natasha! ¡Tanto me amas!.



-Bien, entonces supongo que no tienes nada más que hacer aquí.... Asi qué...- intente señalar la puerta pero me detuve al escuchar que alguien estaba tocando. Suspire con fastidio, y me dirigí hacia ella, en cuanto estuve frente a ella retuve un poco el aire y la abrí de mala manera, más en cuanto vi quien estaba allí parada mi expresión cambio totalmente a una confusa.


-¿Emilia? ¿Qué haces aquí? ¿ Tanto me extrañas ya? Sí es asi podría mudarme contigo- bromeé olvidándome por completo de quien estaba dentro de mi casa.


-Quisieras - mascullo lanzándome la maleta que suelo llevar a mis entrenamientos - allí dentro se murió algo, la olvidaste en mi casa e iba a dártela mañana pero......deberías lavar eso de vez en cuando apesta a animal muerto.

-Ok, lo siento, lo hare o al menos......

-¡Hola! - mis palabras se quedaron en el aire y sentí como mis músculos empezaban a tensarse al oír la en ese momento espeluznante voz de Sae Mi sobre mis hombros.

-Hola- contestó Emilia casi en automático. Esto no estaba pasando ¿verdad?. Ellas no podían conocerse al menos no en esta circunstancias, ¿Qué iba a pensar Emilia? Salgo de la casa de la chica que me gusta y me encuentro en mi casa a la chica que le gusto pero que no me gusta. Emilia no podía pensar que yo era un play boy o algo por el estilo lo arruinaría todo.

-Bien ¿Quién es ella? -pregunto Sae Mi descansando sus manos sobre mi hombro, me hice a un lado y las quite de inmediato antes de responder lo más cortante posible- Podrías esperar a dentro.

-Soy Emilia Corbett la vecina -. No puede ser, Emilia se presento - ¿ Y tú eres...?

-Shin Sae Mi - Sae Mi me hizo a un lado y estrecho su mano amablente, amabilidad que para nada era sincera, sabía lo que pretendía hacer y yo no iba a permitirselo.


-Eres Asiatica ¿verdad?.



-Si, tengo familia en Corea del Sur....


-Bueno, bueno, bueno.....Emilia, mañana tenemos clases deberías descansar e irte a casa- intervine cortando su pequeña bubuja - Y tú deberías ir por tus cosas y hacer lo mismo- tome a Sae Mi por los hombros y la encerré encerré en la casa antes de que dijera alguna estupidez, apoye mis manos sobre los hombros de Emilia y solté un suspiro antes de hablar- Deberías descansar, yo pude haber ido por eso, me hubieras llamado.



-Y lo hice, pero ya veo que estabas ocupado como para responder -oh,oh, estoy en problemas- sinceramente creí que detestabas a los chicos asiáticos, pero ahora veo que tienes a una surcoreana en tu casa.

-Ella ya estaba aquí cuando llegue, estaba hablando con mi hermana, es.....amiga de ella no mia.- Intente incubrir tal situación lo mejor que pude.



-Si, claro, por eso vino tras de ti en cuanto abriste esa puerta.

Joder, a ella nunca podre mentirle. Pero tampoco quiero decirle la verdad, no quiero joderlo todo.

-Escucha no es.....



-No es nada Manuel......nosotros no somos nada, no tienes porque darme explicaciones, solo jugaba- se encogió de hombros dibujando una sonrisa sin despegar sus labios- Buenas noches- se despidió con una sonrisa y se marcho, sin darme oportunidad alguna de explicarle.

Trate de detenerla llamándola por su nombre, pero eso solo hacía que ella avanzara más rápido hacía su casa. Sabía que si iba tras ella, Sae Mi iría tras de mi, y todo se complicaría aun más, así que lo que tenía que hacer era entrar en mi casa y sacar a la calle a cierta intrusa.

♡♡♡

-No es nada. ¡NO ES NADA!. ¿No me digas que te lo tragaste?- La cosa iba de mal en peor, Emilia se fue sin mi por la mañana y no he podido hahablacon ella en todo el día, de seguro esta molesta por lo de anoche, pero...¡ugh! Tanta es mi desesperación que termine contándole todo a Carter para que me diera su punto de vista de la situación. ¿Para qué? No sé, para no sentirme tan jodido tal vez.

-Todo paso muy rápido, si. No tuve tiempo ni de pensar, menos para explicarle, ella sonrió cuando lo dijo así que pense que estábamos bien- le explique caminando de un lado al otro en la azotea del colegio- pero mírame ahora, jodido y sin un rayo iluminante de su mirada.

-Amigo, estabas hablando con una mujer no con una estatua, por favor, era obvio que estaba diciendo todo lo contrario a lo que estaba sintiendo, las mujeres son asi, prefieren tragarse lo que sienten antes que decírnoslo, y más si eso implica que estan celosas.


¡Miércoles!, Genial compadre, la embarraste.


-¡Mierda!- pase las manos por mi cabello con frustración-¡Ugh! Soy un imbécil, debí dejar en la calle a Sae Mi y encerrarme en casa con ella.

-No me digas que hiciste todo lo contrario - no necesite responder para que Carter entendiera que así fue- Eres una mierda, discúlpame pero es la verdad, metiste a tu casa a tu ex y le dijiste a la chica que te gusta que se fuera a la suya.

-Yo no la metí en primera instancia, ella llego sola, y....¡ugh! Soy un imbécil- impotente comencé a patear unas cajas apiladas que habían en el lugar.


-Cálmate brother, no es como si Sae Mi estuviera embarazada- bromeo el muy imbécil.


-Cállate Carter, no estoy de humor - Le espete, señalándolo con el dedo índice.


-Ok, ok, solo trato de decir que no es el fin del mundo, puedes solucionarlo.

-¿Cómo?

-Bueno, sabes que soy fiel team Sae Mi, y que para nada me gusta Emilia para ti....

-Carter- regañe impaciente.

-Perooo....sin embargo voy a ayudarte, porque....soy tu amigo y Gia es amiga de Emilia- ya ahora sé por donde va la cosa-he pasado muchas veces por situaciones similares, y casi puedo asegurarte que Emilia solo volverá a ser la misma contigo en cuanto estén los dos solitos en un ambiente tranquilo....y tú le vas a pedir disculpas desde el fondo de tu atlético corazón y le dirás toda la verdad, sin......mentiras de por medio ok. Las mentiras blancas no existen, grábatelo campeón, solo existe la verdad, y la mentira.


-Ok, ok, entiendo, pero como vamos a hacer para crear ese ambiente.


-Tú déjamelo a mi, lo único que tenemos que conseguir es comer juntos en la cafetería, y el resto será pan comido - contesto muy confiado, y la verdad.... no sé si confiarme de Carter, a él no le agrada Emilia, pero babea por Gia, así que puede que me este preocupando por nada.

No tardamos en bajar hasta la cafetería e ir en dirección a la mesa en la que a diario solíamos comer junto a Gia y Emilia.



-¿Qué carajos..?- Carter se detuvo en seco delante de mi, lo aparte inmediatamente dando un paso delante de él, solo para encontrarme con los chicos del equipo de básquet alrededor de la mesa en la que estaban Gia y....Emilia.

-¡A, no! Esto sí que no, Rayan no va a meterse con Emilia- masculle cerrando mis manos a mis costados. Todos los chicos del equipo de básquet eran rivales directos de los chicos del equipo de futbol, nos disputábamos el apoyo económico del colegio, y el apoyo, atención y admiración de todos los chicos en el colegio, en especial el de las chicas, es decir sí a dos chicos- uno de cada equipo respectivamente-le gustaba una chica, aquella chica se convertía en un trofeo y conquistarla, el más reñido de los torneos; era un acontecimiento que siempre había presenciado, pero que nunca había vivido, y que estaba apunto de iniciar.

Me acerque a la mesa y confirme que Rayan estaba allí, haciéndole ojitos a miiii caramelito de limón, y sus perros no hacían más que aplaudirlo.

Maldito hijo de...

-¿Puedo unirme?- pregunte secamente lanzándole una mirada aniquilante a Rayan, el idiota que estaba sentado junto a Emilia.

-Pero miren quien esta aquí, nada más y nada menos que el príncipe del balón - ironizo el muy idiota -me alaga que quieras sentarte conmigo pero.....ummm, mejor en otra ocasión, ahora estoy muy, muy ocupado- volvió su mirada hacia Emilia.


-Pero este es nuestro lugar, nuestro espació y nuestra área, lo que significa, que tú y tus perros salen sobrando- intervino Jack, uno de mis mejores defensas, él junto a Carter y los demás chicos del equipo llegaron y se unieron a mi, dejando así una escena en la que los integrantes del equipo de básquet se encontraban de un lado de la mesa y los integrantes del equipo de futbol del otro, y mi caramelito de limón junto a la bestia de Gia en el centro.


-Estos perros como tú los llamas, son mis jugadores estrella, de hecho, son los mejores jugadores de todo el colegio....los demás solo juegan a serlo.

-¿Igual que tú?- pregunte esbozando una sonrisa, mientras me sentaba frente a él. Frunció el ceño y soltó una carcajada amargamente.

-¿Tú crees?. Mi equipo esta dentro de los cuatro mejores en los intercolegiales, ¿puedes decir lo mismo del tuyo?.

-No, porque mi equipo, es simplemente el mejor, y al igual que años anteriores vamos a llevarnos el campeonato- afirme con satisfacción, algo que era más que verídico, chocando mi puño con Carter mientras los demás integrantes sonreían satisfactoriamente.

-Yo no estaría tan seguro sí fuera tú....-intento confrontarme.


-Y yo no estaría tan incomoda de no ser porque ustedes dos escogieron esta mesa para joder- intervino Emilia dando un golpe en la mesa con una de sus manos, molesta, muy molesta, nos estaba aniquilando con la mirada.

-Más de acuerdo no podría estar, y ya que sacaron el tema, como estudiante de este colegio puedo decir que ambos equipos.....son una mierda- arremetió Gia antes de ponerse de pie junto a Emilia dejándonos a todos con los ojos muy abiertos.

-Espera cariño, tu y yo estábamos hablando muy bien hasta que.....- Rayan intento detener a Emilia tomándola por el brazo, pero lo que él no esperaba es que aquella chica de apariencia adorable y ojos encantadores, tuviera el carácter de un león.

-¿Cariño?- Oh, oh alguien acaba de firmar su sentencia - Cariño las pelotas del marrano...- Emilia en un solo movimiento agarro su bebida de la mesa y se la dejo caer con obvia satisfacción sobre Rayan, satisfacción que todos en el equipo de futbol compartíamos. Hecho esto a Rayan no le quedo de otra que dejarla ir, y a los integrantes de su equipo abrirle paso, pues cuando mi caramelito se enojaba en verdad daba terror.

-Bueno, espero que con eso entiendas el mensaje, y no vuelvas a acercarte a ella. Ella es mía, ok.- Dije satisfactoriamente, haciendo el símbolo de ok con la mano. Estaba apunto de dar la vuelta e irme junto a mi equipo, el cual ya celebraba la victoria, pero Emilia.....


-¿Tuya?- oh, oh, no sé como Emilia escucho aquello, y menos como es que regreso y me lanzo salsa de tomate a la cara, ¿De donde carajos la había sacado? -Tuya no es ni la ropa que llevas puesta, que de seguro te la compro tu mami.

OK ella se marcho, y todos a nuestro alrededor me observaban, en especial Rayan y sus perros, quienes me observaban con demasiada satisfacción.


-Vaya que nos ha quedado claro el mensaje- dijo Rayan burlesco antes de levantarse de la mesa- sera una partida bastante entretenida, pero ten por seguro que ese trofeo....ya es mío- sabía a lo que se refería, el idiota iría por Emilia, pero yo no iba a permitírselo; limpie la salsa de tomate alrededor de mis ojos con mis manos.


-Eso quiero verlo - dije con una sonrisa haciendo que su semblante cambiara a uno desconcertado, conocía a Emilia mejor que él, y sabía que no la iba a tener fácil, y que yo no iba a permitirlo por supuesto, para algo estaba yo aquí.

Nota de la autora: holis, pasaba por aquí a hacerles una pequeña petición la cual es que sí les ha gustado el capítulo me ayuden dejando su voto y comentando. Así llegaremos a más lectores juntos Con amor Evie♡.

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