Capítulo 3

ELLA

CAPÍTULO 3

ELLA

—Todos al frente, quiero una fila —ordena el entrenador caminando hacia el centro junto con sus dos asistentes, partes del cuerpo técnico de la academia, todos, a pesar de estar cansados por el entrenamiento obedecemos lo más rápido que podemos.

—El campeonato de verano culmino, les fue muy bien a quienes fueron en representación de la preparatoria Addforst, lograron ganarle a sus propios compañeros de la academia y aún así mantener el compañerismo que aquí se les inculca, sin embargo, este es una academia para jóvenes menores de diecinueve años —trago grueso en cuanto entiendo por dónde va esto, mierda —y la mayoría de ustedes ya tienen cerca los dieciocho, chicos son buenos, todos han aprendidos grandes cosas, a algunos tuve la oportunidad de verlos crecer, otros se unieron en el camino, a algunos los dejamos en el camino porque fueron fichados por clubes y ahora están cumpliendo su sueño de ser jugadores profesionales, en fin, lo que quiero decir es que no importa la edad, ni el sueño que tengan en mente, lo importante es que no se den por vencidos, cada uno encontrara su propio camino por separado cuando el tiempo de brillar les llege, pero ojo, con esto no quiero decir que se sienten sobre sus malditos traceros a esperar que algo suceda y cambie su vida de repente, porque eso nunca va a suceder al menos que trabajen por ello, lo que si va a suceder es que se van a volver hombres viejos como yo y cuando menos se lo esperen la vida se les habrá escapado de las manos y lo peor es que no van a saber ni en que momento sucedió, así que chicos, no están viejos a los veinte, y no no es tarde a los veinticinco, tarde será el día que les detecten una enfermedad terminal, ese es el verdadero tarde de la vida, después de que tengansalud simpre, escuchen con atención, siempre podrán seguir luchando, como siempre lo digo yo no entreno bagos ¿A quienes entreno yo?

—¡Campeones!

—¡No los escuche!

—¡CAMPEONES!

—Eso es lo que quiero oír, y siempre repitancelo a ustedes mismos, por mínimo que sea el logro ya son campeones, sí no encuentra fruto en un camino, no se cierren en la desgracia y busquen su propia felicidad en otro lugar pero vivan, vivan y disfruten la vida, nunca se cansen de luchar porque solo así construirán las bases de un buen futuro ¿Entendido?

—Si, entrenador.

—Bien —nos echó una ultima mirada y esta vez hablo con un tono de voz más suave —Fue un gusto compartir con ustedes chicos, espero cada uno de ustedes logre alcanzar y hacer realidad cada uno de los anhelos de su corazón, nunca se rindan y demuestrenle al mundo de que están hechos, y por favor disfruten su proceso, la vida aunque dolorosa o no es una, y nada vuelve a repetirse, ni siquiera la oportunidad de volver a verlos, porque...—las palabras parecian haberse quedado atascadas en la garganta del entrenador, su expresión cambio, y la pequeña brisa a nuestro alrededor comenzó a combertirce en una fuerte lluvia —esta fue nuestra última clase, hoy me despido de esta cancha, y de esta academia para siempre.

Espera... ¿Qué?

El entrenador se va, el entrenador que me acojío en la academia hace ya casi diez años ¿se va así como así? No me lo puedo creer. Imposible, es que es tan, repentino.

En medio de mi desconcierto algunos chicos menores rompen fila y se acercan a él para despedirse debido a la eminente tormenta.

—Fue un gusto compartir todas las experiencias que una u otra manera nos hicieron más grandes como seres humanos, tanto a ustedes como a mi, espero, y las enseñansas de este noble servidor les sirvan de algo —dice abrazando a unos chicos quienes posteriormente se despiden y se van.

—Entrenador... ¿Por qué? Es decir, no lo entiendo, ¿Por qué irse de repente?

—Álvarez, mi tiempo aquí a acabado —pone su mano sobre mi hombro y da un pequeño apretón. —Recuerdo cuando lo vi llegar hace diez años con sus medias blancas y sus zapatos nuevos, lucía muy emocionado igual que todos los niños que entraron ese año, pero sí algo recuerdo es que usted tenía algo que ellos no, fuerza y agallas, no importaba cuanto dolor sintiera por un ejercicio en particular, para usted lo más importante siempre fue que las cosas le salieran bien, pero ser perfeccionista agota, no lo olvide, no tiene que ser mejor que los demás solo debe asegurarse de ser mejor que su versión de ayer cada día.

—Gracias entrenador, pero de verdad tiene que irse.

—Todo ciclo tiene su fin, y el mío en esta academia ya llego, ya estoy viejo debo descansar junto a mi familia.

—Entiendo —digo finalmente y le doy un fuerte abrazo.

—Suerte Álvarez, el día que triunfes espero que vengas a tu viejo y primer entrenador a dar las gracias como minímo —bromeó.

—Le aseguro que no lo olvidaré, fue de los primeros en creer en mi, y eso es algo que no olvideré jamás.

—Eso espero muchacho, eso espero. Nada más no olvides traer flores cuando regrses, es de mala educación regresar con las manos vacías.

—No lo olvidaré lo prometo.

La lluvia se hace más fuerte con el pasar de los minutos, a este punto ya me encuentro totalmente empapado, Carter se despide del entrenador e intercambian un par de palabras antes de que me alcance para ir a los vestidores por nuestras cosas.

—No puedo creer que se vaya él antes que nosotros —comenta Carter.

—Yo tampoco, siempre pensé que al igual que nos recibió el primer día nos despediría el último, o por lo menos el día en que alguien quisiera ficharnos.

—Ya vez que no, y las clases de este fin se suspenden mañana hasta que llege el nuevo entrenador, quien según escuche es alguien muy influyente en el futbol, es decir tiene contactos, y eso mi querido amigo puede ser muy bueno para nosotros.

—Sí tal vez tengas razón, pero Hernandes siempre hará falta, no sé tal vez sea por la costumbre de entrenar con él siempre.

—Tal vez, pero justo ahora y con el frío que esta asiendo, en lo único que puedo pensar es en algo caliente, tu hermana sería tan amable de darme asilo político mientras tomo algo de beber en su casa —se regresa a verme para hacerme de ojitos, pero lo corto ensegída con una mirada fulminante.

—Olvidalo.

Lo primero que preguntaría Natasha es sí no tiene casa, y como obiamente sí tiene le cerraría la puerta en la cara.

—Por favor bro, apiádate de mi, tu casa esta más cerca que la mía.

—Pues dile a tu padre que te construya una más cerca.

—¿Y para qué tengo la tuya sí no es para quedarme cuando me de flojera manejar?

—Cuando compre la mía hablamos, porque en la que vivo es de mis padres y de por sí la herencia mi hermana sin opción a división alguna, eso no me lo ha dicho pero sí sé que lo ha pensado, y creéme no me veo viviendo junto a mi hermana toda la vida.

—Hablas cómo sí vivir con ella fuera un infierno.

—Sí te la prestara por una semana me la devolverías el martes sin contar que el lunes tratarías sobrevivir solo para llevarme la contraria.

—Ni de chiste se te ocurra algo como eso.

Salimos del túnel que llevaba a los vestidores para caminar hacia un pasillo con dirección al estacionamiento que es subterráneo, allí Carter saco las llaves de su chaqueta y me las lanzó para que manejara alegando que lo mínimo que podía hacer por él era manejar su coche hasta mi casa mientras él se hacia bolita en el asiento del copiloto, haciendo uno y cuantos dramas por el frío, y la verdad no lo entiendo hace media hora estaba todo sudoroso y molesto por el sol y ahora muere de frío por la lluvia, ¿Quién lo entiende?

Maneje la hora entera que hay de distancia entre la academia y Addforst mientras escuchaba algo de música pues mi copiloto se quedo dormido después de un rato.

Todo el camino no hice más que pensar en la despedida del entrenador y todo lo que nos había dicho, se venían cambios sin duda, tendría que acostumbrarme al nuevo método de entrenamiento y a las nuevas reglas que imponga el entrenador que venga en su lugar, pero al mismo tiempo empezaba a darme cuenta de dos cosas; sí un club me ficha por obra y gracia de Dios, mi vida daría un cambio enorme y tendría no solo nuevo entrenador sí no tambien nuevos compañeros, ya no estaría Carter y eso sería algo extraño, considerando que siempre hemos estado juntos, en cada victoria, en cada cagada, siempre hemos sido Carter y yo desde que tengo memoria, pero por otro lado sí en lo que me queda dentro de la academia nadie me ficha entonces el sueño de ser futbolista profesional...

No están viejos a los veinte, y no no es tarde a los veinticinco, tarde será el día que les detecten una enfermedad terminal, ese es el verdadero tarde de la vida, después de que tengan salud simpre, escuchen con atención , siempre podrán seguir luchando

Siempre con un az bajo la manga Hernandez. Sonrío al recordar las palabras del entrenador.

Aún no es tarde para mi, este año tiene que ser especial y lo va a ser, porque voy a darlo todo de mi por ese sueño, cada partido será una oportunidad para crecer y avanzar, o como lo llamaría ella un escalón.

Ella.

Ella, la chica de ojos lindos y sonrisas tristes.

Ella, una estrella extraña que aprendio a brillar a su manera.

Ella, la dueña de la mirada que no puedo sacarme de la cabeza.

Ella, todo un laberinto de emociones.

Ella, la chica que no es cualquier chica.

Ella es la Chica.

No había vuelto a hablar con ella desde lo que sucedió en la biblioteca, me ha estado evitando por alguna extraña razón, y la verdad no entiendo por qué, ya ni siquiera me espera para ir juntos a la parada del autobús, es extraño, y lo más estupido de todo es que le di mi número pero no le pedí el de ella, yo solo... solo quiero hablarle, reír juntos y hacer como sí nuestros problemas no existieran por un rato.

Vaya, seguro que ese tipo de plan a ella le interesa.

Casi podría jurar que sí. Ama hablar de los sueños y las iluciones que la hacen sentir viva, y es extraña la forma en la que admiro y amo cada una de las palabras que salen de su boca cada que habla de los sueños y las posibilidades que tenemos de cumplirlos, es como sí el que lo dijera me hiciera creer por un instante que sí puedo, que yo Manuel Álvarez puedo soñar y hacer realidad mi sueño, así que si, si creo que la idea le gustaría porque ella es distinta a todo lo que conozco.

O a todas las que conoces.

Cállate, Emilia es especial y punto. Ella me mostro su fragilidad y después de eso, yo, yo no puedo dejar de pensar en ella y lo mucho que debe doler todo aquello que lleva por dentro, quisiera saber qué es eso que le agobia tanto y ayudarla, pero con ella evitándome me es difícil.

***

Despues de darme un baño, la lluvia parecio cecar en el exterior, aunque aún hacía un frío bastante considerable. Me siento frente al escritorio en mi habitación y abró mi laptop, tengo demaciada tarea pendiente gracias a que las he ignorado toda la semana por preferir mi felicidad.

Sin embargo al entrar al space de la clase en Google drive noto un nuevo contacto de correo electrónico institucional en la clase de inglés, la única materia que nos obliga a utilizar el space de drive en lugar de un grupo de whatsaap como todos los demás docentes.

Repentinamente escucho la puerta de mi habitación abrirse, giro mi cabeza y encuentro a Natsha plantada bajo el marco de la puerta buscando algo con la mirada.

—Oye plaga —dice sin mirarme a ver.

—¿Qué? —enarco una ceja.

—¿Has visto mi playera con girasoles? —pregunta.

—¿Yo lavo tú ropa?

—No.

—¿Yo arreglo tu ropa?

—No —niega haciendo una mueca.

—¿Entonces por que preguntas?

—Pudrete.

—Ni siquiera maduro ¿Cómo esperas que me pudra?

Me saca el dedo medio y se va con cara amargada. Natasha es algo, bueno demasiado perfeccionista cuando no entiendo algo o las cosas no salen como ella las tenía planeadas se enoja mucho y tiende a frustrarce, mientras que yo soy todo lo contrario, apenas y me preocupo por mis tareas, lo que me interesa en realidad es el fútbol, y ella lo sabe por eso prefiere encargarse de la casa sola antes de que yo haga algo mal hecho para que luego ella tenga que hacerlo, y la verdad no me molesta sí ella me quiero lejos de los queaceres por mi nunca habrá problema.

Suspiro y cuando giro la mirada hacia la pantalla en la laptop la puerta vuelve a abrirse.

—¿Ahora qué? —vuelvo a girarme hacia la puerta —¿Se te perdió el sentido de la orientación hermanita?

—Muy gracioso —puso los ojos en blanco —. Papá llamo, ayer tuvo que depositar lo de tu academia, y estaba muy molesto —cierro mis labios en una dura línea —piensa seriamente en dejar de pagar, y esta vez yo creo que sí va a convencer a mamá para que deje de apoyarte.

—¿Qué? ¿Por qué? El trato era academia a cambio de buenas calificaciones, y creo que he cumplido con mi parte, no he reprobado ninguna materia en los últimos años.

—Supongo que allí esta el detalle, pasas con lo justo para no quedarte pero tus calificaciones apestan, y del reporte de este parcial depende mucho que te sigan apoyando, así que sí te lo digo es para que te claves de cabeza en los cuadernos y le demuestres lo contrario a papá con hechos, de lo contrario vete despidiendo de ese sueño tuyo y mejor ve buscando una buena carrera universitaria.

—Pero sabes que no pretendo ir a la universidad, no hay nada en lo que sea bueno aparte del fútbol.

—No depende de mi plaga, depende de ti, yo solo... solo hago lo que cualquiera haría en mi lugar, advertirte, recuerda que vendrán de vacaciones este año, así que empiesale a rogar a todos los santos para que alguien te fiche rápido y sí no, tal vez deberías buscar resignación en la universidad, y estudiar como cualquier persona normal. Buenas noches —cierra la puerta antes de que yo pueda decir nada y se va.

Bajo la mirada y suelto un suspiro frustrado. Aún me queda un año entero en la academia y sí no ficha ningún clup entonces veré la resignación ante mis ojos, pero no antes, no me puedo resignar sin pelear un año más, tengo que aprovechar el campeonato que se avecina y dejar el alma en la cancha, algún veedor podría tal vez...

Me muerdo el labio inferior y me dejo caer con pesimismo en el espaldar de la silla.

¿Qué hago sí no lo logro?

¿Qué?

Yo no soy bueno en ningúna materia, odio las matemáticas por lo que sería un pesimo contador o economista. No me gusta la filosofía es muy difícil de entender me enredaría con mi propia lengua intentando explicar algo. Y ni hablar de química o física, exploraría un laboratorio entero con estudiantes y todo adentro.

No sirvo para nada que no involucre el futbol. Aúnque sí por dinero fuese podría dedicarme a barrer en los parques, dicen que pagan bien, y me ahorraría el estrés de entrar a la universidad, pero a mi padre le daría mucha vergüenza que su hijo en el que invirtió tanto termine de barrendero. Y a mi me daría mucha impotencia pensar que me esforcé tanto para nada.

¿Entonces qué?

Me vuelvo policía. No, odiaría trabajar en las festividades. Medico, no detesto estudiar, apenas y recuerdo como se llaman los dedos de las manos, no me veo aprendiéndome el nombre de cada hueso y nervio, menos el nombre de pastillas o medicamentos.

Cómo podré dedicarme a algo que no me gusta, que no entiendo ¿Cómo?

No puedo ir a la universidad solo por encajar, no puedo, no porque mi futuro no esta ahí, y yo lo sé, mi corazón lo grita, pero, el fútbol cada vez se vuelve un sueño más lejano.

Me incorporo y desbloqueo la pantalla de la laptop que se ha bloqueado nuevamente. Por ahora debo tratar de no solo sobrevivir sino tambien de sobresalir en la preparatoria y no solo a nivel deportivo tambien a nivel académico.

Leo los mensajes sobre las indicaciones de la tarea y noto que es en pareja, la maestra envio un exel para que todos escriban allí sus nombres con sus respectivas parejas, pero tras revisar minunciosamente ni el mío ni el de Emilia están escritos lo que quiere decir que aún no tiene pareja para el trabajo.

Una sonrisa se dibuja en mi rostro ante la oportunidad que veo frente a mis ojos.

Una tutora sin duda muy inteligente y a la vez una excusa para que vuelva a hablarme. No es mi día, pero tampoco me quejo, siempre hay cosas peores pasando alrededor del mundo así que seguro podre reponerme, y mientras tanto descubrir a quello que agobia el corazón de La Chica.

Nota de la autora: holis, pasaba por aquí a hacerles una pequeña petición la cual es que sí les ha gustado el capítulo me ayuden dejando su voto y comentando. Así llegaremos a más lectores juntos Con amor Evie♡.