22. Paradoja de Epiménides
"Todos los cretenses son unos mentirosos"
Frase atribuida al filósofo Epiménides sobre la cual se basa la paradoja de Epiménides o paradoja del mentiroso, sabiendo que él mismo era cretense, ¿decía la verdad? O como propone de forma sintetizada Michel Foucault: Miento/Hablo.
Resumen: Light juró vengar la muerte de su esposo, pero todo se tuerce cuando cree dar con el asesino. ¿Quién dice la verdad y quién miente?
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Parte 2 / 3
Aunque Light prometió vengar la muerte de su esposo, no fue fácil hacerlo. La realidad se coló por cada recoveco de su ser y cuando el peso de lo sucedido le estrujo el corazón se perdió del mundo y de sí mismo. Tuvo que regresar a casa de sus padres si no quería terminar en la calle. Aunque la casa ya estaba a su nombre y completamente pagada, porque Elle así lo hizo, su salud mental por otro lado solo iba en deterioro y los Yagami tenían miedo que hiciera algo irreparable. Lo vieron encerrarse, llorar, no hablar por días y ahogarse con botellas de alcohol, algo que nunca imaginaron ver por parte de su hijo prodigio. En verdad llegaron a pensar que podían perderlo y no sabían qué hacer para salvarlo.
Sin embargo, un día Light ya no lloró más. Todavía le dolía, su pecho aún se sentía vacío, pero parecía haberse quedado seco, no salió ni una lágrima más. Supuso que de eso se trataba el duelo, el tiempo pasa y un día decides seguir con tu vida, fue lo que él decidió, seguir con la suya porque es lo que Elle hubiese querido.
Limpió su habitación y visitó una barbería para que le cortaran el cabello, le había crecido hasta los hombros, y una buena afeitada. Nunca tuvo mucho vello facial o corporal en general, pero le habían crecido algunos vellos molestos que lo hacían lucir desprolijo. Tampoco es que volvió a ser el mismo al salir de ahí, estaba demacrado, ojeroso y sus labios se mantenían en una línea recta todo el tiempo, pero al menos había dado el primer paso.
Los Yagami al verlo volver así creyeron que este era el primer paso para un nuevo comienzo o tal vez lo fue, pero no el nuevo comienzo que ellos creían. Para Light, seguir con su vida iba de la mano de la venganza. Sí, quería salir del hoyo en el que había caído, pero para volver a vivir tenía que cumplir la promesa que le había hecho a su difunto esposo.
Buscó por todos los medios a Watari, hasta que pudo encontrarlo. Sabía que no era parte de la herencia de Elle y aunque se mostró ofendido cuando Quillsh le había hablado de dinero en aquel momento, la realidad era que lo necesitaba. No le interesaba ni pretendía vivir con lujos, pero sin dinero no iba a conseguir los medios para iniciar una investigación. Además, también quería acceso a los archivos del asesino que L estaba investigando, creía tener derecho a ambas cosas.
No obstante, Watari se negó, Elle quería protegerlo al dejarlo afuera de la investigación, de ella se haría cargo la organización de N. El castaño ni siquiera sabía quién era "N" pero antes de poder reclamar, el anciano también le recordó sobre la última voluntad de Elle. En una de las cartas que le dio junto a la urna cineraria, Watari le aseguró que había podido capturar las últimas palabras de Elle Lawliet antes de morir, y con su puño y letra las inmortalizó en un papel de forma textual: «Quiero que Light siga con su vida y sea feliz». Light había llorado la primera vez y todas las veces posteriores que leyó esas palabras, y lo cumpliría, intentaría ser feliz para cumplir la voluntad de su esposo solo que no ahora. Ahora lo que necesitaba era encontrar al desgraciado que lo arrebató de su lado. Sin embargo, no importó cuánto rogó para que le dieran acceso a la investigación, la respuesta siempre fue no. Luego de eso, Watari desapareció sin dejar rastro.
Por un tiempo, Light se quedó sin saber qué hacer, por dónde comenzar, a quién interrogar. Hasta que recordó que tenía un bien a su nombre.
Los Yagami intentaron intervenir de nuevo, esa casa era casi una mansión y alguien podría pagar muy bien por ella siempre y cuando no se vendiera de forma apresurada. No les interesaba un centavo de esa venta ni tampoco la veían como un beneficio para ellos, pero sí para su hijo. Light podía ahorrar ese dinero y tomarse el tiempo que fuera necesario para sanar, luego pensar en terminar los pocos meses que le faltaron de universidad, y después buscar un trabajo. Volver poco a poco a la vida y usar ese dinero para no pasar penurias mientras su corazón sanaba.
Pero Yagami hijo era obstinado cuando algo se le metía en la cabeza, y más pronto que tarde ya estaba poniendo en uso el dinero de la venta para comenzar a armar el caso. El problema fue que pasaron los días, semanas, meses y sin darse cuenta un año.
De nuevo se había sumergido en un agujero, apenas dormía, sobrevivía con tazas de café, y casi nunca se despegaba de las computadoras. Quizá esta vez su aspecto personal no era tan desprolijo, de alguna forma cada pista lo mantenía con vida, con la esperanza de resolver el acertijo pronto, pero tenía unas ojeras que casi le cubrían los pómulos y sus pupilas estaban dilatadas todo el tiempo.
No obstante, cada vez que parecía acercarse, la estúpida organización del detective N le bloqueaba cualquier acceso y entorpecía sus avances. Le parecía tan injusto, entendía que N era el discípulo directo de L, y que la voluntad de él haya sido que los herederos de toda su fortuna fueran los detectives de la organización, pero ¿acaso él no tenía algún derecho? ¿No podía al menos conocer el nombre del desgraciado causante de todo esto? Era su esposo de quien hablaban, ¿por qué no podían entenderlo?
Ya llevaba más de un año en eso y la información recolectada en ese tiempo no tenía sentido, algunas cosas ya no las recordaba bien, todo era tan difuso. Pensó en rendirse, el dinero de la casa se había terminado en vano hace mucho y hasta había llegado a robarle a sus padres con tal de seguir.
Su salud mental iba en una espiral descendente y aunque sopesó la opción de no continuar, retomó la investigación. Leyó de nuevo cada archivo que tenía, no le importaba pasar noches enteras sin dormir para conectar los puntos de lo que había encontrado hasta el momento, así como tampoco le importaba iniciar de nuevo. Empezaría las veces que fueran necesarias hasta resolver esto.
En algún punto Soichiro decidió ayudarle un poco más, era eso o que el dinero de la familia corriera peligro por la testarudez de Light. Además veía que su hijo no estaba nada bien, pero sabía que no se detendría hasta dar con el criminal.
Un tiempo atrás le había dado acceso a su perfil como jefe de policía para que tuviera cierta facilidad al revisar archivos y perfiles, todo bajo cierta supervisión ya que no podía arriesgarse a que los demás se dieran cuenta que alguien más que él accedía a esos datos.
Les tomó un tiempo, pero entre los dos lograron dar con alguien. Light sonrió por primera vez en mucho tiempo cuando leyó el último archivo que habían encontrado. Solo eran un par de siglas al principio: B.B. Y luego dio con su nombre real, o al menos el que salía en los archivos: Beyond Birthday.
Según lo que recopilaron era un hombre británico, para ser más precisos originario de Manchester, algo que le llamó la atención. Su seudónimo salió en todos los periódicos americanos hace cuatro años, cuando fue titulado como "el caso del asesino BB de los Ángeles". Y por algún motivo se encontraba en Japón desde hacía un mes, una casualidad muy conveniente.
—Hijo, creo que hay que descansar por hoy. —Dijo Soichiro levantándose de la silla y llevándose las manos a la espalda baja mientras se estiraba un poco.
—Sí, papá. —Murmuró en modo automático, sin apartar la mirada del computador.
Soichiro suspiró, pronto sería medianoche y habían trabajado el día entero a pesar de ser sábado. Sachiko era comprensiva sólo porque sabía que era por ayudar a su hijo y así el poco tiempo que pasaba con su esposo había desaparecido.
—Light... —lo llamó, estirando una mano para alcanzar el botón del monitor y apagarlo. El castaño volteó una vez que la pantalla se tornó negra—... Mañana continuamos. Hoy debemos descansar.
El aludido asintió por inercia.
—Claro, papá.
A pesar de la respuesta, Soichiro se sentía ansioso, solo era cuestión de ver las pupilas de su hijo para recordar que ya llevaba mucho tiempo distanciado de la realidad.
—Prométeme que no harás una locura. —Le dijo, poniendo una mano sobre el hombro de su primogénito.
—No te preocupes, papá —esbozo una sonrisa bastante real. Siempre fue alguien que supo en qué momento sonreír o decir las palabras exactas. Aunque ya no fuera más que el cascarón de quién alguna vez fue, eso lo tenía muy bien aprendido—. Sé que hemos avanzado bastante, pero no es suficiente como para una emboscada, sin embargo me alegra saber que cada vez estamos más cerca —puso la mano sobre la que su padre tenía en su hombro y le dio un leve apretón—, y eso te lo debo a ti. Sin tu ayuda no hubiera llegado tan lejos, y me sentiré más confiado si tú me sigues acompañando en cada paso.
Soichiro sonrió sintiéndose halagado y a la vez satisfecho de escucharlo hablar con una sensatez que hace mucho no oía de su parte.
—Por favor, sube a darle las buenas noches a tu madre. Te aseguro que todavía no ha pegado un ojo esperando por nosotros.
Light asintió y se puso de pie para ir escaleras arriba. Soichiro se quedó un momento para estirarse un poco, retirarse los anteojos y tallarse los ojos con ganas. Aunque estaba cansado, quería tener el mejor aspecto para su esposa.
****
Light se cerró la gabardina, a pesar de ser verano, las temperaturas por la madrugada bajaban considerablemente. O quizá era el frío provocado por los nervios.
Salió de su habitación con mucho cuidado, estaba seguro que sus padres dormían, aún así procuro no hacer ruido al dejar la casa.
Tan pronto como habían dado con la pista de ese tal B.B., quien para su suerte se encontraba en Japón, investigó la rutina de ese asesino a espalda de su padre.
Le prometió que no haría una locura, pero no podía perder esa oportunidad. Según lo que encontró, el tipo sale a beber todos los sábados en la noche y tenía localizada la zona que solía frecuentar, llena de bares de mala muerte cabe agregar.
Pidió un taxi en la avenida principal, no le importaba el costo, solo quería llegar.
Por supuesto que arrugó la nariz cuando pagó por el viaje y puso un pie afuera. Si bien había perdido peso y sus ojos lucían cansados y ojerosos, seguía siendo atractivo, con buen porte e impecable. Nada que ver con aquel lugar lleno de locales con fachadas descuidadas, letreros de luces fluorescentes parpadeantes de mala calidad, pintura dañada y manchas extrañas.
Aunque se sintió aturdido, meneó la cabeza para sacarse las ideas que no le servían. Necesitaba concentrarse. La zona estaba llena de callejones sin salida, y fue en uno de ellos que lo vislumbro saliendo por la puerta lateral de un bar.
Lo vio, o al menos la sombra de él por la falta de luz en el lugar, B.B. se tambaleó riendo como un idiota mientras intentaba abrir con dificultad lo que parecía ser un frasco.
Light se sintió asqueado, no podía creer que un borracho vulgar hubiera terminado con la vida de su esposo. Lamentablemente no tenía una descripción física del asesino, fue poco lo que pudo encontrar: delgado, piel blanca y cabello negro. Lo único que le quedaba era confrontarlo y esperar no fallar.
Volvió a sacudir la cabeza, no había margen de error, tenía que ser él.
Se adentró al callejón con pasos firmes, lo estrangularía con sus propias manos, la ira se estaba adueñando de su cuerpo. Lo tomó del cuello de la camisa y lo empujó con más fuerza de la necesaria contra el muro, quedando cara a cara.
Sin embargo, se quedó atónito ante lo que vio. Su agarre se aflojó por un segundo y el corazón se le estrujo.
—Supongo que tú debes ser Light. —B.B. sonrió de lado, viéndolo a los ojos. El tono de su voz provocó que los músculos del aludido se contrajeran por inercia.
B.B. era la viva imagen de su amado fallecido. Una burbuja explotó cuando lo escuchó hablar, si bien la voz de Elle era grave, la de ese sujeto era más profunda. Ese pequeño detalle lo hizo darse cuenta que físicamente también eran diferentes; L tenía los pómulos más marcados, pero la más grande diferencia era... la mirada. El rostro frente al suyo tenía una especie de sadismo en su mirada que le dio escalofríos solo de verlo.
—¿Tú sabes quien soy? —Prosiguió B.B. ya que parecía que su atacante aún estaba asimilando lo que veía.
—Eres el maldito asesino en serie de los Ángeles —apretó más los puños alrededor de la tela y lo empujó de nuevo contra el muro—, Beyond Birthday. —Siseó entre dientes, era la primera vez que decía su nombre en voz alta y no sabía si lo había disfrutado o si le daba asco—. El asesino que mató a L.
—Error. —Dijo con calma, sin siquiera intentar liberarse a pesar que el otro parecía querer fundirlo contra la pared.
—¿¡Vas a negarlo!? —su ira subió, así como sus manos, las cuales se cerraron alrededor del cuello de ese hombre. Quería estrangularlo, pero también necesitaba escucharlo confesar todo antes de matarlo.
—No... —jadeó, el aire apenas pasaba por su tráquea debido a la presión—... No negaría la hazaña de matar al gran Elle Lawliet, niño... —concluyó, arrugando un poco la nariz por la dificultad para respirar. Por primera vez usó las manos para sujetar las muñecas del castaño, un acto reflejo para intentar aflojar el agarre.
Sin embargo, Light aflojó un poco por su propia cuenta debido a la impresión, ¿cómo sabía el nombre de Elle? Parecía que la confusión en su rostro le resultó divertida al pelinegro, quien como pudo soltó una carcajada carrasposa.
—¿¡Crees que estoy jugando, maldito enfermo!? —le grita Light, pero por algún motivo no vuelve a apretar ese cuello como antes, su cuerpo se siente laxo— ¡Si aún sigues vivo es para darte el lujo de que lo admitas!
—Error, de nuevo. No me has matado porque no sabes cómo es que sé el nombre del mayor detective secreto que haya visto el mundo. Eso y que te desconcierta el parecido que tengo con... —hizo una pausa y lo vió a los ojos antes de sonreír de lado—... con mi hermanito.
Light soltó un jadeo involuntario y sus piernas flaquearon, no obstante logró mantenerse en pie a pesar que parecía estar a punto de desmayarse por lo pálido que estaba.
—Oh sí —continuó Beyond, luciendo divertido por la reacción que había provocado—. Elle es mi hermano gemelo, Light-kun. —Pronunció cada letra de forma burlona.
Escuchar ese sobrenombre de la boca de ese maldito ofuscó a Light de nuevo, recuperó la fuerza y sin dudarlo sacó una navaja de su bolsillo para ponerla contra el cuello de B.B
—Así es como te llamaba él, ¿no es así? —Beyond volvió a carcajearse— Mi hermano de verdad se esfuerza por ser inolvidable, ¿verdad?
—Si no te callas, te juro que voy a abrirte la garganta. —Dijo entredientes, viéndolo directo a los ojos con el ceño fruncido.
—Que tierno... —Hizo un puchero y puso ojos de cachorro. Light apretó la mandíbula, ¿acaso no lo creía capaz?— Me encantaría que lo intentaras, lindura. Pero si lo haces, no sabrás su secreto.
—¿De qué hablas? —mantuvo su semblante molesto, pero su tono de voz delató lo obvio: estaba confundido desde que iniciaron la conversación e interesado en recibir respuestas.
—Encanto... —suspiró— ¿No te parece raro que tú y solo tú atraparás al asesino que ni siquiera L o N han podido capturar? ¿Tú, sin ayuda ni recursos? —hace una pausa en la que el aire se vuelve pesado— ¿No te parece extraño?
—¡Una trampa! —Light jadeó, retrocediendo con los ojos bien abiertos y viendo hacía todos lados.
—Sí y no. Me encontraste porque yo quise, lindura. Y como lo veo, sino nos vamos de aquí en los próximos minutos, nos atraparán a ambos.
—¿¡Qué!?
—¿Crees que conoces al hijo de puta de mi hermano? —Beyond se mantuvo estoico, ahora que lo habían soltado se dispuso a terminar de abrir su frasco y enterrar un par de dedos en la mermelada.
—¡No te atrevas a...
—¿A qué? —lo interrumpió, lamiéndose los dedos— ¿A hablar mal de los muertos? —soltó una risa mordaz y en ese punto Light estaba harto.
Caminó hacía él y con una mano lo volvió a sujetar de la camisa mientras levantaba la otra formando un puño, dispuesto a darle un puñetazo en la cara. Sin embargo antes de poder hacerlo...
—Él está vivo, lindura...
El puño alzado de Light perdió firmeza y sus pupilas se movieron erráticas, intentando encontrar algún sentido detrás de todo eso...
—Así como lo escuchas, Elle Lawliet está vivo —prosiguió Beyond, disfrutando repetir esas palabras—, y no solo eso, también sabe que estás aquí.
—Mientes... —murmuró con una voz más débil de lo que le habría gustado.
—Yo no miento —por primera vez su rostro no tenía ninguna sonrisa tonta al hablar, lo dijo todo con seriedad, mientras se movía para quitarse las manos de Light de encima—. Soy un asesino que se divierte con el fenómeno de ver los cuerpos humanos sin vida, pero Elle... —chasqueó la lengua poniendo los ojos en blanco—... Elle es un malnacido que disfruta jugar con los cuerpos y las mentes de personas con vida, especialmente si son personitas que él encuentra interesantes y deliciosas como tú, encanto. —Acompañó sus palabras con una caricia en la mejilla del castaño, provocando que el otro al fin le soltara un puñetazo y lo mandara al suelo.
Beyond se pasó el dorso de la mano por la comisura de los labios, limpiándose un hilo de sangre, algo que lo hizo reír. Todo esto le parecía muy divertido, pero ya no tenía tiempo para perder. Sacó algo que tenía debajo de la camisa y lo lanzó a los pies del otro, quien por inercia lo pateó creyendo que era un arma. Era tan solo un sobre amarillo.
—Buenos reflejos, lindura —se burló el pelinegro, levantándose del suelo—, pero ya te lo dije, no es de mí quien debes cuidarte. Yo tan solo vine a abrirte los ojos, ya que el malnacido de mi hermano no ha sido capaz de apiadarse de ti en todo este tiempo, ni siquiera después de esa bonita boda que tuvieron en... ¿dónde fue? ¿Noruega? —Light rechinó los dientes, en ese punto no sabía si de ira o para evitar llorar ahí mismo— Como sea, debo irme. Te recomiendo que te lleves eso —señaló el sobre que seguía en el piso—, lo hice para ti. Y si algún día quieres buscarme de nuevo, que sea solo porque quieres aliarte conmigo para hacerle pagar al jodido de Elle Lawliet todo lo que te hizo. Sería un placer para mi desmembrar la carne de mi hermanito.
Beyond se despidió agitando la mano como si hubiera sido un encuentro casual entre colegas, y desapareció por la oscuridad del callejón.
Light dudó unos segundos, pero al final decidió volver a casa llevando el sobre con él. Por varios días se negó a abrirlo, debía ser una mala broma y él era un idiota por haberse dejado engañar, ¡lo había tenido en sus manos! Pudo acabar con la vida de ese infeliz él mismo y no lo hizo.
Sin embargo, la curiosidad terminó ganando. Light se dedicó a comprobar todo lo que B decía en ese sobre, derrumbándose un poco más con cada detalle, hasta que su corazón quedó devastado, si es que aún le quedaba algo de ese músculo que había sido traicionado de la peor manera.
Los Yagami lo vieron hundirse de nuevo, aislarse de todos y de todo. No comía, no salía, se la pasaba llorando en su habitación y no sabían cómo ayudarlo. Sin embargo, tal y como la vez anterior, un día salió de su cuarto sin lágrimas en las mejillas, sin sonreír pero luciendo más calmado.
No podía quedarse ahí para siempre. No sabía cómo pero debía retomar su vida, así como su "esposo" había decidido retomar la suya, en otro país, en otro lugar, al lado de alguien más.
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