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× Alternative Universe ×

"No estabas aquí cuando más te necesitaba"

Su mejor, único y real amigo ya no se encontraba en este mundo, había sido asesinado.

Ha tenido un fuerte dolor clavado justo en su corazón desde que se enteró de la noticia y, con cada segundo que pasaba, empeoraba su malestar.

Oda era realmente una persona única para él, era de esas personas que solo llegan a tu vida una sola vez, que entran y la cambian.

Había a su amigo para siempre. Y lo peor era que no podía hacer nada más que verlo irse, ese sentimiento de impotemcia lo hacía sentir peor.

Los primeros días luego de su partida fueron difíciles para Dazai, no salía de su habitación a menos que fuera para buscar algo de comer o ir al baño, no asistía a la universidad, y pasaba gran parte del día sin moverse de la cama.

Dazai no salía de su apartamento desde que fue al cementerio a ver como sepultaban a su mejor amigo. Luego del entierro, Dazai se había quedado junto a la lápida, un diluvio cayó, y las lágrimas de Dazai se mezclaron con las del cielo.

Después de eso hecho, se sentía como el portador de la mayor cantidad de tristeza del mundo.

La depresión no era algo extraño para él, pero esa no era la razón por la que no hacía nada.

La verdad era que solo se sentía molesto, principalmente con el universo por haberle arrebatado a tal persona.

Por lo resentido que se sentía no quería ni moverse de su habitación, no quería salir y encarar al mundo donde Oda ya no estaba.

Solo por eso, no se movía ni combatía su desgana.

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Chuuya, luego de un largo viaje que hizo al extranjero para visitar a su madre Kouyou, volvió a Yokohama.

Moría de ganas de reencontrarse con su novio Dazai. Aunque no había revisado su teléfono desde hace varios días, estaba demasiado distraído junto a su madre que se había olvidado de comunicarse con su novio.

Encendió su telefono luego de haber pasado días sin tocarlo y se percató al instante de la enorme cantidad de llamadas y algunos mensajes por parte de Dazai. No le sorprendió del todo, pues sabía lo intenso que llegaba a ser su novio cuando no le contestaba.

Debía extrañarlo en demasía. Sonrió ante la idea.

Decidiendo que no haría esperar más a su novio, salió del aeropuerto con bolso y tomó un taxi para llegar al apartamento de su novio lo amtes posible.

Tenía una enorme sonrisa en su rostro, anhelaba el reencuentro con su novio luego de tanto tiempo sin verlo. Por ahora, no le contestaría a sus mensajes ni lo llamaría, pues le daría la sorpresa de que ya había vuelto, solo se enfocaría en llegar a su apartamento y explicarle en persona porqué no le respondió.

Ah, en verdad se sentía feliz de volver a Yokohama.

Apenas el taxi se detuvo, le entregó el dinero correspondiente en efectivo al conductor, y se bajó del taxi con su mochila. Se dirigió al apartamento de Dazai, dispuesto a imgresar con una copia de la llave que Dazai le había dado hace tiempo.

Lo primero que notó al abrir la puerta era que todas las luces dentro del apartamento estaban apagadas, dando una impresión sombría y abandonada del lugar. Chuuya puso una expresión confundida, pues Dazai siempre dejaba mínimo la luz de la cocina prendida.

No obstante, le restó importancia a ese detalle y, tras cerrar la puerta principal del lugar, encendió la luz de la sala.

—¿Dazai?—Comenzó a llamar a su novio a medida que avanzaba por el pasillo. Se asomó a la cocina, y no había señales de él.

Todo estaba exactamente como lo había dejado, igual de ordenado, y eso era bastante raro, puesto que Dazai siempre deja todas las cosas regadas y vuelve un desastre su propio apartamento.

Suspiró, de seguro Dazai se había mantenido de a comida rápida e instantánea y por eso no había ensuciado nada en la cocina.

Siguió caminando hasta llegar a la habitación. "Tal vez está dormido" consideró mientras abría la puerta. La luz de la habitación también estaba apagada.

Ingresó de la forma más silenciosa posible, no quería hacer tanto ruido en caso de que su novio esté dormido. Cerró la puerta con delicadeza, para que casi no resonara el rechinar de esta.

La habitación carecía totalmente de luz, pero se podían distinguir algunas cosas gracias a la los rayos solares que traspasaban ligeramente la cortina.

Chuuya pudo distinguir un bulto sobre la cama, había alguien envuelto entre las sabanas, posiblemente durmiendo. Estaba claro que era Dazai.

El pelirrojo supo que lo correcto sería irse y dejar dormir a su novio, pero ansiaba tanto verlo que, con delicadeza, apartó un poco las sabanas que cubrían a su novio para contemplarlo. Se llevó una sorpresa cuando descubrió que este tenía los ojos abiertos, es decir, todo este tiempo Dazai estuvo despierto.

Y no se inmutó ante su regreso.

Por el como Dazai miraba a la nada con monotonía y por la atípica actitud que tenía, se le hizo fácil a Chuuya entender qué algo había pasado. Se arrepintió de no haber encendido su telefono estando en casa de su madre.

—Dazai...—Lo llamó casi en un susurro mientras notaba toda esa tristeza que se reflejaba en el rostro de su amado, quien siguió sin moverse.

Dazai sí quería ver a Chuuya y abrazarlo, pero no lo hacía, su desgana seguía ahí. Y su odio hacia el mundo estaba intacto.

Se limitó a soltar un simple murmullo.

—Volviste...

Seguía con la tristeza al toque, con el corazón tan herido que ni las vendas podrían ayudarlo. El desastre que era su mente desde hace semanas no había mejorado, y la soledad no le fue la más conveniente compañera.

—Oye-

—Quiero estar solo por ahora.—Su voz sonaba tan fría y, a la vez, tan dolida.

—No, no te hace bien estar solo, Dazai. Dime, ¿qué sucede? Soy tu novio y-

—Tal vez lo eres... pero me ignotaste durante unas semanas.—Sus palabras fluyeron mejor de lo que pensó, pues tenía un nudo en la garganta. No culpaba del todo a Chuuya por el hecho de que no le haya dado señales de vida durante varias semanas, pues no sabía del todo las razones por las que Chuuya no se contactó, aún así...— No estabas aquí cuando más te necesitaba.

Esas palabras fueron hirientes, tanto para el emisor de estas como el receptor. Chuuya sintió algo de culpa.

—Dazai... perdóname de verdad, no fue mi intención dejarte solo y-

—Está bien, y lo entiendo... pero en verdad quiero estar solo—Dazai tomó nuevamente sus cobijas y se cubrió con ellas. Seguía sin querer confrontar ese mundo que odia, ese mundo en el que no está su mejor amigo.

La depresión le había pegado fuerte a Dazai en esta ocasión. Irse y djarlo nuevamente solo no le pareció tan siquiera una opción a Chuuya. No lo dejaría ahora.

Tomó un extremo de la cobija y lo alzó para, luego de acostarse junto a Dazai, cubrirse. Acto seguido, abrazó al Dazai dolido que justo ahora le daba la espalda.

—¿Me dirás qué sucede, Osamu?—habló en un tono cariñoso y comprensivo, un tono muy poco visto en él.

—Odasaku...

—¿Qué pasa con él?

—Murió...

Saber eso hizo Chuuya pudiera comprender mejor cómo se sentía su novio y todo lo que este había sufrido en su ausencia, pues sabía con certeza lo importante que era Sakunosuke en la vida de Dazai y la alta estima que se tenían mutuamente. Sintió bastante pena.

Dazai dió medio vuelta para quedar frente a frente con su pareja. Nakahara, pese a la casi nula iluminación, pudo ver el dolor en la mirada de su amado.

—Oye...—susurró Chuuya, mientras posaba sus dedos en la mejilla de su novio, notó al instante el rastro de lágrimas secas que había.

—Odasaku murió, Chuuya.—Su voz estaba apagada, había perdido totalmente ese tono cantarín y burlesco que tomaba de vez en cuando. El pelirrojo abrazó a su novio con fuerza, queriendo brindarle apoyo y buscando reconfortarlo.

Sintió que había más vendas en los brazos de Dazai. Supo que eran las consecuencias por haberlo dejado sufriendo solo.

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