Cap.#6: Un Plan que Termina Mal
Última edición:
01 / 05 / 2021
~¡¡Aviso de capitulo largo!!~
"Comienza el plan de los Blues"
Jim corrió directo con sus padres, ambos eran de colores azules, por alguna extraña razón la madre era más grande que el padre en altura, los padres al ver al pequeño le sonrieron.
- Hola Jim, ¿Qué pasó? - Pregunta la madre con una dulce voz.
- Hola mami y papi, sólo quería mostrarles mi.... ¡Mis nuevos movimientos de karate! - Dió una pequeña patada en el aire.
- Pero eso es algo peligroso pequeño.
- Tu madre tiene razón hijo - Dice el padre.
- No me pasará nada, eh estado practicando y estos nuevos movimientos serán gusano comido.
- De acuerdo, te veremos pero ten cuidado - Dijo la madre preocupada.
- ¡Siiii!, Vengan, acá los voy a hacer - Dijo el pequeño mientras pasaba entre sus padres dirigiéndose a los juegos que estaban hecho de madera y ellos lo siguieron, así completando el paso uno del plan.
Los otros dos hermanos veían a lo lejos y sonreían.
- Buen trabajo Jim, ahora si sigues tu Jay, ya lo sabes, es la hora perfecta, no te tardes o los policías dejaran de almorzar y no nos saldrá bien - Decía Jack.
- Ok, pero si sucede algo inesperado, te echaré de cabeza sin piedad - Dijo Jay amenazándolo.
- Sii... Lo que tu digas - Lo decía sin importarle tanto - Tu sólo sigue el plan, mira, haya está Willow - Apuntaba el pequeño con su ala hacía una ave azul con un gorrito de rayas naranja que se encontraba pintando alegremente en un lienzo, parecía pintar aquellos árboles de hojas rosas al frente de ella - Vas a quitarle esas botellas de pintura, y rápidamente sin que ella se de cuenta las traes hacía esa resortera en donde te estaré esperando.
- Ok, ok, espero que valga la pena.
- Estoy seguro de que no te arrepentirás al ver ese maloliente policía pintado, ahora verá que ser un aburrido es lo peor.
- Si lo dices de esa manera me parece bien.
- Así se habla, ve sigilosamente, y cuando esté distraída, ¡Pum!, La dejas sin pintura para utilizarla de mejor manera.
- Okaaay, ha-haya voy - Lo decía el pequeño de las plumas caídas preocupado y dando unas breves estiradas y se fue corriendo hacía una árbol ocultándose, empezando su camino sigiloso.
- Jejeje - Jack sólo reía y se fue corriendo hacía la resortera.
Con Jay...
No era de esperarse que cada vez que él ave de ojos verdes se acercaba a la dulce ave azul de gorrito, se pusiera nervioso a que lo podría llevar, un castigo, limpiar la guardería, estar encerrado, ¡No comer dulces y postres por varios días!, De sólo pensarlo se le revolvía la panza. No había nada más terrorífico que no comer tu postre al final de una aburrida comida, o poder saborear esas ricos y deliciosos dulces de distintos sabores.
Después de pasar por largos metros, al fin Jay pudo colocarse en una gran roca que justo estaba al lado de la ave pintora, se escuchaba el suave tarareo emitida por ella al pintar (Imagínate un tarareo de la típica música del juego), por suerte para el pequeño ella no había notado aún su presencia, entonces Jay tragó saliva y esperó el momento, y por alguna extraña razón, el destino estaba de su lado...
- ¡Hola joven Willow!, quisiera que veas el dibujo que hizo mi hijo de ti, Si no te molesta... - Dijo una ave hembra de plumas moradas, era de mayor edad, tenía varias plumas en su cabeza, y a su lado tenía una pequeño ave de pico doblado y del mismo color de plumas agarrada de su ala, además de que el pequeño también tenía una hoja en su ala izquierda.
Willow volteó y sonrió - ¡Oh!, No me molesta, me encantaría verlo, ya voy... - Decía ella con una dulce voz dejando su pincel de el lienzo y fue hacía la madre.
"Es mi oportunidad", pensó el pequeño Jay aún más asustado de lo que estaba apunto de hacer.
Entonces cuando Willow empezó a hablar con la madre, Jay rápidamente tomo unas botellas de pintura variada en color, exactamente unas cinco que colocó en su cabeza y alas, y salió corriendo directo con Jack que estaba en la resortera como estaba planeado, mientras lo hacía pensaba: "Lo logré", repetidas veces incluso llegó a decirlo en voz alta, y al fin pudo llegar recibiendo una sonrisa del contrario.
- ¡Perfecto!, Ahora ayúdame a estirarla - Dijo Jack jalando la liga del medio de transporte.
- Ya voy, ya voy - Se quejaba Jay y también comenzó a jalar la liga hasta un punto muy lejano.
- Ahora me toca, ya que le eche la pintura, vendré rápidamente hacía acá para que veas el hermoso resultado jaja - Jack tomó las botellas y las puso en la liga, luego se subió y se volteó mirando a su hermano.
- Deseame... ¡SUEERTEEEE! - Jack no había terminado su frase al ser lanzado brutalmente de la resortera junta a las pinturas sólo por que alguien no se esperó, o no podía aguantar más.
- ¡Uy!, Creo que me apresuré mucho, buena suerte hermanito - Dijo Jay con el pulgar de su ala arriba para después irse con Jim y decirle que el plan... Se había completado.
Con Jack...
- Hayayay, bueno ya estoy aquí, ahora a esperar... - Decía el polluelo con las botellas de pintura al lado mirando hacía abajo.
Unas aves llegaron a saludarlo en el aire, o sea, literal, no olvidemos que el medio de transporte de las aves y los cerdos, ahora eran las resorteras gracias a Leonard que las invento, es por eso que siempre había aves en el cielo, y no era porque volaban de verdad, sólo se impulsan y caen a su destino con un amortiguador.
Pasaban los escenarios, casas, árboles, praderas, flores, huerto, pero ninguno parecía interesarle al pequeño azul de plumas puntiagudas.
Así pasaron los segundos hasta que Jack avistó una área de comida en donde habían aves en especial con un traje peculiar de colores oscuros, como de azul y negro, cascos y protectores para cualquier cosa, el pequeño Jack sólo sonrió y dio unas risas malévolas.
- Ji ji ji, espero que sepas como quitar la pintura de las plumas oficial - Comenzó a abrir las botellas de pintura y las preparó.
Con los Policías...
- Y le dije a Rick, pues seguramente no te has tomado tus pastillas, porque si las chicas nunca llegan a hablarte, ¿Cómo es que ya tienes novia?- Decía una ave policía hembra de plumas azul marino terminado un chiste que causó una ola de risas entre sus compañeros.
- Ay Elena, no se de donde sacas esos chistes tan buenos - Halagaba otra ave policía macho de plumas cafés dándole un sorbo de su café.
- No lo sé, creo que es un don.
- Y cambiando de tema, ¿Cómo te ha ido estas semanas Bill? - Pregunta otra ave policía de plumas verdes oscuras.
- ¡Aggh!, Un horrible fastidio, siempre en mis horarios en este zona de isla pájaro... Es un tremendo desastre - Se quejaba el Oficial Bill que tenía una voz ronca.
- ¿Por qué lo dices? - Pregunta Elena.
- Primero, ¿Conoces a Chuck?, su velocidad me mata del cansancio, no hay un día en el que no la use y tenga que detenerlo, eso no es normal.
- Si... Es muy fastidioso, una vez me intento coquetear para salirse con la suya, pero le dije que saldría muy herido si llegaba a hacerlo otra vez.
- En segunda... Esta Bomb, seguramente también lo conoces, el siempre suele estar reventando donde sea, literal, hace volar todo y a mi me deja el peso encima, aggh, este trabajo me esta matando... - Decía el oficial lleno de estrés con el ala en su cabeza agarrando con fuerza su casco que se encontraba en la mesa.
- Tranquilo Bill, todos pasamos por esto, pero en algún momento podrás dejar este trabajo y conseguir uno mejor para poder seguir apoyando a la aldea, recuerdo que todos tienen que dar de su parte - Dijo el policía macho.
- ¡Si, Bill!, uno se acostumbra, además también Matilda te ayudó un poco a controlar esas aves con poderes, de no a ver sido por ella, ya estarías en la ruina - Agregó otra ave oficial macho de plumas amarillas al lado de Elena, eran cuatro en total en una sola mesa.
- Gracias amigos... Ustedes me inspiran a seguir... - Agradecía Bill ya más tranquilo y aliviado.
- Un momento... ¿Qué es eso que viene haya? - Decía Elena apuntando hacía arriba y todos voltearon.
- Más bien, "¿Quién?" - Aclaró el oficial de plumas cafés.
- Bill... ¿Qué no es Jack, uno de los tres polluelos azules que siempre causan problemas? - Pregunta el de las plumas amarillas.
Bill entre cerraba los ojos para ver claro, y vio como un polluelo azul venía hacia el pero por arriba.
- ¿Qué es eso que tiene al lado? - Pregunta Elena.
- ¡Entrega especial de parte de los Blues para el Oficial Bill! - Gritó Jack y tiró todas las cinco botellas de pintura que tenía.
- ¡Cúbranse! - Gritó el oficial de plumas cafés y todos se cubrieron con sus alas y cascos, pero era inútil, la pintura mancho a los cuatro oficiales llamando la atención de las aves que estaban alrededor la cual dieron unas cuantas risitas.
- ¡Jajaja, eso te enseñará a no meterte con nosotros! - Gritó Jack antes de salir de las vista de los policías que estaban ultra furiosos, pero más el Oficial Bill.
- Ese pequeño... ¡Travieso! - Grita Bill ajustándose su casco y fue corriendo a la dirección en donde se fue Jack haciendo sonidos con su pico como de un claxon, dando a entender que ese era su habilidad.
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El pequeño Jack sólo reía y reía de lo que acababa de hacer estando en el aire, incluso se limpió los ojos por algunas lágrimas que se le salieron.
- ¡Lo logré!, No puedo esperar a decírselo a mis hermanos, jaja - Celebraba el pequeñín pero no sé percató de que algo le bloqueaba el pasó por andar buscando al oficial mirando hacía abajo - Ahora sólo tengo que esperar a lle... - Jack no pudo terminar por chocar con un enorme árbol y caer de poco a poco entre las ramas.
Cada vez que chocaba con una rama, le golpeaba una parte diferente de su cuerpo y el lo mencionaba.
- ¡Osico... Ala... Cola... Costillas....! ¡Ouch! - Se golpeó en una parte en la que nadie se salvaría - Ingle... - Al fin cayó al suelo todo adolorido.
Se levantó lentamente para no lastimarse más y volteó a los lados para verificar su ubicación.
- Por lo menos no me metí en un problema mayor... - Se decía Jack y volteó para su lado derecho viendo al Oficial Bill corriendo hacía él - Supongo que es hora de correr... - Y así como lo dijo, salió corriendo para el lado contrario.
- ¡Regresa aquí que te voy a desplumar! - Gritó Bill corriendo y dejando el suelo con varias pisadas de pintura colorida.
Mientras tanto, con los otros hermanos...
- ¿Cuando llegará Jack?, Ya se tardó demasiado - Decía Jim sentado en un columpio y Jay estaba a su lado.
- No lo sé, a lo mejor se atrasó, o peor, ¡Esta en problemas! - Respondió Jay preocupado.
- ¡Rayos!, No lo había pensado, tenemos que ir por él...
- Ah.. espera... ¡Allí está! - Apuntaba Jay con su ala y Jim volteó.
Jack salió de las sombras que daban los árboles corriendo y con una respiración agitada dejando confundidos a los otros hermanos.
- ¿Por qué está corriendo? - Pregunta Jim.
- Hay un obvia razón, y no creo que sea una buena noticia.
Después de los mismos árboles salió Bill con la pintura en su máximo esplendor.
- Te lo dije...
- ¡Corran! - Grita Jack llegando con sus hermanos.
- ¡Te dije que no saldría bien! - Grita Jack siguiendo a su hermano que ya había pasado a su lado, así también haciendo que Jim lo siga.
Los pequeños corrían y corrían hasta llegar con sus padres, poniéndose detrás de ellos y dejándolos confundidos.
- ¿Qué pasa, por qué están asustados? - Pregunta la madre y luego voltea a ver al furioso policía que venía hacia acá.
- ¡Alto! - Era el padre que se había puesto en frente del policía para detenerlo - ¿Cuál es el problema?.
- ¿¡Acaso no lo ve usted mismo!? - Respondió el oficial señalando con sus plumas mostrando que lo usaron con un simple lienzo.
- ¿Ellos lo hicieron? - Preguntó la madre mirando a los pequeños.
Los Blues sólo sonrieron nerviosos.
- Claro, de alguna manera hicieron un plan para dejarme manchado, y no sólo yo... ¡También a mis compañeros!, ¿Ven esto? - Le mostró un sandwich mordido a la mitad y una naranja llenos de pintura morada - No pude acabarme el sándwich tan perfecto que prepare, y se supone que las naranjas, son naranjas, ¡No moradas! - Exclama él.
- Bien oficial, lamento que le haya hecho eso, per nosotros nos encargaremos, son niños...
- Unos niños muy ingeniosos y traviesos, recuerden que las aves como ellos no tienen un buen futuro en Isla Pájaro, así que será mejor... - Exprimió su chaleco que sacó mucha pintura de color verde - ... Que les den una buena educación, o yo mismo le diré al alcalde - Bill simplemente se alejó del lugar conteniendo su ira.
Los padres estaban sorprendidos por lo que dijo el oficial y miraron a los pequeños algo serios.
- Jeje... El sólo... Nosotros... - Jack intentaba dar una excusa pero fue interrumpido.
- Eso no está bien pequeños... - Dijo la madre seria.
- Vamos mami, el es un aguafiestas...
- Ya se los habíamos dicho varias veces, no... Causen... Problemas.
- No nos culpes mami, sólo queremos divertirnos - Dijo Jim.
- Ay... Blues... Ya saben que en isla pájaro todos conviven, hay armonía, no hay... Problemas que es lo que causan... - Decía el padre.
- A mi ni me metan - Dijo Jay sin importancia.
- Todos ustedes son un equipo, si uno hace algo, los otros de alguna manera participan, entonces ninguno se saldrá con la suya - Dijo la madre seria.
Los pequeños bajaron la mirada deprimidos, entonces llegó alguien que le llamó la atención a todos.
- ¡Hola familia Blue!, ¿Cómo están? - Era Stella, al fin había encontrado a esos pequeños.
- ¿Stella?, hola, estamos bien, ¿y tú?- Saludó la madre.
- De maravilla.
- Si que llegas a tiempo, apenas íbamos a ir a buscarte - Dijo el padre.
- No se preocupen, está pajarita nunca le falla a sus clientes y amigos.
- Eso es lo que me agrada de ti, nos iríamos a trabajar pero... Tenemos asuntos pendientes con nuestros hijos - Agregó la madre.
- ¿Qué sucedió ahora?.
- Ellos bañaron de pintura a los policías...
- ¡Fue Jack! - Culpó Jay y Jack lo miro con enojo.
- ¡Yo no te obligué! - Respondió también gritando.
- ¡Si lo hiciste!.
- ¡Basta niños!, No estamos de humor para seguirlos escuchando - Regaña la madre.
- Ok...
- Ya veo por que vi varias pisadas de pintura en el suelo... - Dice Stella.
- Aggh... No se que voy a hacer... - Dijo la madre con estrés.
- Mm... ¡Tengo una idea!.
- ¿Ah... Y cuál es? - Pregunta el padre.
- Ya conocen a Matilda, sus clases de ira tal vez le den algo de aprendizaje a estos jóvenes.
Los polluelos se comenzaron a preocupar.
- Mm... No es mala idea... - Respondió el padre.
- ¡Es una maravillosa idea!, Eres la mejor Stella - Dijo la madre.
- No es nada, sólo hago mi trabajo, que ya es hora de hacerlo, ya pueden irse a trabajar, yo me encargo del resto - Dijo Stella.
- Gracias Stella, cuídalos bien, y no creo que necesites suerte para hacerlo - Halagaba la madre y jaló del brazo de su esposo para irse.
- Adiós - Se despidió el padre.
- Adiós.
Después de que Stella se despidiera se acercó a los pequeños y se agachó poniendo sus alas en las patas.
- ¿Están listos para su primer día de clases con Matilda? - Pregunta ella tratando de levantar ánimo.
- ¡Aggh, estamos desplumados! - Dijeron rendidos los polluelos en coro mirándose el uno al otro.
La historia continúa...
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