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Cap.#32: Isla... ¿Emplumada?

24 / 09 / 2023

—¡Ya quiero irme de aquí!

Chuck gritó a todo pulmón provocando un eco por toda la playa, su hermana interrumpió su escena dramática.

—¡Llevas así por 5 minutos! ¡Ya estuvo!— Le amenazó Silver realmente estresada.

—Aunque sea vayamos a explorar ¿Siiii?— Haciendo ojitos tiernos le rogó.

—Pero tú tienes súper velocidad, puedes darle la vuelta a la isla bien fácil compadre— Le recordó Bomb que se estaba sacando tierra de los oídos.

—¡Es verdad!

—¡Ah, no, no, no! Chuck, ¡no!— Recalcó su hermanita. —Ya te conozco, eres muy rápido, pero no significa que tengas buen sentido de orientación, te perderás fácil en una isla nueva.

—¡Nah! Lo dices por que te da envidia que yo pueda explorar la isla sin problemas en lo que canta un pez— Presumía mientras que tenía los ojos cerrados.

—Ehh.. Chuck, estamos aquí— Red le avisó arqueando una de sus grandes cejas.

Este avergonzado se da la vuelta y se calló poniendo sus alas atrás de su espalda.

—Ma-Mami, este lugar da miedo...— Zoe se acurrucó en los brazos de su madre.

—Shh, tranquila, ya encontraremos la forma de... salir de aquí, creo— Matilda preocupada fue consolada por Terence que la abrazó, no le agradaba ver a su esposa en ese estado.

—¡Estupendo!— Comenzó a gritar Stella. —¡Lo sabía! Tenía un mal presentimiento de este viaje y mira donde terminamos...

—Stella...— Llama Dahlia la cual estaba limpiandose las plumas de arena

—¡Tengo frío! ¡Trague montones de agua!

—¿Stella?— Willow, que sin que nadie la viera exprimió su sombrero húmedo, se acercó a su rosada amiga.

—¡Eso fue bastante peligroso! ¡El barco ni siquiera parecía estable! ¡No sabíamos ni por donde nos dirigíamos!

—Stellita— Poppy la llama después de hacer unos estiramientos.

—¡Los jóvenes polluelos casi mueren! ¡Íbamos a desaparecer sin más!

—¡Stella!— Al unísono la búho y la cacatúa amarilla le gritaron con molestia interrumpiendo a la chica de su burbuja de pensamientos negativos.

—Estamos aquí ¿si?— La única que traía gorro le hablaba en un tono suave. —Algunos salieron heridos, tal vez tenías razón, pero nadie podría haberlo visto venir.

—Willy tiene razón— Poppy apoyó a la azuleja, seguida de Dahlia. —Era una probabilidad indecisa, el clima cambió de golpe y fue algo que ni yo pude predecir, aún tengo que investigar este tipo de fenómenos.

—¿A qué quieren llegar con esto chicas? Simplemente no puedo relajarme después de lo que pasó y nos pudo pasar...— Casi sollozando la cacatúa rosada tartamudeaba un poco.

—Vaya, normalmente estarías dándonos ánimos a nosotras, no al revés— Dice Dahlia poniendo a pensar a las otras dos aves.

—Si... últimamente has estado muy frustrada y paranoica, ¿acaso es... ?— Willow ya suponía de que se trataba.

—¿Gale?— Termina de decir Poppy.

Esto dejó en completo silencio a Stella, haciendo que bajara la mirada mientras se abraza a sí misma, esto obvio les dió lástima a sus amigas que apunto de consolarla, giraron la cabeza ante el grito de Bubbles.

—¡Oigan! ¡Miren!

Todos al voltear no observaron más que un ser que se dirigía lentamente hacia ellos, como era de noche y la iluminación no era más que la luz de la luna, no se lograba identificar. Las aves presentes se pusieron alertas ante cualquier movimiento agresivo.

—¿Mm?— Hal al ser un tucán y tener sus ojos lado a lado giró su pequeña cabeza para permitir que uno de sus ojos viera mejor. —¿Es una ave?

Tal como lo dijo, el ser al estar lo suficientemente cerca, tomó la forma de una ave violeta grisácea, sus ojos eran tapados por su larga melena, tenía un pico no tan largo y vestía con unas botas hechas de hojas de palmeras.

—No estamos solos al parecer— Comentó Red que veía extrañado a la ave presente que solo los "miraba" directamente.

—¡Hol-! — Chuck fue callado por Silver que mantenía una postura aterrada.

—¡Shh!— Comenzaría a susurrar. —No sabes si esta ave tenga un comportamiento hostil... ¡no debes de alterarla!

—¡Solo quería saludar!— Le responde con el mismo tono.

Al instante, el recién llegado empieza a dar pequeños brincos, abriendo el pico y agitando las alas, indicando que está emocionado, entonces se acercaría hasta quedar a una corta distancia.

Terence le gruñó un poco pensando que este le haría daño a uno de los suyos, logrando asustar un poco a la nueva ave.

—Calma, no muerde, o al menos eso quiero pensar— Bomb fue el primero en ponerlo en confianza.

La ave de gran melena se calmó.

—¿Cómo te llamas?— Jay, junto con Jack y Jim, quiso entablar una inocente conversación.

No fue respondido, al menos no con palabras, fue recibido por un conjunto de movimientos con las alas de parte de esta.

—¿Es un baile para saludarnos?— Jake preguntó tratando de igualar sus movimientos.

—El mar ¡no! ¡Un árbol!— EL cuervo robusto explosivo gritaría con emoción.

—¡El cielo!— Le seguiría Chuck, tomando el juego.

—¡Un pez!— Bubbles se uniría también.

—Creo que ya conocimos al mimo de esta isla— Supondría el cardenal rojo con su cara seria.

La ave muda se rindió bajando su mirada decepcionada.

—Solo habla y dejate de juegos.

La ave negó y se encogió de hombros.

—Creo que no habla Red— Aclara Silver.

—Oye amigo, ¿hay más aves en esta isla?— Poppy curiosa le preguntó.

La ave asintió en respuesta.

—No puede ser ¿otra isla de aves?— Sorprendido, Chuck que jadeó fuertemente llega a una gran suposición.

—¿Qué nos lanzarán ahora? ¿"Grandes bolas de roca"?— Bromea Dahlia llevando sus alas a la cintura.

—Dudo que sean aves peligrosas, vamos, son aves, no cerdos o águilas— Aclara Silver convenciendo más a los presentes.

En eso algo parecido a un fuego artificial resonó iluminando parte del cielo por medio segundo. Esto obvio hizo llamar la atención de la bandada generando miedo.

—No fuí el único que se orinó... ¿verdad?— Dice Hal, pero todos confundidos lo miran dejandolo más incómodo.

.....

Pasamos al liderazgo de la ave muda que los guiaba hacia la población con una gran sonrisa.

—No puedo creer que vayamos a conocer nuevas aves parecidas a nosotros— Zoe se emocionó ante la situación en la que andaban.

—Exacto, yo tampoco puedo creerlo— Stella se veía bastante preocupada que hasta su voz se entrecortaba.

—¿A dónde se fue esa ave tan aventurera de plumas rosadas?— Poppy, convencida, le recuerda a su amiga.

—No se encuentra disponible ahora mismo...

—Esto es el destino viejo, vamos a vivir en una isla nueva para comenzar una nueva vida— Chuck con entusiasmo ve el lado positivo de la situación.

—No digas eso compadre, mi mami debe de estar preocupada— Le responde el cuervo negro preocupado.

—Ya te has salido de casa mucho tiempo, no me vengas con eso.

Red tenía un rostro nuetro, miraba hacia el suelo sin prestar mucha atención a sus alrededores. Esto obvio llamó la atención de la hermana menor de Chuck, Silver, se adelantó para ponerse al lado suyo.

—¿Red?

—¿Eh?— Salió de su profundo pensamiento. —¿Silv? ... Oh, perdón, estaba...

—¿Pensando? ¿En qué?

—No quiero... decirlo...

—¿Es por lo que pasó en el barco? ¡Ja! No es tu culpa, deja de pensar en ello.

—S-Si, eso, eso es lo que pensaba, gracias...

Al ver el comportamiento de su amigo, ella no estaba del todo convencida, así que con toda la confianza, lo tomó del ala sorprendiendolo.

—No era por lo del barco ¿verdad?

—E-Eh, bueno, y-yo...

—¿¡Escuchan eso!?— El canario amarillo exaltado que se puso EN MEDIO de los haciendo que de separaran, gritó poniendo en dudas a toda la bandada.

—Oigan, es verdad...— Susurró la ave de gorrito naranja.

—Es un canción, creo— Poppy se emocionó tanto que aceleró el paso.

—¡Oye! ¡Espera!— Dahlia trataba de alcanzarla.

La música aumentaba de volumen por cada metro que avanzaban, incluso la ave muda corrió, tenía ganas de llegar pronto, algo los esperaba cercas, hasta incluso a la distancia se podían notar respladores de distintos colores.

...

Un enorme concierto ya hacía sobresaliendo por toda la isla, enfrente del teatro y al ritmo los montones de aves bricaban, algunas acompañaban al canto y otras solo disfrutaban de la melodía.

Las letras salían del pico de una sola ave de las 2 que había en el escenario, la otra manejaba un equipo que componía la canción, su plumaje naranja y sus auriculares verdosos se hacìan lucir. Mientras que el cantante, con sus plumas celestes, su larga altura y gran copete, se encontraba inspirado y cantando con todas sus fuerzas, gracias al público plumífero no perdía el ritmo.

Al poco tiempo, la ave muda llegó a la zona detrás de todas las aves llamado la atención de algunas que la saludaron, pero cuabfo miraron detrás de esta, no podía apartar la mirada de los nuevos, los saludos nerviosos de estos últimos no podían faltar.

Sin pedirselos, el público totalmente extrañado abrió el paso, inocentenente la ave de botas hechas de hojas de palmera avanzó entre el camino abierto obligando a Red y sus compañeros lo siguieran.

—Vaya, son demasiadas aves— Comenzó Silver acariciando sus coletas.

—Son... muy diferentes a las de nuestra isla— A Red ya le había quedado claro que no era Isla Pájaro.

—Hola a ti, hola, holis, holanda, ¿qué onda?, ¿todo chido?— Chuck realmente entusiasmado saludaba a los demás que al parecer no correspondían.

El camino se iba cortando entre ellos y el escenario, tanto así que en cierto punto, su presencia llamó la atención de ambas aves que producían ma canción, haciendo así un pequeño silencio incómodo.

—Ho-Hola, jeje— Hal tomó la iniciativa a pesar de su pánico escénico.

—Bueno, bueno, pero que tenemos aquí, una banda de aves nueva que quiere unirse a la party— La ave de audífonos y plumas naranjas dió la bienvenida a través de un micrófono haciendose escuchar gracias a los altavoces, algo que relajó al enorme público.

La ave guía que ayudó a nuestros amigos se puso al lado de la otra ave peculiar de plumas celestes, que al instante le acarició la cabeza.

—¿Ahora qué trajiste a la isla Alcalina?— Con una voz serena que llamó la atención de Red y los demás se hizo notar.

La que ahora conocemos como Alcalina solo levantó los pulgares. Al instante la bandada se puso alerta una vez se acercó la ave alta que tenía un micro en el ala.

—Nunca los había visto por aquí, ¿son del ala oeste de la isla?

—Ehh, no, somos...— Red comenzó a aclarar el asunto.

—... de otra isla— Terminó Bomb.

—¿Ah? ¿Enserio? Pues bienvenidos sean a la Isla Emplumada, ¿quieres hacer un dueto conmigo para... darles la bienvenida? Jeje— Rió nervioso por la repetición innecesaria de palabras.

—Em... la verdad es que...

—¡Nosotros vinimos de Isla Pájaro!— Gritó Bubbles de repente.

Silencio tan pequeño como incómodo se presentó, el celeste confundido, aún se encontraba en dudas.

—Isla Pájaro...

Accidentalmente lo dijo atravéz del micrófono ocasionando un asombro, o más que nada, disgusto por la mayoría de las aves del público.

—¿Qué? ¿Qué dije?— Bubbles al igual que todo el gripo mostraba extrañeza.

—Así que pertenecen a Isla.... "Pájaro" ¿no es así?— Confirmó el más alto.

—Si, creo que lo dejamos más que claro— Seriamente Red respondió.

—Se acabó la fiesta— Avisó el de plumas celestes por el micro logrando dispersar a cada una de las aves, dejando poco a poco un lugar en silencio.

—Al parecer no les gustó el nombre— Pensó Poppy en voz alta.

—"Creo que quedó más que claro"— La otra ave que manejaba el equipo de sonido se fue llevandoselo.

—Grochero— Se cruzó de alas molesta.

—¿Y bien? ¿Cómo fue que llegaron hasta aquí?— La voz tranquila y serena se fue de viaje, ahora llegó una más fría y cortante.

—Usamos un... ¿cómo se llamaba? ... Barco— Explicó Matilda mientras abrazaba a Zoe con cariño.

—Nos lo encontramos tirado en nuestra isla— Aclaró Silver.

—Y conforme recordamos y observamos le dimos funcionamiento de nuevo— De forma ya común describió Dahlia.

—En nuentras vacaciones en el agua empezó a llover y el agua se movía mucho— Decía Jay haciendo gestos.

—Como si nos haya querido arruinar nuentro descanso— Supuso Jack enojado.

—Lo último que vimos fue una enorme ola... al abrir los ojos, ya estábamos aquí, con el... barco destruído...— Stella estaba triste y sin ganas de hablar mucho.

Fue suficiente para que el de plumas celestes entendiera la razón del como llegaron y como pudieron dar con esta isla, aún así, no podía quitarse una idea negativa de la mente.

—Seguro que nadie les obligó a usar el barco, para ello deben de tener un buen guía y navegador. Supongo que no podrán irse hasta conseguir un nuevo transporte— La ave alta les comentaba fastidiado, la bandada se miró entre sí.

Alcalina solo observaba a su compañero, enseñandole un rostro que él no podría ignorar, como si fueran ojitos tiernos, pero... sin los ojos.

El celeste suspiró rendido y se talló los ojos.

—Los llevaré con "La Voz", él pensará mejor que hacer con ustedes.

—¿"La Voz"?— Preguntó Silver.

—¿Qué clase de nombre es ese?— Dahlia se quejó.

—¡Hey! ¡Respeto! Ejem, él fue el que le dió el nombre a esta isla, tiene muchos años, incluso antes de que... "esto"— Levantó las alas. —... sea lo que es ahora, ¿entienden el respeto que le deben de tener?

—No me convence.

Este entrecerró los ojos bastante molesto.

—Argh, solo síganme y no hablen.

—Que "amable"— Soltó Stella.

...

En el camino, la bandada seguía a su nuevo "amigo" si así le podemos llamar, junto a la ave muda. Observaban como una que otra ave alrededor recogía y limpiaba cualquier cosa fuera de lugar, se estaban preparando para echarse una buena siesta.

—Vaya que son limpios— Comentó Bubbles como primera impresión.

—¿Qué quisiste decir con ese comentario?— De forma fría el guía le respondió sin voltear la mirada.

—Na-Nada, na-nada de nada...— Bajó la mirada.

—Me gusta ver caras nuevas como nosotros y no cerdos o águilas— A Bomb le comenzaba a agradar el sitio.

—See, ya estábamos cansados de otras especies que nos quisieran eliminar... aunque... la forma en que nos vieron me da mala señal— Decía Silver que estaba algo inquieta.

—Ni idea del por que nos vieron así— Red le contestó igual de confundido.

—Ya deberían de saberlo... ¿no?— El celeste alcanzó a escuchar ese comentario del cardenal.

—Apenas nos estamos adaptando a la idea de que hay otra isla como la nuestra y estamos perdidos en ella.

Silver se puso enfrente de Red llamando la atención del más alto. —¿De qué hablan? Queremos respuestas.

La ave muda se dió la vuelta y comenzó a hacer gestos únicos que los presentes más que su compañero no entendían, ya ni siquiera intentaban jugar al adivina que es.

—¿La para qué cosa de quién?— Dijo Poppy arrugando el ceño.

—Alcalina, no hace falta que pierdas el tiempo con ellos, si no pueden entender el plumaje de esta situación, ¿cómo podrán entender las palabras de señas?— Esto dejó todavía más pensando a las aves de la bandada.

—Con que palabras de señas... ¡Eso revolucionará la forma de comunicarnos!— Profundizaba Silver en sus pensamientos.

—Enserio, no tenemos idea de a que te refieres, apenas y sabíamos hace no mucho que existen más islas— Las palabras de Willow hicieron que el celeste doblara el pico.

—Hmmmmmm— Terence con su mirada tan determinada lo miró fijamente.

—Ya verán que La Voz les refrescará la mente y podrán irse más tranquilos lo más pronto de aquí— Sonrió, con algo de sarcasmo, dió media vuelta y siguió su camino.

—¿Al menos podemos saber tu nombre?— Preguntó Chuck esperando su respuesta.

—Solo diganme pájaro— No tenía ganas de conocerlos ni de conversar.

—¿Okey? Señor Pájaro, ¿dónde está este tal La Voz?— Silver tenía curiosidad.

—Observa por ti misma.

En el camino se habían adentrado a un bosque de varios frutos, justo en un lugar abierto y pequeñas colinas, una choza de madera fina y bien colocada ya hacía encima, emanando una suave luz amarilla.

...

—¡La Voz! ¡Tenemos visita!

La gran puerta se abrió dejando ver a un perico anciano de plumas de un tono naranja grisáceo que usaba una túnica oscura, al instante vió y analizò a cada uno de los integrantes del grupo.

—Los rumores me llegaron como polillas al ver una luz en una noche oscura...— El perico empezó a contar. —¿Es verdad que vienen de Isla Pájaro?

—Ajá— Respondió Red ya bastante molesto.

—Pero aquí me cuentan que no saben lo que hicieron... por eso los traje aquí, perdón por la molestia.

—Por algo soy el perico con más tiempo en esta isla, gracias por ser tan modesto mijo... Bien, pueden pasar, limpiense las patas.

Haciendole caso arrastraron sus patas por el suave pasto que andaban pisando, así para que en orden entraran, la choza era grande como para que un buen número de aves pudieran entrar sin tener dificultad.

...

Una vez tomaron un sitio para sentarse y acomodarse bien, observaron como el viejo anciano volvió con un vaso lleno de té, enseguida sentandose en un sitio donde lo pudieran ver de patas a cabeza. El celeste estaba apartado de los demás esperando con curiosidad su mayor, Alcalina estaba recargada en su hombro, durmiendo.

—Mi nombre ya no es un misterio para ustedes, no hace falta presentarme. Pero quisiera escucharlos y conocerlos.

Así las aves de poco a poco agarraron confianza y dijeron sus nombres, Matilda presentó a Terence por que este se limitaba con sus palabras. La Voz solo asentía con la cabeza.

—Es hora de que les cuente un viejo relato...

—¡Sii, hora de cuento!— Gritaron Jay, Jim y Jack al unisóno.

—En un tiempo lejano, esta isla como se le permitía, estaba llena de una flora incontable, saturada por toda clase de plantas, eso era por que estaba abandonada, una isla solitaria aparte de insectos, animales pequeños y una sola ave... yo, tan viejo como esta isla. Vivía tranquilamente, me apasionaba construir, inventar cosas y aprender, era una enorme zona llena de sorpresas, hasta que un día... un gran número de aves nuevas llegaron en un barco, se presentaron ante mí, yo como recordaba me aprendí sus nombres, sus intenciones eran la misma, encontrar un lugar para vivir, ¿de dónde llegaron esas aves? Se preguntarán, ¿por qué buscan un hogar? ¿Qué pasó con su antiguo hogar? ... todo se responde a que.... fueron expulsados de su misma isla. Isla Pájaro, una doble cara. Me cuentan que fueron deshechados como basura por ser diferentes, ¿a qué me refiero con "diferentes"? Aves poderosas con habilidades increíbles, los pájaros que no poseían este regalo de la naturaleza, veían con odio, miedo y alerta a estas aves, para ellos era algo sobrenarural, por lo tanto, no debían existir, bastó con unos cuentas accidente para que comenzara la discusión que fue provocante de una batalla que duró días, era ingenio contra poder. Muchos murieron en el proceso, sin embargo, guerreros pensantes de parte del bando de poder, ecararon a ambos grupos llegando a un acuerdo de paz... las aves poderosas abandonarían la isla, ya habían causado mucho daño sea intencional o no. Familias se separaron, mejor amigos nunca se volverían a ver, pero el papel ya estaba escrito, no había vuelta atrás, en un mismo barco que construyeron, zarparon para nunca volver, así llegando... a esta isla donde es mismo día, la fundamos como... "Isla Emplumada".

Al final de la historia, todo el grupo quedó atónito, no pod>an creer lo que acababan de escuchar, realmente estaban ¿asombrados? ¿Molestos? ¿Perturbados? ¿Asustados? Era un mar de sentimientos que solo sus plumas respondieron levantandose en señal de sorpresa y miedo.

—Ups, olvidé que había polluelos presentes.

Los polluelos estaban realmente traumados, no era el cuento que esperaban.

—Pe-Pero-Pero.... ¿có-cómo? ...— Stella apenas pudo formular palabras.

—Al parecer a la nueva generación después de la guerra se le ocultó la verdadera historia de su isla de origen...

—¿Guerra?— Soltó Matilda.

—¿Murieron... pájaros?— A Bomb se le borró su característica sonrisa.

—Poderes...— Dijo Chuck con el ala en la barbilla.

...

—Solo fue un resumen de la historia y del como la escuché, quien sabe si fue más brutal o larga de lo que ya es...— Tal vez La Voz ya tenía tiempo desde que le contaron la historia, pero estaba tan decepcionado y sorprendido como la primera vez.

—Eso es... horrible...— Willow estaba más que preocupada.

—Isla Pájaro... no eres lo que aparentas ser...— Red cerró su puño en señal de un profundo rencor que recorría su cuerpo.

—Ese fue el cuento para dormir, Jake les guiará a un buen sitio para descansar.

—Con que "Jake" ¿eh?— Silver sonrió confiada.

El mencionado se levantó indignado.

—Pero jefe, ¿cómo puede ver a estas aves como parte de la isla? Ni siquiera merecen un lugar donde dormir después de lo que-

—¡Jake! Nadie merece ser tratado como bestias... y más cuando es de tu misma especie, no sabemos si tengan la misma mentalidad que las aves que los expulsaron.

El celeste rendido se recargó en una de las paredes, cruzó las alas y desvió la mirada, regañado.

—¿Con qué cara nos ven? Obvio no somos iguales que aquellos de antes— Matilda estaba determinada.

—Espero y sea así, mañana temprano les echaré una pluma en la construcción de su barco para que vuelvan a su isla... ¿de acuerdo?

—Solo tengo una pregunta...— Red se acercó algo serio.

—Dime muchacho.

—¿Cómo se sintieron las aves al ser expulsadas de su propio hogar? ...

Un silencio inundó la choza por unos segundos hasta que el anciano rompió el hielo.

—Solo ellos pueden responder a eso...

Esto hizo que la bandada solo se quedara callada.

...

Alcalina se había despedido para dormir mientras que Jake solo seguía su paso, con Red y los demás atrás de él, uno que otra observaba como las luces que iluminaban los hogares se iban apagando. Ya era bastante tarde.

—Entonces... ¿dónde vamos a dormir?— Bomb ofreció la primera palabra por simple curiosidad.

—¿Vamos? Me suena a bandada...— El mencionado entrecerró los ojos mientras los miraba con desprecio. —No se que vengan a buscar aquí, ningún pájaro sale de su isla sin razón alguna, y ustedes aparecieron hasta acá en ese barco, busquen su propio lugar para dormir, espero no verlos mañana.

Punto final, simplemente se largó dejandolos a su suerte.

—Vaya bienvenida ¿no?— De forma sarcástica comentó Dahlia.

—De ser los héroes de Isla Pájaro pasamos a ser los más odiados de Isla Empapada— Dijo Chuck algo triste.

—"Emplumada"— Le corrigió Silver.

—Eso dije.

Red observaba a sus alrededores y veía como las últimas aves que quedaban por dormir, solo les regalaron una mirada de rencor y cerraban con ganas sus puertas.

—Al parecer tendremos que dormir entre las hojas.

—¿Alguien sabe como hacer casas?— Bomb soltó como pregunta necesaria.

Todos se miraron unos a los otros.

—Eso es un sí— Sonrió esperanzado.

"Psst" "Psst" Se oyó a lo lejos, una ave misteriosa se acercó.

—¡Holanda!

La ave nueva les saludó entusiasmado, claramente fue correspondido con otros saludos.

—¿Y tú quién eres?— El cardenal hizo la pregunta que todos esperaban.

—Mi nombre es Walter, los he estado viendo y creo que el gran Jake tenía prisa, por eso pensé en que si... querían venir a dormir a mi casa.

—Ehhh...

No parecía convencido, al recién llegado se le destacó por tener los ojos desorbitados, plumas grandes que le cubrían parte de la cabeza, y tener un plumaje despinado por debajo de su pico hasta la barriga.

—No lo sé...

—¡Mi hogar es muy grande! Van a dormir como ardillas en invierno.

Aún no parecía convencerle, puesto que era un sitio nuevo, con aves nuevas, historia nueva, plantas nuevas, todo era nuevo para ellos, pero...

—Es la única opción que tenemos, apenas y estamos conociendo una parte de la isla Red— Silver entendía lo que estaba claro y el de cejas grandes empezó a pensar lo mismo.

¿Pasarías una noche al aire libre en una isla completamente nueva para ti?

—Si, es un buen punto Sil...

—¡Nos apuntamos!— Gritó Poppy sin pensarla dos veces, algo típico de ella.

—Es muy amable de tu parte Walter— Matilda agradeció la invitación.

—¡Muy bien! Hay muchos cuartos, ustedes ya sabrán elegir— La ave de ojos locos se emocionó y comenzó a caminar. —¡Vengan! ¡No está muy lejos!

...

Walter no mentía, era una casa grande, no, enorme, quien sabe como y cuando lo consiguió, poco más y era una mansión. La bandada estaba sorprendida, así que entraron y admiraron el buen gusto de su nuevo amigo por la decoración, el espacio que se veía grande tanto por fuera como por dentro se notó rápidamente, hasta Terence cabía sin problemas.

Matilda, su marido, Zoe y los Blues durmieron como familia en un mismo cuarto, las chicas que eran Willow, Poppy, Dahlia, Stella y aunque les sorprenda, Silver, dormirían en otro, los buenos amigos Hal y Bubbles se eligieron uno que era muy bonito y los que restaban, que eran los compadres, Chuck Bomb y a pesar de que Red no estaba muy de todo agradado por la idea, entraron en su nuevo cuarto.

—¿Ves Red? No era tan difícil venir con nosotros, nunca te aburrirás— Tan carismático com siempre Chuck decía mientras brincaba en el nido que era bastante elástico y cómodo.

—Si, como sea...— Le respondió Red no muy interesado.

—Vaya lugar más bonito, jaja— La gran ave de plumas negras veía una que otra figura hecha con bambú, muy detalladas.

—¡Bomb! ¡Acompañame! ¡Esto está divertidisimo!— El canario amarillo no dejaba de brincar a alta velocidad.

—Iba a decir que pijamada, pero si tengo mucho sueño, en cualquier momento podría- Zzzzzzzz— Y cayó dormido una vez acostado en uno de los nidos.

—Buena idea compa, mejor dormir bien para mañana pachanguear con más energía— Se acostó en el mismo nido elástico y se tamó con una manta hechas con hojas de palmera. —Red, ¿podrías apagar la luz por fis?

—Claro...

Le sopló a la gran antorcha que era la fuente de iluminación, quedando así a solas con los rayos de la luna que entraban en la única ventana que había, Red se acercó a ella y contempló las estrellas, le llenó un poco de nostalgia. Suspiró relajado, al voltear la mirada, se dió cuenta que Chuck y Bomb ya estaban profundamente dormidos.

—Hmm... Nunca habría imaginado...

Regresó su mirada para ver fijamente la luna con cierto pensamiento profundo en su mente.

—... ser el héroe de una isla mentirosa...

Continuará...

(Cualquier error ortográfico que hayan encontrado, me lo hacen saber, es un capítulo largo y se me hacía complicado volverlo a leer)

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