Cap.#29: El Apoyo de Dos Lindas Aves
Última edición:
03 / 08 / 2021
Mientras tanto en Isla Pájaro...
Una estornino morado estaba sentada en un banco en un parque, con su ala y cabeza recargada en la esquina de este. Se veía decaída y pensativa. Era la tan malagradecida de Gale.
- Que estúpida fuí, ¿Por qué tengo que ser así con ella?, No ha hecho nada malo conmigo, aggh, son un asco. - Se decía la chica.
- ¡Ah! ¡Hola amiga!. - Una voz detrás de la ave morada se escuchó llamando su atención.
La chica al voltear vió a aquella ave que la llamo. Era de aspecto amigable, plumas violetas, cabellera larga de ese color pero más oscuro, y también una cola de ese mismo color.
- ¿Tú quien eres?. - Preguntó Gale sin mostrar ánimos.
- Me llamo Pinky, soy la encargada de organizar las tan amadas Citas Expréss.
- Sólo quería invitarte a ir esta noche, te veo algo decaída. - Siguió diciendo.
- ¿Y crees que es por la falta de un macho?.
- Mm... Por lo que puedo ver no es así. Vamos... - Se sentó al lado de Gale. - Cuéntame.
- Aggh, no creo que tu lo entiendas.
- No te estoy preguntando, cuéntame. - Dijo seria intimidando un poco a la ave morada.
- Bien... Tengo un problema...
- Ajá. - Soltó.
- Personal.
- ¿Acaso tienes a alguien más a quién contárselo?.
- Em... - Se puso a pensar. - No.
- Entonces no te limites, no podré ayudarte si no me cuentas.
- De acuerdo, te lo contaré, pero si no quieres tener algo que ver, será mejor que te arrepientas.
- Tu sigue mujer, soy todo oídos.
Una historia después...
- Amiga, ¿Estás mal de la cabeza o qué? Sin ofender claro. - Dijo Pinky sorprendida.
- ¿A qué viene la pregunta ofensiva?
- Bueno, cómo te diré... Mm... - Diciéndolo sarcásticamente. - Número uno, es tu hermana, número dos, ella no hizo nada para merecerlo, y número tres, ¿Mostraste algún arrepentimiento?.
- Am... Esos son muy buenos puntos, es por eso que, si... Me arrepentí tarde, pero no estoy segura si seré aceptada por ella, de nuevo.
- ¿Entonces ya habías discutido ese tema con ella antes?
- Si. - Respondió apenada.
- No puede ser, tu caso es muy grave, si sigues así ella ya no sentirá nada por ti y dejarán de ser hermanas de corazón.
- Nunca lo había pensado de esa manera, un momento... ¿Tu ya conocías a Stella? Puedo verlo por tu manera tan segura de decir las cosas.
- La mayoría de las aves en Isla Pájaro la conoce, es de mala suerte no conocer a esa simpática ave, es amiga mía, es por eso que confiaba en que ella no sería capaz de hacer lo que tu le hiciste.
- Mm, tiene razón.
- Y si no te sientes segura con mi opinión, te presentaré a alguien muy especial para mi, ven. - La ave violeta se levantó alentando a Gale a ir con ella.
En otro lugar...
- Otro día de trabajo, otro rechazo de parte de varios machos... - Decía una ave desanimada después de abrir la puerta de su hogar, dejar un palo con una tela pegada y quitarse el chaleco dejándolo encima de su nido.
Esta ave era de plumas amarillas, tenía plumas cafés en la cabeza que formaban una cabellera y también un pico algo largo.
- ¿Por qué no puedo conseguir un novio? ¿Será que yo estoy hecha para no tenerlo?. - Se preguntaba mientras estaba recostada en su nido, y con su ala derecha recostada en su frente, un sentimiento de frustración se le comenzó a aparecer.
Así quedándose dormida para recargar energías.
Después de unos minutos de un sueño profundo, unos toques se escucharon desde la puerta. Esta se dió cuenta que no tenía que dormir más.
- ¿Quién es?. - Dijo en voz alta quejándose.
Sólo se escuchó un tarareo de una canción detrás de la puerta.
La ave de cabellera café sonrió pero no hizo ningún otro movimiento.
- Oye Pinky, no tengo tantas ganas. - Respondió al canto que se oía.
Sólo se pudo ver como se abría la puerta dejando pasar a Pinky, ella no pudo evitar sonreír al ver a su mejor amiga.
- Amiga, esperaba tu danza de la amistad, ¿Qué sucedió?. - Decía la ave violeta.
- No tenía ganas, eso es todo.
- De acuerdo, antes de hacerte más preguntas, quiero presentarte a alguien que me encontré.
La ave amarilla levantó la mirada con curiosidad viendo a alguien entrar por la puerta.
- Hola. - Saludó Gale sin tantos ánimos.
- ¿Hola?
- Gale, Roxanne, Roxanne, Gale. - Presentaba Pinky apuntando a cada una.
- Un gusto. - Dijo Roxanne seria.
- El gusto no es mío.
- Ok, no iniciemos una pelea, vayamos al grano. - Interrumpió Pinky. - Esta... "Agradable" ave, tiene un problemilla que necesita resolverse, sólo me falta tu perspectiva para darle confianza. - Esta se hizo a un lado y vió de reojo a la ave morada.
- Bien...
Otra historia después...
- ¿Estás mal de la cabeza o qué?. - Preguntó Roxanne sorprendida.
- ¡Eso mismo dije!. - Afirmó Pinky.
- Oigan, también tengo sentimientos saben. - Dijo Gale.
- Después de lo que acabas de contar, no se nota. - Contradijo la ave de cabellera café.
- Lo sé... - Contesta decaída.
- Es obvio lo que tienes que hacer, tienes que ir con ella, pedirle perdón y ¡Tan tan! ¡Mejores hermanas!.
- Si, pero... ¿Por qué se me hace tan difícil hacerlo?
- ¿Falta de confianza? Eso es fácil. - Roxanne se levantó y se colocó en frente de un espejo que tenía cerca. - Mírate al espejo y no veas simplemente tu apariencia y la intentes mejorar. - Se quedó callada haciendo notar como se decaída lentamente. - Ya que... Por dentro... Sigues siendo... Horrible.
El silencio inundó el lugar, entonces Pinky se dió cuenta de lo que pasaba.
- ¿Aún no consigues novio?. - Preguntó la ave violeta.
- ¡Noooo!. - Gritó Roxanne cayendo de rodillas expulsando toda su tristeza.
Gale se le quedó viendo extrañada mientras que Pinky sintió lastima, ya una vez estando al lado de la de cabellera, optó por consolarla.
- Debiste haberlo dicho antes, pensé que varios machos estaban detrás de ti, pero parece que me equivoqué.
- Es que... N-No lo entiendo. - Decía Roxanne con una voz quebrada. - Nunca he mostrado negatividad, todo era positivismo, ahora siento que nada de eso sirve con aves así de crueles. - Eso último la hizo llorar más.
- No son crueles, simplemente no saben lo que es vivir con una ave divertida y linda como tú. No dejes que eso te detenga, además, no hay necesidad de tener una pareja.
- Gracias, aunque es fácil para ti decirlo, ¡Tienes esposo!
- ¿Alex? Nah, él llegó a mi vida cuendo más lo necesite, tal vez en otra ocasión llegue tu alma gemela como la mia.
- Eso me conmueve, gracias por ser mi amiga. - Abrazó fuertemente a la violeta, y la contraria correspondió.
- ¡Ey! Se olvidaron de mi. - Exclamó Gale, la ave que sacaron de la conversación.
- ¡Aggh! ¡Arruinaste el momento!. - Se quejó la ave amarilla.
- Ahora si, volviendo a lo que venimos, tienes que quitar esa negativa actitud que tienes, volver con Stella, y arreglar todo lo que una vez haz roto... Y eso incluye su corazón. - Sugería Pinky.
- De acuerdo, espero que si me vuelva a aceptar.
- Yo también lo espero de ella, no quiero que una de mis aves favoritas cambie su forma de ser.
Gale ya estaba apunto de irse, pero antes volteó para ver por última vez en el día a esas dos aves.
- Por cierto... Gracias. - ¿Enserio lo dijo?.
Y así se marchó del hogar dejando un ambiente de satisfacción para las dos amigas.
- Otra ave bien atendida, oye Roxanne, ¿Estas lista para volver a las citas expréss?.
- Mm... Lo he pensado mejor y... Creo que si iré, pero no voy a esperar a que alguien me elija como pareja por que sí. - Se quedó en silencio y luego sonrió. - Sólo iré a divertirme.
- Te digo algo, eso es lo principal que debes de tener en cuenta. - Afirma la ave violeta abrazando con su ala derecha a su amiga.
- Un momento, ahora que lo recuerdo. ¿Stella no se había ido de viaje con Red y sus amigos?. - Recuerda Roxanne con el ala en la barbilla.
En la playa...
- ¿¡CÓMO QUÉ STELLA SE FUE DE VIAJE!?.
La historia continúa...
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