❝ Bienvenido a la habitación del pánico. ❞

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baltimore, maryland | calvert school | jueves, mayo 10, 2007, 6:05 p.m. | 14 años antes.

EL JOVEN PASABA SUS MANOS POR LA TELA DE SU PANTALON, estaba sumamente nervioso ante las miradas de sus compañeros mientras se asignaban los compañeros de equipo, tendrían un proyecto en una de sus materias favoritas, literatura. Temía no ser elegido por nadie, ya que muchas de las parejas ya estaban establecidas por mera amistad o interés académico, agachó la mirada apenado, pensando, ¿qué estaba mal en él que nadie lo elegía?

—Hola Dominic— Al levantar la vista la observó, era su musa, única e irremplazable —¿Ya tienes con quien juntarte?— Preguntó amablemente, para él, era como si el mundo fuese una película en cámara lenta.

Se quedó callado observándola dulcemente, mientras ella lo miraba divertida, no era que fuese soberbia ante las miradas de sus compañeros, estaba acostumbrada a que todas las miradas estuviesen puestas en ella, le reconfortaba que la suya no fuese una mirada lasciva y perversa.

—¿No te juntarás con él?— Preguntó él señalando al muchacho rubio que se sonreía con otra muchacha. Ella negó con una mueca un tanto en desagrado que a él le causó ternura.

—No, quiero aprender a trabajar con más personas, ¿a ti te gusta la literatura?— Él asintió, se sentía soñar cada vez que ella le hablaba. 

Habían sido compañeros para trabajos o proyectos anteriores. Se buscaron a la salida para comenzar el proyecto, un ensayo sobre un libro viejísimo, no le importaba en lo absoluto lo arduo de la tarea, ni el tiempo que se llevaran haciéndola, ni siquiera le importaba a él hacer todo el trabajo por ella, con tal de admirar por infinitos minutos a su diosa.

No era la primera vez que ella lo buscaba cuando tenía problemas, él era muy bueno escuchando y ella era muy buena desahogándose, Dominic estaba dispuesto a ser el hombro en el cual la pelinegra podía apoyarse todas las veces que quisiese, era un apasionado devoto y Larisa Lamb era su religión.

Ella comenzó a comentarle lo mucho que le hubiese gustado hacer poesía aunque nunca consideró ser material para ser poetiza, en cambio Dominic tenía miles de versos que recitarle fervientemente a su etérea musa, siempre inspiración a la primera hora del día y al último minuto de la noche para su poeta interior.

Pero todo lo que tenía potencial para mejorar, igualmente disponía potencial para malograrse.

Dominic observaba la vida a su alrededor, como todo pasaba frente a sus ojos moviéndose con lentitud. Cada ser se sentía ajeno a él, bañados en su opulencia, sus privilegios clasistas, le enfermaba el elitismo de quienes eran cercanos a ese círculo de banal superioridad, pero así como entre todo había oscuridad aquel ser divino que flotaba superior entre las costumbres obscenas de la hipocresía y la mediocridad decidía aparecer de vez en cuando para el mismo propósito.

—Lamento mucho hablar sobre esto todo el tiempo contigo, de verdad no tengo a donde ir— Habló pausadamente con la nariz roja entre las lágrimas bajo la atenta mirada de Dominic terminando de relatar como es que Rhys la dejó plantada en una cita.

—No te preocupes Larisa, si puedo ayudarte con lo que sea hazme saber— Larisa lo miró con dulzura, comparado con los tipos con quienes ella se juntaba él no era rival, le darían una paliza al toque.

—Gracias Nic, no sé que haría yo sin ti— Ella lo abrazó, en un gesto de corresponder esa amabilidad inocente que él había mostrado sin saber el mar de emociones que había ocasionado.

Dominic Catriel sostuvo en brazos a Larisa Lamb, como aquel objeto tan precioso e invaluable que quería proteger, ni un papel que hubiese querido enmarcar en una pared, ni un trofeo en una vitrina, ni siquiera sus insignias de explorador habían tenido la intención de ser protegidas como ella en ese abrazo.

Fue en ese instante en que su abrazo se separase que se dio cuenta como una gran revelación de lo errado que había estado todo ese tiempo, ciego ante algo tan claro a simple vista. Había escuchado de sus propios labios como su desdicha se multiplicaba a cualquier lugar al que iba, fue ahí que decidió por Larisa que por su bien debía protegerla de la única persona que saboteaba su vida, la única persona que la hacía sufrir y cuyas decisiones le impedían ser feliz.

Sólo había un villano para Larisa Lamb, ella misma y sólo había un salvador para ella, Dominic Catriel.

baltimore, maryland | medstar southern maryland hospital center | viernes, julio 23, 2021, 5:53 p.m. | 28 días antes.

—¿Qué te dijeron?— Preguntó la morena a Jano después de salir de la habitación de hospital, no se había despegado de su camilla, él había checado todo el papeleo de Chris y Larisa dentro del hospital.

—Chris está estable aunque lo tendrán en observación, no fue algo muy grave pero tendrá incapacidad de un mes, Larisa está medianamente bien sólo se le bajó la presión así que le dieron medicamento y está en suero, dime la verdad, ¿volvió a los malos hábitos?— Ada frunció el seño, no quería delatar a su amiga pero era cuestión de vida o muerte a cada minuto que pasaba.

—Sí— Evidenció haciendo una mueca con la boca —No ha dormido bien, no ha comido bien tampoco, me preocupa.

—Lo sé, a mi también— Jano colocó una mano en su cintura —Hablaré con ella cuando despierte, tengo que hacer una llamada— Ada asintió viendo como se alejaba con el teléfono pegado al rostro.

—Yo iré a contactar a los familiares de Evans, todavía tengo accesos a los expedientes de los empleados en el departamento de R.H., no te separes de la jefa— Jano asintió a la petición de Santino en silencio mientras el tono sonaba del otro lado de la línea, no sin antes mirarlo por última vez.

Ambos voltearon a la ventana que daba al cuarto donde estaba Larisa, estaba justo a un lado del cuarto de Chris donde permanecía intubado, Ada se acercó al cristal que la separaba de su amiga, Lily la abrazó por la espalda. A pesar de que no tenían mucho de conocerse, le había estado prestando su apoyo en varias ocasiones, algo que ella apreciaba.

Pegó su mano al cristal, intentando de alguna manera conectarse con ella, hacerle saber que lo que sea qué pasó esa noche no se volvería a repetir, se había estado atormentando en que de haber sido más fuertes nadie estaría en esa situación tan desagradable.

—A ella no le gustaría verte aquí como zombie— Dijo Lily tratando de animarla.

—No hables así, suena como si se fuese a morir— Negó Ada lentamente con la cabeza —Mi mejor amiga solo se desmayó— Le susurró.

—¿Ellos son pareja?— Preguntó Lily con sutileza para no ser imprudente como hace unos momentos. 

—Lo fueron o lo son, la verdad no lo sé— Hizo otra mueca y se encogió de hombros, si no hubiese pasado aquello ella estaría probablemente en casa con Larisa bebiendo café chismeando del asunto, pero las cosas eran diferentes.

—Es muy lindo lo que tienen, a mi me hubiese dado miedo hacer algo como eso pero él dejó que lo atravesara una bala sin siquiera pensarlo, creo que la ama— Ada reflexionó lo que su nueva conocida le planteaba.

Sonrió para sí misma recordando aquella plática que tuvo con Evans cuando llegó a su casa esa noche implorando saber de Larisa.

boston, massachusetts | casa de ada | lunes, julio 7, 2021, 11:30 p.m | 16 días antes.

—En tercer lugar, ¿por qué no la defendiste?, la dejaste sola, ¿realmente confiabas en Larisa o no querías estar solo?— Preguntó Ada con vehemencia, quería saber cuales eran las intenciones de Evans, ¿sólo quería lastimarla?, ¿jugar con ella?, ¿volverse famoso?

Él se quedó en silencio pensando su respuesta y antes de que Ada diera ese portazo definitivo que le cerraría cualquier oportunidad a su ayuda, él habló.

—Antes no quería estar solo y sé que es un capricho infantil— Admitió Evans dolido ante la mirada juzgona de Ada —Yo sólo quiero que sea feliz— Observó su mirada cristalizarse, ahí supo que hablaba con la verdad.

La inocencia de la niñez te libera del estigma de llorar, estigma que crece, se reinventa y fortalece cuando te conviertes en adulto, para Chris, la angustia era aquella aguja que atravesaba el globo e impedía que el helio escapara para dejarlo desinflarse sin control libremente, Larisa había removido aquella aguja. Saber que lo había arruinado todo con ella lo hacía llorar.

—Chris— Cerró la puerta tras ella volteando a ver a sus padres cenar —Tienes que saber que tal vez ella sea feliz sin ti y que es muy probable que ella nunca te perdone, ¿lo sabes?— Él asintió.

—Pero mi corazón la llama todos los días— Respiró sollozando —Está bien si no me perdona nunca, si no me quiere volver a ver, sólo quiero que sepa que sí confío en ella.

baltimore, maryland | medstar southern maryland hospital center | viernes, julio 23, 2021, 6:14 p.m. | 28 días antes.

—Yo sé que se aman— Afirmó Ada mirando como Lily los observaba a ambos a través del cristal, como si Romeo y Julieta hubiesen cobrado vida y agonizaran juntos sin saberlo —¿A dónde quieres que te lleve?— Preguntó a Lily.

—¿A dónde quieres llevarme?— Respondió con tono coqueto mientras la morena permanecía callada —Míralo de esta forma, ya nos conocemos en las malas, ahora solo falta conocernos las buenas— Ada abrió los ojos dando paso a un sonrojo.

—Este lugar no es para ti, no deberías estar aquí— Se miraron, la morena con preocupación y la pelinegra con jugueteo.

—Y aún así lo estoy, ya no nos puede pasar algo peor— Lily le tendió la mano para sentarla a su lado con tranquilidad —Podemos descansar aquí en lo que tu amiga despierta, se nota que estás preocupada.

—Gracias Lily— Agradeció con amabilidad.

—¿Te aprendiste mi nombre?— Ada asintió con una sonrisa —Que lindo, pero yo no sé el tuyo.

—Ada Jacquet— Respondió estirando su mano para estrecharla, Lily comenzó a reír a lo que Ada la miraba confundida —¿Qué es tan gracioso?— Preguntó con cautela.

—Es como chaqueta en inglés— Se miraron por un segundo antes de reír ante el absurdo del nombre.

Un pitido se escuchó en uno de los cuartos donde estaban Larisa y Chris, corrieron rápidamente para ver quien de los dos era. Era Larisa quien había despertado como si un golpe de adrenalina le hubiese impactado de repente, se había levantado de la cama jalando todos los cables de los aparatos a los que estaba conectada. Miró por el cristal a Ada quien ya había pedido a Lily traer a un doctor.

Por un momento para Larisa todo fue sordera, un pitido molesto, palpitaciones y ganas intensas de llorar, estaba asustada aún por todo lo que había pasado esa noche.

—¡Larisa!— La sujetó Ada de ambos brazos para tratar de regresarla a la camilla —Todo está bien, estamos a salvo, respira.

—No puedo— Dijo con dificultad, se estaba hiperventilando —No puedo respirar— Agitó sus manos con desenfreno tratando de ver más allá del cristal. 

Ada comprendió qué es lo que estaba pasando aún cuando ella no lo decía explícitamente, su conexión se había vuelto tan fuerte que incluso podría decir que la conocía de toda una vida, la miró lloriquear como una niña pequeña como si volviese a algún pasaje de su infancia, alarmada por la pérdida de un objeto simbólico. Larisa necesitaba ver a Chris con vida.

—Él está bien, estamos todos bien, respira e iremos a verlo— Un doctor entró a la habitación acompañado de Jano quien al ver a Lily correr alarmada creyó que algo grave estaba pasando.

—Larisa, estamos aquí— Jano acarició su espalda como cuando eran niños mientras Larisa sollozaba mientras se abrazaba a sí misma.

Cada que Jano se iba a aquel centro de conversión donde Orman lo enviaba, esa era su reacción, él la conocía a la perfección y era por ello por lo que supo que hacer en cuanto la vio. Al ser visitas frecuentes a su "recuperación" tortuosa, tuvo que aprender a sobrellevar su dolor para no afectar a su hermana, lo que Jano no entendía era que Larisa sufría al ver que no era feliz, por lo que era un sufrimiento compartido. Jano acarició la espalda de Larisa paternalmente, quien poco a poco fue calmándose mientras el doctor los ayudaba a sentarla a la camilla para revisarla.

—Ella quiere verlo— Susurró Ada mientras la pelirroja estaba distraída.

—Yo hablaré con el doctor— Dijo Jano, aproximándose a ella sin soltar la mano de su hermana. 

Pasaron unos minutos para que Larisa pudiera recuperar medianamente el tono de su piel, sus ojos seguían sin brillo, su cabello graso y esa expresión de susto no se la quitaba cualquiera, Ada la tomó de la cintura para sostenerla y ayudarla a caminar pegada al suero, en cuanto vio a Chris sus ojos se aguaron ante la conmoción de observar su rostro hinchado, cubierto por moretones, raspones y la herida en el labio donde Dominic probablemente le dio un puñetazo.

Estaba inconsciente por lo que solo se escuchaba el pitido de la máquina donde se mostraba su pulso, en cuanto estuvo lo suficientemente cerca como para sentarse a su lado en la camilla soltó a Ada para sentir con su mano su pecho subir y bajar, acercó sus labios a un punto de su rostro donde aparentemente no había heridas y le plantó un beso silencioso como promesa de que todo estaría en paz algún día. Se separó para verlo tomando su mano esperando a que despertara, lo miró con adoración.

Ada se quedó parada a media habitación grabando en su mente ese hermoso momento, donde las palabras en el mundo dejaron de existir y tener significado, lo sabía por cómo Chris la miraba, ahora también lo sabía por como Larisa lo miraba. Chris y Larisa se amaban.

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HOLA, hace mucho que no nos leíamos por aquí, me pegó un pequeño bloqueo escritor al saber que estamos ante el final de algo maravilloso que he construido y ahora estoy aquí publicándolo finalmente para que todos lo vean.

Estoy muy emocionada porque vean más momentos entre Chris y Larisa, porque vamos a verlos interactuar como una pareja "funcional" por así decirlo, también he actualizado el primer apartado para que puedan ver el cast. Esta parte sólo dura 7 capítulos así que estén atentas porque será como un chasquido. 

Habrá muchos desenlaces de personajes tanto para bien como para mal, ninguno está a salvo.

Gracias por leer hasta aquí, nuevamente sean bienvenidas y nos leemos el viernes.