❝ ¿A qué le tienes miedo? ❞

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baltimore, maryland | casa de larisa | martes, julio 8, 2021, 5:37 a.m. | actualidad.

LARISA SE HABÍA DESPERTADO MUY TEMPRANO sin siquiera saber realmente por qué, ¿era la sensación de volver a un lugar que conocía?, le era totalmente agobiante la idea de sentirse tan ansiosa por reaparecer en la firma. Por una parte deseaba no hacerlo, deseaba volver a ser una fugitiva sin rumbo, viajar a cualquier lugar del mundo sin dejar rastro, por la otra parte, deseaba reaparecer totalmente imponente, que todos viesen que su dignidad no solo estaba reparada sino que no volvería a agachar la cabeza ante nadie como cuando era más joven.

Respiró hondo mientras se cepillaba los dientes, en su baño tenía esa última rosa marchita, ¿por qué la conservó?, no lo sabía o tal vez sí pero no lo admitiría, ¿dónde estaba él ahora?, tampoco lo sabía del todo pero no dejaba de pensarlo. Aunque le doliese, fuese un tema difícil para ella y quisiera volverlo una etapa abandonada, el golpe de realidad solo le mostraba que no se arrepentía de vivirlo a pesar de no haber sido el final que esperaba. ¿Realmente era el final?

Se bañó, y mientras se bañaba solo pensaba en el posible discurso que daría para justificar su llegada, realmente no tendría por qué justificarla, de todas formas, el bufete era suyo, le pertenecía desde hace casi una década. ¿Por qué no solo llegar y ya?, no podía, debía ganar su respeto para que realmente creyeran en su habilidades, no dejaría que nadie la dejase de lado o irrespetara su opinión.

Salió cubierta en su bata a la habitación, preparó ropa que le parecía le daría un aspecto profesional, imponente, que infringiera respeto, ¿quería causar temor?, la respuesta era un sí. Estuvo a punto de retirarse la bata cuando escuchó un ruido en el porche, trotó ligeramente cubriéndose a sí misma hasta la ventana para ver desde ahí, sin embargo había un pequeño techo por lo que no pudo ver más que el patio donde no habría nadie.

Bajó a su mayor velocidad las escaleras para saber de dónde con exactitud venía ese ruido, pero al abrir la puerta interior no pudo ver a nadie a través de la puerta de rejilla, volteó hacia su macetero donde había algunas macetas rotas, divisó un par de papeles. Salió brevemente, los tomó corriendo, cerró ambas puertas con doble llave, cerró las cortinas y una vez que terminó de resguardarse pensó en qué lo pudo haber provocado.

Tal vez habrían sido niños ya que había escuelas cerca de su casa, o algún vecino envidioso de sus plantas, aún así, su corazón latía con fuerza, su bilis había subido y unos escalofríos la habían dejado en blanco. Miró el reloj analógico en una de las mesitas de la sala y se dio cuenta que si quería llegar temprano debería apurarse, la puntualidad era una obligación. Caminó sigilosamente volteando aún a todas las ventanas tapadas por las cortinas, buscando ver alguna silueta, todo estaba en silencio, solo se escuchaba su respiración hasta que escuchó el estruendo de su teléfono sonar.

Dio un pequeño brinco y corrió hacia el teléfono por inercia, contestó con un saludo entrecortado, casi como un susurro.

—Hermanita, ¿quieres que vaya por ti?— Era Jano, con un tono infantil fingido tratando de ser gracioso. Se sintió extraño por la contestación de Larisa, quien no había respondido como siempre le hablaba —Lars, ¿estás bien?, ¿Lari?, ¿Lari?— Y así siguió llamándola por un rato.

Larisa estaba sin reaccionar solo mirando la puerta, como si supiera que alguien está por entrar aunque realmente ya no estaba pasando nada.

—Estoy bien— repentinamente trató de recomponerse, rescató la idea de que sería algún niño jugando, sin embargo, la hora no coincidía para nada, aún no salía el sol en su totalidad —¿A qué hora llegas?, tal vez puedo preparar el desayuno.

—Lari, ¿estás segura de que estás bien?, se que todo este asunto es tedioso pero ya no puedes seguir escapando— Jano estaba preocupado, no solo porque algo más pasara, sino, porque empezaba a tener la impresión de que evadiría sus responsabilidades.

—No pienso escapar, quiero dominar, tu padre también es el mío después de todo— Esto último hizo reír a Jano, lo cual lo dejó un poco más tranquilo.

—Muy bien, entonces llegaré temprano para desayunar juntos.

—Estaré lista para cuando llegues— Avisó Larisa y colgó, dejando a Jano con el "okay" en la boca. Si realmente querían desayunar, debía terminar de alistarse primero.

Subió a su habitación y cerró las cortinas de todas las ventanas posibles en el segundo piso. A pesar de la experiencia reciente, trató de tranquilizar su mente que parecía casi imperturbable, respiró hondo y un pensamiento bizarro cruzó su mente, ¿y si fue Chris?, imposible, él estaba a kilómetros de ella, él no tenía nada que hacer en Maryland.

Suspiró nuevamente con fuerza y tratando de no pensar en nada más, se alistó, bajó a preparar algo nutritivo sin tener ni idea qué hacer, revisó su cocina y no había comida, por lo que se sintió tonta al no haber revisado primero si encontraría alimentos ahí siendo su primera noche en la casa.

Jano no tardó en llegar, se saludaron con un choque de manos, Larisa se abstuvo de explicarle la situación antes de salir de la casa, Jano le hizo saber que al días siguiente llegaba Ada en el jet de la empresa a lo cual la pelirroja respondió gratamente, ambos subieron al auto para ir a desayunar a algún restaurant cerca de ahí. Jano no notó las macetas rotas, pero Larisa si notó la nota que estaba instalada dentro de la maceta, ella prefirió no decirle nada y leerla más tarde.

boston, massachusetts | casa de chris | martes, julio 8, 2021, 6:00 a.m. | actualidad.

Chris se encontraba conduciendo para llegar a su trabajo, estaba atrapado en el tráfico, debía llegar temprano para establecer la confianza y la buena impresión que había perdido en el departamento por la suspensión de hace tres meses, los criminales estaban a la orden del día, sobre todo el nuevo caso, cada uno más particular que el anterior. Estaba tratando de encontrar un lugar entre un nuevo caso que la policía cerró hace unos meses sobre un asesino de mujeres, creyó que reabrirlo y resolverlo le daría estatus otra vez pero no estaba muy seguro de si era buena idea.

A pesar de que Larisa había marcado un antes y después algo infortunados en su vida, no desistía de la idea de buscarla ni mucho menos de obtener su perdón, las cosas no habían vuelto a ser las mismas sin ella, ciertamente, aunque le hubiese destrozado la carrera o vida pública, no podía odiarla. Mucho menos después de haberla conocido como una llama encendida y apasionada por la abogacía al verla en acción con la resolución del caso Ward.

¿Era cursi?, sí, ¿había querido como se había enamorado de Lara?, no lo sabía o tal vez sí pero no quería admitirlo. Las palabras de Ada lo habían paralizado de una manera que creyó imposible, todo lo que la amiga de su ex (si es que así podía llamarla) le había dicho era cierto, por lo que decidió que lo mejor sería olvidarla, no sería un proceso fácil, aún podía incluso oler el perfume de su pelirroja impregnado en el asiento de copiloto, aún podía escuchar su risa de esa noche inundando el coche o sentir sus labios cuando ella lo besó. Por una parte temía a la soledad, sobre todo a la que estaba experimentando en esos momentos aunque ya había estado solo mucho antes de que ella llegara, pero, por la otra parte, no podía desprenderse de aquella conexión extraña que lo atraía a ella, la sensación de tener su atención, de escuchar sus conversaciones era grata, de lo único que tenía certeza era el hecho de que no quería ser un fantasma en su vida.

¿Qué significaba Larisa Lamb para Chris Evans?

Sus pensamientos pararon cuando le entró una llamada, era un número que no tenía registrado, pensó que sería Mara con alguna mala noticia u otra deuda que su nuevo amante no podría cubrir, dudó en no contestar pero desistió de la idea pensando que tal vez sería Larisa. Contestó con el manos libres y saludó con un 'buenos días'.

—Hola, ¿es este el número del agente Christopher Evans del F.B.I?— No reconocía de ninguna parte la voz que lo llamaba por teléfono.

—Sí, este es su número, ¿en qué le puedo ayudar?— Contestó totalmente extrañado, rezaba porque no fuera otro abogado por parte de su exesposa para pedirle subir la pensión.

—Me comunico con usted para informarle que tendrá un cambio de plaza, un contacto ha solicitado sus servicios para un caso particular— ¿Cuándo había pedido cambio de plaza?, dio un frenazo que hizo sonar algunos cláxones.

—Disculpe, pero no he solicitado ningún cambio de plaza y no estoy interesado en uno— Hizo una pausa para relamer sus labios, antes de contestar siguió conduciendo —Mire, estoy cómodo con la plaza en la que estoy, he tenido algunos inconvenientes pero trabajo muy bien, soy de los mejores en mi servicio— Trató de favorecerse lo más que pudo con hechos, realmente era bueno, sólo era una mala racha.

—Lo sabemos, por eso hemos pedido su colaboración, ya se nos ha autorizado por parte del director Salamanca tener su participación durante este caso y si usted acepta será de gran valor curricular, tendrá detalles si los desea— Ya no necesitaba más que agregar a su currículum, aún así, la idea del tan dichoso caso le causaba curiosidad, ¿qué era tan importante como para pedir personalmente un cambio?

—¿De qué se trata?

baltimore, maryland | firma de abogados condesa | martes, julio 8, 2021, 8:00 a.m. | actualidad.

Caminó con la cabeza en alto, totalmente segura de sí misma por los pisos de mármol, brillantes y lustrosos, no le importó que sus botas de tacón sonaran por los pasillos ni que el ruido de su propio caminar le hiciese sentir aún más nerviosa. Jano, a buena hora, había decidido adelantarse dejándola sola.

Con su portafolio en el hombro, llevaba consigo las pertenencias que serían colocadas en la oficina de su padre, ahora suya. Aunque era algo que le disgustaba, no podía dejar de pensar en el ánimo que le daría tumbarlo de su nube de poder, ahora oficialmente reconocida como presidente de la firma y una de las mujeres más ricas de Maryland.

Sus pensamientos fueron embargados por la opulencia de su estatus, antes no le habría importado ya que siempre lo había tenido, pero ahora que sabía el verdadero valor de su posición podía elegir usarlo en favor de quienes realmente lo merecían, ese era el sentido de la moralidad.

Pasó junto a la recepcionista quien la miró asombrada, sonriéndole levemente y susurrando un 'buenos días', la recepcionista no la detuvo porque la reconocía de las noticias, Larisa no se detuvo porque a fin de cuentas, ella era la dueña hasta del edificio, nada ni nadie podía detenerla.

—Que bueno que llegas, Lamb— Una voz desconocida la saludó, tratándola de forma muy personal —Mi nombre es Santino Piero, un placer, he escuchado buenas referencias tuyas— Trató de estrecharle la mano a Larisa sin éxito, la pelirroja repeló la cercanía.

—El gusto es mío, lamento mucho no haber escuchado acerca de usted, recién llegué ayer— Alejó un mechón de su cabello de su rostro, miró levemente al suelo para desplazar su leve desacomodo y después lo miró sonriendo casi forzadamente sin mostrar los dientes frunciendo las cejas.

—Lo imaginaba, seré uno de sus asistentes, considéreme como su mano derecha— Se alejó un tanto incómodo mientras movía sus manos sin saber donde colocarlas, finalmente las dejó quietas pegadas a su cuerpo —Me han dado la orden de llevarla a la sala de juntas inmediatamente a su llegada, si gusta seguirme, la llevaré.

—De hecho, mi mano derecha llega esta semana— El rostro de Santino poco a poco decayó, lo cual hizo sentir un poco mal a Larisa, pero no desistió, no podía mostrarles mucha camaradería a sus empleados, iba a ser su jefa, no su amiga.

Santino caminó, Larisa se apresuró para caminar a su lado, a pesar de que el lugar se veía claramente más moderno, sabía que el acomodo de las oficinas no podría variar.

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Hola, aquí el capítulo 14, ayuda, ¿qué está pasando? No tengo ni idea.

Aprovecho para decirles que las actualizaciones vuelven a la normalidad, estoy muriendo porque lean los siguientes capítulos, si son de México no olviden registrarse para vacunarse.

¿Qué creen que pase en el próximo capítulo?

Sin más que decir, disfruten su lectura, las y los tqm, bonito fin de semana.