━━ XII | utazás
❝ ¿Qué sería de la vida, si no tuviéramos
el valor de intentar algo nuevo? ❞
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boston, massachusetts | departamento de jano | lunes, julio 7, 2021, 10:49 a.m | actualidad.
—Larisa, apúrate, se nos va el vuelo—Jano gritó desde la habitación contigua a su departamento, Larisa se encontraba empacado sus cosas para irse de vuelta a Maryland.
Tanto ella como Ada lograron obtener la titulación por honoris causa por el incidente de la joyera, Ada dio seguimiento a la absolución de los cargos impuestos a Larisa con asesoramiento de Jano, durante los dos días que Larisa fue encerrada. Larisa lo consiguió por poner en práctica su proyecto final con la ayuda de la reciente captura de la joyera, hace un mes en conjunción con un grupo de agentes del F.B.I., en cuanto a Evans y Hawthorne, fue suspendido de su cargo por abuso de autoridad y se les retiró del caso.
La asesina resultó ser una mujer pelirroja llamada Dolores Ward, cuya sentencia había sido dictaminada hace 5 días, no tenía nada más por hacer en Boston.
—Ya voy, no encuentro mi pasaporte, ¿lo tienes tu?— Salió de la habitación con su última maleta y su mochila colgada al hombro.
—¿No me escuchaste ayer en la noche cuando te dije que lo pondría en la mesa del comedor?— Jano levantó el pequeño librito azul con su mano izquierda, a la par que dio un sorbo de su botella de agua al terminar la pregunta.
—Está bien, está bien, solo ten cuidado de no orinarte en pleno vuelo, no soportaría el olor— Se volteó para contar nuevamente las maletas y asegurarse de que no olvidaba nada, volvió a la habitación donde se había quedado todos esos meses.
Se acercó al cajón del buró al lado de la cama, sacó de ahí la nota que le escribió, la miró con ironía "perdóname Lara, te quiero", quería creer en esa nota pero simplemente no podía, miró la última rosa del ramo que Chris le dio, marchita y sin gracia, pero su color seguía siendo hermoso a pesar del desteñido. Se había desecho de casi todas las rosas a su propio ritmo, con ello creando la falsa ilusión de que lo había olvidado. Aquella era la última prueba de que él no volvería, pero seguía aferrada a ella.
La miró, con la esperanza de que él diera una repentina señal de vida y le marcara a su celular pero no se podía, lo había bloqueado Ada de su celular, ella no lo desbloquearía, sin importar que pudiese dar con ella y recibiera su llamada su orgullo le impediría contestar. Acarició los pétalos que quedaban con miedo a desbaratarlos.
—Lars, tenemos que irnos ya o no alcanzaremos a despedirnos de Ada— Jano se recargó en el marco de la puerta, con las piernas y brazos cruzados, lo dijo con una voz calmada sin lograr atraer la vista de la pelirroja.
—Lo sé Jans— Suspiró sin dejar de verla y solo cuando se sintió preparada para dejarlo todo atrás, se levantó de la cama, con su mano deshizo algunos pliegues que se formaron en el edredón y dijo —Estoy lista, vámonos— Hizo una mueca y caminó detrás del pelinegro.
La llevó en la mano mientras algunos trabajadores del lugar que daban mantenimiento bajaban las maletas al estacionamiento, donde estaría el auto que Jano compró en su estadía, lo vio indispensable cuando supo que Lari tomaba el bus, no quería que se encontrara con Evans nuevamente, aunque, él realmente nunca la buscó.
Bajaron en el ascensor en silencio, Larisa para no hacer el momento incómodo y Jano porque sabía lo difícil que eran para ella las despedidas, sobre todo aquellas que eran inconclusas.
Atravesaron el estacionamiento caminando hacia el auto, donde estaban todas sus maletas, conducirían a casa de Ada, ella aún vivía con sus padres y quería darle un hasta luego, había conversado el tema de darle trabajo en la firma con Jano, ella tenía gran parte de la totalidad de esta en su poder, en cualquier momento podría expropiarla, no lo había echo no solo por su nula preparación sino también para no dañar el orden jerárquico, pero ahora que se había labrado un poco de fama por el caso Ward sabía que su puesta en escena en casos penales la haría subir como la espuma.
Jano conducía esta vez, ya que notó a Larisa muy distraída, prefirió dejarla pensar en lo que sea que tuviese en mente.
El auto se detuvo, así como la música en su audífonos, divisó la entrada de la casa de Ada y se bajó de inmediato después de que su hermano tocó el claxon varias veces. Al caminar por la entrada, pudo ver por la ventana en un costado de la casa que la morena la había estado esperando en la sala hasta que llegó. Abrió la puerta menta en un tono algo opaco con detalles platinados y se abrazaron, no muy común en ellas, pero sí un gran avance.
—¿En serio tienes que irte de Boston?— Le preguntó aún unidas en el abrazo, al separarse ella ya tenía la respuesta.
—Sabes que sí, ya no hay nada que Boston pueda ofrecerme— Dijo sin borrar la sonrisa —Aunque, siempre hay espacio para otra abogada en Baltimore— Había echo el mismo gesto chocando los codos que Ada alguna vez hizo en una de sus salidas al roustique.
Nunca volvieron a ese lugar ni a su anterior apartamento. Jano llegó un poco tarde a la despedida, se posicionó detrás de Lari dedicándole una sonrisa.
—Gracias por cuidar de mi hermanita, siempre tendrás un lugar en Maryland esperándote— Estrecharon sus manos como el primer día que se conocieron para liberar a Larisa.
—Con la insistencia podría pensar que quieren llevarme con ustedes— Con una sonrisa mostrando los dientes, levantó ambas cejas repetidas veces.
Ambos hermanos se miraron entre ellos, como si hubiesen sido descubiertos en una travesura, voltearon a verla nuevamente y entonces Larisa lanzó la primera piedra.
—Solo si tú aceptas, tenemos una plaza para ti— El rostro de Ada cambió de bromista a sorprendida, era una gran oportunidad para su carrera trabajar en una de las firmas más reconocidas a nivel internacional con un historial bastante prolijo.
—Pero ustedes se van hoy— Acentuó ella, saliendo de la fantasía.
—Podemos agendarte un vuelo al llegar a Maryland, ¿aceptas?— Cuestionó Jano, totalmente convencido de que no habría una negativa por respuesta.
boston, massachusetts | ubicación desconocida | lunes, julio 7, 2021, 3:30 a.m | actualidad.
Se encontraba solo, se sentía desesperado, no había encontrado la forma de acercarse a ella más que esa, su Larisa, cada momento en que podía estar cerca de ella se veía interrumpido o ella ni siquiera lo notaba, se sentía desolado de solo pensar que ella se iría lejos de él. No tenía mucho por lo que vivir si ella no estaba ahí, caminaba de un lado a otro por el cuarto mientras se revelaban las fotografías, no quería quedarse solo con los recuerdos que ya tenía de ella, anhelaba tener más, conocer más, mostrarle al mundo cómo él la veía, no solo las insulsas palabras que las notas amarillistas embarraban sobre la imagen de su bella reina, sólo él la había defendido a capa y espada de cualquier reportaje que se atreviese a difamar su imagen.
Aún recordaba la sensación de sus ojos brillantes esmeraldas mirando los suyos por los campos verdes, su mano pequeña, delicada moviéndose de un lado a otro como saludo o despedida, sus palabras siempre amables para él, ahora estaba ahí, esperando el momento en que su mirada jamás se despegara de él. Debía moverse rápido, sabía a donde se iba e incluso en qué aeropuerto saldría su vuelo, al revelar la última fotografía lo decidió, sacó su teléfono donde tenía su celular registrado y envió un mensaje.
Sólo esperaba que su Larisa contestara amorosamente como siempre imaginaba.
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Hola, hola, hola, acabo de salir de una semana muy estresante pero vengo con toda la actitud el día de hoy, les traigo el capítulo 12 intensificando el drama, ojo que esto no es nada.
También para hacerles un poco de spam, si son fans de marvel publiqué recientemente mi primer fic en saga colaborativa es con doctor strange porque en este perfil el contenido es diverso, primera y última que lo menciono.
Sin más qué decir, disfruten su lectura, ¿creen que Ada acepte irse con ellos?, me encanta leer sus comentarios.
Bonito fin y nos leemos probablemente el martes.
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