Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

━━ VI | santuoka



❝ Hasta que la muerte nos separe. ❞

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

boston, massachusetts | sorellina | sábado, marzo 13, 2021, 7:48 p.m | actualidad.

DE NO HABER RECORDADO QUE TENÍA UN AMIGO trabajando en ese lugar, no habría podido apartar una mesa, sonreía orgulloso del brazo con Larisa, quién examinaba todo el lugar a su paso. Un lugar elegante, una combinación monocromática entre el blanco y el negro, acompañada de una iluminación bastante romántica.

Habían esperado solo 15 minutos por la mesa, Chris debió haber anticipado una reservación, pero su firme creencia en que el café estaría abierto le había echo una mala jugada, así que ahí estaba, cobrando un favor. Le recorrió la silla a Larisa para que esta se sentara, ella lo hizo y solo pudo notar que ambos estando frente a frente se veían cada vez más nerviosos.

Larisa trataba de aligerar el ambiente haciéndose ver relajada, Chris intentó relajarse haciendo algunos chistes malos acerca de la situación, naturalmente se calmaron e incluso rieron un poco, eran tan malos que de verdad hacían reír. Hablaron de sus nombres, sus intereses, sus cumpleaños, entre otras particularidades. Se estaban conectando, y sus compañías se mezclaban muy bien, hasta que llegó el tema incómodo para la pelirroja, junto con sus órdenes.

—Y, ¿a qué te dedicas, Lara?— A Larisa le cayó como un balde de agua fría, ¿cómo iba a decirle que tenía recursos sin trabajar?, o lo que era peor, ¿cómo decirle a tu cita qué tienes una cantidad de dinero tirando a lo obsceno en el banco sin haber ejercido nunca ninguna profesión?, era una pregunta simple de hacer y en su posición, complicada de contestar.

Inventó como pudo una respuesta—Traduzco textos en internet— Era una mentira moderna creíble, sin embargo, por la cara del ojiazul, algo no terminada de cuadrarle y por sus gestos dedujo que quería una explicación menos concreta, agitando las manos levemente y dejando de lado su comida se excusó —Por el tiempo que me consume la universidad, no me aceptan en trabajos de planta, pero, soy becada, ¿y tu?— ¿Cuántas mentiras se pueden decir sin que la lengua se caiga?

Antes de que Chris pudiera decir algo acerca de su empleo, la pregunta brotó y por inercia respondió.

—Soy agente del departamento de justicia e investigación en el FBI— Larisa se quedó helada, intentó descifrar algún atisbo de mentira en su mirada, pero no lo había, tomó un fuerte trago de vino, y Chris desvió un poco la conversación al notar su incomodidad, para él era algo habitual que la gente se sintiera intimidada después de saber su profesión—¿Qué carrera estás estudiando?

Como pudo, contestó —Estoy estudiando derecho, en la universidad de Bostón, si todo sale bien tengo la oportunidad de graduarme antes por los créditos— Sonrió alegremente, tratando de ser lo más natural posible.

—¿Qué harás después de graduarte?

—Francamente, no lo sé, he estado pensando en unirme a algún bufete, pero aún no lo decido, no quiero esperar a que haya ofertas— Chris dio un bocado, asintiendo levemente, él se sentía cómodo, energía que paulatinamente le había contagiado Larisa. 

Ambos siguieron hablando de otras trivialidades, Larisa había estado alerta de no compartir demasiado de ella, no le gustaba la sensación de dar a conocer toda su intimidad, se sentía expuesta ante la desconfianza que aún le daba a pesar de comenzar a relacionarse con él. Quería ser honesta, no develar cada secreto escondido de su persona.

Era muy prematuro para ella relatar cada hito que había marcado su vida a un hombre que no conocía, y la sensación de no querer espantarlo la invadió brevemente, conocía de la soledad y del abandono, pero no quería saber de ambas nuevamente. Quería llevar la posibilidad de concebir una relación con él con calma, quería la oportunidad de conocerle a él y que a ella la conociese.

Con todo esto en mente, se aventuró a admitirlo —Me gustas, Chris— A Chris le sorprendió el repentino y directo mensaje de Larisa, ella sonrió levemente, mirándole esperando su respuesta.

El rubio la miró, sin darle ninguna respuesta, ella lo miraba con ansias de saber si se convertía en algo mutuo o si era el encuentro final. Se miraban como si fuese la primera vez que se han visto, como si el mar se hubiera secado y encontraran una botella de agua sellada, como si una procesión de estrellas danzara en la noche, y se sofocaban con cada palabra no dicha. Ambos sentían querer la validación de sus sentimientos en ese momento, por escrito, recitado palabra por palabra, intercambiándose el pensamiento si fuese posible. Ese era el poder de dos palabras que unían.

—También me gustas, Lara—Lara esto, Lara aquello, no podía dejar de sentirse intoxicada por escucharlo decir el acrónimo de su nombre, bastante inusual que no la llamara 'Lari'.

No sabían qué pasaría, la perspectiva de desconocidos cambiaba rápidamente, y había tantas cosas de qué hablar todavía, que el vacío de la plática no era realmente un abismo, era un receso de escucharse mutuamente para volver la atención a su trama. Justo cuando comenzaba a resonar la palabra, tal vez 'nosotros'.

—No sé si esto sea pertinente en este momento, pero— La pelirroja levantó la vista con suma atención y él conectó su mirar con el de ella —¿no eres casada, verdad?, no quiero ser el tercero en discordia— Ella entendió el sentido de la pregunta, tal vez por la discreción en su actuar, sintió una pesadez extraña, pues tenía mucho tiempo evitando esa pregunta en diferentes situaciones. 

—Actualmente, no, estuve casada una vez pero soy divorciada— Dejó de prestar su atención a cualquier estímulo externo, la respuesta retumbó dentro suyo un par de minutos, mirando a un punto fijo del mantel blanco de la elegante mesa, volvió en sí al escuchar las palabras de Chris.

—Parece ser que el destino nos une, yo también soy divorciado— Dijo Chris siendo simpático, tratando de ajustar lazos entre ellos, sim embargo, la pelirroja no creía lo mismo.

—El destino no existe, el futuro se construye o se deconstruye.

Larisa recordaba repentinamente como había sido el día de su boda después de muchos años tratando de borrarlo, cuando creía en los cuentos de hadas destinados a un final feliz, simplemente no el mejor día de su vida, pero si una ilusión que se tragó dulce y después vomitó amargamente.

[•••]

baltimore, maryland | mansión condesa | miércoles, junio 1 , 2010, 3:47 a.m | 10 años antes.

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

Había esperado esta fecha por meses, llevaba 6 meses convenciéndose de que su vida sería maravillosa a partir de ese momento, vivía entre las sombras de la conveniencia política y el encanto de conocer la vida de casada. Se casaba con su enamorado de la secundaria, Rhys Munro, el hijo del socio accionista y amigo de su padre, mismo hombre que estaba dispuesto a hacerlo heredero de una fortuna después de su matrimonio, acordado hace dos años. 

Estuvo memorizando sus votos toda la mañana, asegurándose de que fuesen tan genuinos y se quedasen grabados en su cabeza durante la ceremonia. Se encontraba en el estudio de su padre, la había citado antes de la ceremonia porque tenía algo importante qué decirle. Para no arrugar su pomposo vestido, decidió no sentarse.

Quiso saber qué hacían los demás durante su ausencia, pudo ver en el jardín a todo mundo moviéndose para afinar detalles, su hermano estaba en la entrada recibiendo ya a los invitados, algunos del servicio de catering preparaban bebidas sin alcohol, ya que estaba estrictamente indicado que no se serviría hasta las 6, cuando se asentase la ceremonia.

Pudo divisar a su madre sonriendo, probablemente cotilleando con sus amigas del club campestre que su hija será la primera en casarse, como si de un logro se tratara no "quedar solterona", una ridiculez considerando que Larisa solo tenía 22 años. De solo pensarlo, comenzó a tener unas nauseas terribles.

Escuchó el cerrojo de la puerta del estudio, volteó a aquella dirección y ahí se encontraba su padre, el distinguido señor Orman Lamb, preparándose para dar el discurso de su vida frente a una joven Larisa.

—Hija, hoy, en el día de tu boda, quiero que estés consciente plenamente en la fuerte y delicada situación que estas por afrontar y de la responsabilidad que pongo en tus manos en tu nueva tarea— Orman había esperado el momento del matrimonio de Larisa para que la Firma Condesa fuese totalmente de su propiedad —Eres mi única hija, y aunque tu hermano pudo haber tenido esta responsabilidad, es por tu condición de mujer que la he puesto sobre ti. Te he dado las mismas libertades que le he dado a él, tu madre habría querido darte esta charla, pero he decidido por ella ser yo, puesto que te veo más como un hijo que como una hija— Larisa escuchaba atentamente palabra por palabra, porque sabía que aquí finalizaban años de soledad y con ello, de amargura, por fin se iba de aquella mansión —De antemano sabes que nuestra estirpe ha estado ligada siempre a las buenas costumbres, al honor que lleva nuestro apellido y al prestigio que nuestra firma representa no solo para los Munro, sino también para los Lamb— La mirada del señor Lamb se clavó en los ojos de Larisa, quien acomodó un mechón negro de su cabello, levantando la vista desde una posición sumisa, asintió con la cabeza repetidas veces sin decir palabra alguna —Como sucesor de tu abuelo, he llevado este prestigio no solo a los tribunales, sino también a mi familia y a mis círculos más allegados, hoy, te llevas todo ese prestigio contigo y tu deber será consolidar esta relación. De lo contrario, perecerán no solo el honor de tu apellido, sino también el de todos los que lo compartimos —La pelinegra no podía creer en todo lo que su padre estaba diciéndole, pero, cada palabra había quedado tatuada en su mente por siempre, sabía que eran completamente serias, no obstante, no dejaba de preguntarse, ¿por qué solo su prestigio?, ¿qué hay del prestigio de Rhys?

Las palabras de su padre solo habían conseguido atemorizarla en lugar de calmarla, el hormigueo en su estómago se había intensificado, al igual que las nauseas, incluso a sudar, la incertidumbre del éxito o fracaso de su pronto matrimonio comenzaban a angustiarla y aunque se sintió desfallecer por la falta de aire a pesar de tener la ventana abierta, siguió en pie inamovible.

—¿Entiendes lo que te estoy diciendo?— Lo estaba entendiendo perfectamente, y era lo que más le asustaba.

—Sí.

Fue su única palabra, por la cara pálida de Larisa, Orman supo reconocer que no era una situación favorable como todo el tiempo la pelinegra le había echo creer, aunque ya era demasiado tarde para cancelar absolutamente todo, puesto que al hacerlo se veía algo comprometido para él, tal vez lo más sagrado, su prestigio.

—Ven y dale un abrazo a tu padre— Esbozó una amplia sonrisa, ella se acercó temblorosa para estrecharlo entre sus brazos, sin querer dejó escapar una lágrima de su ojo izquierdo, misma que borró inmediatamente, sin sollozar ni seguir llorando.

Cerró los ojos con fuerza, y dejó su mente divagar en cualquier cosa que no fuera su caminata al altar, hasta que tocaron la puerta, la mujer detrás de ella la abrió y ambos voltearon a verla, era Gisela Lamb, la madre de Larisa.

—Ya es hora de que mi Lari baje, no olvides que debe bajar de tu brazo.

Como pudo, sonrió ampliamente, después de todo era el mejor día de su vida. Su padre le tendió el brazo, y ella lo tomó fingiendo estar muy contenta. Por el vuelco que sintió en sus entrañas, el temor que emergió desde el fondo de su cuerpo y su pecho que subía y bajaba en frenesí, se aferró fuertemente al brazo de su padre, temiendo caer por las escaleras rumbo a su muerte.

Abajo estaban todas las personas buenas y malas que Larisa conocía, la alta sociedad de Maryland entre otros lugares se encontraba reunida de gala para codearse de la ceremonia, al llegar al jardín de la residencia, vio a Rhys en el altar junto al juez del registro. Ignoró el temblar de sus piernas, pensando en lo mucho que deseaba alejarse de una vez y para siempre de ese círculo tan hipócrita, imaginando una vida feliz junto al rubio.

¿Es amor de verdad atarse a alguien de quién se quiere escapar?, ¿es amor sentir la caída al averno al pensar en pasar tu vida al lado de la persona prometida?

No tenía respuesta para aquello, ni tampoco para lo que su destino deparaba, pero estaba dispuesta a cumplir sus votos, a consensuar un enlace donde sus votos realmente valieran lo que dice.

Y con esto, ambos finalizaron su beso, pensando solo en todo lo que se habían dicho, una unión para siempre.

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃


boston, massachusetts | estacionamiento del sorellina | sábado, marzo 13, 2021, 10:55 p.m | actualidad.

Ambos se habían pasado algunas copas, pero Chris aún podía manejar, Larisa no dejaba de analizar incluso estando ebria, realmente quería ser racional con el nacimiento de lo que tener una relación conllevaba, pero seguía teniendo aquellos impulsos de hacer para ella lo que le plazca. Tenía miedo de amar y ser amada, o en su defecto, de lastimar y ser lastimada.

Todo esto mientras caminaban de la mano, como si de enamorados secretos se tratase, no se soltaron en todo su trayecto de salida del sorellina, ni siquiera cuando a Chris se le dificultó sacar su cartera para pagar la cuenta, ni cuando Larisa se manchó de vino por no poder sujetar bien la copa. 

La pelirroja iba de copiloto como al inicio, el rubio iba a conducir, incluso algo ebrio trató de relajarse ya que no dejaba de pensar en que no debía manejar en ese estado, así que se propuso hacerlo despacio para no provocar ningún tipo de accidente o riña. En ambos se podía notar un leve rubor sexual cuando se acercaron momentáneamente a la par que a Chris torpemente se le cayeron las llaves al tratar de prender el auto.

Se quedaron en silencio en el auto, respirando para decidir qué hacer y esperar a que al menos algo del alcohol consumido se fuera con su transpiración, se miraron brevemente, y Chris talló su cara con ambas manos. Ninguno sabía que estaban haciendo, Larisa se rio para sí misma y él solo la miró serio sin decir nada, porque no entendía qué pasaba con ella.

 —Y-ya me tengo que ir a mi ca-casa— Balbuceó ella, lamiendo sus labios y acariciando su cabello.

—Estoy tomado, es-pera— Con su gran sentido de la responsabilidad, esperó a calmarse, para llevarla a su apartamento. Lo menos que quería era arrebatarle la vida a la mujer que le comenzaba a gustar —Dame cinco y te llevo.

Pasados los cinco minutos, Chris sintió su vista aclararse levemente, lo que le bastó para comenzar a encender el auto y en lo que el motor calentó, se dispuso a conducir al café, ya que no conocía la dirección exacta del lugar donde vivía Larisa. Ella en cambio, a pesar de habérsele pasado alguna que otra copa, seguía atormentándose en cuál sería el siguiente paso. ¿Qué tanto podía controlar en su situación?

Llegaron cerca del roustique, Larisa le indicó la calle y el edificio donde rentaba, él se estacionó afuera, se bajó para abrirle la puerta y al bajar se acercó a él, acortando el espacio personal en unos pocos centímetros.

—No quiero dejar de verte— Le dijo Larisa, acariciándole una mejilla, arrebatándole no solo el aliento, sino también todas las frases audaces de la noche.

—No necesitas pedírmelo, te invito otra noche— Evans sacó su teléfono, mostrándole que aún era su contacto, dejaba en claro que estaba a una llamada de distancia, ella sonrió entendiéndolo completamente.

Larisa se inclinó a sus labios, y lo besó. Sintió aquel hormigueo en el vientre que había sentido al verlo llegar hace unas horas, resistió el impulso de querer pasar la noche con él. Estuvieron besándose por unos minutos, hasta que sintieron que era la hora de irse, se separaron mirándose con un deseo naciente en su interior, rápidamente pasaron del gusto al deseo, y a ninguno le asustaba.

Larisa caminó hasta la entrada del edificio, no sin antes voltear a ver a Chris, le sonrió y se despidió con la mano, acto que él imitó. Cuando Larisa entró finalmente a su departamento, se dirigió a su ventana, pero ni Chris ni su auto seguían ahí.




▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

Aquí el sexto capítulo de angos, muchas gracias por leer, espero lo disfruten, no olviden votar y comentar, el próximo martes subiré el capítulo séptimo, estamos a nada del final de este primer acto.

Nos leemos la próxima semana, sin más que decir, aaliah.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro