━━ IX | jewelry
❝ La vida es como una rosa,
cada pétalo es un sueño
y cada espina es una realidad.❞
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boston, massachusetts | casa de chris | lunes, abril 05, 2021, 5:12 p.m | actualidad.
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ANTES DE PREPARARSE PARA IR AL APARTAMENTO DE LARISA, se había dispuesto a ir a una florería, sorprenderla con unas rosas que lo disculparan por no haber asistido continuamente a sus citas, no podía evitarlo, su trabajo era muy demandante, la razón principal que arruinó su primer matrimonio.
Se sentía agobiado por todo el asunto de la joyera, tenían trazado un modus operandi, se podían estimar sus posibles motivaciones al solo atacar personas ricas, y con la prueba del cabello sus nervios se disparaban. ¿Qué clase de amarga coincidencia era aquella?, de todos los tonos de cabello que una mujer puede tener, ¿por qué pelirroja? Se descartaba que fuese de una peluca sintética porque no era cabello de plástico.
¿Y si era a propósito?, si era así, ¿por qué ahora? Nunca había dejado ningún tipo de indicio de alguna característica de su identidad, se sabía que era mujer porque atacaba hombres heterosexuales o con antecedentes de alguna pareja de orientación hetero, no lo entendía. ¿Qué había cambiado en la joyera que repentinamente había dejado pruebas?, ¿acaso quería ser reconocida?
Se cansó de ser rica y asesina, ¿ahora también quiere ser famosa?
—¡Señor!— Fue llamado por la señora del puesto, quien le habría estado hablando desde hacia un rato, estaba tan inmerso en sus pensamiento, que no había prestado atención.
—Discúlpeme, no la escuché— Dijo mostrándose apenado, con el ramo en brazos.
—No se preocupe, le preguntaba si va a querer una tarjeta.
Chris asintió con la cabeza, escribirle algo bonito no le venía nada mal a la ocasión. Pagó por las rosas y caminó un poco en la plaza en lo que llegaba su auto, estaba muy distraído con el tema y con el informe que tendría que presentar al día siguiente, no quería llegar desatento al apartamento de Larisa después de tantas citas fallidas y su inexplicable paciencia.
Se aproximó a su auto para conducir ya que faltaba poco para la hora, se había perfumado como todo un caballero, presentable para deslumbrar, cuando sintió su celular vibrar a medio camino, había bajado el volumen para no ser molestado en su cita, en la mínima oportunidad de revisar su celular en un semáforo rojo, lo hizo.
—
Hawthorne.
Hawthorne: Chris, tenemos los resultados de la muestra del cabello.
Hawthorne: Respóndeme cuanto antes.
Hawthorne: Chris, Salamanca quiere vernos ya, contesta.
Hawthorne: Esta vez no es broma, contesta ya.
Visto a las 5:43.
Chris: Tom, te pedí que respetaras los horarios.
Visto a las 5:55.
Hawthorne: Si no fuera importante no te llamaría, Salamanca ya dio la orden.
Hawthorne: Ya tenemos los resultados de los análisis, buscamos una pelirroja natural, el cabello no es manipulado por agentes químicos ni de peluca.
Hawthorne: Salamanca quiere un informe.
Chris: Está bien, haré una parada rápida y en una media hora te alcanzo.
Hawthorne: Está bien, pero no tardes más.
Visto a las 5:56.
—
[•••]
Chris llegó a la puerta del departamento de Larisa, nuevamente sentía flaquear sus rodillas, más que por su presencia, se sentía nervioso por su reacción. Antes de tocar, sacó una pluma del bolsillo de su chaqueta, escribió en la tarjeta que había comprado hace una hora "perdóname Lara, te quiero". Suspiró ampliamente, dejando el aire llenar sus pulmones, y tocó tres veces antes de que le abrieran la puerta, escuchó un gritito apresurado diciendo 'ya voy' y esperó a ver a su chica detrás.
Larisa le abrió la puerta, él la había encontrado impresionante, se podía notar que se había esforzado en su apariencia, sus labios tan rojos como su cabello, extrañamente, esa noche se veía diferente, se había puesto un turbante en la cabeza cubriéndolo, Chris la miró extrañado, ¿por qué la repentina necesidad de ocultar su pelirroja melena?, le tomó más importancia de la que debería, pero dejó de lado la interrogante para darle las flores en silencio.
—Gracias por las flores— Le respondió Lari tiernamente, pero su expresión sobre ella la alertó, lo miró extrañada un par de segundos antes de reaccionar, ambos se habían quedado en silencio viéndose el uno al otro con el ceño fruncido, Chris examinando y Larisa confundida —¿Qué sucede?, ¿está todo bien?— Sin dejar la expresión en sus ojos, le preguntó intentando armar una sonrisa.
—Sí— Dijo Chris sin dejar de mirarla como lo hacía desde que llegó—Lo siento Lara, tengo que irme, tengo trabajo— Lo dijo medianamente seco, ninguno de los dos entendía que pasaba, pero algo estaba cambiando.
Ella asintió con la cabeza, ignorando el hecho de que se había esforzado para preparar una cena que pudieran disfrutar, quería abrir de mejor manera sus sentimientos, pero, incluso su postura indicaba un distanciamiento que ella imitó.
—Está bien— Lari no estaba muy convencida, aunque no quedaba más que hacer, el trabajo era así —¿Nos vemos después?— Esta vez Chris asintió, tratando de relajarse, dejó de tensar los hombros, aún así, sus brazos no conseguían lo mismo.
Chris se fue sin más, Larisa se quedó en el marco de la puerta, viéndolo desde ahí bajar por el elevador, no dejaron de verse hasta que las puertas se cerraron, e incluso cuando su coche ya no estaba estacionado afuera del edificio no dejó su posición en la entrada de su apartamento, esperaba que el volviese, en el mes que llevaban conociéndose era la primera vez que se comportaba así.
Quiso justificarlo con lo agobiante que era su trabajo y aún así no conseguía entender qué pasó o qué hizo, no lograba comprender por qué la tenía tan mal si llevaban poco tiempo de conocerse, ¿se estaba enamorando?, ni siquiera en su matrimonio anterior se había sentido así, ahora que lo pensaba mejor, no tardó en seguir adelante.
Cerró la puerta decepcionada, como se diría coloquialmente, la habían dejado vestida y alborotada. Una vez adentro, puso las flores en la mesita del café, guardó los cubiertos de la isla en la cocina, guardó la cena que había preparado para los dos en contenedores para comerlo durante la semana, se miró reflejada en el espejo que tenía colgado en una de las paredes de la cocina, se quitó el apretado turbante que cubría sus raíces negras y lo dejó suelto nuevamente.
A pesar de la repentina angustia que sentía, no era particularmente una situación para llorar, ya la habían plantado alguna vez pero, se sentía diferente a aquellas otras veces, esta vez, le estaba tomando más importancia de la que debería y no solo eso, no dejaba de pensarlo una y otra vez, ni cuando se puso la pijama, ni cuando se lavó los dientes, ni siquiera cuando revisó las rosas antes de dormir que le trajo. Su madre solía decirle que las rosas rojas significaban disculpas, se lo habría dicho cuando su madre descubrió algún engaño que hizo su padre.
Divisó la tarjeta entre los pétalos, la tomó entre sus dedos y la abrió, "perdóname Lara, te quiero", ¿valía la pena esperar la indiferencia por un te quiero?, y esta era la incertidumbre del amor.
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Hola de nuevo, esta parte estaba prevista para publicarse el próximo martes, pero he decidido actualizarla hoy. El próximo martes es una fecha muy especial para mi y deseo compartirles el final ese día además de una sorpresa.
¿Qué creen que pase entre Chris y Larisa a partir de ahora?, me gustaría leerles.
Muchas gracias por leer, tengan una linda mañana, tarde o noche, depende donde me lean.
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