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Capítulo seis: La calma tarda en llegar

—¡Ah! No quiero, soy muy joven para morir. —JungKook arrugó la cara, gimoteando mientras trataba de alejarse.

—Oh, vamos, Kookie, sólo son cabras. —TaeHyung sonreía divertido por la exageración del menor, reprimiendo las ganas de reírse a carcajadas. Trataba de llevar la mano del castaño hacia el pelaje del animal que masticaba pasto tranquilamente y, parecía no inmutarse sobre las dos presencias junto a él. Pero JungKook se resistía a ello.

—¿Y qué pasa si me ataca? ¿Te acuerdas del dicho 'Más loco que una cabra'?

—Pff —, TaeHyung sí se rió ahora inevitablemente. —No te preocupes, éstas son muy dóciles. Además, sin ofender, no creo que se vuelvan más agresivas que tú. —Volvió a reírse.

JungKook se encogió un poco de hombro, haciendo una leve mueca.

—Puede ser.

Entonces, sin darse cuenta, se encontraba acariciando al animal con lentitud. Se estremeció y quiso apartarse, pero la mano firme del mayor sobre la suya se lo había impedido y, algo nervioso, no le quedó de otra que seguir acariciando.

Después de unos segundos más, parecía calmarse, ya no se estaba sintiendo con miedo. Llevó la vista hacia TaeHyung, quien le sonreía ampliamente, y JungKook también sonrío, intensificando un poco más la suave caricia sobre el pelaje blanco del animal.

—¿Lo ves? Lo haces bien, parece que le agradas.

Eso JungKook lo cuestionó, porque la cabra seguía prácticamente mascando pasto sin interesarle en absoluto su presencia. Pero aunque todo haya resultado bien en ese momento, no siempre hay suerte abundante para una sola persona. Habían pasado de las cabras, a las vacas, de las vacas, a los caballos, de los caballos... A los cerdos.

—Tienes que estirar tu mano para darle la comida, y ten cuidado con el lodo. —Le había dicho TaeHyung, empezando con alimentar a los cerdos.

Los guarridos y chillidos de aquellos animales enormes y no precisamente de altura, ponían mucho más nervioso a JungKook, que temía terminar sin una mano al estirarla para pasarle un pedazo de carne al animal.

—¿Por qué le estamos dando carne?

—Son animales omnívoros, lo que quiere decir que pueden comer plantas y animales. —Explicó TaeHyung. —Escarban y comen cualquier tipo de comida, inclusive insectos muertos, lombrices, cortezas de árboles, animales muertos, excrementos; incluyendo los suyos...

—¡Okey! Okey, entendí. —JungKook rió nerviosa e incómodamente, perturbado. —No necesitaba información de más.

TaeHyung tuvo que reírse, se notaba lo poco experto que era JungKook con los animales, o en sí, con el mundo exterior fuera de la ciudad.

—A la primera es así, luego te acostumbras, y hasta te encariñas. Mi madre tiene una gallina como mascota, papá una vez quiso cocinarla, y mi madre le persiguió con un machete. —TaeHyung se carcajeó, sacudiendo la cabeza con diversión al recordarlo.

JungKook se limitó a mirarlo con extrañeza, ampliando sus comisuras en una sonrisa inexpresiva. Cuando volteó la vista hacia los cerdos, se dio cuenta que uno de ellos estaba estirando de la carne para tomarlo, y JungKook se espantó, tratando de alejarse. Pero con eso el animal puso más fuerza, y JungKook terminó de cara al lodo.

TaeHyung lo miró con los párpados más que abiertos, y JungKook levantó lentamente su rostro, empapado con la tierra mojada. El animal se llevó lejos la carne y él se reincorporó, quitando el barro de sus ojos.

—Ju-JungKook, ¿te encuentras bien? -TaeHyung se apresuró en auxiliarlo, pero el castaño se negó, apartándolo con una mano.

—No —, espetó. —Estoy bien. —Se levantó, resbalándose un poco pero manteniendo su compostura. Caminó lejos, tratando de quitarse la tierra lodosa sobre su ropa de diseñador.

TaeHyung arrugó la frente, apenado y preocupado. Boqueó sin saber qué decir, dudando en si ir detrás del menor o no. Pero después de todo, no podía y no quería quedarse así nada más, y terminó por seguir al castaño.

JungKook mascullaba y maldecía en voz baja, quitándose el barro con brusquedad y enojo. Se encontraba frustrado de saber que no podía llegar a controlar aunque sea un poco sus enojos, y eso le enfadaba mucho más.

—JungKook, espera.

—No, por favor, déjame solo. —JungKook con el ceño fruncido, le daba la espalda a TaeHyung.

—No puedo hacerlo, tienes que entrar a la casa para limpiarte. —Él le dijo, queriendo insistir.

—Ahora no, no estoy en condiciones de hablar con nadie. —Aseveró, deteniendo sus pasos, dándose cuenta que inconscientemente había caminado por el campo hasta un árbol frondoso que agitaba su copa lentamente al compás del viento.

—Lo entiendo, lamento haberte puesto en esas circunstancias. No creí que terminarías empapado de lodo. Por favor, deja que te ayude ahora...

—Ese es el problema, siempre me ayudas. No tienes y no debes de seguir haciendo esto, yo también tengo que hacerlo solo de vez en cuando. Tú no estarás para mí cada vez que te necesite. —Subió el tono de voz, paralizando al mayor. —No deberías simplemente seguir abalanzándote sobre mí y abrazarme para tranquilizarme, eso no es bueno. Ya no.

—¿Entonces? ¿Qué propones? ¿Que esto se termine?

—No lo sé —, se encogió de hombros. —Creo que sería lo mejor. —Contestó con un deje de inseguridad.

El rubio asintió lentamente, guardando silencio por un momento.

—De acuerdo, entonces te llevaré a casa. —Fue lo único que dijo, utilizando un tono inescrutable antes de darse la vuelta y caminar hacia la granja.

JungKook abrió la boca y extendió los ojos, sorprendido por aquellas palabras. Entonces, ¿así de fácil sería? ¿Tendrían que marcharse por eso?

Él quería arrepentirse, detener a TaeHyung y decirle que todo había sido una broma o palabras dichas de la boca para afuera por el momentáneo enojo. Pero no le salía cómo, ni siquiera entendía aquel opresión en el pecho que le lastimaba, o aquél nudo en la garganta.

Cuando llegaron a la casa de los señores Kim, el sol bajaba lentamente hacia el horizonte y los señores se encontraban tranquilamente sentados fuera en el porche. TaeHyung se acercó a ellos, y JungKook iba detrás de él, abrazándose a sí mismo.

—¿Todo bien? ¿Le has mostrado un poco del lugar a tu amigo? —Preguntó la mujer, sentada en un sillón de madera que la mecía levemente.

—Sí, le ha gustado mucho. Pero... Tenemos que irnos ya, ha ocurrido un percance en el trabajo de JungKook y tengo que llevarlo de vuelta ya, además se está haciendo tarde. —Le dijo, tomando las manos de su madre con suavidad.

La mujer se levantó de su asiento, borrando la sonrisa de su rostro para dejar paso al desconcierto.

-Oh, yo creí que se quedarían ésta noche, pero supongo que es importante. —Torció los labios y miró por sobre el hombro a JungKook, que seguía en silencio y frunció ligeramente el entrecejo. —Oh, ¿qué te ha pasado, cariño? Estás cubierto de lodo.

—No fue nada, sólo un pequeño accidente con los cerdos. —Le respondió JungKook, tratando de sonreír para ella.

—¿Quieres limpiarte antes de irte? Podría...

JungKook negó con la cabeza.

—No, le agradezco mucho tía, no se preocupe.

La mujer asintió sin oponerse y le quitó algunos rastros de tierra un tanto húmeda de la cara.

—De acuerdo. Ha sido un placer conocerte cariño —, sin temor a mancharse de tierra también, lo estrechó en un abrazo maternal. —Espero verte pronto de nuevo.

JungKook dibujó otra sonrisa lo más que podía, de pronto no se encontraba muy bien de ánimos.

—Claro. Le agradezco por la cálida bienvenida, señor y señora Kim, espero volver pronto. —Se había apartado de la mujer y se inclinó para ellos en una corta reverencia.

—Muchacho, que te vaya muy bien, ven cuando quieras, los amigos de nuestro TaeHyung son siempre bienvenidos. —Le dijo el señor Kim, palmeandole la espalda una vez más con una gran sonrisa plasmada en su semblante antes de dejarlo ir.

TaeHyung también se despidió de sus padres, sabiendo que volvería nuevamente. JungKook no quería irse de esa forma, pero se encontraban subiendo a su auto nuevamente, envueltos en un silencio sofocante.

El mayor había vuelto a conducir, y el castaño se sentó junto a él en el copiloto, mirándole furtivamente.

—Lamento haber dicho lo que dije.

—No has dicho nada inapropiado, tienes razón. Si quieres tratar por ti mismo es lo correcto, no soy quien para obligarte a lo contrario.

TaeHyung se encontraba tranquilo y algo inexpresivo, a diferencia de JungKook que no sabía cómo calmar los nervios en su interior, y no le agradaba la indiferencia del mayor. ¿Él era el único quien estaba sintiendo ese abrumador sentimiento inminente de estar cometiendo una equivocación o algo indeseado? ¿En verdad quería hacerlo todo por sí solo? Él sabía que el mayor era, en gran manera, imprescindible.

Pero no quería decirlo, JungKook no lo diría, ni mucho menos que pensaba que no lo podría hacer realmente todo a su modo, que siempre lo necesitaría a él y a sus abrazos. Inevitablemente a él.

Por su parte, TaeHyung originalidad, quería gritar al menor todo lo que realmente pensaba. Porque no quería alejarse, o sentir esa necesidad de protegerlo contra todos, contra el mundo. ¿Estaba mal? No lo podía evitar, ¿desde cuándo se sentía de esa manera? Pero no lo podía decir, no tenía ningún derecho. Mucho menos cuando el castaño no se lo permitía.

Siempre habría ese sentimiento egoísta que los obligaría a unirse una y otra vez como si fueran un imán tan poderoso. Y siempre quedarían de esa manera, guardando palabras que ninguno se atrevería a decir por aquel sentimiento que no tenían las agallas de ponerle un nombre.

Sin embargo, había algo que JungKook comenzaba a tener tan claro como el agua... TaeHyung siempre sería aquel sabor agridulce que le gustaba y disgustaba de su pesado trastorno intermitente.

¿Serían al fin valientes para enfrentar lo que sienten?







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Se viene los últimos capítulos, si hay drama no me culpen, yo amo el drama ahre 😂

El siguiente capítulo será un poco más satisfactorio 6u6 adivinen el título jsjs 7u7

¡CHAITOO! 💞



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