Capítulo final: Una despedida no es un adiós
—Entonces..., ¿sólo viniste hasta aquí para darme una visita y darme las gracias? —SeokJin habla, cruzado de piernas en su silla de oficina con una libreta sobre sus muslos y una mano sosteniendo un bolígrafo que descansaba sobre sus piernas también.
JungKook asiente, sentado como lo había hecho hace un tiempo atrás, en el sillón rojo en frente del mayor.
—Sí, así es.
—¿Sí recuerdas que..., hace más de un mes no tomas tus terapias?
JungKook lo recordaba muy bien, pero él no estaba de ánimos y cómo siempre, de humor para tomar terapias. Mucho menos con SeokJin, el mayor siempre sería tan exigente con él.
—Lo sé. —Vuelve a asentir —. Pero ambos sabemos que esto no es lo que necesito, y de todas formas te agradezco, por esa paciencia y ser un buen amigo.
SeokJin aspira y exhala con lentitud, mirando fijo al menor y ladeando ligeramente la cabeza. El castañito se veía tan frágil, completamente diferente de como era hace un tiempo atrás, con esa fuerza e ira que quebraba huesos. Ahora era otra cosa, su mirada apagada, un poco triste, encogido en el asiento y jugando con sus manos nerviosamente sobre sus piernas; siendo lo contrario al chico serio y airado que solía ser.
JungKook no podía notarlo, pero había cambiado más de lo esperado.
—¿Y qué piensas hacer? —Pregunta, sus ojos prestando atención al pequeño bolso que yacía a un lado del sillón.
JungKook lleva la vista al mismo sitio, y después mira a SeokJin, encogiéndose de hombros.
—No sé exactamente, pero tampoco te lo diré, sé que se lo contarás a Namjoon.
—¿Desde cuándo te importa lo que piense Namjoon? —Pregunta directamente, inclinándose un poco sobre la silla. —Dime, ¿temes a que se lo cuente a NamJoon porque crees que irá directamente a decírselo a TaeHyung?
JungKook baja la mirada por esas palabras tan rápido como miró al mayor, tragando saliva.
—No quiero hablar de ese tema.
—Creí que las cosas con él esta vez estarían mejor, NamJoon me contó que habían formado una buena relación.
—No, nunca sería buena, porque siempre sería yo el problema —musitó.
—Déjame hacerte esta pregunta, fuera de todo tipo de relación formal y profesional y, más como un amigo..., ¿a qué le temes, JungKook? Desde que conociste a TaeHyung has cambiado mucho más de lo que pensé, avanzaste sin tomar tus terapias, y eso lo puedo notar con sólo verte ahora, aquí mismo. Entonces, ¿tienes miedo al hecho de que le gustes a él? ¿A que a ti te guste?
—No lo sé —dijo en un hilo de voz, de pronto su voz comenzaba a romperse y un nudo quería bloquear su respiración. Hace mucho no había sentido ese peso en el pecho, y empuñó sus pantalones. —No sé, siento..., siento que el problema siempre estuvo en mi seguridad, nunca pude acercarme a alguien sin sentir que no llegaré a agradarle y que en su lugar, termine estampando mi puño en su cara o... gritar. Entonces... Temo llegar a destrozar algo sin necesidad de utilizar mis manos. —Una pequeña lágrima resbaló sobre su mejilla izquierda, apretando los labios —. Porque lo hice, sabes. Grité injustamente a Taehyung cuando él sólo quería ayudarme. No puedo... No puedo y tengo miedo.
SeokJin todavía se encontraba inclinado hacia él, sin dejar de verlo. JungKook se había abierto por primera vez, y eso era desconcertante y asombroso a la vez.
—Tienes miedo de lastimar a TaeHyung, por eso te alejas, ¿no es así?
JungKook no dice nada, en cambio, asiente lentamente.
—¿No crees que estés haciéndole daño con sólo hacer esto? —Inquiere. JungKook no dice nada, y Jin se mantiene en silencio por un corto tiempo —. Namjoon me informó que TaeHyung andaba desesperado con que le atendieras el teléfono.
JungKook no se atrevió a pasar esta vez la mirada a SeokJin. ¿Qué podía hacer? Lo arruinaría todo estando más cerca. No podía seguir necesitando a TaeHyung cada vez que tuviera una recaída, él debía avanzar por sí mismo.
—Es lo que necesito ahora.
—Está bien—dijo de pronto, y el castaño le prestó atención de reojo. —Si crees que es lo mejor, entonces tómate tu tiempo, y cabila sobre tu cabeza. Quizás pueda ayudarte. Pero no sigas por mucho tiempo oculto, JungKook. Creo que lo mejor es hablar con él de alguna u otra manera.
JungKook bajó la mirada, apenado.
Aquella tarde, salió del edificio junto con SeokJin, el mayor había acabado con su jornada y regresaría a casa.
—Espero que, en verdad, puedas avanzar más, JungKook. Que te vaya bien, aquí me tienes si me necesitas. —SeokJin le sonrió con cariño, metiendo sus manos en los bolsillos de su saco.
JungKook asintió una sola vez, logrando una pequeña reverencia hacia su mayor y queriendo sonreírle también, pero en su lugar, torció apenas una comisura.
Ambos tomaron caminos opuestos. JungKook llevaba consigo su bolso negro, prácticamente arrastrándolo por el suelo.
No sabía a dónde se dirigía, el pasaje de avión era cada vez más apretado en su mano.
Una ráfaga de viento repentino azotó su rostro, haciéndole reaccionar sobre sus pasos. Se detuvo en el puente de un parque, y sacó su celular, miró por un instante la pantalla apagada. Lo meditó, frotó la pantalla con su dedo pulgar, viendo su reflejo angustiado en ella. Apretó inconsciente aquel botón a un lado del teléfono.
Lo encendió.
La pantalla iluminada con un fondo de bloqueo de Iron Man, parecía vacía por un instante hasta que, una invasión de mensajes y llamadas perdidas.
Todas de TaeHyung.
Algunas eran de NamJoon, pero JungKook lo conocía, no le insistiría demasiado. El castaño arrugó la frente, las notificaciones se habían detenido. Una última notificación, un buzón de voz más reciente que los demás. JungKook sentía una ola de presión que helaba su cuerpo de la cabeza hasta la punta de los pies.
Por supuesto que era de TaeHyung, aunque JungKook creyó que se había rendido de pues de todo. Llevó el celular al oído, escuchando la voz grave y ronca del mayor, pero también tranquila.
»No sé si llegaras a escuchar esto, pero tenía la esperanza de que, por lo menos, te animes con un buzón de voz... De acuerdo, sé que no tuvimos una buena relación como lo hubiéramos querido, y que en vez de eso ha sido muy extraña. Lo sé, todo ha pasado muy rápido. Siento todo esto, que te sientas de esa manera, y que yo no haya encontrado una mejor manera de ayudarte.
»Porque sé que habría una mejor solución si lo buscábamos, y sin embargo, todo ha sucedido de este modo. No debimos, no debí, haberme permitido que necesitaras de mí para calmar tus problemas de ira, fue erróneo, porque ambos sabíamos que se volvería todo menos bueno. Lamento también eso, el no haberte dado lo que en verdad necesitabas. Fui un mal amigo.
»En serio yo sólo quería ser tu amigo, JungKookie, ser un gran apoyo para ti. Te confieso sin miedo que te volviste muy importante para mí, y que en verdad te quiero, te quiero muchísimo. Espero que tú también sientas un poquito de simpatía o carisma hacia mí. Así que, por favor, dame una segunda oportunidad, démonos una segunda oportunidad. Querría decirte todo esto en persona, sé que será algo complicado, pero... ven al parque, estaré en la pequeña colina.
»Espero por ti.
JungKook bajó el celular de su vista, perdido con la mirada al frente.
TaeHyung estaba cerca, en el mismo parque. Sus manos parecían temblar.
¿Sería bueno despedirse?
[***]
De alguna manera sus pasos no eran lentos, un poco temblorosos, pero rápidos.
Cuando llegó al lugar indicado, JungKook podía conocer bien la cabellera dorada sobre la colina. Taehyung estaba incorporado en el pastizal, sus codos sobre el suelo, la cabeza levemente hacia el cielo y los ojos cerrados. Cuando Jungkook llegó hacia él, TaeHyung abrió un ojo y ensanchó los labios.
—Me alegra de que hayas accedido a venir, Jungkookie.
El menor se quedó parado a un lado por un instante. Suspiró en silencio y se agachó para sentarse junto al rubio.
—Fue un debate mental.
Taehyung volteó la mirada hacia él.
—¿Y qué fue lo que te convenció?
«—Tú.»
—Tu mensaje... Gracias. En verdad no quería ver a nadie, pero gracias por no dejarme ir tan fácilmente.
El mayor estiró las comisuras en una sonrisa pequeña pero alegre. Su corazón no quería rendirse en dejar ir al más joven, puesto que ahora JungKook se había convertido en alguien tan querido por él.
—Me alegra mucho escuchar eso, creí que no volvería a verte —dice, su tono de voz en un hilo de culpa y pena. JungKook también se sentía culpable y apenado —. Pero de todas formas vine aquí... la esperanza es lo último que se pierde —, entonces el tono ahora volvió a su típica alegría extravagante.
JungKook siempre se preguntó cómo es que TaeHyung podía mantener su actitud jovial aunque no lo sintiera realmente. Entonces su única respuesta fue...
Él mantenía su actitud de enfado aunque no lo sintiera todo el tiempo. El simple motivo de no saber o no querer demostrar otros sentimientos se volvía una maldita costumbre que te podía consumir. Se había olvidado lo que era sentir alegría.
Y cuando TaeHyung entró a su vida... se había asustado tanto. Era aterrador tener sentimientos inminentes que no estaba acostumbrado a sentir, o que nunca había creído sentirlo.
Ahora estaba en una guerra mental. Quizás se olvidaría pronto de ello, no estaba seguro. Así como tampoco estaba seguro de que TaeHyung estuviese sintiendo lo mismo que él.
—Mmh, bueno... es mejor despedirse —soltó de repente.
TaeHyung lo miró con el entrecejo fruncido. Comenzó a levantarse del suelo sin dejar de verlo.
—¿Qué quieres decir con eso? —TaeHyung no se encontraba tan sorprendido, pero de todas formas se sentía enojado.
Ahora JungKook se levanta del suelo, tragando saliva, entre-abriendo los labios y mirando por un momento hacia otro lado.
—Creo que sería mejor si me pierdo por un tiempo.
—No, JungKook...
—En verdad. No quiero seguir lastimándote, TaeHyung. Siento que esto es lo mejor. —Al castaño le constaba tanto sostener la mirada del contrario, y con cada palabra su pecho punzaba dolorosamente con más fuerza.
TaeHyung lo veía con ojos redondos y amplios, cristalizándose hasta quitar nitidez a la visión.
—No digas eso, por favor —pide con el tono de voz quebrado.
JungKook quería rajarse un tiro en la sien.
Mierda.
¿Por qué TaeHyung estaba llorando? Podía ver las lágrimas deslizándose por sus mejillas y sus manos temblaban por acercarse y limpiar su rostro. Maldición, por qué tenía que doler tanto. Sería mentir si dijera que no se dejaría convencer por el mayor. Ahora el rubio lloraba y el nudo en su garganta exprimía más, quitándole la respiración.
—TaeHyung, no...
No pudo acabar lo que iba a decir, TaeHyung no se lo permitió.
Recordó esta escena muchas veces, aquellas veces donde no podía controlar su ira y el mayor terminaba por ser su salvación. Podía recordar tan bien lo que se sentía, la calidez, el tacto, su aroma cosquilleándole la nariz.
En ese preciso instante era la forma de decirle que nunca se le podría olvidar todo eso.
TaeHyung le estaba apretando tan fuertemente contra su cuerpo que, si venía con el corazón roto, podía unírsele todos los pedazos en un santiamén. Y es que se había dado cuenta que no era solamente los brazos de TaeHyung la cura para su irá y sus malos días... era él. Completamente él.
Pero no podía simplemente permitir que TaeHyung siguiera siendo su único remedio para controlarse, porque también podía descontrolarse con sólo verlo; y no hablaba del modo violento.
Se separó un poco del rubio, tomándole de las manos que rodeaban su cuello y apretándolas entre las suyas.
—TaeHyung, esto para mí... es tan complicado, es doloroso —comenzó, mirándole al mayor a los ojos —, pero ambos sabemos que es lo mejor. No te puedo decir que será para siempre, eso es mucho tiempo, pero sí el tiempo suficiente para que pueda estar mejor.
—Podríamos intentarlo juntos —dice con voz apagada.
—Eso en verdad me encantaría, pero... ya sabemos que eso no nos trajo nada bueno. No si seguiré necesitando que me contentas cuando pierdo el control. No es algo que necesitamos y nos hace bien a los dos. Necesito que... que puedas ser comprensible ahora mismo.
TaeHyung tragó saliva y bajó un poco la mirada, su ceño ahora un poco menos fruncido y, asintió.
—¿Qué es lo que piensas hacer? —Tuvo que preguntar.
JungKook torció los labios y negó ligeramente con la cabeza.
—No sé realmente, pero trataré de tomar terapias con alguien diferente a Jin. No porque fuera malo, sino porque prefiero hacerlo con alguien que no conozco, así procuraría acostumbrarme —se explicó.
TaeHyung apretó un tanto los labios, no muy conforme pero tratando de respetar su decisión y ver las cosas buenas en ello.
—¿Podríamos estar en contacto por lo menos? Prometo no hacer tan larga la conversación.
El castaño rió en voz baja.
—Claro, podremos estar en contacto siempre. —Le sonrió.
TaeHyung mordió su labio inferior y miró a JungKook, sin poder contenerse una vez más, se lanzó a abrazarlo.
—Te estaré esperando paciente y con los brazos abiertos, JungKookie —le dice a un lado de su oído, sonriendo levemente.
—Te quiero, TaeHyung, mucho —se atrevió a decir.
El mayor amplió la sonrisa y acarició suavemente sus cabellos traseros.
—Yo te quiero mucho también, Kookie.
Ambos se separaron lentamente, lo suficiente para verse a la cara, sus corazones latiendo agradablemente al ritmo del otro. JungKook acunó el rostro del rubio entre sus manos, acariciándolo con los pulgares y quitándole los restos de lágrimas, TaeHyung apoyó las suyas a cada lado de la cintura del menor y unieron sus frentes, cerrando los ojos y permitiéndose quedarse así por un momento.
Se permitieron también..., nunca quitarse ninguno de su corazón.
•
•
•
•
•
•
Esa vez, no hubo beso, ni siquiera palabras directas que dijeran todo lo que sentían. Quizás ninguno quería que fuera mucho más difícil dejarse ir por lo que sería un tiempo indefinido.
Pero les aseguro que, las palabras no dichas no seguirán por mucho tiempo escondidas. Así como el día y la noche no tardan en llegar, hay cosas que no permanecen ocultas por siempre.
Y aunque las palabras no fueron todas dichas por ahora por el bien de ambos, cuando sus miradas se encontraron, se habían dicho todo. Incluso sus almas se tocaron y besaron apasionadamente.
Se sonriéron uno al otro, sus ojos brillantes, indicando que... ese no sería el fin para los dos.
El destino no era tonto.
Tampoco SeokJin, que sabía que todo funcionaria. Reía sacudiendo la cabeza de vez en cuando, y NamJoon miraba a su novio como si tuviera dos cabezas.
•
•
•
•
•
•
*¡JAPISH! El puñetazo de JungKook quiebra la pantalla*
Bajen esas armas >:v sin violencias, por favor.
Ahre, no sé qué demonios hice aquí xD estoy tan desconcertada como ustedes jeje.
Sé que no se esperaban un final como este. Pero lo pensé mucho y me dije... "Quizás un final con brillitos y pastelitos rosas no sería lo correcto", ya saben que JungKook sigue sin estar bien, y que con TaeHyung estando a su lado de la manera en la que estuvo todo este tiempo no fue sano, no ayudaba realmente, ya que JungKook no era independiente a su problema.
JungKook tratará de arreglar sus problemas por sí mismo, pero sin dejar de sentir lo que siente por TaeHyung aunque no lo tenga muy claro.
Pero no se preocupen, trataré de hacer un capítulo extra, como un epílogo, para que no se queden con las ganas uwu.
También pido disculpas por la tardanza, la verdad es que, sin que fuera excusas, anduve muy ocupada fuera de casa, cuando volvía, estaba muy cansada que lo único que quería era dormir o mirar de vez en cuando algún drama. A veces puedo ser un poco floja. Tampoco estuve inspirada para la edición, ya que también es algo que hago. Mi mente anduvo muy bloqueada, y cuando las ganas volvían eran así...
‘‘Ah, creo que terminaré las historias que me hacen falta terminar.”
La inspiración: “Bueno..., creo que es hora de irse.”
>:c parece exagerado, pero es la verdad jsjs
Así que bueno, les agradezco enormemente por la paciencia, no seguiría aquí si no fuera por ustedes. El verdad muchas gracias :'3
Nos estaremos leyendo prontamente (si el Dios de la inspiración me lo permite pronto xD).
Hasta el momento... Por favor, espero que se estén cuidando mucho de todo esto con los virus que haya y cuiden también a los demás. Recuerden lavarse las manos constantemente y estornudar y toser con la cara en el antebrazo. También ponerse loción en el cuerpo o algún repelente para los mosquitos, claramente estos bichitos también traen problemas, al igual que la gripe.
Uff, es tan agotador...
Se les quiere. Hasta prontito 💞
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro