¡Paso Uno!
BAILAR YOGA.
—Vamos, sólo sígueme. —TaeHyung comenzó a moverse, tomando su pie por detrás de su espalda. —Y arriba.
JungKook sólo se quedó quieto y con los brazos estirados. Entrecerró los ojos y apretó los dientes, molestándose mucho más cuando TaeHyung le empujó con la cadera graciosamente y casi cae de costado.
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¡Paso Dos!
HACER ROSQUILLAS.
—Comer es muy terapéutico, lo es también llenar la rosquilla con galea. —TaeHyung habló mientras en una mano tenía su rosquilla, y en la otra un cuchillo, untando el dulce sobre la comida, sentado en el suelo.
JungKook lo miró con una ceja elevada desde el sillón sin decir una palabra, haciendo una mueca y arrugando la frente cómo sólo a él le sale. Una tostadora estaba enchufada junto a él, y desde adentro salió una rosquilla negruzca y quemada. JungKook lo miró frunciendo los labios y, soltando un gruñido, tiró al suelo la tostadora con fuerzas.
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¡Paso Tres!
DIBUJAR COSAS FELICES.
—Y hacer dibujos siempre me pone contento. —Decía mientras, acostado en el suelo boca abajo y, removiendo levemente los pies hacia arriba, tomó un lápiz de color para garabatear sobre la hoja.
JungKook estaba a una corta distancia de él, en la misma pose y con lápiz en la mano. Aunque sin embargo, su ceño seguía fruncido.
TaeHyung se arrodilló y mostró su hoja, donde se veía un intento de dibujo de él y JungKook, corriendo juntos en un prado.
JungKook haciendo unos últimos retoques sobre la hoja, también lo mostró; En su dibujo también estaban los dos, sólo que había un pequeño detalle... TaeHyung estaba prendido fuego, y una flecha lo apuntaba con su nombre escrito. Obviamente era él.
La sonrisa de TaeHyung cambió a una expresión meditabunda y, con su lápiz, dió algunos retoques sobre el dibujo contrario sin agarrarlo. Lo señaló con la mano y sonrió. JungKook miró la hoja: Había hecho unos cuantos cambios menos psicópatas, pintando unas flores azules sobre su Yo en llamas, dibujando un arco iris arriba y se autodibujó junto al menor abrazándolo.
—Cuándo no. Perdón.
JungKook desfiguró su cara con enojo, apretando fuertemente la hoja y los dientes.
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—Y este es el paso más importante... —Le dijo TaeHyung, mostrándole la libreta donde tenía escrito todos los pasos —... Debes sonreír. Muestra tus emociones al exterior e intentalo.
JungKook procuró sonreír, estirando sus comisuras con dificultad.
—Vamos, casi lo logras.
El castaño estiró sus labios en una sonrisa uniforme y temblorosa.
—Un poco más, más grande. —TaeHyung tomó las esquinas de su boca para mostrarle una sonrisa. —Más grande.
JungKook comenzaba a agitarse, su boca abierta ya no era una sonrisa.
—Más grande. Más grande.
JungKook se sintió irritado, cerró fuertemente sus ojos y soltó un grito de desesperación. Le arrebató la libreta de la mano a TaeHyung y la lanzó lejos. Luego fue hacia el sillón para tirar la radio que emitía una suave música y arrancó una planta de su maceta con raíz y todo, sacudiéndola por todos lados provocando que la tierra saliera desparramada por todas partes.
TaeHyung había corrido hacia el otro extremo de la habitación, escondiéndose tras un sofá donde también se encontraban NamJoon y SeokJin quienes estaban observando la prueba ahora fallida. Y JungKook mientras tanto, descontrolado, tiró las almohadillas del sillón bruscamente.
JungKook era verdaderamente cómo una bomba de tiempo las veinticuatro horas.
—Wow, nunca había visto a alguien así. —Comentó TaeHyung sin poder creérselo.
—Y ha estado empeorando. Si sigue a ese paso, no podrá seguir con su carrera y necesitará un psiquiatra. —NamJoon estaba angustiado y asustado.
—¡Hay que tratar de tranquilizarlo! —Subió la voz TaeHyung por el escándalo.
TaeHyung salió del escondite y se acercó a JungKook, quien comenzó a rodar por el suelo infantilmente.
—Ay no, JungKook, ya cálmate. ¡Deten esto! —TaeHyung cerró los ojos y sin pensarlo, levantó pesadamente a JungKook del suelo y lo envolvió entre sus brazos. —¿Y ahora qué hago?
—¡Lánzalo por la ventana! —Exclamó NamJoon.
—Sujétalo fuerte. —Comentó preferiblemente SeokJin. Él y NamJoon seguían tras el sofá.
TaeHyung estaba también nervioso y aterrado, y aunque era complicado, apretó a JungKook fuertemente con los brazos, y el menor enterró la cara contra su pecho. TaeHyung no era más grande que el menor, pero JungKook se encontraba pegado a él, gruñendo y sin dejar de removerse con sus brazos tratando de golpear su pecho.
Cuando TaeHyung seguía con los ojos cerrados y procurando aguantar su fuerza, JungKook se había detenido. Abrió un ojo y miró hacia abajo, el castaño al fin se había calmado.
—Todo, todo está bien. —Le dijo en voz baja TaeHyung y soltó al menor.
NamJoon y SeokJin se miraron a la vez, desconcertados y perturbados.
JungKook un poco mareado, volvió su respiración regular, sus ojos se habían dilatado y su semblante se había suavizado.
—Yo... Funcionó. —JungKook llevó las manos a su rostro, sorprendido y confundido.
—¿Todo bien, Kookie?
JungKook se volteó para mirar a TaeHyung, mirando cómo si estuviera ido.
—Nunca me había sentido tan tranquilo en mi vida. —Sonrió, diciendo en tono apacible.
—¡Qué grandioso! Mi plan era complicado, pero funcionó. —TaeHyung puso sus brazos en jarra, elevando la barbilla triunfante.
—Oh. Oh, no puede ser. ¡Hay que celebrar! —Dijo emocionado NamJoon. —Iré por unas rosquillas.
Pero qué idea más errónea, NamJoon tomó una rosquilla con galea y sin darse cuenta tropezó un poco. No cayó al suelo, pero sí que la rosquilla terminó en por los aires, cayendo justamente sobre la cara de JungKook y llenándole de galea.
Los ojos de JungKook se volvieron blancos y volvió a fruncir toda su cara. Cerró los ojos con fuerza, haciendo puños sus manos, tratando de controlarse temblorosamente.
TaeHyung volvió a envolverlo entre sus brazos antes de que explote otra vez. JungKook gritó agitadamente contra el pecho del rubio, desquitando toda su ira allí.
Y entonces... Estaba calmado nuevamente.
Cuando se apartó del otro chico, se veía completamente dócil. Y NamJoon y SeokJin se preguntaron mentalmente sobre qué era lo que tenía los brazos de TaeHyung para que calmara al menor cómo si fuera una inyección para perro rabioso.
—¡Ja! ¡Me siento genial! NamJoon, llama a Bang PD Nim, quiero grabar. Y TaeHyung, ¿vendrías conmigo? —Se dirigió al chico, sonando extrañamente enérgico.
—No lo creo. Quieres que te acompañe en grabación. ¡Ay, sí! ¡Yo quiero ir! —TaeHyung elevó los brazos, entusiasmado.
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