Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

-◊ 17 ◊-


Ring, ring...

Ring, ring...

Me separo de Eric y tomo mi teléfono, que vibra en el bolsillo trasero de mi pantalón. Es Lexi, y realmente, ya sé lo que me dirá, así me ahorro la conversación y cuelgo justo antes de apagarlo.

— No pasa nada, cógelo.

— Eh, no, prefiero no hacerlo.

— ¿Son tus padres?

— Mi mejor amiga, pero últimamente mis amigas, no ayudan mucho, parecen estar en mi contra todo el tiempo. 

— Bueno, pero siguen siendo tus amigas. Además, no quiero entrometerme pero...tal vez seas tú quien está en contra. — Es obvio que tiene razón, pero admitirlo es otra cosa algo más complicada. 

— Puede ser, pero estar con ellas al igual que con mis padres, me recuerda todo lo malo que ha ocurrido, me siento comparada a ellas en cada momento, es como si fuera la fracasada de las tres y tuvieran que compadecerme, y si, también me he derrumbado varias veces delante de ellas, pero inconscientemente me hacen sentir peor, y me he dado cuenta de que solo quiero distraerme, pasármelo bien, y dejar aquello atrás. Y a tu favor...me he dado cuenta estando contigo estos dos últimos días que es lo que quiero. 

— Me alegra haberte sido de ayuda, —sonríe sin formar arruga alguna en su rostro, antes de continuar hablando, — ¿pero no crees que sería mejor que les aclares las cosas?, al final, son tus amigas y solo quieren ayudarte de la mejor forma que saben, y si no les dices nada nunca sabrán lo que necesitas realmente. No podrán...ser amigas de verdad, tus amigas.

— Si te soy sincera, sé lo quiero, pero no a quién. 

— Piénsalo de esta forma: ¿De lo que tienes ahora?, ¿que resistirá al paso del tiempo?

Una pregunta bastante fuerte que me somete a la realidad al instante, en todo que viví, vivo y viviré  a lo largo de mis días, haciéndome recrear cada momento en mi mente, replanteándomelo todo. 

— No...No lo sé. —Me siento tan estúpida y vulnerable al contestar eso. No entiendo como no soy capa de decidir algo tan sencillo, aunque...no tanto si todavía no me he aclarado con mis padres, con mi amigas. La única persona con la que lo he hecho es con Eric, que lo conozco desde mucho menos que el resto de personas que conozco, y me ha transmitido más tranquilidad y confianza que los demás, ¡y eso es lo que no entiendo! Pese a que, una parte de mi sabe lo que ocurre. 

Ha surgido un nuevo sentimiento en mi: el amor.

Por eso mismo hago la mayor locura de las locuras, me detengo frente a él, le mantengo una mirada culpable por lo que voy a hacer, mientras, me mira de una forma indescriptible, apasionada, pero temerosa. Pero eso a mi me da igual, porque tengo claro lo que haré. 

Acaricio su fuerte mandíbula con mis manos y pego sus labios a los míos. Aunque eso suponga ponerme de puntillas. 

El beso fluye durante unos segundos, es suave, es como una escritura de millones de emociones, es un momento, es un hecho, y también, es mi primer beso. Pero que acaba cuando separa las manos de mi cintura y dice a centímetros de mi rostro:

— Esto está mal.

— ¿Por qué?

— Porque besarme era lo que necesitabas, no lo que querías. — Ahora si mantengo una distancia mayor:

— ¿Lo que necesitaba, insinúas que estoy a falta de cariño? 

— Elara, me ha encantado besarte, en serio, pero antes quiero que arregles tus problemas antes de meterte en otro. 

—  ¿Problema? ¿Por qué te ves un problema? no eres ningún problema para mi.

— No puedo explicarte el por qué, pero debes creerme. — Dice acariciando mi mejilla.

— Eric, por favor eres lo mejor que me ha pasado en la vida, por favor no te alejes de mi por pena. 

— ¿Qué? No es por pena, en absoluto, es solo que...no puedo, mira no quiero decírtelo como lo típico pero es la única manera en la que lo puedas entender: no es por ti, es por mi.

Parece que se marchará pero me opongo, colocándome frente a él. 

— ¿Que tengo que entender?

— Nada.

— Pues entonces no te alejes de mi.

— Elara,  no soy la persona adecuada, y mucho menos para empezar a salir contigo. Tienes mucho peso sobre tus hombros, y conmigo en tu vida todo eso solo se sobrecargará. 

— Ya estás en mi vida, y no puedo dejar que te vallas, ¿entiendes? me has hecho sonreír, has hecho que me sienta bien en medio de todo esto. 

— Pero...no lo entenderías. Soy...

— Oye me da igual, ¿escuchas? ¡me da igual! ¡me da igual como puedas sobrecargar mis problemas! si es eso lo que piensas, ¡no me importa, en serio! ¡solo quiero que te des la oportunidad de estar conmigo!

— ¿Estás segura, estás segura de que te da igual? ¿te da igual lo que pueda suponer para tu vida? Si estás segura de lo que dices dímelo otra vez y a mi tampoco me importará nada.

Me acerco a su cuerpo, a sus ojos, a sus labios, y cerca a él, susurro:

— Me da igual, Eric. —Y sin más sus ojos se envuelven en la oscuridad, sus labios parecen sumarse al máximo deseo, y sus manos me cogen del cuello suavemente hasta acercarme a sus labios y besarme intensamente, con mucha más profundidad que antes. Pero algo raro ocurre, mi interior me repite exactamente lo mismo que aquella noche: «vete»Y no entiendo el por qué, pero mis piernas se tensan, mis hombros también y ni siquiera sé la causante. Solo continúo en el beso,  me dejo llevar por el momento. 

Hasta que siento un ligero pellizco en mi labio inferior. ¿Me ha mordido? Si, me ha mordido, y también chupa, chupa mordiendo más la carne de este, mientras que el beso continua, no entiendo su objetivo pero al final, no está tan mal. Aunque no negaré que es muy raro. 

Pero ya me empieza a molestar, su mano aprieta más mi cuello, ahora empiezo a sentir la presión, sus dientes se clavan más profundamente sobre mi boca, lo oigo tragar, saborear, disfrutar, mientras yo vivo uno de los momentos mas incómodos de mi vida. Todo el beso estaba yendo de maravilla, hasta ahora. 

Por eso mismo forcejeo para separarlo, pero no logro nada, es como un muro de fortaleza.

Estamos cerca de un árbol donde se acerca rápidamente y me apoya contra él. Y eso me asusta a un nivel que no pude explicar, tal vez haya sido precipitado. Entre tanto, mi voz interior chilla en mi cabeza repitiendo una y otra vez: «aléjate, vete» Y por mucho que quiera no lo logro.

Pero ahora mismo no hay nadie en esta zona sin contar los coches de atrás, así que estoy sola con él, y tampoco lo conozco tanto, ¿que está pasando? 

— Eric, para, ¡oye!, ya basta. — Empujo un poco, pero consigo que se pegue más a mi cuerpo. Y noto un fuerte dolor en mi cuello. Donde clava sus dientes, donde absorbe mi energía, y  donde chupa mi sangre.

— Ya, apártate...

— Shh, calla Elara, dijiste que te iba igual. 

— ¡Eric, por favor para! ¿¡qué haces!?— Mi estrés es extremo, hasta que se separa y me libra de ese dolor tan insoportable. 

Lo veo aterrado, confundido pero aún con la oscuridad en su mirada, con los labios entreabiertos, unos colmillos asomándose por debajo donde se ve perfectamente mi sangre. Lo miro aún con miedo, esperando que diga algo, o que se valla, pero lo único que hace es sujetarme por los hombros y acercarme a sus ojos. 

Se dilatan sus pupilas y dice como si fuera una orden:

— Vas a olvidar que esto ha pasado, te dije que no podía quedar y saliste tu sola a pasear y relajarte, tu y yo no hemos estado juntos hoy y no me volverás a buscar. — Y así sin más, después de decir esto, desaparece entre el aire.

Lo peor, es que parece haber intentado hacerme olvidar, no sé como, que esto ha pasado. Pero yo sigo recordándolo todo. 


Narrado por Jasmine

Llamo una, dos, tres, ¡cuatro veces! Pero la queridísima Elara no contesta. Sus padres me han llamado hoy preguntándome si estaba conmigo, al igual que también llamaron a Lexi, y nosotras hemos contestado que si, porque a pesar de que nos cabree un montón sigue siendo nuestra mejor miga y la protegemos de futuros problemas e intentamos ayudarlas en los presentes, pero no colabora mucho que digamos.

— ¿Hay resultado? — Le pregunto a Lexi por nuestra llamada el teléfono fijo. 

— Nada.

— Estupendo...deberíamos salir y buscarla, seguramente este con ese idiota por la calle, haciendo a saber qué.

— Vale, te recojo, espérame fuera ya mismo voy. — Después de asentir para mi misma cuelgo la llamada y me dirijo al porche a esperar a Lexi después de que cogiera mi teléfono, bolso, y  las llaves de la casa. Mi padre ha salido a trabajar y nadie me abrirá cuando llegue. 




Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro