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Chapter Ten: Confesión.


Capítulo Diez: Confesión.





Narrador Omnisciente

Todo el grupo se encontraba en el mismo hotel descansando; se dividieron por dúos para rentar las habitaciones quedando Kenji con Asa, Touya con Diego, Yongsun con Moonbyul, y Jihyun y Hannah con Sayaka. Lo mismo hizo el otro grupo; Goku y Krillin compartieron habitación, Bulma y Launch también al igual que Chaoz y Ten, y Yamcha junto a Puar; tal vez el Maestro Roshi dormía en la misma habitación que Oolong pero la verdad era que Jihyun no se había quedado para saberlo, en cuanto le asignaron un cuarto tomó sus cosas y a su hija para ir a descansar.

Cada uno estaba ocupado en sus asuntos y uno de ellos era Ten ShinHan, que llevaba treinta minutos intentando meditar en el silencio de su habitación pero su mente no dejaba de darle vueltas a la idea de que Jihyun le había sonreído. Tal vez estaba haciendo mucho drama por un simple gesto pero... Era la mujer más hermosa que había visto en su vida, el brillo en sus ojos al ver a sus amigos le parecía lo más atractivo en ella. No tenía intenciones de comparar a nadie, pero entre ella y Launch —la rubia—, se le hacía más hermosa Jihyun. Ademas, no sabía cómo explicarlo, pero sentía un aura emanar de la mestiza que, por alguna razón, se le hacía muy llamativa a tal grado de que era difícil apartar la vista de ella.

Chaoz supo que algo estaba pasando cuando escuchó a su amigo suspirar con una mezcla de frustración por no poder dejar la mente en blanco e ilusión, obviamente, por Jihyun.

—Ten, ¿Qué sucede? —lo llamó con preocupación, era la primera vez que no podía concentrarse.

—No lo sé, Chaoz. No lo sé —admitió mirando hacia la ventana, un manto estrellado cubría la ciudad de una forma muy bella.

Por otro lado, Jihyun ya había arropado a Hannah quien ahora estaba plácidamente dormida en la cama que las dos compartían, se había estirado tanto que sus piernitas y bracitos acaparaban todo el espacio en el colchón. La mestiza rió en silencio, tanto ella como su pequeña estaban agotadas pero Jihyun sentía que necesitaba un respiro. En la mañana la niña había despertado de mal humor, fue difícil hacerla comer algo en el desayuno porque lo que su madre le mostraba lo tiraba dando a entender que estaba reacia a comer, luego no quería bañarse y después de bañarse no quería vestirse... Por cada una de esas cosas armaba un berrinche gritando a todo lo que sus pulmones daban. Kero se había escondido en el bolso de su protegida por el ruido y Yue... Ni siquiera la hija de Yin Chen sabía dónde estaba.

Sus amigos la trataban de ayudar pero los que más lograron calmarla fueron Touya y Moonbyul, no eran expertos en niños pero desde cierta edad el muchacho había ayudado a su papá con su hermana menor y la chica cuidaba a sus hermanos cuando sus padres estaban más preocupados por ellos mismos. Así que cuando finalmente Hannah dejó de llorar y se durmió de camino a la sede del torneo, fue el turno de Jihyun para llorar. Creía que estaba fallando como madre y que por eso su hija ya no la quería, ¿Cómo es que la niña que ella dió a luz se dormía más rápido con otras personas menos con ella? ¿Qué estaba haciendo mal?

—Voy a salir un rato al pasillo —le susurró a Sayaka para no despertar a su hija, su amiga levantó el pulgar indicando que la había escuchado y estaba de acuerdo.

La mestiza abrió la puerta despacio para salir y empezar a caminar sin rumbo aparente, así podía tener su propio espacio y descansar de todo. Decidió parar un momento su caminata sin sentido y se deslizó por la pared hasta caer sentada en la fría losa del pasillo; estaba cansada y sus ojos lo demostraban, unas pequeñas ojeras aparecían debajo de sus orbes oscuros delatandola. Por eso no quería tener niños, sabía cuan estresante podía ser y a veces extrañaba su vida antes de Hannah, pero amaba a su hija, se mantenía con vida gracias a ella para darle lo que no pudo tener: una madre.

Jihyun suspiró sintiéndose más aliviada, solo necesitaba eso; un descanso.

—¿Te sientes mejor? —la vocecita curiosa de Kero en su forma falsa la sacó de su trance.

La chica le sonrió:— Un poco, sí. Cuidar a Hannah requiere mucha energía y paciencia —volvió a suspirar—. Es como un pequeño torbellino y, seamos honestos... Temo que sea gracias a su padre —su tono de voz sonaba decaído con matices de temor, no quería que su hija se pareciera al hombre que abusó de ella, no podría vivir sabiendo que los genes de ese hombre predominarían.

—Es una niña, obviamente va a ser difícil, pero no es imposible —Jihyun lo miró, sabía que entre ellos dos, Kero tenía mas experiencia en el cuidado de los niños—. Tu también fuiste difícil, un carácter como el tuyo no es nada fácil. Sí, si, fue complicado —hablaba muy convencido, se había cruzado de brazos y con sus ojos cerrados mientras explicaba, asentía con cada última palabra y aunque su intención era buena, no evitó que Jihyun lo mirara mal por decir que tenía mal genio.

—Muchas gracias, Kero, eso me reconforta bastante —le dijo entre dientes y rodó los ojos, su guardián se dió cuenta de lo que dijo e inevitablemente empezó a reírse nervioso.

Ninguno dijo otra palabra ya que la puerta al lado de la jóven madre se abrió asustandola y Kero al instante se hizo invisible, una cabeza se asomó y registró el pasillo de lado a lado hasta que bajó la mirada hacia la izquierda encontrando a Jihyun sentada en el piso. La muchacha parpadeó repetidas veces asimilando la presencia de su amigo de la infancia en el marco de la puerta pero él, al igual que la mestiza, pegó un brinco del susto; no esperaba verla ahí sentada.

—¿Jihyun? ¿Qué haces aquí? —inquirió extrañado, por lo que podía ver aún conservaba su vestido naranja así que debía suponer que no se había bañado ni descansado.

—Krillin, perdón, no sabía que esta era tu habitación —la muchacha se apresuró a levantarse y se sacudió el polvillo de la parte trasera de su vestido— ¿Hice mucho ruido? ¿Te desperté?

—U-uh... No, para nada. De hecho, acabo de bañarme así que aún no me duermo —soltó una risita nerviosa mientras movía frenéticamente las manos—. Nop, no interrumpes nada. Y no, no te preocupes, no hiciste ruido o sino Goku se habría levantado —volvió a reír con nervios.

«¿Qué me pasa? Estoy actuando como un tonto frente a ella» se regañó mentalmente el más bajo.

—Oh, es bueno saberlo —admitió aliviada, su mirada se desvió unos segundos a la habitación—. Entonces, ¿Goku está dormido?

—Así es... ¿Q-quieres pasar? —señaló con su pulgar por sobre su hombro, indicando dentro de la habitación. Quería ser amable pero para ese punto ya se estaba arrepintiendo, de repente no sabía cómo actuar frente a su vieja amiga. Se moría de los nervios de imaginarse manteniendo una conversación a solas con la chica Son.

—Ouh, no te preocupes, Krillin. De hecho tengo que volver, no quiero que Hannah se despierte y no me vea en la cama, se va a asustar si no me encuentra —comentó apenada, momentáneamente su vista escaneó el pasillo que daba a su habitación—. Nos vemos mañana, que tengas una linda noche.

—¡Por cierto! —la detuvo antes de que se fuera, ella lo miró y contestó con un mmmh para que siguiera—. Tienes una linda hija, igual que tú.

Jihyun le sonrió encantada, sus mejillas se sonrojaron por el cumplido:— Muchas gracias. Adiós —agitó su mano como despedida y Krillin la imitó.

Cuando la hija de Yin Chen desapareció de su vista se permitió soltar todo el aire que sus pulmones guardaban, fue un suspiro lleno de ensoñación:— Adiós.






A la mañana siguiente todos se despertaron temprano para ir a desayunar en el comedor del hotel, entre los hombres juntaron dos mesas para que todos pudieran sentarse juntos y así Jihyun no tuviera que decidir con que grupo sentarse. La muchacha agradeció profundamente ese gesto, le emocionaba que todos sus amigos —viejos y nuevos— pudieran conocerse mejor. A su izquierda, sentada en una silla con seguro, estaba Hannah comiendo a gusto su desayuno con ayuda de Jihyun quien apenas había tocado su plato.

—Te ayudo, tú come —le indicó Kinomoto soltando el tenedor al lado de su plato y movió su mano hacia la de Jihyun para quitarle la cucharilla con la que alimentaba a la pequeña Hannah.

—No te preocupes, Touya, yo puedo hacerlo —se negó con una diminuta sonrisa, por dentro quería aceptar pues su estómago rogaba por comida pero no sentía que fuera correcto dejar a su hija de lado para ella disfrutar del desayuno.

—No te lo estoy preguntando —usó su tono serio característico haciendo que Jihyun elevara las cejas, incrédula—. Tu también tienes que comer —movió sus dedos largos entre los de su amiga y le arrebató el cubierto, la de puntas plateadas solo suspiró volviendo su cuerpo en dirección a la mesa para comer a gusto.

Bulma y los demás quedaron atónitos, no entendían como Jihyun le permitía que le hablara así. Los que conocían a la mestiza desde que era una niña sabían que cuando alguien —que no fuera Yue o Kerberos— intentaba ordenarle algo ella respondía usando el mismo tono y hacía todo lo contrario que se le pedia que no hiciera. En fin, la rebeldía juvenil. Pero ahora parecía haber cambiado, ¿Qué tanto habría pasado en todos esos años que perdió comunicación con sus amigos para que la pequeña Jihyun rebelde aplacara su comportamiento?

Pero Yongsun, Asa y los otros ya estaban acostumbrados a los tratos bruscos entre ese par así que cada uno siguió en lo suyo. Yongsun se dirigió hacia Bulma para entablar una conversación con ella y conocerla, quería aprovechar que era una de las que conoció a la Jihyun de corta edad para sacarle información sobre como era, la hija de Yin Chen casi no hablaba sobre su niñez.

—Bulma, ¿Jihyun siempre tuvo un... —pensó unos segundos la palabra adecuada y Jihyun la miró pendiente de lo que diría— ...mmmh, un carácter pesado?

La peliazul soltó una risa recordando todas las veces que la jóven dejó salir su carácter y más cuando se trataba de Oolong, Yamcha o el Maestro Roshi— Al principio cuando la conocí a ella y a Goku parecía muy tranquila pero me dí cuenta de que estaba equivocada cuando ví su manera de pelear y las cosas que respondía cuando la desafiaban —Brief miró a Jihyun con burla y ésta le advirtió con la mirada que tuviera cuidado con sus palabras, estaba frente a una niña pequeña.

—Entonces no has cambiado nada, Ji —se burló Asa compartiendo una mirada con Sayaka y entre los dos se rieron. La mencionada rodó los ojos.

—Maduren, ¿Quieren? -se quejó llevándose un bocado de su comida a la boca.

—Lo dice la que se peleaba constantemente en la escuela —se mofó Moonbyul cruzando sus brazos sobre su pecho, le lanzó una mirada como si le dijera "Niégamelo" al ver la expresión de su amiga. Claramente la chica no supo qué decir.

—¿Te peleabas en la escuela?

Todos voltearon a ver al dueño de la voz, Goku había llegado junto a Krillin con el mismo objetivo de todos los demás: desayunar. Pero la atención del pelipalmera pasó de la comida a Jihyun en un segundo, de repente la mestiza se sonrojó y los nervios la atacaron haciéndola sentirse pequeña a su lado, no sabía si se molestaría con ella al saber que solía pelear físicamente con Jiwoo debido a sus provocaciones.

Por un momento tuvo miedo de que Goku la juzgara.

—Es... Umm, es difícil de explicar —bajó la mirada a su plato y se mordió ligeramente el labio. A su costado derecho había una silla vacía y Goku solo se sentó en ella, aprovechando y agradeciendo que estaba junto a Jihyun.

Ahora fue el turno de sus amigos más recientes de fruncir el ceño confundidos. Habían visto a su mejor amiga avergonzarse antes, por supuesto que sí, pero jamás estaba relacionado a una pelea. En la mayoría de sus enfrentamientos con Jiwoo, era Jihyun la que ganaba porque era muy obvio que la fuerza de su ex-compañera no podría compararse a la de la mestiza —las otras veces solo las separaban antes de que Jihyun pudiera dejarle en claro a su enemiga que no le iba a ganar—. La chica Son no se sentía orgullosa de pelearse con nadie por cualquier provocación, pero tampoco sentía miedo o vergüenza de las opiniones ajenas acerca de su comportamiento.

Eso, hasta el día de hoy.

Parecía ser que el hecho de que Son Goku supiera de sus actos la hacía sentirse avergonzada.

—¿Por qué es complicado?

—Es que... Sucedieron muchas cosas que prefiero no decir ahora —señaló con un movimiento disimulado de su cabeza a su hija que parecía estar pendiente de la conversación, aún si no entendiera mucho la dinámica.

Goku pareció comprenderlo, así que asintió con una sonrisa pequeña para darle confianza a Jihyun, quería asegurarle con ese gesto también que podía contárselo en el momento en el que ella quisiera.

Son Jihyun inevitablemente se contagió de su sonrisa y descubrió que por más que quisiera negarlo, su corazón saltaba de alegría por él.







¡Dentro de muy poco comenzarán las preliminares! ¡Las personas que se han inscrito, favor de pasar al gimnasio!

Jihyun comenzó a sentir la emoción correr en su sangre al saber que ya pronto todo daría comienzo. Como no podía cuidar de Hannah mientras peleaba, la dejó a cargo de sus amigos que esperarían fuera del gimnasio.

—Dígame, maestro Roshi, ¿Usaremos los trajes de siempre? —la voz de Goku llamó la atención de la mestiza, al oír su cuestionamiento ella también se preguntó si usarían los trajes de entrenamiento que solían usar.

—Pero ¿qué estás diciendo? Ustedes ya están muy grandes para usar los trajes del maestro Roshi —le recriminó a su ex-alumno, Jihyun hizo una mueca de tristeza inconforme—. Ustedes deben elegir el suyo, ¡Sean independientes! Y ahora vayan a hacer su mejor esfuerzo.

—¡Si! —corearon todos con determinación al mismo tiempo.

Mientras los hombres entraron al gimnasio, Son Jihyun se dispuso a encontrar algún baño para damas con el fin de cambiarse en privado. Si bien antes, cuando era más pequeña, no tenía pudor de cambiarse frente a los demás, luego del incidente en aquella oficina no le quedaban ganas de que nadie —hombre o mujer— vieran su cuerpo desnudo, la hacía sentirse expuesta y vulnerable. Ella odiaba esa sensación.

Una mano se enroscó en su muñeca impidiéndole continuar su camino, la chica se dió la vuelta y vió a Goku deteniendola.

—¿Necesitas algo? —le preguntó con curiosidad. Al contrario de las otras veces en las que el Son menor lucía relajado y tranquilo, ésta vez parecía que algo lo mortificaba e inquietaba.

—Tenemos que hablar —el tono serio que usó la sorprendió, además de preocuparla, claro.

—De acuerdo... ¿Pasó algo malo? —le preguntó una vez que se apartaron un poco de cualquier conocido suyo. Se mantuvo espectante ante lo que pudiera decir el menor.

—Jihyun, hay algo que tengo que decirte —empezó poniendo de los nervios a la mayor—. Es sobre nosotros.

El corazón de la hija de Yin Chen se estrujó, como si alguien lo aplastara con ambas manos. No tenía ni idea de qué se trataba pero tenía miedo de haber cometido sin error y que se alejara de sí, ¡Apenas volvían a reencontrarse! No era justo tener que separarse de nuevo.

—¿Ah... S-sí? —se cacheteó mentalmente por tartamudear. Goku asintió despacio.

—Jihyun yo... —sus manos temblaban y secretaban sudor, su corazón latía a mil por hora y, por un segundo, se planteó retroceder con su plan—. Yo te quiero.

De pronto, el miedo de Jihyun se disipó. ¿Era eso solamente? Casi suelta una risa producto de los nervios, pero gracias a Dios pudo contenerse o sino Goku pensaría que se estaba burlando de él.

—Ay Goku, que susto. Creí que dirías algo preocupante —se llevó una mano al pecho sonriendo aliviada—. Yo también te quiero, siempre ha sido así.

Pero Goku tuvo la sensación de que Jihyun no lo estaba entendiendo.

Tal vez él no era bueno captando indirectas o señales, pero en ese justo instante parecía que los papeles estaban invertidos.

—No, Jihyun. Yo me refiero a que de verdad me gustas —Nunca te he visto como una hermana, pero no me había dado cuenta hasta que estuvimos lejos el uno del otro. Te quiero como un hombre a una mujer. Le quiso decir pero las palabras se atoraron en su garganta.

La susodicha parpadeó perpleja y, como pocas veces atrás, se quedó paralizada.

«¿Se refiere a...» pensó la chica tratando de formular un pensamiento coherente.

Abrió y cerró la boca sin saber qué decir, únicamente pequeños sonidos tartamudos eran audibles demostrando su estado de shock. Goku se preocupó al no tener una respuesta clara pero antes de que pudiera hacer o decir algo la misma voz que los llamaba al gimnasio habló por el megáfono.

¡Último llamado! ¡Por favor, diríjanse hacia el gimnasio!

Eso pareció devolver a Jihyun a la realidad porque apartó la mirada de Goku y como pudo le dijo:

—Debemos irnos o nos dejarán fuera.

Se dió la vuelta y prácticamente corrió a un baño para cambiarse dejando a un Goku todo confundido y sin saber si debía preocuparse por su reacción o no.







°.° 🌹

Holis!

Disculpen la ausencia pero no he tenido inspiración 🥺 ayer en la noche terminé el capítulo y espero poder seguir con los que siguen.

Espero que estén pasando una buena semana, si no es ahora en la tarde será mañana que publique el próximo capítulo 🤭

¿Qué les pareció el capítulo? Goku fue valiente y le confesó sus sentimientos a Jihyun, estoy emocionada. Ya pronto se desenvolverá los más interesantes, muajajaja 😈

En fin, espero que les haya gustado, voten y comenten que eso me ayuda a seguir subiendo capitulos.

Bye.

Minaela1234~

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