Chapter Eleven: Empiezan las Preliminares
Capítulo Once: Empiezan las Preliminares.
Estaba hecha un manojo de nervios que mientras intentaba cambiarse de ropa sus manos le temblaban, haciendo difícil la tarea. Goku, a quien siempre había encasillado como su hermano, se le había declarado momentos antes y no sabía si debía estar emocionada o asustada.
Desde que podía recordar, había sentido algo por Goku y tiempo después de haberse distanciado se dió cuenta de que era amor —a pesar de su corta edad—, su corazón latía desenfrenado cuando se trataba de él pero... Siempre hubo una duda en su cabeza sobre si era correcto que tuviera esos sentimientos por quien se suponía era su hermano adoptivo, tenía la sensación de que si lo confesaba todos la tratarían como rarita.
Más de lo que ya la trataban.
Aunque si se ponía a recordar, en ningún momento su abuelo los había clasificado como hermanos, siempre los había llamado "sus nietos"; más bien, les había aclarado que no eran familia de sangre de una manera en que pudieran comprenderlo.
Cuando se dió cuenta ya estaba cambiada tomó la perilla de la puerta para salir pero un sentimiento de culpa la invadió, se sintió mal por haber dejado así a Goku afuera. Cerró los ojos con fuerza soltando un insulto en voz baja dirigido a sí misma, no tuvo por qué haber huido de esa forma pero se había sentido abrumada y asustada de saber que el menor le correspondía.
Cuando giró la perilla una idea cruzó su cabeza, un momento de valentía del que podía arrepentirse o agradecer a futuro. Así que salió del baño exhalando todo el aire miedoso y llenándose con uno de valor.
Tuvo que correr hacia el gimnasio para poder entrar y que no la dejaran fuera.
—¿Qué les pasa? Yo pensé que iba a ser el único —se quejó Krillin cruzando sus brazos en su pecho, Goku rió por su reacción.
—Tal parece que todos tuvimos la misma idea —notó Jihyun caminando hacia sus amigos.
Cuando los hombres voltearon a verla quedaron pasmados, Jihyun no traía un traje como el de ellos sino un mono deportivo color naranja con el mismo logo de sus trajes en su costado derecho, un top azul marino que le llegaba hasta el ombligo y un par de zapatos deportivos a juego; la mestiza pasaba sus manos entre sus cabellos peinandolos para recoger una coleta de caballo. Sus amigos estaban asombrados de que su nuevo aspecto solo resaltara más su belleza, incluso podían ver sus curvas.
A Yamcha se le había olvidado cómo respirar.
Krillin tragó saliva duramente.
Y Goku... El solo podía verla con ojos de enamorado, su corazón parecía querer salir de su pecho y sus ojos brillaron al ver a Jihyun acercarse a ellos.
La hija de Yin Chen se daba cuenta de las miradas pero prefería hacerse la desentendida. No era la primera vez que las personas la miraban como si estuviesen viendo oro en lingotes, según tenía entendido era un efecto que causaban los mestizos de ángeles.
—Ya sé que no es idéntico al suyo pero, umm, quise darle mi estilo —explicó la chica alisando la tela de su mono.
—Se te ve increíble —la halagó Goku sin dejar su estado, las mejillas de la mestiza se tornaron rojas.
—Gracias —su voz apenas había podido ser escuchada por la vergüenza y una pequeña sonrisa de emoción se formó en su rostro.
De acuerdo, ninguno sabía cómo disimular.
Krillin desde su posición más baja pasó su vista de su amigo a Jihyun y de ella a Goku sucesivamente, frunció el ceño preguntándose si algo sucedía entre ellos con una punzada de celos en su pecho, no estaba de acuerdo en que Son Goku acaparara la atención de la chica.
—Oigan, Goku, Jihyun, ¿Qué pasó con sus colas? —preguntó Yamcha echándole un vistazo a la espalda de ambos jóvenes, el calvo más bajito le agradeció mentalmente por sacarlos de su burbuja.
—Ah, Kami-sama me la quitó. No entiendo por qué pero me dijo que la luna debería de regresar al cielo, por eso me quitó mi cola —dijo pensativo—. Según él es un estorbo.
—Algo parecido me dijeron Yue y Kero. Según ellos era peligroso que la conservara pero nunca me dijeron por qué —se encogió de hombros Jihyun.
Yamcha y Krillin compartieron una mirada cómplice, tiempo atrás se habían prometido no decirles sobre la razón verdadera de por qué no podían observar la luna si mantenían con ellos sus colas de mono.
Jihyun analizó de arriba a abajo a la chica pelinegra que había captado la atención de Goku tocando su hombro, lo miraba como si esperara todo de él y eso fastidió a Jihyun.
—Hola, Goku —lo saludó encantadoramente, Yamcha y Krillin abrieron los ojos como platos al ver que la chica lo conocía.
El muchacho se giró para verla mejor y ella aprovechó para acercarse más, pero Goku no encontró ningún recuerdo de ella en su mente:— Oye, ¿Quién eres tú?
Por su expresión parecía que no se esperaba que no la reconociera.
Ahora Jihyun estaba confundida, ¿Se conocían o no?
La jóven recién llegada pasó de sorpresa a furia en un segundo, su pregunta la había ofendido demasiado.
—¡TONTO! —su grito fue tan escandaloso que asustó a todos los participantes presentes en el gimnasio.
La mestiza tuvo que tapar sus oídos para que el ruido no le golpeara los tímpanos tan fuerte, cuando la contraria se calmó —aún sin dejar su rostro enojado— Jihyun se plantó frente a ella molesta por tener que sufrir su griterío y porque no le encontró el sentido a que le escupiera la palabra a Goku.
Cómo odiaba que se metieran con él.
—De verdad... ¿Q-quién eres?
—Disculpa, princesita, ¿Estás loca? ¿Qué te hizo él para que te pongas así? Si solo vas a insultar a Goku es mejor que te largues —se plantó frente a la desconocida de brazos cruzados interponiendose a la vez entre ella y Goku.
Su mal carácter empezaba a salir a la luz.
La pelinegra desconocida la miró como Jihyun la había mirado en un principio, no le parecía la gran cosa. De hecho, su mirada la juzgaba por su aspecto, no tenía la pinta de una peleadora de artes marciales sino, más bien, de ser solo una cara bonita. Eso la molestó más porque sentía que se burlaba de algo tan serio como las artes marciales.
Pero simplemente Jihyun prefería cuidar su aspecto físico sin importar la ocasión.
—Escucha, tonta, no te hablo a tí así que no te metas —escupió con veneno, la Son mayor abrió la boca para contestarle pero la contraria se dió la vuelta para alejarse del grupo.
Jihyun le hizo mala cara cuando le dió la espalda:— Idiota —murmuró sin dejar que nadie la escuchara.
—Pe-pero ¿Qué le pasa? —tartamudeó Goku asustado desde el suelo
—¿No les parece que es una chica muy linda? —preguntó Krillin a sus amigos sin poder creer que una chica tan hermosa se les haya acercado.
—Dinos, ¿Quién es ella? —Yamcha preguntó en el mismo estado que Krillin.
Jihyun le tendió una mano a Goku como apoyo y este la tomó para levantarse del suelo, el bajito se acercó al menor de los Son y lo codeó.
—Ya te descubrimos, ¿Dónde la conociste?
—¡Ya les dije que no la conozco! Nunca antes la había visto.
—¡Eres un mentiroso! ¡Se veía que no era así! ¿En dónde la conociste? —lo tomó del cuello de su traje de pelea, parecía molesto y la mestiza no entendía por qué le tomaba demasiada importancia a eso.
El de los puntos en la frente comenzó a jalonear a Goku de su traje exigiéndole una respuesta —lo que él quería escuchar—, hasta se le salió decirle que le tenía envidia, ¿Por qué todas las chicas hermosas se le acercaban solamente a él? Primero Jihyun y ahora la desconocida.
Por otra parte, entre Ten Shin Han y Yamcha también permanecía el tema de quién era la muchacha y si la habían visto antes. La única fémina del grupo presente bufó descontenta con que su tema de conversación girara solamente en torno a la loca de cabello negro, ¡Podían enfocarse en otras cosas! Desde su punto de vista, la otra no era tan bonita.
Hasta que los llamaron a todos a reunirse alrededor de una tarima dentro del gimnasio. Jihyun agradeció que enfocaran su atención en otra cosa.
Dejaría para después su plan inicial con Goku, por ahora se enfocaría en el torneo.
Desde afuera todos los visitantes intentaban ver hacia dentro del establecimiento para averiguar qué sucedía, era tanta la emoción que empezaban a empujarse unos a otros lo cual afectaba al resto de los amigos de Jihyun quienes eran movidos por la multitud.
Yongsun cargaba a Hannah entre sus brazos y trataba que la gente no la lastimara en sus momentos de salvajismo —como ella lo llamaba—. Otra oleada de empujones los arrimó más hacia adelante que hasta la hija de Jihyun sintió la presión.
—¡Ay! —se quejó la niña, deseaba haberse quedado con su madre y no ahí afuera, al menos estaría segura de los apretujones. Sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas.
Bulma, una de las que escuchó su quejido, la miró preocupada:— ¿Estás bien, Hannah?
—¡Quiero ir con mi mamá! —sollozó inquieta.
—No te preocupes, pequeña, esto no va a tardar. Pronto verás a mami, ya verás —la animó Yongsun frotando su espalda cuando la gente se calmó.
—¡Y ahora comenzaremos a hacer un sorteo para acomodar los combates! —escucharon a través de las bocinas.
—Espero que a Goku y a los demás no les toque pelear juntos en las preliminares —le dijo Launch a Bulma con cierto deje de preocupación.
—Lo malo es que no podemos ver qué ocurre —se lamentó la peliazul.
Pura flotó sobre ellas:— Iré a investigar.
—¡Oye, Puar, no puedes entrar! ¡Hay mucha vigilancia en este torneo! —lo detuvo Oolong, pero luego de un boom Puar tomó la forma de un pájaro para poder colarse.
—Ya me transformé.
Algunos de los amigos de Jihyun quedaron asombrados de ver cómo ese gatito azul podía cambiar de forma, otros no le prestaron atención pues ya estaban acostumbrados a todo lo raro que rodeaba a su amiga.
Oolong también se transformó pero está vez en una especie de ave que aún conservaba su cabeza de cerdito y juntos entraron en el gimnasio. Hannah, fascinada por su hazaña, se preguntó si había una forma de que ella pudiera ver lo que sucedía adentro y entonces recordó que su madre podía ver a través de las paredes así que supuso que por ser su hija también podía hacerlo.
No le hizo falta mucha concentración cuando logró ver la figura de su mamá junto a otros peleadores haciendo fila para sacar algo de una caja, las paredes sólidas que tapaban su vista se habían vuelto transparentes a su vista para que pudiera observar todo.
A pesar de su corta edad podía entender muchas cosas sobre sus poderes, Jihyun le había explicado con cuidado que parte de las habilidades que desarrollaría con el tiempo se debían a los genes de su padre biológico y la otra mitad a los de ella. Claro que al mencionar a su verdadero padre Hannah sintió interés sobre él pero Jihyun se negó a darle esa información diciéndole que lo sabría cuando fuera más grande.
Las medidas que su mamá tomaba con respecto a su papá era algo que no entendía, ¿Por qué no podía saber sobre él? ¿Cuál era su nombre? ¿Por qué su madre le prohibía verlo? No era justo, si estaba vivo ella debería conocerlo.
Pero Son Jihyun tenía sus razones y no se podía permitir tener otro encuentro con él como el que tuvieron en aquella oficina. No quería volver a sufrirlo y que mucho menos su hija tuviera algún tipo de contacto con el hombre que había abusado de ella y dejado embarazada.
Por supuesto que no. Si podía evitarlo con su vida, entonces así sería.
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