𝘃𝗲𝗶𝗻𝘁𝗶𝗱𝗼𝘀. all except i?
Capítulo 22
¿Todos menos yo?
Entré a mi casa después de haber acompañado a Jooheon a hacer unas pruebas de vestuario para una cita que tendría esta misma noche, solo que al cerrar la puerta de la casa puedo observar a la familia reunida en el medio de la mansión, menos Jooheon, claramente. Me sorprendí al ver la cara de felicidad que tenía mi mamá, era algo que no pasaba siempre, y no era solamente mi mamá la que está feliz, también mi padre. Sin embargo, aunque ellos tengan esa cara de felicidad, una de mis hermanas no la está pasando tan bien que digamos debido a que tenía la peor cara de nalga que alguien de la familia podría tener.
«¿Qué pasó?»
Luego de unos segundos mis padres se dieron cuenta de que entré a la casa, que cuando mi papá me ve y me sonríe, levantando su mano, indicándome a que me acercara a ellos.
—¿Qué está pasando?—indague, mientras me iba acercando a la ronda que se formó cerca de las escaleras. Porque mis padres están unos escalones arriba, mientras veían y escuchaban a todos sus hijos.
—Tendremos una invitada especial.
—No es especial. —bufó Soojin.
—Vendrá la hija de mi hermana. Tu prima.
—¿En serio?
—Sí, ella estará con nosotros por mientras.
—¿Pasó algo?
—Ah... Bueno...—Sowon abrió sus labios sin verme a la cara, parecía estar buscando las palabras adecuadas.—Tu tía se irá de luna de miel con su esposo y quiere que cuidemos a sus hijos por mientras.
—Corrección, mamá. Quiere que cuides a su hija, no a su hijo. Hoseok se quedará en su propio departamento, algo que ella podría hacer perfectamente.—dijo mi hermana mayor, cruzada de brazos.—Ya tiene la edad.
—Soojin, ya basta.
—¿Por qué se tiene que quedar con nosotros?
—¡Basta, niña! No puedes odiar de ese modo a tu propia familia.
—¿Ah, no...?—susurré desconcertada.
—Mamá, tú sabes muy bien que no la quiero.
—¿Por qué?
Cuestionamos todos al mismo tiempo, nunca hemos entendido la verdadera razón del por qué mi hermana Soojin no quería a la hija menor de nuestra tía paterna. Siempre le ha demostrado repugnancia y odio, recuerdo que cuando éramos más pequeños Soojin hacía todo lo posible para que nuestra prima no sienta parte de la familia.
—Simplemente, no la quiero.
—Mala suerte para ti, porque ella ya está por llegar.
Justamente, el timbre sonó, dejando que una de las sirvientas vaya a la puerta para abrirla, y de ahí ingresó una mujer. Entró con dos maletas en sus manos, la cara menos amigable del mundo y venía muy callada. Al parecer, tampoco quería estar en este lugar, no obstante, era lo único que podía tener.
—¡Vaitiare!
—Hola, tía...—saludó apenas.
—Quiero que se queden todos este día, quiero que la hagan sentir cómoda a su prima en la casa, y si es posible, salgan a divertirse un poco.
—Papá.
—¿Mmh...?
—¿Por qué tanta necesidad de hacer todo esto? Tampoco es que vive lejos, no entiendo.
—Está pasando por un mal momento, cariño, y mi hermana no la entiende, por eso quiero que la hagan sentir bien. Por favor, Soojin...—rogó papá mirando a nuestra hermana, pero ella rodó los ojos, alejándose de donde estábamos.—¡Vai! Tanto tiempo.
—Hola, padrino.
Nos quedamos a recibirla muy animadas, a mí me caía muy bien.
Tenía algo que la hacía divertida y especial, no por la razón de que ambas teníamos un serio problema de alcoholismo, sino porque nos llevamos bien y siempre hay algo bueno con qué divertirnos cada vez que ella está presente. Luego de que una de las empleadas le haya mostrado su nueva habitación, salimos de la casa a pasar la tarde juntas con mis hermanas, porque los chicos estaban trabajando y después se sumarían con nosotras. Ahora estábamos sentadas en las sillas de un local, mis hermanas se fueron no sé adónde y el resto se fue a comprar algo a que podamos tomar. Entonces, hemos estado solas sin decirnos una sola palabra.
Quiero suponer que era el momento de empezar a sacar tema de conversación, sencillamente que a mí me costaba demasiado decir algo sin meterme en la vida de los demás, hacía preguntas que seguro nadie quería responder por el hecho de que no sabía o porque no quería, supuse que ella se dio cuenta de eso, porque me había mirado con una media sonrisa.
—¿Sucede algo, Minha-ssi?
—No, nada en particular, ¿y tú cómo estás?
—Estoy bien, gracias.
—Me alegra escuchar eso...—respondí lentamente, jugueteando nerviosa con el borde de mi falda.
Agradecí internamente cuando Wanhee llegó con nuestras bebidas y se sentó entre nosotras. Creo que ella fue la persona que calmó la marea entre las dos debido a que se relajó un poco más.
—¿De qué estaban hablando? ¿Del novio de Minha?
—¿Tienes novio?—preguntó mi prima, con un brillo emocionado en los ojos.
—Sí, pero...
—Kim Seungmin.
—Unnie...—protesté, mi rostro enrojeciendo al instante.
—Es una agradable persona, aunque no nos conocíamos muy bien al principio, al final de los meses nos hemos llevado muy bien y nos conocimos. Es una buena persona la verdad, así que estoy feliz por mi hermana.
Carajo, cada vez que alguien decía algo como eso me hacían sentir la peor mierda posible.
—Me alegro por ti, espero que te trate como mereces ser tratada.
—Así es...—dije acercando mis labios a la bebida.
—Es verdad. Lo podrás conocer muy pronto, él trabaja en el restaurante de mi padre.
—¿Oh, si? Supongo que nos conoceremos. Miseok me dijo que estaría trabajando en el restaurante de mi padrino por mientras, así que supongo que seremos compañeros.
—Que bien.
—¿Tú no estudias?
—Estoy en mi último año, pero me interesa más tener dinero qué terminar una carrera la cual ya la tengo ganada.—explicó, jugando con su bebida.
—¿Por qué?
—Unnie, no seas metiche...—le susurré.
—Tranquila, Minha, en realidad no me molesta responder eso. Quiero y necesito el dinero porque planeo mudarme.
—¿En serio? ¿No te trata bien tu madre?
—Sí, solo que han sucedido cosas... ¿No lo saben?—preguntó con confusión. Mi hermana y yo nos miramos atónitas. Vemos a nuestra prima y negamos con la cabeza.—Pensé que... Ah, claro.
—¿Qué?
—Mi madre jamás admitiría ante su familia lo avergonzada que está, puedo entender por qué ustedes no saben la verdadera razón de por qué me envió a vivir con su hermano.
—¿Estás bien, Vaitiare? Porque si necesitas hablar, puedo dedicarte todo el tiempo que necesi—fue interrumpida por su teléfono móvil—. Maldición.
—Creo que simplemente estaré yo.
—Lo siento mucho, chicas, pero el trabajo me está llamando. Pero cuando necesites hablar, estaré disponible, prima.
—Pero no ahora, ¿verdad? Justo cuando se necesita.
—Minha...—advirtió con un tono sensible.
—Vete, yo me quedaré con ella.
—Lo siento. Perdónenme.—Wanhee se disculpó agarrando su bolso y marchándose de donde estábamos.
Desde aquí puedo ver al resto de mis hermanas entrando a un centro comercial, seguramente a poder comprar nueva ropa y cosas que necesitaban. No obstante, decidí darle mi atención a la prima que tenía frente a mí y la persona que yace metida en sus pensamientos. Me preocupaba más saber lo que pasó para que mi tía la mandara a mi casa, mientras que ella estaba en su luna de miel.
—¿Quieres hablar, Vaitiare? Sé que no somos tan unidas como familia, pero cuando necesites hablar aquí voy a estar.
—Gracias, Minha. Siempre has sido muy buena conmigo, a pesar de que no sea la verdadera hija de tu tía.
Bajé la mirada al recordar eso, pensando que esa podría ser una de las razones por las que mi hermana mayor no la quería tanto. Jung Vaitiare no lo pasó bien cuando su padre murió y mi tía decidió hacerse cargo de ella.
—Eso no importa para mí, siempre serás mi prima. Así que dejemos de dar vueltas al asunto y hablemos. ¿Vergüenza de qué? ¿Qué pasó?
Vaitiare suspiró exhausta, se acomodó en la silla y tomó el vaso que mi hermana había traído. Buscaba las palabras adecuadas para empezar a contar lo que realmente estaba pasando en su familia.
—Cuando mi papá murió, mi familia se volvió un desastre. La única persona que estuvo a mi lado fue mi medio hermano, Hoseok. Me brindó el apoyo fraterno que nunca pensé que tendría. Pero cuando se mudó, las cosas empeoraron para mí, me sentía sola. Mamá nunca estaba en casa, sé que Miseok me quiere, ella es la madre que nunca tuve, porque ella me crió. Pero eso no significa que no pueda lastimarme con sus acciones y palabras. Estaba tan concentrada en su trabajo que se olvidó de que tenía una hija en casa.
—Oh...—murmuré melancólicamente, entrelazando mi mano con la suya en señal de apoyo.
—Con el tiempo me acostumbré a eso, no le di importancia. Me concentré en estudiar, pasar mis exámenes y prepararme para hacer lo mío e irme de su casa. Pero en ese proceso conocí a alguien, era una buena persona—sonrió—. Coqueto, divertido, hacía muchas cosas para que me quedara a su lado y lo logró. De hecho, estaba tan enamorada de él que me olvidé por completo de todo lo que estaba pasando en casa. Mi mamá me presentó a un hombre medio año después, era muy agradable, cómico y me caía bien. Sabía que amaba a mi mamá, todo estaba bien hasta allí. Pero... diablos—suspiró frustrada, echándose hacia atrás—. Un día hicieron una cena, ambos querían presentarnos a sus hijos y que nos conociéramos. Además de dar la noticia de que ellos están oficialmente juntos, ¿y adivina qué? Uno de los hijos de ese hombre era el chico del que me había enamorado.
Mis ojos se abrieron de par en par ante la revelación. No podía creer lo que estaba escuchando. El mundo de Vaitiare debió haberse derrumbado en ese momento.
—¡¿Cómo?!
—Exactamente.—rio sin ganas. Bebiendo un poco de la bebida.—Las cosas se pusieron feas, este chico se enojó tanto con su padre que le dijo muchas cosas y se fue de la casa. Mamá quedó decepcionada de ella misma, pensó que le había quitado la felicidad a su hija, y no lo voy a negar, porque así me sentí. Ese chico tenía todo lo que apreciaba y lo que quería para un futuro novio, pero, ¿qué podría hacer? ¿Sacarle la oportunidad a mi madre de ser feliz, después de mucho tiempo de no serlo? Total, yo podría encontrar a otra persona.
—Vai...
—Pero también me mentí, porque no es verdad. Él es mi felicidad, solo que tomé otra decisión que empeoró las cosas. Tenía un exnovio, era la persona que mi madre más odiaba en el mundo, me hizo pasar por muchas cosas malas, pero él es la única persona que podría ayudarme a no querer estar con mi hermanastro.
Mientras que la oía me sentía peor, ya que era muchas cosas por la que estaba pasando. Aun cuando, sea un drama adolescente, me daba pena saber que estuvo sola, lidiando con todas esas emociones.
—¿La cagada de eso? Es que el hijo del esposo de mi madre volvió a la casa. Las peleas eran más constantes, pero entre él y yo, en verdad no nos podemos ver, Minha. Aún así, cada vez que estamos solos nos olvidamos por completo de nuestros padres y del odio que nos tenemos cuando están cerca.
—¿Por eso la tía te mandó aquí?
—Ella no quiere que me quede a solas con su hijastro, en realidad, me dijo para quedarme con mi hermano, pero Hoseok está divirtiéndose con su mejor amigo y no quiero arruinar eso. No soy la única que la pasó mal con la pérdida de mi padre y sé que él también lo necesita.
—Bien..., quédate tranquila que todo se solucionará. Ahora vayamos a divertirnos porque debemos de volver temprano, si es que quieres mañana empezar a trabajar.
—Claro.
En todo el día habíamos hecho lo posible para que la nueva visitante se distrajera. Fuimos de compras, mientras que nosotros hemos ido a comprar ropa, mi prima se fue a una tienda de libros, ahí está una de las razones de lo diferente que éramos. Al cabo, la noche fue muy buena estando con ella, sencillamente que tuvimos que irnos a dormir porque mañana empezaría a trabajar con mi padre y yo quería acompañarla. Obviamente que iríamos a la salida de la universidad, mi papá le ha dejado en claro que primero quería que terminara su carrera y después iría a trabajar con él, a Vaitiare no le ha quedado de otra que haber aceptado.
Me despedí de Seungmin rápidamente, tenía que ir a mi última clase del día y él se iba a dirigir directamente al restaurante porque había salido más temprano. Sencillamente que cuando me estoy dirigiendo al aula me crucé a Seo Changbin, el hombre con el cual no me he hablado desde ese accidente en el pasillo de la universidad.
Realmente, me arrepentí de haberle golpeado de esa forma, pero no era completamente mi culpa, él se lo había buscado. Pasé por su lado para entrar al aula y durante las siguientes horas me concentré en tomar notas de lo que el profesor estaba diciendo. Cuando finalmente me dirigía a la salida de la universidad, pude distinguir la figura del mismo sujeto con el que me he cruzado en el pasillo. Parecía que quería hablar conmigo, ya que me hizo una señal. Simplemente esperaba que no quisiera decirme algo que pudiera herir mi ego. Ya no quería escuchar más cosas horribles sobre mí. Aunque todos pensaban que solo me importaba yo misma, no era así.
Me dolía lo que la gente pensaba de mí, especialmente mi madre. Changbin se detuvo, quedándose frente a mí. Observé cómo metía sus manos en los bolsillos de su chaqueta, parecía estar buscando la manera de hablar conmigo.
—Lo lamento mucho, Minha.
—¿Qué?—alcé mis cejas. Sorprendida de sus disculpas porque pensé que yo debería de hacer eso.
—Ese día dije cosas muy feas, me había pasado algo y solamente me he desquitado contigo.
—Está bien. De todos modos, no importa. Ya ha pasado mucho tiempo de eso.
—Aún así, no fue lo adecuado.
—Está bien, en serio.—Changbin asintió, él estaba con sus ojos brillosos que me daban una sensación de que no está bien.—¿Qué pasa? ¿Estás bien?
—Sí, no importa. Adiós.
—¡No! Espera—detuve sus pasos—. ¿Qué sucede? Te ves extraño, tal vez no te conozco tanto como pensaba, pero me preocupa verte así. ¿Qué pasa?
Changbin suspiró, miró a ambos lados, como si buscara a alguien, luego volvió a mirarme.
—¿Recuerdas a la chica con la que salía en el instituto?
—Claro que sí. ¿Cómo olvidarla? No solo era la primera estudiante extranjera que nuestro instituto había admitido, sino que tú no parabas de hablar de ella.
—Bueno...—movió su cabeza, mientras caminábamos hacia la salida del campus—Ella ha vuelto, está estudiando en esta universidad.
—¿Cómo?
—Así es, se mudó con su familia de nuevo.
—Oh... ¿Pasó algo más?
—Creo que sí, Minha. Aún no la he superado, es como si todo lo que sucedió en el instituto nunca hubiera existido. Olvidé el daño que me causó y cuando me crucé con ella, quería acercarme, abrazarla, decirle cuánto la había extrañado y que todo iba a estar bien. Pero luego recordé todo...
—¿No crees que sería mejor hablar con ella? Al menos para resolver todos los problemas que tuvieron cuando eran más jóvenes. Recuerdo todo lo que pasó y puedo confirmar que realmente se amaban, solo que no era el momento adecuado.
—Sí, yo también estaba pensando en eso.
—Uf, menos mal. La verdad, Jung Naseul nunca fue de mi agrado.—expresé expulsando un suspiro de alivio. Ahí ambos soltamos una risa.
—Eres muy buena escuchando, Minha.
—Sí, supongo.
—¿Y tú? ¿Cuándo le dirás la verdad a Minnie?
—¿La verdad? No tengo idea de qué hablas.—dije más que absorta, caminando por los pasillos.
—Vamos, Minha, no me tomes por tonto. Sé que te gusta, ¿por qué no le dices la verdad?
—N-no sé de q-que...—titubeé nerviosa.
—¿Lo ves? Hasta te pones nerviosa solo de imaginar la idea de tener que decírselo.
—Ay, ya basta. Mejor me voy.
—Díselo, no pierdes nada con intentarlo. Tal vez las cosas salgan bien, nadie tiene por qué enterarse de que en realidad ustedes nunca fueron novios.
—No me importa, Binnie.
—¡¿Qué?!—un grito nos hizo girar hacia la derecha, donde un hombre nos miraba con los ojos muy abiertos—¡¿Cómo?!
—Channie...
—¡¿Todos lo sabían menos yo?!
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