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𝘃𝗲𝗶𝗻𝘁𝗲. a strange feeling.

Capítulo 20
Un sentimiento extraño


Sabía que no era buena idea venir a desayunar con ella, empero, los pensamientos no me han dejado dormir en toda la noche, tenía que decirle lo que pensaba al respecto, sabía que Fresita no sabía lo que pensaba Eunji de ella y no se lo diría, pero de alguna manera, quería que sepa que no está bien que las personas de su alrededor la traten de ese modo, debe de hacerse respetar de una vez por todas. Ahora noto que está metida en sus pensamientos, capaz, haciéndose la pregunta de lo que me pasó para que esté aquí con ella, nunca me comporté como un verdadero novio con ella, obviamente que lo hacía frente a las personas, pero no con ella, no a solas. Eso no era parte del trato y tampoco era algo que me gustara hacer, nunca la vería como algo más, por la sencilla razón de que no era el tipo de mujer que me gustaba, sino su hermana, ella sí era el tipo de mujer que me fascinaba.

Tenía la suerte de que luego del almuerzo me vería con Myeong Eunji, quizás y tenga la suerte de tener a una nueva persona en mi vida después de mucho tiempo. Alguien que me pueda llenar de la forma que quería hacerlo yo con alguien, desde que terminé con Kang Yeonbin no he vuelto a estar con otra mujer y eso fue hace un año. Hoy se cumplió un año de estar soltero, sin tener a Yeonbin en mi vida, la cual la terminó complicando más. Traté de salir de mis pensamientos para ver a la muchacha que está con la mirada en la mesa, capaz todavía se estaba debatiendo en lo que me está pasando para estar con ella, solamente que elegí no molestarla, tampoco quería tener esa conversación.

—¿Debería de preocuparme?

Sin embargo, la niña pija decidió abrir la boca de todas formas. Opté por seguir comiendo lo que había traído, porque tenía mucha hambre, por demás de que estaba nervioso ante el dato que me llegó de mi carrera. En pocos días tenía un examen importante para mí, al ser de último año los exámenes eran cada vez más elevados e importantes.

—¿Con qué?

—Contigo. Tu forma de tratarme de repente. Espera, Kim.—se detuvo ella misma. Frunció su rostro, parecía pensar en algo en especial. No obstante, lo que llamó mi atención fue que había arrugado su cara de una forma tan tierna que me hizo sonreír. Al darme cuenta de eso saqué esa mueca de inmediato.—¿Me quieres matar, verdad? ¿Estás planeando algo contra mí? ¡Ay, no! ¡¿Qué tiene la comida?!—inclinó su cabeza, para estar más cerca de mí.—¿Qué clase de novio falso eres tú...? Esas cosas no se hacen los novios, Kim Seungmin.

Eché una risa, no podía creer lo dramática que podría llegar a ser, me fue inevitable no reírme de ella por la misma razón de la cual me estaba mirando. Hasta sus expresiones eran divertidas y entonces pasó una estúpida idea por la cabeza, ¿cómo podría ser una amistad con la niña pija? ¿Saldría bien? ¿Nos llevaríamos cómo me llevo con los chicos? ¿O sería lo contrario a una relación amistosa? Nuevamente, expulsé una risa leve de pensar en eso, ya que era una idea muy estúpida de mi parte.

Porque cuando termine todo el trato que tenía con ella, no creo que podríamos llegar a ser amigos. Además de todo el problema que surgiría con su familia, intenté no pensar en eso para responder a la respuesta de la niña fresa, me estaba viendo atentamente y con mucho miedo en sus fracciones.

—Créeme, dramas.—incliné mi cabeza de la misma forma que ella para que pueda escuchar mis palabras.—Que las mejores parejas están totalmente locas y eso hace una relación mucho mejor y hasta puedo decir que una muy estable.

Pienso que mi respuesta la dejó convencida y dudando de mi respuesta o de su pregunta misma. Iba a volver a responder algo de su comentario cuando mi celular comenzó a sonar, era un mensaje de un compañero de mi clase que me avisaba que teníamos que reunirnos con uno de los profesores, nos quería dar una última noticia que era muy importante para el examen que íbamos a tener en pocos días.

—Debo de irme. Nos vemos mañana.

—Mmh, okey. Adiós, novio.

La miré con la peor de las caras, pero rodé los ojos para verla con una media sonrisa y alejarme de su mesa, sin embargo, pude notar la presencia de Hwang Inseo en algunas de las mesas de la cafetería en donde estábamos, fue ahí en que la maldad me llenó todo el corazón. Decidí girar mi cabeza sobre mis hombros para ver a Fresita una vez más, entonces, di un paso rápido dejando un beso en la comisura de sus labios y le guiñé un ojo, ahí sí que me marché de su lado. Justamente pude ver la mala cara que me ha dado Inseo, simplemente ocasionó que mi ego crezca y también las ganas de reírme de su persona, no me caía para nada bien, menos cuando trataba tan bruscamente a las mujeres.

En mi camino hasta uno de los salones, sencillamente estaba concentrado en las cosas que tenía que estudiar para la carrera de leyes. En pocos meses me graduaría y lo menos que necesitaba en este instante era desaprobar y llevarme alguna de las materias que conllevaba la carrera. Cuando ingresé al salón pude notar que apenas llegaban el resto de los alumnos, eran parte de la misma carrera, la reunión duró 10 minutos, en la cual nos estaban informando sobre las evaluaciones que nos estarían dando en esta semana y era mejor que nos pongamos a repasar porque la mayoría no llegaba ni siquiera al número correcto para aprobar, eso sí que me ha dado miedo, pero estoy seguro de que no pertenecía a ese porciento de personas desaprobadas.

—¡Hey! Sí que viniste.

Le sonreí inconscientemente. Cada vez que veía su rostro me era imposible no sonreír como un imbécil por el simple hecho de que la mujer de cabello celeste me tenía como quería y hasta me daba miedo. No obstante, preferí evitar verme como un imbécil para decirle que era mejor que vayamos a disfrutar de los pocos minutos que teníamos libres, que, de paso, le dejé en claro que tendría que volver a repasar para un examen que tenía este mismo día.

Lo bueno era que entendía que no tenía mucho tiempo para disfrutar como para salir a citas y esas cosas que se supone que hacen las personas de mi edad. Por ello me invitó a una cafetería donde su mejor amiga trabajaba, se encontraba cerca de la universidad a lo cual no iríamos lejos como para llegar tarde a mis clases.

Nunca entré a este restaurante, o mejor dicho, cafetería. Debido a que un simple café negro salía alrededor de 10.000 wones, no me quiero imaginar cuánto saldría pedir un café con leche. Empero, no demostré mi intranquilidad sobre la cantidad de dinero desperdiciado en pedir un café a este lugar, no quería que Eunji me vea como un hombre que vive quejándose del dinero o que no tiene lo suficiente para pagar un café. Pienso que cuando me interesa una mujer o me gusta, me vuelvo un poco imbécil y trato de darle hasta lo que no tengo.

—¿Te gusta, Seungmin-ah? ¿Quieres qué lo pidamos con leche? No tengo proble...

—¡No! Tranquila, Myeong Eunji.—reí nervioso.—Este café está bien por mí, ¿o tú quieres pedirlo con leche? Yo no tengo problemas.

Eunji me ha sonreído para decirme que el café negro está bien para ella y ahí las cosas se han vuelto un poco incómodas. Porque se suponía que hemos salido a este café para poder conocernos un poco más, aun cuando, no estaba tan seguro de estar en este local debido a que he visto a una de las novias de mis amigos entrando. Estaba rogando a que no me hayan visto, eso significaría responder preguntas a mis amigos, las cuales no tenían ganas de contestar, sim embargo, mi mala suerte iba en aumento porque Jung Naseul me vio con una media sonrisa de perversidad.

Carajo.

Lo menos que necesitaba era que ella crea que era una persona como lo era ella misma con mi mejor amigo, yo no le estoy metiendo el cuerno a nadie, aunque se viera de esa forma, pero, ¿qué podía hacer? ¿Decirle qué Fresita y yo realmente no éramos novios? ¿Qué la estaba ayudando a cerrarle la boca a las personas de su alrededor? No, porque ya cometí ese error desde ayer, pienso que la niña pija se ocasionó muchos problemas y era mejor que mejoremos esa conducta de una vez por todas. Ya que cualquier persona podría sospechar de que no éramos novios y que todo era un invento de la niña pija. Obviamente que me preocupaba, porque yo era parte de ese juego.

—¿Ya has tenido novia, Seungmin?

—¿Umh?

—Que si ya has tenido novia o si hay alguien detrás de ti. Porque antes de hacer todo esto, me gustaría saber si hay chance entre tú y yo, Kim Seungmin.—dijo entre sonrisas bonitas. Teniéndome como a una idiota.

Entonces, recordé a Kang Yeonbin, la exnovia que tenía recorriendo cada casa y cada lugar en la cual yo asistía. Yeonbin suele ser una mujer muy entrometida y es capaz de rebuscar hasta donde no se podía para averigüar con quién me juntaba o con quién estoy relacionado. Sabía que no lo hacía como una exnovia psicótica, sino porque quería arreglar lo que había destruido en nuestra relación.

—No.

—¿No? ¿Estás seguro?

—Creo que yo debería de hacerte esa pregunta.

—¿De qué hablas...?

—Tú eres bonita, noona. Creo que tienes más pretendientes que alguna vez lo he tenido yo. ¿O miento?—cuestioné, bebiendo del café que me costó 20.000 wones cada uno, le había invitado a la mujer de cabello celeste. La misma que me está mirando con sus mejillas más que rojas.

—Ay, Seungmin-ssi... ¡Oh! ¿Puedo llamarte así?

—Claro, no me molesta. Supongo que es algo en que nos deberíamos de acostumbrar si vamos a seguir viéndonos.

—Obviamente que haremos eso.—confirmó con esa misma sonrisa que tenía desde que nos habíamos conocido.

Hemos pasado esos minutos conociéndonos todavía más y pasando buenos momentos, sin embargo, la hora de volver a la universidad ha llegado y tenía que estar con Fresita, después de la escena que había hecho a su exnovio en el parque de diversiones, no pensaba que era lo adecuado en dejarla sola. Pero sabía que mi amigo estaría detrás de ella, fue lo que vi cuando ha salido del salón, algo raro le pasaba a Changbin, por demás de que recuerdo muy bien de que se enojó demasiado conmigo cuando supo la verdadera razón del por qué me encontraba con ella.

Es más, estoy seguro de que estaba tan enojado con ella cómo lo está conmigo, no mentiría sí dijera que tengo dudas sobre porqué se había tomado el secreto de esa forma. Ya que, ¿por qué se enojaría? ¿Por qué tomárselo así, cuando ellos ni siquiera eran amigos? Fresita dejó en claro que Changbin era el hijo de los amigos de sus padres y nada más que eso, nunca dijo que hayan sido amigos o que lo iban a ser en algún momento, pienso que mi amigo me está ocultando muchas cosas en las cuales debía de estar al tanto. Cuando entré a la universidad, solamente vi una escena que me dejó recalculando por unos breves segundos, lo único que he visto era la mano de la niña pija dándole un cachetazo a mi mejor amigo, y no solo eso, sino que llamando la atención de todos lo que estábamos en el pasillo.



Salí del salón metida en todas esas estúpidas ideas de las palabras de Kim Seungmin había dicho desde que llegamos a la universidad y la simple idea de verlo con otros ojos me estaba matando por dentro. Sin embargo, no puedo seguir pensando en eso que observo que estaba Changbin hablando con esa misma mujer a la cual no le hablaba hace bastantes años y ver que los ojos de Seo fueron a los míos, haciendo que ella también me mire, logró que el enojo aumente. En este instante estoy malinterpretando todo y mucho más cuando ella comenzó a caminar a mí con esa media sonrisa que siempre tenía cuando está queriendo ser amable conmigo.


No era lo que necesitaba.

—Myeong, hola.

—¿Por qué me estás hablando?—fue mi primera pregunta. No me gustaba la idea que haga lo mismo que hizo en su momento Changbin.—No quiero que me estés hablando y menos por las estúpidas palabras que te dijo Seo Changbin.

—Escucha, él solo se está preocupando por ti.

—¿Y? Eso nunca te importó.

Finalicé la conversación para abandonar ese pasillo e ir en busca del hombre que ha estado metiéndose en mi vida desde que supo sobre que no era la verdadera novia de su mejor amigo. Eso me molesta mucho, ya que él haría cualquier cosa para que deje de pasar vergüenza y humillarme a mi misma, solamente para tener la aprobación de mi madre, después de tanto. Bajé unas escaleras, viendo la espalda del chico que estoy buscando.

Seo está por abandonar la universidad a lo que fui caminando más rápido. Porque quería saber cual era su idea.


—¡Changbin-ah!

Rápidamente, giró su cabeza sobre sus hombros, cuando supo de quien venía el grito se giró por completo para verme con preocupación o con esa mirada que quería demostrar, pero yo no era ninguna idiota. Sabía que me tenía lástima que por eso mismo me está haciendo todo esto.

—Minha, ¿qué pasó?

—¿Cuál es tu idea? ¿Tanto quieres joderme?

—No sé de que estás hablando.

—No te hagas el idiota, Seo Changbin, sabes muy bien porqué estoy enojada contigo.—chillé del enojo. Tratando de conectar miradas.—¿Por qué le dijiste que me hablara? ¿Por qué te sigues metiendo en mi vida?

Changbin bufó, dio un paso adelante, quedando más cerca de mi rostro y alejarse de ese grupo de chicos que estaban con él.

—Mereces reconciliación en tu vida, Myeong. Además, también sé que la has extrañado en todo este tiempo. Ya deja de ser egoísta contigo misma y solamente aprovecha la oportunidad que te está dando el universo. ¿Va?

—Jódete.

—¿Disculpa?—arrugó su cara. Parpadeó un par de veces, sin entender nada de lo que está pasando.—¿Qué me acabas de decir? ¡Te estoy ayudando!

—Te estás metiendo en donde nadie te llamó.

—¿Ves? Por eso estás sola.

—¿Qué?—pregunté, entre risas irónicas.

—Por eso siempre estás sola, Myeong—sus palabras eran duras, llenas de resentimiento—. Has vivido toda tu vida de esta manera, convenciéndote a ti misma de que la soledad es mejor porque crees que todo lo que tocas se rompe. Pero no es así. Lo que realmente haces es alejar a todos los que se preocupan por ti, porque te ves a ti misma como una influencia tóxica. ¿Sabes qué? Incluso me arrepiento de haberte ayudado. Cada día que pasa, me doy cuenta de que Sowon-nim tenía razón al decir que su hija es una carga, que solo trae decepción y vergüenza a la familia.

Formuló molesto.

Al igual que yo, porque me hizo enojar y había logrado que haga algo que nunca hacía con las personas. La violencia nunca estuvo en mi vocabulario, aunque mis padres lo hacían todo el tiempo. Todas sus palabras me recordaron a un momento de mi vida que no podía superar aún y es por eso que mi mano acabó en su mejilla, volteando su cara y a todos los alumnos de la universidad mirando la escena que habíamos formado en pleno pasillo.

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