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𝘁𝗿𝗲𝗶𝗻𝘁𝗮. every dirt in its place.

Capítulo 30
C

ada mugre a su sitio.

Mis ojos, únicamente, están viendo a las mujeres que se veían con susto y enojo, enojo de parte de Min Sowon y el miedo de Myeong Eunji, porque se había volteado rápidamente cuando escuchó la voz de su madre. No pude decir nada, la señora agarró el brazo de su hija alejándose de mi figura, sin poder decir una sola palabra de lo que confesó mi novia estando a pasos de su madre. Iba a ser raro si me quedaba a esperar a que ellas terminaran de hablar, por lo cual, hice que no me interesaba y seguí mi camino, hasta abandonar el establecimiento y es ahí donde puedo escuchar la voz de la señora Sowon, algo que me dejó más sorprendido de lo normal, aunque no sería nada nuevo viniendo de ella.


—¿No te das cuenta, Eunji? Te ves como una zorra. ¿Gustarte el novio de tu hermana...? Tsk. ¿No me quieres decepcionar más? Imbécil.

Tenía ganas de enfrentarla y decirle un par de cosas, pero no podía. No era lo correcto. ¿O sí? Exhalé un suspiro cansado, todo esto me estaba agotando. En ese momento, mi celular sonó. Un mensaje de la niña pija informándome que esa noche debía ir a su casa. Habría una reunión importante y tenía que acompañarla con la familia. No me quedó otra opción que aceptar, así que me dirigí a mi departamento para arreglarme.

Cerré la puerta detrás de mí.

Una de las empleadas me sonrió emocionada, por su reacción puedo ver que está más feliz que yo por cómo se me veía el vestido que tenía puesto. De alguna forma, me gustaba usar estos tipos de vestidos, simplemente que nunca era de combinarlo tanto y no tenía con qué, evitando el tema de las combinaciones, me despido de la señora de la limpieza para bajar de las escaleras, o algo así.

Porque mis ojos están notando a todas las personas que yacen en la casa de la familia. Hombres, señoras, sus hijos mismos, pero lo que me sorprendió fue ver a la familia Moon, la familia de Mieke, la mujer que le gustaba a Seo Changbin, solo que ella no se encontraba con su familia. Mi hermano se coloca a mi derecha, sacándome de mi momento de inspección, a lo cual hemos abandonado las escaleras a saludar a algunos invitados que se nos han acercado.

—Seungmin llegó, señorita Minha.

—Oh, gracias, ahjumma. Me disculpan.

—Claro, ve.

Le sonreí agradecida, alejándome de su figura, entonces, comienzo a caminar a la entrada de mi casa y fue ahí en que me quedé pasmada de lo que mis luceros se hallan viendo. ¿Él realmente era Kim Seungmin? Porque no parecía para nada él mismo. Llevaba unos pantalones negros de vestir, una camisa blanca metida en los pantalones, las mangas arremangadas. Se veía increíblemente guapo, pero podía notar que ese estilo no era de su elección, sino de su hermana. Entró junto a mi hermana, Wanhee.

Justamente, empiezo a caminar hasta él para llevarlo conmigo, únicamente que mi hermana Eunji me ganó, ha tomado de su mano con apuro para salir de la casa. Me quedé helada por un instante. ¿Qué está haciendo? ¿Quería qué las cosas se vayan de mis manos o qué todos se enteren? No iba a dejar las cosas ahí que comencé a caminar muy decidida en buscar a mi hermana, no obstante, la figura de mi madre colocándose frente a mí con esa sonrisa falsa me interrumpe.

—Acá estás, hija. Te hemos estado buscando.

—¿Hemos?

Repetí confusa. Puedo ver que ella estaba viendo a alguien detrás de mí, que por eso mismo está con esa mueca en su cara, cuando me doy la vuelta puedo percatarme del momento en que Hwang Inseo estaba charlando animadamente con un señor mayor, parecía estar cayendo en lo que él le está diciendo.

—Oh, Minha. Hola.

—Hola, Inseo. Ahjussi...

—Supongo que tú eres la hija menor de Min Sowon. ¿Correcto?

—Así es, ahjussi.

—Espero que tengas las mismas habilidades que tu madre para hacer negocios, niña.

—Eso está por verse.

El señor soltó una carcajada ante mi respuesta, así que nos quedamos conversando con él, mientras mi mamá aprovechaba para irse con mis hermanos, sin alejar sus labios de su copa de vino tinto. Inseo y yo nos dedicamos a hablar con el hombre sobre los negocios que nuestros padres han establecido, cómo se desarrollaron y cómo nuestras familias, los Min y los Hwang, habían estado a cargo de esto durante décadas.

En un momento, vi que Seungmin llegó a mi casa con Changbin. Llegaron con sus padres. El grandullón me saludó desde donde estaba, con una media sonrisa, la cual devolví. Pero volví mi atención al hombre que está intentando convencer al señor Lee de firmar con la familia. Vi que mi hermana se fue con Seungmin a la cocina y mi mamá se posicionó allí, haciéndome una señal a que prestara atención a la conversación que estaban teniendo.

—Dejando los negocios de lado, niños. ¿Ustedes siguen juntos? Porque tienen la misma energía de siempre y parece que han mejorado mucho como pareja en los negocios.—comentó, tomando un sorbo de su copa.

—Oh, bueno...

—Nos dimos cuenta de que somos mucho mejor haciendo esto siendo amigos y no cómo pareja, señor Lee.—dije rápidamente.

—Es una lástima, chicos.

—¿Por qué lo dice?

—Me hubiera gustado tener una cena con ustedes para hablar más sobre su futuro después de la universidad.

Ante el comentario del señor Lee puedo ver que Inseo me miró preocupado, eso significa que debíamos de fingir ser pareja nuevamente, algo que no me gustaba para nada. Sin embargo, no pudimos decir nada porque nos ha dicho que iría a hablar con la familia Moon, haciendo que nuestros padres nos miren preocupados desde los otros extremos.

Entonces, él y yo los miramos.

—Hay que hacerlo.

—Claro que no.

—No tenemos de otra, Minha.

—Ambos tenemos pareja, Inseo.—recordé mirándolo.

—¿Piensas qué no lo sé? Si hago esto Saeri me matará, me odiará... Me hará la vida imposible, pero nuestros padres nos están mirando de una forma que no quiero averigüar lo que significa. ¿Quieres eso? ¿Ah?—informó, viéndome con esos ojos brillosos. Dio un movimiento para acomodar su saco, ese saco que no sabía por qué lo estaba usando con el calor que se sentía en la casa.—Demonios...

—Ya quítate ese saco.

—No, me gusta.

—Sácate el saco, Hwang, hace calor y estás de un tono rojo. Lo que nos falta es que se te vaya el aire...—regañé, entre dientes.

—No lo haré, no insistas.

No me importaba lo que pensaba, por eso mis manos fueron a sus brazos para intentar quitarle la chaqueta poco a poco. En ese instante, él me miró ofendido y dio un paso atrás.

—¡¿Qué haces...?!

—¡Quítatelo...!

—¡No lo haré...!

—Deja de hacernos pasar vergüenza, nos están mirando raro. Hazme caso...

—Qué no, Minha, no lo haré.

—¿Por qué?

—P-porque no puedo.

—¿Qué tienes ahí abajo?—cuestioné, cruzando mis brazos. Pero él ha cambiado el rumbo de sus ojos. No me miraba.—Hwang Inseo.

—¡Qué no puedo!

—¿Qué están haciendo?

—Están empeorándolo todo.

—¡¿Por qué?! ¡Dame eso!—exclamé harta de que se esté comportando de ese modo. Pero cuando lo hice me quedé sorprendida de lo que estoy viendo, debajo de ese saco crema que tenía puesto hay una remera con mi cara.—¿Q-qué...? ¿Qué es eso?

—¡¿Esa es tu cara?!—gritó mi hermana de fondo.

—¡Te dije que no podía...!—me gritó en un susurro.

—¡¿Por qué no me dijiste...?!

—¡Te lo dije, Minha-ssi!

—Wow...—llegó a nuestro lado el mismo hombre que se ha ido con los Moon, ahí es donde llegaron nuestros padres preocupados por lo que presenció.—Esto...es...

—Señor Lee, esto no es...

—Lo pueden explicar. ¿No, niños?

—¿Se puede explicar esto, mamá?

—¡Es una hermosa muestra de amor! Eso es lo que me gusta de estos niños, siempre han sido tan considerados uno con el otro, eso es lo que yo quiero que mis nietos comprendan cuando sean más grandes. No todo es dinero, negocios o quién es mejor que el otro.

—¿Estás escuchando lo mismo qué yo...?

—Ajá...

—Es bueno saber que siempre estarán juntos y esto es una buena muestra de amor. Muy bien en eso, Inseo. Minha,—me miró—tú no deberías de desperdiciar a este hombre que todos los días te demuestra lo mucho que te ama. Llevar una remera con una foto de tu cara no lo haría cualquiera. ¿Correcto?

—Correcto.

Respondimos los cuatro al mismo tiempo, sin poder creer que eso haya funcionado.

—Por favor, quiero hablar con ustedes dos. Dejemos que los niños se diviertan un poco en la fiesta que hay aquí.

—Sí.

—Vayan a beber un poco.

—Gracias.

—Adiós, señor Lee.—hizo una reverencia Inseo, todavía con vergüenza por lo que había pasado. En eso, los dos nos miramos, me veía avergonzado y los ojos en el suelo, entre que se tapaba con el saco. Yo no entendía la razón de usar esa remera.—Tengo una explicación no obsesiva.

—¿En serio hay una?

Indague confundida.

Hwang Inseo agarró de mi brazo para llevarme a las corridas por debajo de las escaleras, ese pasillo que te llevaba al patio trasero de la mansión de mis padres. Estando ahí escondidos de todos los invitados, de mis hermanos, de mis padres y de los suyos, hasta de Kim Seungmin, fue donde pude ver todo su rostro de pena que sentía por todo el momento.

—¡No tenía más ropa! ¡Esta era la única remera que me había quedado para esta noche! Aun cuando, nos ayudó de cierta forma, ¿no? Porque funcionó que el señor Lee haya vuelto a hablar con nosotros.

—¿La única remera? ¿De verdad?

—¡Créeme! No haría nada extraño para que tú tengas una pelea con tu novio o que mi novia me odie.

Me quedé estática, por primera vez podía ver que Hwang Inseo estaba preocupado por lo que pueda pensar Lee Saeri de él. Eso por un lado me gustaba y a la misma vez me dolía. Porque eso significa que, aunque no lo creo, no podríamos tener una sola oportunidad de poder tener algo juntos.

—Está bien, te creo.

—Pero, ¿tendrás otra remera para prestarme? Porque no quiero... andar con el saco. Hace mucho calor.

—Le sacaré una camisa a mi hermano. Vamos.—dije, saliendo del pasillo y subiendo las escaleras.

Durante todo el trayecto, estaba concentrada en pensar qué ropa podría prestarle a Inseo, ya que Minhyuk no era de la misma talla que mi exnovio. Empero, fuimos a su habitación y entramos en su armario, buscando alguna camisa que combinara con los pantalones que había traído para la fiesta de esa noche.

—Supongo que esta servirá.

—Oh, gracias.

—Te esperaré afuera.

—De acuerdo.

Así que salí del armario para esperarlo en la habitación de mi hermano.

—Oye, Minha...

—¿Qué? ¿No te entra?

—No, sí me entra. Solamente quería decirte que este fin de semana me iré de vacaciones con mis amigos a las Islas de Jeju, alquilamos unas cabañas para estar juntos y hay una de sobra. Es para dos parejas, puedes venir con Seungmin si quieres y pueden invitar a alguien.

—Inseo...

—¡Juro que es con buena intención! Esta vez no tengo pensado hacer nada malo.

—Lo pensaré y te diré.

En ese momento, puedo escuchar que me dijo un «bueno». Sin embargo, unas voces llaman mi atención, por lo cual empiezo a dar unos pasos hasta llegar a la puerta y así poder oír más a profundidad esas voces que están en el pasillo.

—¿Por qué quieres buscarla?

—Se supone que soy su novio, Eunji-ssi, no el tuyo. Además, tu mamá me está mirando mal cada vez que te me acercas.

—Pero eres mi novio. No de ella.

—No volveré a tener esa charla contigo.

—De acuerdo, perdón. Pero tengo una duda.

—¿Qué?

—¿Por qué no le dijiste que estabas de acuerdo en que no querías seguir siendo su falso novio? Era una buena oportunidad para nosotros, Minnie. ¿No es lo qué querías desde meses? ¿Poder estar juntos?—preguntó mi hermana. Yo solo estaba esperando poder oír una respuesta de su parte.

—Minha es mi amiga, Eunji, no puedo permitir que nadie la apoye. Ni su propia hermana.

—Oye, ¿por...?

El sonido de la puerta del clóset abriéndose me da a entender que Inseo ya está listo para poder volver a la fiesta. Ha salido con los ojos en los botones de la camisa celeste, en eso, me ve con una media sonrisa.

—¿Vamos?

—Sí, pero... podríamos terminar de...

—¿De qué?

—Es que...

—¿Qué? ¿Qué pasa?

—Es que afuera está Seungmin buscándome y no quiero que malinterprete las cosas, ya sabes.—mentí rápidamente. No quería que sepa que en realidad quería seguir oyendo lo que estaba hablando.

—Está bien.

—Grac...

Pero la puerta se abre frente a mis ojos. Dejando que vea a mi hermano Minhyuk con una mujer a su costado, los cuales nos ven sorprendidos, hasta que Eunji asoma la cabeza, viéndome del mismo modo.

—¿Con Inseo?

En eso, Seungmin se hace ver por la puerta, sus ojos van a los míos vagamente para ver al chico que está a mi izquierda, quien bajó la mirada de inmediato. Puedo mirar los fanales de mi novio falso, me veía seriamente, sencillamente que me dejó de ver para abandonar los pasillos de inmediato.

—Creo que tu novio se enojó, hermanita.


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