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𝘁𝗿𝗲𝗰𝗲. ceremony gone wrong.

Maratón 2/3

Capítulo 13
Ceremonia que sale mal.

Uff...

Necesitaba tener un momento de paz antes de que entre en colapso, nunca había creído que me animaría a decir unas cosas como esas a las mujeres mayores y menos a la madre de la chica con quien estoy fingiendo una relación amorosa, todavía mi cabeza estaba pegada a la puerta de mi departamento con los ojos cerrados, tratando de relajar mi cuerpo, por demás de que tuve que acompañarla a su casa y volver a la mía caminando porque los autobuses ya no pasaban más a la hora en que estoy por volver. Realmente estaba muy cansado, sin embargo, me di cuenta de que hay mucho silencio en la casa que me sorprendió y abrí los párpados, solo que ahora estaba más asombrado que antes.

—¡Minnie, has llegado!

Exclamó con una enorme sonrisa, mientras que daba pequeños saltos en su lugar y pude notar que en sus manos hay una bandeja que dejaba verse el humo saliendo de ella. Supongo que cocinó, aun cuando, lo dudaba demasiado, la cocina no era para ella.

—Yeonbin, ¿qué haces aquí?

—Es una larga historia.

—Cuéntala.—ordené yendo hasta donde se encontraba la mujer para dejar mi bolso en el suelo, tratando de entender porqué a estas horas de la noche mi exnovia está con una bandeja de comida en sus manos y en mi departamento.

—Mi padre se enojó porque decidí venir a visitarte y me canceló las tarjetas, es por eso que me echaron del hotel.

—Sigo sin entender qué haces aquí.

—¡Agh, oppa! ¡Ayúdame! ¡No me puedes dejar durmiendo en la calle! ¡Eso no es muy bueno de tu parte! ¡Hasta te cociné! ¡Mira!—chilló, mostrándome la bandeja de lasaña que había preparado. Pero arrugué el rostro al ver el nombre del local de comida impreso en la bandeja.

—Casi..., pero casi que te creía.

Demandé, alzando mi cejas asombrado de que todavía siga mintiendo con cualquier cosa solamente para que yo esté en su vida y eso me recordó una de las tantas razones por las cuales hemos terminado con nuestra relación. Me encaminé a la cocina a sacar jugo de la heladera, necesitaba beber algo después de estar caminando por casi cuarenta cuadras hasta llegar a mi hogar.

Encima cuando llegue Seungyeon me asesinará si ve a Yeonbin en la casa de nuevo.

—¿Si sabes qué aunque quiera ayudarte no te puedes quedar en mi casa? Seungyeon te querrá asesinar mientras duermas.

—Es por una noche, Kim Seungmin. ¡Además, ella no viene hoy!

—¿Qué? ¿Cómo sabes eso?

—Dejó una nota.—confesó alargando su mano derecha, logrando que pueda ver una de las tantas notitas que usualmente dejaba cuando no llegaba la casa o cuando necesitaba que haga algo por ella. Di un paso tomándola en mis manos.—¿Y...?

Suspiré exhausto.

—Está bien, esto quiere decir que llegará muy tarde y cansada. No tendrá tiempo para fijarse que algo extraño está pasando en el departamento. Te quedarás...—Kang Yeonbin sonrió feliz por esa noticia.—, solamente por una noche, Yeonbin. Mañana buscaremos algún lugar para que te puedas quedar o, tal vez, hable con uno de mis amigos...

Murmuré lo último, bajando la cabeza de la vergüenza que me estaba ocasionando esto, ya tenía mucho en mi vida como para tener a mi ex pareja atormetándome desde ahora en más. Tuvimos que entrar a mi habitación donde ella alzó sus cejas de nuevo, parecía que siempre reaccionaba de la misma forma, quizás, porque la habitación se encontraba blanca y no tenía ninguna decoración como la mayoría hace en sus cuartos.

—Dormirás en la cama y yo en el suelo.

—O... podemos dormir junt...

—Eso no pasará.

La interrumpí antes de que terminara su oración y salí de la habitación para dirigirme a uno de los armarios donde guardaba sábanas, mantas y colchones enrollados.

Al volver a la habitación, vi a Yeonbin sentada cómodamente en mi cama con una sonrisa de felicidad. Al verme, fingió ponerse seria, lo que me hizo reír por un momento. A pesar de que fue un gran tormento en nuestra relación anterior, eso no significaba que no nos hubiéramos divertido. Cuando estábamos juntos, siempre lo pasábamos muy bien.

Terminé de acomodar el colchón en el suelo, le puse sábanas y mantas, y tomé mi almohada. Salí de la habitación para que ella pudiera cambiarse y yo pudiera darme una ducha para relajarme un poco. Además, después de un buen baño, el cuerpo se siente aún más cansado, lo que me ayudaría a dormirme de una vez y no estar pensando en que en cualquier momento mi hermana podría llegar para asesinar a la mujer que está durmiendo plácidamente en mi habitación. Después de hacer todo lo que había mencionado, salí del baño y fui a mi habitación, donde abrí los ojos de par en par al ver que Yeonbin estaba en ropa interior en mi cama.

—¡¿Qué demo...?!—escupí, dándome la vuelta para no verla casi desnuda en mi habitación.

—No finjas que nunca me has visto así.

—Ponte la pijama.

—Tú sabes que duermo así.

—¿Por qué demonios te juntaste tanto con Chan...?—farfullé entre dientes.

Luego de haberle dicho que se coloque debajo de las sábanas pude entrar completamente a mi habitación, cerré la puerta con llave, por las dudas de que mi hermana decida entrar como si fuese su habitación, me acosté relajando todo mi cuerpo, porque en serio necesitaba dormirme.

—Apaga eso...


—¿Umh...?—giré mi rostro adormilado, notando un rostro demasiado conocido detrás de mí, fruncí mi cara al darme cuenta de que Yeonbin está pegada a mi cuerpo, mientras que seguía durmiendo muy cómoda. Bufé tratando de despegar sus manos de mi cintura.—Yeonbin, ya ve a la cama...

—Es muy temprano...

—Yeonbin, en seri...

Nuevamente, el sonido de mi celular sonando bruscamente y sin parar, vuelve a llamar la atención de las únicas personas que estábamos en habitación. Kang Yeonbin comenzó a soltar quejidos ante ese sonido, mientras que yo alargue mi mano, notando que eran las ocho de la mañana y tenía muchos mensajes de mi jefe dándome una noticia, me senté rápidamente en el colchón al ver que hay un evento en pocos minutos y debía de ir allí.

—Carajo.

—¿Mmh? ¿Qué pasó?

—Agarra tus cosas que te llevaré a la casa de mis amigos y te quedarás allí hasta que vuelva del trabajo. Luego veremos donde te podrás quedar por mientras.

—¿Con tus amigos...?—preguntó con miedo.

Rodé los ojos de ver esa cara que siempre intentaba solucionar mis decisiones, solo que ahora no es tan importante porque tenía que irme a trabajar en pocos minutos, por demás de que era un pago extra lo que recibiría debido a que no es un trabajo del restaurante, sino un evento que viene de parte de la hija del dueño del restaurante. Me puse el pantalón lo más rápido que pude, sin darme cuenta de que ella todavía seguía en la misma postura desde que se ha despertado y ahora mismo tenía un rostro de perversidad viendo todo mi cuerpo.


—¡Ey! Deja de verme de esa forma y cámbiate, tenemos pocos minutos para que te acompañe hasta el edificio de los chicos, o sino tendrás que irte sola y no creo que quieras eso, ¿o sí?—advertí, poniéndome la remera, observando la faz asustada de la mujer que se levantó veloz del suelo.—Ja, qué mujer...

Lo único que pude hacer fue llamar a Bang Chan y rogarle que por favor alojara a Kang Yeonbin en su departamento por el día, o al menos hasta que yo terminara de trabajar. Aunque aceptó, me recordó que mi mejor amigo también vivía en ese edificio con él y que su palabra no era la única que importaba. Después de rogarle que me hiciera el favor, colgamos la llamada. Durante todos esos minutos, traté de controlar los ruidos de mi estómago, tenía hambre y no he tenido tiempo para desayunar.

Aunque la ceremonia era a las once de la mañana, me sentía apurado porque tenía que tomar el autobús y los trenes para llegar al salón donde se celebraría la ceremonia, y además tenía que acompañar a Yeonbin al edificio de mis amigos. Afortunadamente, Chan nos esperó fuera del edificio para llevar a Yeonbin a su habitación. Solo lo saludé desde lejos, mientras me alejaba corriendo de nuevo. Un autobús estaba cerca de la parada y no quería perderlo. Fue la media hora más molesta que tuve que pasar. Creo que gasté demasiado dinero en el viaje, además de que tenía que ir al restaurante donde la hija del dueño nos daría la ropa que debíamos usar para el evento.


—Te queda bien el negro.

Halagó Jungkook entre risas, mientras que su mano acomodaba de su moño y movía sus cejas de arriba abajo, logrando mi risa por su forma de ser en las mañanas. Eran las diez de la mañana y yo todavía tenía mucho sueño, además de hambre.

Yang Namjoon nos dio apenas unos sándwiches, realmente no teníamos que tocar la comida, era para la ceremonia de este mediodía.


—¿Listos?—se escuchó una voz femenina llegando al restaurante. Una mujer de 1,64 metros apareció, tenía el cabello negro sobre los hombros y vistiendo con un largo vestido en púrpura con adornos plateados. Al parecer, la ceremonia sería de un familiar de ellos—La camioneta que los llevará está esperando afuera, recuerden que primero tenemos que repartir los vinos y después los bocadillos, y ahora que les comenté eso, ya pueden ir saliendo. Mi hermano Minhyuk los llevará al salón, solo sujeténse bien que no le va bien manejando...

Comentó abriendo sus ojos para darse la vuelta, abandonando el restaurante y, entonces, los pocos meseros que serían parte de la ceremonia abandonamos el local de comida. Otras personas se quedarían en el restaurante, al igual que Namjoon, para estar a cargo debido a que el jefe no estaría este día trabajando.

En todo el viaje estuve esperando a no cometer ningún error y no tener tanta mala suerte, como usualmente tenía, qué logre empeorar lo bueno que me está pasando de a poco. El viaje duro media hora que cuando llegamos al salón todos nos volvimos un poco locos, porque los invitados estaban por llegar y apenas nos estábamos organizando. De todo modos, llegamos a tiempo.


—Seungmin, por favor, ve a repartir las bebidas.

—Sí, hyung.

Respondí, tomando la bandeja de plata con cuidado y comenzando a repartir las bebidas a los invitados. Tuve que detenerme en una mesa donde se encontraba la madre de la niña pija, a quien, por cierto, no había visto desde que llegué. La mujer me sonrió falsamente y tomó una copa para beberla de un trago. Intenté no levantar las cejas ante eso y terminé de repartir las copas de vino. La voz del jefe pidiéndome que fuera a la cocina por más bebidas me hizo alejarme de la barra.

—Hola, ¿los vinos?

—¡Oh, sí! ¡Estos so...! ¿Kim Seungmin? ¿El amigo de mi hermana Minha?—levanté la cara al ver a Eunji, la hermana mayor de la niña pija. Asentí con una sonrisa apretada.—Wow, no sabía que tú trabajabas con mi hermana.

—Eunji, no necesitamos que distraigas a los meseros, así que, por favor, deja de entablar conversación con ellos. Necesitamos los vinos en la barra ahora mismo.

—Agh, qué grosera estás el día de hoy, eh. Donghyuck es él que se casa, no tú, ¿por qué tan fastidiada muy temprano, unnie?

—¿Tú sabes cuántos hermanos tienes? Pues ve a contar y ya deja de distraer a los meseros con un carajo.—comentó enojada—Ven, llevemos los vinos.

Sencillamente, seguí a la hija mayor de mi jefe hasta el salón nuevamente para darle a los invitados lo que están esperando con ansias, habíamos estado esas dos horas repartiendo bebidas y comidas para todos los que están presentes en la ceremonia, hasta que mi atención se la llevó aquel hombre que ningún momento lo vi ingresar a la fiesta de compromiso donde estoy siendo de mesero. Jungkook inclina su rostro a mi costado.

—Me cae de la mierda...

—¿Mmh?

—Hwang Inseo es tan idiota con todas las mujeres que me da repudio, ¿tú puedes creer que ese imbécil salía con Myeong Minha? Tsk. Le dije muy bien que era mala idea siquiera ser amiga de esa persona, pero ya sabes cómo es ella. Nunca escucha.

—Jungkook, callate...

—¿Qué, hyung? Tengo razón.

—Es uno de los invitados y si hyung te oye no terminarás bien.—comentó uno de nuestros compañeros.

—A Seokjin hyung tampoco le agrada. Es más, escuché que tenía una conversación con Namjoon en donde le decía que Myeong Minha ya estaba saliendo con alguien más.

—Eso es cierto.

Una voz femenina apareció en medio de la charla, que cuando los tres hemos girado la cabeza pudimos observar a la señora Min Sowon, bebiéndose otra copa de vino a fondo, parecía que la estaba pasando mal en este evento o quien sabe realmente que le está pasando.

—Mi tonta hija menor tuvo que elegir a un muchacho que, según ella, es el amor de su vida, pero en realidad nunca le aportará nada bueno a su vida, solo le hará pasar malos momentos. ¿No estás de acuerdo conmigo, Kim Seungmin?

Mis manos terminaron detrás de mi espalda, conteniendo las ganas de responder a su innecesaria opinión, que, por cierto, nadie le ha pedido. No obstante, aunque quería responder a su pregunta, no pude hacerlo porque llegó una de sus hijas, la que está a cargo de nosotros.

—Mamá, ¿qué estás haciendo...?

—¿Qué, Soojin? ¿Tú tampoco lo sabías?—indagó Sowon entre risas, señalándome con su copa—. Este muchacho está saliendo con tu hermana menor.

Myeong Soojin me miró sorprendida ante el comentario de su madre, pero no dijo nada, se llevó a su madre lejos de nosotros.

Ahora tenía a mis compañeros observándome con ojos de halcón. Entonces, Jungkook abrió la boca, incrédulo ante lo que la mujer ha dicho, y soltó una risa que atrajo la atención de algunos de los invitados. Para mi mala suerte, una de esas miradas era la de Hwang Inseo. El hombre simplemente me lanzó una de sus típicas miradas maliciosas, miró a un lado, luego volvió a mirarme con la misma expresión maligna. Evité su presencia durante mi turno de trabajo y seguí repartiendo las bebidas que uno de los hijos mayores de mi jefe había traído. Todo iba bien hasta que tuve que pasar entre algunas personas y me encontré directamente frente a la niña pija, que miraba con adoración al imbécil que tenía delante, quien mantenía esa sonrisa egocéntrica que no borraba por nada del mundo.

¿Qué haces aquí?

—La prometida es mi mejor amiga de toda la infancia. Pensé que lo sabías, linda.

Me refiero a que haces hablándome.

¡Oh...! Ese detalle... Nada, solamente quería decirte lo hermosa que estás este día, ya que tu supuesto novio no te lo va a poder decir.—sonrió de costado, viéndome aún con esa sonrisa malévola.

Blanqueé los ojos de tener que ver el papel lamentable que está haciendo en este momento, en verdad no me importaba nada esa mujer, lo único que llegaba a molestarme es que Inseo quiera joderme la existencia.

—Seungmin.

—¿Si? Lo siento, estaba...

—¿Por él?—indicó dando un movimiento de cabeza, señalando el hombre con quién se encontraba la niña pija.—No le des interés. Si tú eres el novio de mi hermana no debes de preocuparte. Ella te ama, por eso está contigo, ¿no?

—Ujum...

—Qué idiota, déjame presentarme. Yo soy el hermano mayor de Minha, Myeong Jooheon. ¿Eres Kim Seungmin, correcto?

—Así es, es un gusto conocerlo, pero debo seguir trabajando.

—Claro, no te interrumpo más.—respondió Jooheon, dando un pequeño movimiento de cabeza dejándome ir de esta parte del salón, así dejaba la bandeja en la mesa.

Cerré los ojos, tratando de aguantar más esta situación incómoda, salí un momento afuera para retomar aire porque sentía que la cabeza me explotaría. En el tiempo en que volví a entrar comienzo a acercarme a la barra donde estaba hace un momento y me llevé la sorpresa de ver a la niña fresa sonriendo, mientras hablaba con Jungkook. Ella al darse cuenta de mi presencia deja de sonreír y me mira asombrada, supongo que no sabía para nada que yo estaría en este salón a lo que arruga su rostro acercándose frente a mí, acercando su rostro en la barra.

—¡¿Qué haces aquí...?!

—Disfrutando de esta maravillosa fiesta de disfraces—dije irónicamente con una falsa sonrisa—. ¿Y qué más podría estar haciendo aquí, Fresa? Estoy haciendo lo que tú nunca has hecho. Trabajando.

—Grosero...—murmuró, volviendo a su lugar de antes—¿Por qué no me dijiste que vendrías a trabajar en la ceremonia de compromiso de mi hermano mayor?

—¿Y yo cómo iba a saber que era tu hermano?

—¿No fue obvio cuando la que te contrató fue mi hermana?

—¿Eso te molesta? ¿Uh?

—La verdad que sí, Seungmin.

—Ja, ya ves cómo eso se siente, ¿no?

Recordé lo que ella había hecho y salí de detrás de la barra para empezar a repartir los bocadillos que Jungkook ha traído hace un momento, cuando nos dejó solos con la excusa de que «los novios» querían un momento a solas. Simplemente, me dediqué a hacer mi trabajo cuando la figura de Inseo apareció frente a mí con esa misma sonrisa que me está molestando. Lo único que hice fue ignorarlo para terminar de repartir la comida y volví a la barra a terminar de preparar el resto de las bebidas que los familiares de la prometida han pedido.

Entonces, mientras me acercaba a ellos, noté la presencia de Inseo que pasó a mi lado chocando bruscamente mi hombro, lo que hizo que la bandeja se me resbalara de las manos, cayera al suelo y, acto seguido, las copas se rompieran. Además de tener la atención de todos los invitados de la fiesta, era en serio cuando dije que últimamente todo me estaba saliendo mal.

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