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𝗼𝗰𝗵𝗼. help me.

Capítulo 8
Ayúdame.


Mi hermana jaló muy fuerte de mi mano, llevándome lejos del chico con quien me encontraba en esta horrible fiesta. Eunji se colocó frente a mí, sacándome la botella de soju bruscamente mientras me miraba con esos ojos oscuros, expulsé una risa nerviosa de solo ver su forma de actuar en este momento, sabía que ella cómo mis hermanos, hasta puedo decir que mis padres, querían cuidar de mi salud. Empero, deben de entender que ya tenía la edad suficiente para cargar con mis consecuencias.

¿Era malo para mi salud?


Sí, lo sabía.

¿Quería seguir bebiendo?

También.

¿Recaería?

Estaba segura de que en cualquier instante eso iba a suceder, pero ya no era más su problema, sino el mío. Parecía que a ella no le importaba eso, porque de todos modos estaba ahí, frente a mí, mirándome como una madre miraría a su hija a punto de regañarla.

Di un paso atrás, levantando mis manos en señal de que no dijera nada porque no quería discutir con ella. En verdad, cuando discutimos, llegamos a pasar semanas o incluso meses sin hablarnos y eso no era lo que necesitaba ahora mismo. Eunji resopló molesta, rodando sus ojos en señal de que «no se volvería a meter», no obstante, todos sabíamos que lo volvería a hacer. Fue entonces cuando desvié mi mirada hacia la izquierda, notando que se encontraba mi exnovio con mi actual novio. Mi hermana, sencillamente, movió su cabeza, dándome permiso para alejarme de su lado, así que fue exactamente lo que hice, acercándome a Inseo.

—¿Interrumpo algo?

Cuestioné retóricamente, pasando detrás de Inseo, para así, llegar al lado de Seungmin, el cual ha cambiado su rostro de inmediato. Pero aún estaba con sus brazos cruzados, dándome la señal de que algo malo sucedió en el segundo en que Eunji me alejó de él, era algo que me está inquietando a lo que miré a mi exnovio que me dedicó una sonrisa malévola para marcharse con sus amigos.

—¿Qué pasó, Seungmin?

—Es un completo imbécil.

—¿Te dijo algo?

—Me qui...

—¡Seungminnie, ven!

Volteamos al frente, viendo a tres chicos disfrutando de sus bebidas mientras reían con otro grupo de personas, por la faz de mi compañero puedo notar su molestia. Rodó los ojos, alejándose de mí, no sin antes decirme que ya volvería, aprovecho ese momento a acercarme a la barra libre, tomando entre mis manos un daiquiri de durazno con un poco de whisky. Ya con eso en mis manos decido por darle un sorbo y mis ojos van de nuevo al frente, observando cómo mi supuesto novio yace con una chica, la cual ha colocado sus manos sobre sus hombros, queriendo acercarlo a ella a la fuerza.

«No hagas nada.»

«Contrólate, Myeong Minha.»

No me molesta que la muchacha lo esté manoseando, lo que sí me llegaba a molestar es que a unos cuantos pasos de ese grupo se encontraba Hwang Inseo con sus amigos y sabía que me está buscando entre la multitud para recordarme algo que no me gustaría. Me alejo rápidamente, tratando de controlar mis impulsos de no mandarlo la mierda mentalmente, terminé por llegar al patio trasero de la casa y veo unos columpios, así que me dirijo allí, tomando asiento, mientras bebía del daiquiri mi cabeza comenzó con esas preguntas que jamás tendrían respuestas, entonces, no pude más, sentía la gran necesidad de empezar a llorar como un bebé recién nacido. Todo me está molestando, todo lo que estaba haciendo ahora mismo me está jodiendo la sola existencia, no quería darle la razón a mi madre, no lo merecía.

Simplemente que parecía que siempre seguiría siendo la hija caprichosa que nunca llegaría a nada sin sus padres. Y entonces, no solo me acordé de sus palabras cuando peleamos el día en que supe lo que ella y el padre de Inseo hicieron por nosotros, sino que me dolía saber que la relación que tenía con Hwang Inseo llegó a quebrarse ante saber la verdad. También el recordar que al salir del restaurante de mi padre me lo he encontrado, declaró extrañarme y fue la primera vez que no caí ante sus palabras, podía sentir el líquido bajando por mis mejillas a lo que de inmediato me las quité y el sentir unos pasos atrás mío hace que gire mi cabeza.

—No te encontraba.

Moví mi cabeza en señal de desinterés, al verme de esta forma se sienta a mi derecha, viéndome por unos cortos segundos. Miró sus pies, entre que comenzaba a moverse lentamente en el columpio. Fruncí mi cara de saber que aún seguía a mi lado, se lo había visto muy bien hace un minuto con sus amigos que, al parecer, no se me ocurrió pensar que estuviesen también aquí.

—¿Qué te pasa?

—Nada.

—Tsk. Vamos, niña fresa, ya dime.

—No me digas así.

—¿Niña pija? Te queda perfecto.

Rodé los ojos ante sus malas bromas sobre mí, Seungmin deja de reírse para quedarse quieto en el columpio, se giró dejando que sus luceros peguen en mi perfil, haciendo que lo mire confundida sobre lo que está haciendo.

—¿Es por tu amante?

—¿Por qué le dices así...?

—No me sé su nombre, no conozco a todos de la universidad.

—Hwang Inseo. Así se llama.

—¿Tú y él qué?—arrugué mi cara ante esa pregunta. Seungmin bufó.—¿Qué son?

—Somos exnovios.

—¿Estás así por él?

Mordí mis labios, conteniendo las ganas de ponerme a llorar nuevamente, algo que él se dio cuenta, porque volvió a ponerse recto y firme, ignorando lo que ha visto hace unos pocos segundos. Era algo que agradecí, no me gustaba que me vean de esta manera. Solo dirijo la pajita de la bebida a mis labios para beber de ella.

—Bien, ya.

—¿Mmh...?

Musité confundida de su repentina forma de comenzar con la conversación. Kim Seungmin se veía menos molesto cómo usualmente está conmigo cuando le pedía algo.

—¿Qué es lo que quieres? Estás así y me pone incómodo.

—Quiero que me ayudes, nada más que eso.

—¿Cómo hacerlo cuando no sé por qué estoy haciendo esto realmente?

Entendí lo que él de verdad quería entender, sencillamente que no sabía cómo comenzar a hablar sobre este tema con él. Sin embargo, supongo que él debía de saber todo si quería que finja ser mi novio, a lo que bebí un poco más de la bebida que todavía seguía en mis manos, empezando a contar todo desde un inicio.

—Mi mamá siempre se metió en mi vida, Seungmin, desde que soy una niña. Nunca pude tomar mis propias decisiones gracias a ella.—inicié con la mirada en el suelo.—Cuando conocí a Inseo pensé que él sería la primera decisión que pude tomar por mi cuenta, pero no fue así. Todos estos años que estuve con él fueron una farsa porque... supe que nuestros padres estaban detrás de todo eso, nunca conocí a Inseo de casualidad, nunca tomé la decisión realmente. Porque mi madre y su padre tuvieron algo que ver con aquello, es por ello mismo que te contraté...

Dije lo último en un susurro con miedo a que alguien pueda escucharnos, o quizás porque a la misma vez me daba vergüenza decir eso en voz alta. Me veía en una posición extraña al decir que contraté a un hombre para que sea mi falso novio o mucho peor, que alguien se entere y me vea con morbosidad al saber que tuve que pagarle a un muchacho para que haga cosas conmigo, y no era exactamente lo que quería que la gente divulgue.

—Quiero hacerle entender a mi madre que puedo enamorarme sin que ella esté en medio ¿sabes? Porque sé que me ve como su hija pequeña, que cree que sin ella no voy a ser nadie importante, como lo son mis demás hermanos. Min Sowon cree que nunca llegaré a hacerme cargo de «Min Wines Cooperation», solo por cómo soy y eso es algo en lo que está equivocada. Siempre ha intentado buscar a mis amigos y mis novios, para no verme tan ajena a todo el mundo y no me gusta. Quiero hacerle entender que no volverá a decidir por mí, es por eso que te busqué a ti.

—Si sabes que no soy el chico perfecto que le gustaría a tu madre, ¿verdad? No pertenezco a tu entorno, fresa. Jamás lo haré...

—Por eso eres el indicado para esto, Seungmin. Quiero que tú me ayudes con esto, pero primero tenemos que hacerle creer a Inseo que esta relación es real, pero eso nunca sucederá si te ve con otras chicas coqueteando o cosas que me dejan como a una idiota en el proceso.—indiqué volviendo a beber del daiquiri.

—¿Qué es lo que quieres que haga?

—Qué fingas amarme.

—¿Cómo pretendes que haga eso cuando nunca supe cómo amar a alguien?

Su última oración me dejó por el momento helada, lo había dicho muy sincero y a la vez directo. Obstante, pude observar esa mirada vacía que me dieron nostalgia por un instante, entonces, decidí colocar mis labios sobre la pajita, bebiendo del daiquiri pensando en mí siguientes palabras. Ladeé un poco mi cabeza mirándolo.

—Entonces, te enseñaré.

—Estás loca, niña pija. Hasta aquí la charla motivacional.

—¡Kim Seungmin, por favor!—agarré su mano, viendo que se levantó del columpio, queriendo alejarse de mí.—Necesito que hagas esto por mí, he hecho de todo para que me ayudaras. Te pagué la universidad y te conseguí un nuevo trabajo. ¿Qué más quieres que te dé? En serio necesito que me ayudes.

Él giró su cabeza, viéndome con inspección, parecía que estaba pensando en sus siguientes palabras, o en lo que haría después de esto. Así que, sencillamente, movió sus ojos a mi manos, que aún no lo han soltado, cuando lo hice veo que volvió a sentarse en el columpio. Observo cómo sus brazos se posaron en sus piernas, inclinándose, para verme más de cerca.

—¿De verdad quieres qué me comporte como tu novio?—asentí, bebía del daiquiri que se está agotando por la forma en la que lo estoy bebiendo.—¿Sabes qué conlleva eso, Minha?—achiqué mis ojos, pensando a qué se está refiriendo.—El besarnos frente a las personas, acercarnos de una manera que llegaría a incomodarnos, y para que sea un poco más creíble...—dio un movimiento, dejándolo completamente cerca de mi rostro.—, tener que escaparnos de nuestros salones a tener un encuentro en la sala del conserje. ¿También quieres eso? ¿O...?

—¡Bien, ya! ¡Ya entendí!

Exclamé, levantándome rápidamente del columpio. Todavía con la bebida en mis manos, la cual vacié de inmediato ante la insinuación del hombre que se estaba riendo de mí en ese preciso momento. Se levantó del columpio y se acercó, lo que provocó que bajara la mirada, retirando la pajita del vaso de mis labios para sostenerlo con una sola mano.

—Lo haremos.

—¿Q-qué...? ¿Pero hay necesidad de hacer es...?—fui interrumpida por su voz con esos ojos rodando.

—Fingir ser novios, pero hacerlo bien. ¿Es lo qué querías o no?—asentí.—Quédate tranquila, jamás en mi vida te querría tocar con otras intenciones. No te ilusiones, niña fresa. Vámonos.

Hice una mueca ante su forma de ser tan directa que llegaba a herir un poco de mi orgullo. Antes de poder caminar a ese lugar, él vuelve a verme.

—Haré todo eso con una condición más, fresita.

—Te escucho.

—Ya dejarás de hacerme favores, ya diste tu parte al pagarme la universidad, qué es lo único que me importaba. Y ahora hasta me diste un nuevo trabajo, así que nada más. ¿Oíste?

—Clarito y conciso.

Seungmin suelta una risa vaga.

Con nuestras manos entrelazadas, volvemos a la fiesta, que para nuestra mala suerte nos llevamos con la sorpresa de que sus amigos están cerca de donde yo quería ir, es decir, que en la barra libre, allí está Changbin, sirviéndose un poco de jugo con alguna bebida y a unos pasos de él, el resto de sus amigos. Seungmin pasó su brazo izquierdo sobre mi hombro, colocándolo sobre mi pecho para estar más cerca, sin embargo, eso llamó la atención de Bang Chan, que está riéndose con el chico nuevo, tanto que dejó de reírse y nos miró aún más confundido de lo normal. En mi caso, ignoro eso para dar un paso a la barra, queriendo agarrar alguna nueva bebida, mientras dejo que ellos hablaran de sus cosas, solo que fue imposible cuando Seo Changbin decide hablar conmigo.

—¿Comiéndote a mi amigo, eh?

—Cierra la boca un momento, por favor.

—¿Por qué eres tan agresiva conmigo?

—Mmh... No lo sé, Changbin. ¿Quizás porque me golpeaste con una pelota que provocó que mi rostro se llenara de sangre porque mi cara quedó en el pavimento esa maldita tarde? Sí, quizás eso sea.

—¡Agh! ¡Pensé que lo superaste, Myeong!

—¿Has superado que la University Ulsan te haya ganado el otoño anterior?

Changbin deja los envases del soju que le dio el chico nuevo a dejarlo en la mesa y al hacerlo me mira con sus ojos brillosos. Tal vez recordando ese momento para ver la larga mesa nuevamente entre que negaba.

—No.

—Exactamente. Bye.

—Qué... perra...

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