𝗲𝘅𝘁𝗿𝗮 𝘂𝗻𝗼. angels like you.
Extra I
Ángeles como tú, no pueden volar al infierno conmigo.
En eso suena el timbre.
—¿Mmh?
Murmuré confundido, preguntándome quién podría ser. Por un momento pensé que podría ser mi novia, pero ella estaba estudiando para su último examen que tiene la semana que viene. Así que no podía ser ella. Me acerqué a la puerta y la abrí. Sin embargo, me llevé una sorpresa.
—Buenas noches, ¿podemos hablar?
—¿Usted qué hace aquí?
—Seungmin, soy tu suegra. Vamos.
Dudé de si era buena idea hacerla pasar a mi casa, porque aún no confiaba muy bien en esa señora. Siempre ha tenido una vibra que no me gustaba tanto. No obstante, abrí más la puerta para que pueda entrar al departamento. En eso, veo que ella ve toda mi casa con asquerosidad en su cara, pero al verme me sonríe falsamente.
—Ahora sí, ¿qué necesita?
Ella suspiró, mirando el suelo. Su mirada recorrió todo el departamento, como si estuviera buscando algo en particular. Pero al parecer no encontró lo que buscaba, porque finalmente levantó la vista para mirarme.
—Quiero que hagas una cosa por mí.
—¿Qué cosa?—pregunté, cruzándome de brazos.
—Que dejes a Minha.
Eché una risotada. Sabía que solamente ha venido para joderme la noche, no podía creer que esa mujer no podía ver feliz a su hija.
—No lo voy a hacer. Ahora váyase.
—Oh, cariño. Sí que lo harás.
Fruncí mi rostro, caminando a la puerta principal para abrirla. Porque no tenía pensado hacerle caso, en verdad amaba a Myeong Minha, era la mujer de mi vida y es lo único que necesitaba para ser feliz, pero su jodida madre está presente en todos lados, en nuestras vidas, y eso nos jodía.
—¿Qué le hace creer eso?
—Porque sé perfectamente quién es tu familia, Kim Seungmin. Fui compañera de tu madre, Minseung siempre fue una maldita garrapata metida en mis asuntos, siempre quiso quitarme lo que tenía y lo intentó, eh. Lástima que tu padre eligió mal.
—Ella no me importa.
—Déjame terminar—dijo, mirándome—. También conozco a Kim Seungyeon, tu hermana mayor, ¿verdad? Es una excelente secretaria, según Wanhee. Sería una verdadera lástima que, de repente, dejara de ser parte de la empresa—suspiró, fingiendo estar cansada—. Pero sé que tomarás la mejor decisión para tu familia, Seungmin.
Sowon caminó hacia la entrada. Dejándome solo con la mirada fija en la pared, tratando de pensar en las próximas palabras que decirle.
—Por cierto, Kim Seungmin, aunque decidas no hacerlo, también voy a lograr que te echen de Soultae. No serás bien recibido en ningún bufete en tu vida.
Terminó amenazándome antes de alejarse de mi casa. Gracias a su amenaza, en los últimos días no pude hablar con Minha. Lamentablemente, tenía que tomar una decisión que podría arruinarlo todo. Así fue como decidí apoyar a mi familia y no al amor de mi vida. Antes de ir a ver a Minha, me encontré con Eunji y le conté lo que hizo su madre. Ella se enfadó y ahora éramos dos personas siendo amenazadas.
Ella dijo que me ayudaría.
Pero no pensé que sería de esa manera, porque cuando entramos en el coche pude ver desde la ventana trasera que Minha se arrodilló en el suelo. Eso fue lo que más me dolió, ya que no pude evitar derramar lágrimas. Desde ese día, puedo asegurar que odiaba con todo mi ser a Min Sowon. No quería verla en mi vida nunca más. Esa misma tarde, mi hermana y mi madre me vieron destrozado. Minseung juró matar a Sowon.
Solo que fue peor.
Estuve destrozado durante un mes entero. No me atreví a entrar al restaurante del señor Seokjin, sin embargo, me llamó para tener una reunión importante. Me dijo que tenía muy buenas razones para seguirle el juego a su hija menor, que podía seguir trabajando allí, simplemente que no me sentía capaz de hacerlo, así que renuncié.
A veces pensaba que era la peor decisión que pude tomar, porque tenía esperanzas de que mi futuro trabajando en el Bufete Soultae sería fructífero. Sin embargo, a la tercera semana de trabajar allí, esta vez con salario, me dijeron que era mejor que recogiera mis cosas y me fuera. No sabía por qué, pero intenté conseguir trabajo en otros lugares, empero, me dijeron que tampoco podía trabajar allí. Changbin, mi mejor amigo, me ayudó a solicitar trabajo en otros bufetes de la ciudad. Pero tampoco tuve suerte. Entonces, con la ayuda de Bang Chan, supe que no podía trabajar en ningún bufete de todo el país y posiblemente tampoco en otros lugares. Supuse que Min Sowon tenía algo que ver con todo eso, y así fue, porque mis mejores amigos me lo confirmaron cuando lo averiguaron.
Arruinó mi vida.
Todavía tenía un poco de fe en tener buena suerte en mi vida. Seungyeon me recomendó decirle la verdad a Minha. Como su madre no cumplió su parte del trato, y mi hermana aún no fue despedida de su empresa, no quería hacerlo. Claro, hasta que llegó Chan a decirme que Myeong Minha se iría del país para no volver, o eso es lo que todos ellos creían.
La estaba perdiendo para siempre y era mi única oportunidad de salvar lo que alguna vez tuvimos. Pero cuando llegué al aeropuerto, mi celular comenzó a sonar. Una llamada desde el celular de mi hermana. Con el corazón latiendo con fuerza, contesté la llamada, temiendo lo peor. Cada segundo que pasaba mientras esperaba a que se conectara la llamada parecía una eternidad. No sabía qué esperar, solamente sabía que cualquier noticia que recibiera en ese momento podría cambiar mi vida para siempre.
—Noona, ahora no pued...
—Hola, Seungmin.
Me quedé congelado al escuchar la voz de la señora Min Sowon.
—¿Sabes? Hoy estaba conociendo a algunos de los nuevos empleados. ¡Que casualidad! ¿No lo crees? No sabía que tu hermana era parte de la empresa.
—¿Qué quiere ahora?
—No soy estúpida, Seungmin.
—¡¿Qué quiere de mí?!
—No quiero saber que estás yendo a ver a mi hija. Tenemos un trato. No hagas que el futuro de tu hermana cargue con eso.
—Usted hizo que ningún bufete me aceptara.
—Era para que entiendas que no estaba bromeando.
—Me está arruinando la vida.
—¿Qué crees que quiero lograr, niño?
Cortó la llamada.
No me quedó otra opción que verla desaparecer de mi vista. Observar cómo se alejaba de mi vida y yo sin poder hacer nada al respecto. Veía cómo nuestro amor se desvanecía por culpa de una madre posesiva, y yo, como un tonto, estoy parado allí, sin comprender nada de lo que estaba pasando, sin saber cómo ha llegado a este punto de la historia. La observé mientras se alejaba cada vez más y se convertía en un punto hasta que desapareció. No tuve más remedio que volver a mi casa y encerrarme.
«¿Desaparecerá esto con el tiempo?» Me pregunté, mientras apretaba mi pecho con dolor y las lágrimas caían desesperadamente. Mi espalda chocó contra la puerta de mi habitación y los recuerdos inundaron mi mente. El llanto se intensificaba, lloraba como si hubiera perdido a alguien, y en cierto modo, así era como me sentía. Pasaron tres meses desde que ella se fue de mi vida y yo aún tenía la certeza de que se debía sentir de la misma manera que yo, lidiando con el sentimiento de tristeza y desesperación que tenía por no verla. Quería seguir pensando que en algún momento me llamaría, y así, podría hacer las cosas más fáciles para ambos. Pero eso nunca sucedió.
—Debí haberla tratado mejor.
—Esto no es tu culpa, Seungmin.
—¡Lo es!—exclamé, derramando lágrimas.—Perdón, es que...
—Está bien, te entiendo.
Y era verdad.
Mieke Moon murió hace dos meses, fue la primera vez que vi a mi mejor amigo tan destrozado. Lloró mucho más de lo que yo lloré cuando Minha desapareció de mi vida.
—Es que, ¿por qué será que no recordaba el peso de la tristeza que llega con la ruptura...?
—Demonios, qué mierda es todo esto.
Gracias a todo el daño que ocasionó la madre de la mujer que tanto me gustaba, estuve destruyendo lo que tenía a mi paso.
La primera persona que desapareció de mi maldita vida fue mi hermana, sí, esa persona por la cual abandoné a la mujer de mis sueños. Pero supongo que la entendía, mi hermana no necesitaba a un desastre en su vida tan perfecta y ordenada. La segunda persona que perdí con el paso de los años fue a mi mejor amigo, Seo Changbin, y todo porque empecé a meterme en el lugar del que tanto me costó salir.
No obstante, ¿qué iba a saber él de lo que yo estaba pasando? Si él tenía todo el dinero del mundo para salir adelante y yo no tenía nada. Los títulos de la preparatoria y de la universidad que tenía no me servían para nada, porque Min Sowon se encargó de eso. Así que tuve que conseguir el dinero a mi manera, aunque no fuera la manera en que me gustaría conseguirlo. Finalmente, en el cuarto año desde que ella se marchó fue cuando Bang Chan se alejó de mi vida con la compañía de Han Jisung.
Porque me querían ayudar, solo que salió muy mal, era mejor mantener lejos a esas personas a quienes simplemente las estoy lastimando con mis acciones. A la salida de la cárcel conocí a Bae Junho, la única persona que decidió darme una mano, ahí fue en donde los dos empezamos un negocio que nos daría todo el dinero suficiente para sobrevivir. Pero para mí mala suerte, en el proceso conocí todo tipo de drogas, las cuales, decidí consumir diariamente. Tanto, era tanto que comenzó a convertirse en una adicción, una adicción que no tenía remedio, no había cura, no había nada para que yo pueda salirme de ese lugar oscuro, al menos, no hay una cura que sea fácil para mí. Entonces, pasaron siete años.
Siete años desde que no la veía.
Chan cumplió con su promesa.
—Me dijiste que no me necesitabas, que no quieres saber nada de los «niños mimados de mami y papi» que éramos tus únicos amigos, y que la única forma de que nos volviéramos a hablar sería cuando haya un funeral o un casamiento. Te prometí que así mismo sería.
Me quedé quieto, porque nunca pensé que eso pasaría.
—¿Quién murió?
—Lo siento tanto, Seungmin.
—¡Respóndeme!
—Minha se va a casar.
Empecé a reírme a carcajadas, no podía creer ese comentario por más que quisiera. Podía ver que Chan no se estaba riendo, menos está feliz con mi reacción, simplemente, me estaba mirando con mucha tristeza en sus ojos.
Dejé de reírme.
—No me mientas más.—le dije.
—¿Por qué te mentiría?—respondió con su mandíbula apretada. Llevó una de sus manos a la parte trasera de su pantalón y sacó algo—. Míralo por ti mismo.
Extendió su mano, mostrándome una invitación. Lamí mis labios, conteniendo la tensión que había estado sintiendo desde que Bang Chan apareció en la puerta de mi departamento.
Pero la tomé.
» Te invamos a nuestra boda.
Myeong Minha y Hwang Hyunjin
se unen en matrimonio. «
No pude seguir leyendo.
De todos modos, me reí por la sorpresa que me dio esa noticia. Sin embargo, dejé de reírme al notar que Chan me miraba con lástima. Estaba harto de que personas como él me vieran de ese modo. Le devolví la carta y le cerré la puerta en la cara, como debí haberlo hecho desde el momento en que empezó a hablar de tonterías. Solo que en ese preciso instante pude escuchar cómo golpeaba la puerta.
—¡Seungmin, por favor! ¡Ya basta!
Pero no podía soportar más el dolor que estaba sintiendo.
Me dolía el pecho, las lágrimas caían, la ansiedad me estaba ganando y las ganas de drogarme volvieron. Por eso me senté en el sofá a darle otra calada a la cocaína que estaba sobre la mesa de madera, mientras Chan golpeaba la puerta.
—¡Me importa una mierda que pienses que no somos más amigos! ¡Pero lo somos, Seungmin! ¡Por favor, ya deja de hacerte esto! ¡Vas a hacerte muchísimo daño! ¡No quiero volver a estar en otro funeral nunca más, Kim! ¡Por favor!
No obstante, perdí la conciencia.
12:30 a.m
—Claro que acepto.
Su respuesta tan emocionada fue lo que me hizo entender que no había ninguna otra forma de volver a estar con ella.
Suponía que debería haberme dado cuenta desde el momento en que se fue de Corea del Sur. Entonces, la última vez que la vi fue en el restaurante de su padre, ni siquiera sé por qué estoy allí. Creo que ese día estaba recorriendo todos los lugares en los que habíamos estado hace siete años, sin embargo, fue una mala idea intentar tener una conversación. Tenía muchas ganas de abrazarla y besarla, pero eso era algo que ahora hacía otra persona.
—Ángeles como tú, no pueden descender al infierno con alguien como yo.
Sentencié, dando por finalizada nuestra historia. Esa historia que tanto me gustaba, al igual que a ella, pero hay que terminar, terminar con todo.
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