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𝗲𝗽𝗶𝗹𝗼𝗴𝗼.

Capítulo final

Ángeles como tú.

Cerré la puerta bruscamente.

Ver sus caras todos los días era insoportable, ya tenía suficiente drama con esas mujeres que suspiraban por mí y esos hombres celosos que no podían satisfacer a sus mujeres. Creo que deberé decirle a Junho que cambiemos de lugares, no quería tener que soportar ese tipo de cosas. Menos mal que habíamos acordado que al iniciar este nuevo negocio no tendríamos que lidiar con estas situaciones desagradables, pero no fue así. Distribuí el polvo blanco sobre la mesa, me agaché, coloqué el objeto sobre el polvo y simplemente lo inhalé. Mi cabeza se sacudió un poco con el impacto, empero, no era algo a lo que no estuviera acostumbrado, ya que lo he estado haciendo desde hace mucho tiempo. En eso, escuché cómo golpeaban la puerta del departamento.

Jodida mierda.

—¡Junho, te dije que llevaras las llaves!

Me quejé, levantándome del sillón todo mal hecho, con mala gana. Fui a la puerta principal desanimado y con muchísimas ganas de mandarlo a la mierda, no era la primera vez que se olvidaba el objeto, pero al abrir la puerta me quedé estupefacto. Hace cuatro años que no lo veía, así que me sorprendía que él esté en mi puerta.

Se veía elegante, como siempre.

—¿Qué haces aquí, Bang Chan?

—Oh, recuerdas mi nombre.

Reí, irónicamente y poyándome en el marco de la puerta principal a medio estar. Porque necesitaba un par de arreglos, la otra noche el idiota de Junho vino con una mujer casada y su esposo casi nos rompe la puerta y el dueño del edificio, todo feo, casi nos echaba.

—¿Para qué vienes?

—Vengo porque te hice una promesa.

—¿Qué?

Fruncí mi cara, riéndome de él.

Es que me parecía lo más absurdo que nunca he escuchado en toda mi jodida vida. Por lo tanto, me reincorporé a mirarlo atentamente a lo que sea que me quería decir.

—Hace cuatro años, cuando te saqué de la cárcel, Seungmin. ¿No lo recuerdas?—recordó Chan, rodando los ojos.—Me dijiste que no me necesitabas, que no quieres saber nada de los «niños mimados de mami y papi», que éramos tus únicos mejores amigos, y que la única forma de que nos volviéramos a hablar sería cuando haya un funeral o un casamiento. Te prometí que así mismo sería.

Me quedé quieto, porque nunca pensé que eso pasaría.

—¿Quién murió?

—Lo siento tanto, Seungmin.

ACTUALIDAD
7 AÑOS DESPUÉS

Corea del Sur, Gangnambul

Tenía miedo.

Sentía un miedo tremendo, diría yo, era algo que me aterraba hacer, porque aún una parte de mi corazón no podía perdonarla del todo, esa mujer me rompió el corazón de la peor manera. Siempre quise pensar que nunca fue realmente su intención hacerme daño, o a su propia hija, pero nunca se disculpó con ninguno de nosotros dos y esa era la parte más difícil de perdonar. Min Sowon aún todavía es la presidenta de esa empresa familiar que heredó de nuestro difunto abuelo, mis medios hermanos y mi media hermana Wanhee, eran los únicos que seguían trabajando para su empresa, mientras que Soojin, Minhyuk e Youngsun, trabajaban con mi padre.

El resto de mis medios hermanos siguieron su propio camino en sus respectivas profesiones, esos sueños tan anhelados para ellos que no pudieron hacer realidad por mi desquiciada madre. Jooheon fue el hermano que me acompañó a la pequeña reunión que tuve con mi madre en el momento en que llegué a Corea del Sur luego de estar tres años fuera del país en donde nací y me crié, ese día ella se veía muy arrepentida por arruinarme la vida con las decisiones que tomó por mí. Supongo que Min Sowon se dio cuenta de eso en el instante en que se quedó sola. Pero, de todos modos, cuatro años más tarde, al volver de nuevo a Seúl, pude ver a la madre que jamás pensé que tendría en toda mi vida.


—Amor, ¿estás bien?

Salí de mi trance cuando escuché su voz toda dulce. Volteé a verlo con una media sonrisa por preocuparse por mí, debido a que el siempre estaba para mí, me encantaba demasiado tener eso en una persona tan bella como Hwang.

—Sí, pero ya sabes. Después de siete años volví aquí y es algo que me está poniendo de los pelos.—reí nerviosa.—Pero es mejor que entremos al edificio antes de que mi papá comience a gritar desde la ventana del noveno piso.

—Vamos, mi amor.

Empujó lentamente de mi espalda para entrar al edificio de mi padre, han vivido en ese departamento desde que mis padres tomaron la decisión de divorciarse. No obstante, estaba muy nerviosa, mi papá no conocía a mi novio en persona, nunca nos fue a visitar a California. Por la sencilla razón de que su restaurante ha tenido más frutos que antes, cambió varias cosas del lugar, entonces, le era inevitable darse un tiempo para ir a visitarnos.

Yang Namjoon abrió la puerta, por suerte, nos recibió con sus brazos abiertos. Nos notificó que mi padre estaba trabajando y que, posiblemente, llegaría tarde, se encontraba el equipo de fútbol americano muy famoso en su local, era un evento importante. También, entre que hablábamos con Namjoon, supe que su hijo Jeongin se fue a vivir a Busan con su enferma madre, quería pasar sus últimos días de vida con su queridísimo retoño.

—¿Y puedo preguntar cuál fue la razón de su visita?—indagó Namjoon, abriendo la nueva botella de soju.—Sé que tienen toda una vida en California, las vacaciones todavía no comienzan, así que quiero suponer que hay algo más. ¿No?—sonrió.

En eso, veo a la persona que estuvo por mí estos últimos años de relación. Sabíamos que la razón por la cual nos encontrábamos hoy en día en Corea del Sur, sería una gran sorpresa para nuestros familiares.

Pero nos haría felices.

—Es una sorpresa, señor Yang.

—Por cierto, que falta de respeto haberse casado a escondidas y no armar una gran boda. Jeongin y yo estamos ofendidos todavía.—mencioné, cambiando rotundamente el tema de conversación.

Porque era una noticia que queríamos compartir con todas nuestras familias presentes, sin excepciones. Además, estaba esperando a que llegara mi padre para decirle que al día siguiente tendríamos un desayuno con la familia de mi novio y la mía, donde daríamos la gran noticia. Estuvimos cenando con mi padrastro mientras hablábamos de cosas que han sucedido en estos últimos años. Hasta que llegó un momento en que decidí salir del edificio, necesitaba tener un momento de reflexión en la gran ciudad, solo que ni siquiera pude dar un paso en la calle de enfrente cuando mi hermano mellizo me abrazó.

—¡¿Por qué no avisaste?!

—¡Perdón!—chillé, riéndome.

—Te he extrañado.

—Yo también, Honnie.—dije, separándome del abrazo. Solamente que me sorprendí al ver a un hombre completamente diferente a un costado de mi hermano.—Espera, ¿eres Han Jisung? ¡No lo puedo creer!

Ahí fue donde supe que mi hermano estaba saliendo con Han, una gran sorpresa para mí. Minho y yo nos contábamos todo lo que sucedía en nuestras vidas. Realmente se ha convertido en mi gran confidente de secretos, por lo tanto, ambos nos llevamos una gran sorpresa. Sin embargo, no pudimos seguir hablando sobre la relación de ellos dos porque llegó mi padre. Al verme, casi se infarta. Subimos al edificio donde mi padre, después de mucho tiempo, conoció a mi novio. Estuve charlando con mi hermano gemelo y con su novio, fue una madrugada muy divertida. Empero, tuvimos que irnos porque al día siguiente tendríamos un desayuno temprano con toda la familia. Dejamos a mi padre ansioso por lo que tendríamos que decirle al día siguiente.

Pero yo estaba aún más ansiosa.

08:30 a.m

Mi pareja de hace cuatro años apretó mi mano con fuerza, regalándome esa sonrisa que siempre llevaba en su rostro. Parecía entender los nervios que sentía al dar esta noticia. Sin embargo, al entrar al restaurante donde hemos reservado para la gran reunión familiar, nos dimos cuenta de que dos personas importantes en nuestras vidas no están presentes y eso lo arruinó todo. Decidimos continuar con el desayuno, nuestras familias se conocían y compartíamos un buen momento, con la esperanza de que esas personas, que aún faltaban en el desayuno, aparecieran. Pero eso no sucedió, ya que tuvimos que irnos y no pudimos dar la noticia. Por eso, nos miramos con una expresión triste, era algo que queríamos hacer en familia y su hermana no estaba, en mi caso, mi madre no está presente.


—¿Nos van a decir qué era lo que nos tenían que decir? ¿Umh?—indagó la mamá de mi novio.—No nos digan que no hay nada más de qué hablar, porque me voy a sentir muy estafada.

—Estoy de acuerdo con Hye Shim.

—Papá...

—Es verdad, ridícula.

Me reí al recordar que hace bastante tiempo no escuchaba ese apodo salir de su boca.

—De acuerdo, lo diremos.

—¿Ah, si?—alcé la mirada, viéndolo. Él estaba detrás de mío con una de sus manos puesta en mi hombro.

—Sí, Minha-ssi.

—Okey, la sorpresa que les teníamos es que...

—Nos vamos a casar.—notificamos.


Teníamos una sonrisa nerviosa en nuestras caras, mientras nuestra familia tenía reacciones totalmente diferentes. Nuestros padres se emocionaron, mis hermanos no entendían lo que está pasando, mis hermanas soltaron un grito de felicidad que se escuchó en toda la cuadra, también pudimos ver las reacciones de mis sobrinas, que saltaban de la emoción, entre que nosotros las observábamos con grandes sonrisas. Después de decirles que no queríamos que nadie le dijera nada a las personas que faltaron, nos fuimos al departamento donde nos estábamos hospedando. Sin embargo, para nuestra mala suerte, nuestros padres vinieron con nosotros. Querían saber más sobre el tema del casamiento, así que les informamos a los cuatro adultos que nuestra idea era casarnos aquí, porque toda nuestra familia vivía en Corea, pero que sería una boda discreta. Ninguno de los dos queríamos llamar la atención.


—¿Ya tienen una fecha estimada?

—Sí, mamá. Será este fin de semana.

—¡¿Ya?!

—Lo hemos planeado todo en Los Ángeles, solamente estamos esperando a que lleguen nuestros amigos de California.

Cuando mi prometido le dijo la verdad a su madre, casi se gana un madrazo, pero se pudo relajar en el instante en que le comentamos todo. Nuestra idea era casarnos en la iglesia, festejar con nuestras familias y amigos más cercanos, después irnos de luna de miel a Hawaii para luego mudarnos a Corea del Sur. Esa era la segunda sorpresa que le queríamos dar a nuestra familia, únicamente que se los queríamos decidir en la boda.

—¿Cuándo le dirás a tu hermana?

No obstante, pude ver cómo cambió la cara.

Vi que hablar sobre su hermana era algo que no quería hacer en este instante, así que les pedimos que nos dejaran solos para poder organizar las cosas mejor. Sin embargo, al día siguiente de darles la noticia, llegaron nuestros amigos más cercanos de California para ayudarnos con todos los planes que teníamos. Leila se convirtió en mi mejor amiga, era una de las mejores personas que jamás pensé que conocería en mi vida. Ella fue la persona que me ayudó a superar... esa parte de mi vida que no quería recordar nunca más. Por eso la amaba con todo mi ser. Cuando todos ellos llegaron, hicimos una pequeña reunión en el departamento que compartía con mi pareja. Allí se hicieron presentes nuestros hermanos, incluso la hermana gemela de mi prometido.


Pensó que nunca más se iban a ver.

Esa noche fue una de las mejores, bueno, sacando de lado que mi hermano Minhyuk se acostó con Leila Smith. Fue el viernes por la noche cuando mi madre supo la noticia, se disculpó con los dos por no estar presente, sucedía que tuvo una reunión importante en Japón y apenas llegó el viernes por la noche. No obstante, ellas nos dio las mejores de las suertes, estaba orgullosa de mí y feliz, además de habernos dado un regalo de dicho país donde estuvo. Solamente que cuando preguntó cuándo sería la boda casi se infarta.

Otra persona más.

Debido a que sería el sábado por el mediodía, creo que ese día ha llorado demasiado por mí y por lo feliz que estaba por el nuevo paso que estoy dando en mi vida. De todos modos, mis amigos querían hacer una despedida de soltera y era lo que yo no quería, pero no tuve de otra que aceptar, también recuerdo que ese día nos acompañó Bang Chan, se volvió mi amigo más personal. Él se mudó a Sydney hace dos años, donde supe que se casó y tuvo una niña, que ahora tiene dos años. Todavía me sorprendía de la persona de la cual se ha enamorado, pero no me importaba la locura que hizo, lo más importante era que él es feliz.

Entonces, pasó.

—Sí, acepto.

—¿Señorita Myeo...?

—Claro que acepto.

Hablé encima del padre, ocasionando las risas de nuestros invitados. En eso, nos besamos para lograr los aplausos y gritos de felicidad de nuestras familias, todos emprendimos camino a la casa de mi madre debido a que ahí hemos hecho el festejo de la boda, en el cual, pude tener una fiesta divertida con mi esposo, con la única persona que me hacía totalmente feliz.

20:30 p.m

Hoy era nuestro último día en Corea, claro, hasta que volviéramos, porque nos iríamos de luna de miel a Hawaii. Mi papá tuvo la idea de invitarnos a cenar en su restaurante, cuando lo mencionó sentí pánico, supongo que aún no tenía el valor para entrar a ese lugar. Desde que llegué, nunca fui. Sencillamente que aquí estábamos, de la mano de mi esposo, dirigiéndonos a la entrada del enorme restaurante de mi padre. Por inercia, mis ojos se dirigen a la recepción, donde en su momento se encontraba Jungkook atendiendo y siendo regañado por el gerente Yang Namjoon.

Lo único que sabía de él era que fue despedido hace seis años, que su vida se complicó y volvió a caer en malos pasos, pero que hace pocos años se recuperó y abandonó la ciudad para siempre.

—Por aquí, cariño.

Oí la voz de mi madre, levantando la mano en el aire para que podamos verla. Fuimos con ellos para tener la última cena con mis padres debido a que nosotros ya tuvimos un almuerzo con los padres de mi esposo. De todos modos, mientras que nos encontrábamos comiendo del postre, mi mamá decidió por abrir la boca.

—Hyunjin, tú y yo nunca pudimos tener una charla más profunda.

—Mamá...

—Sé que eres diseñador y que estás trabajando en una de las empresas más importantes de Los Ángeles.—mencionó, acomodándose.—Dime, necesito saber más sobre eso.

—Mamá.

—No, amor, tranquila. Me gusta hablar de eso.—respondió, riéndose.

Al mismo tiempo no quería seguir estando en esta mesa. Mientras que mi esposo está respondiendo a las preguntas de mi madre, pude darme cuenta de que ella tenía una sonrisa en su cara, que a ella le está gustando lo que sus oídos están escuchando, entonces, recordé algo.

Una escena parecida a esta, cuando tuvimos una cena con... Traté de no pensar en eso, porque no era una buena idea meterlo en mis pensamientos. Solo que en un momento puedo observar por la ventana a una persona salir, nos encontrábamos en el primer piso, por lo cual, podía ver a esa persona muy de cerca y yo conocía perfectamente esa espalda.

Tenía qué.

Cuando salí por completo del restaurante, pude notar que esa persona, la cual está yendo a pasos lentos, estaba por salir de la acera y yo no tuve mejor idea que abrir la boca.

—¿S-seungmin?

En el minuto en que la persona extraña dejó de caminar, me confirmó que era esa persona en la cual estaba pensando. Solamente que no se había dado la vuelta, parecía estar pensando en qué hacer, entonces, así mismo pasó.

Pude verlo después de siete años.

Se veía completamente diferente a lo que fue en algún momento, de solo ver su cara tenía muchas ganas de echar lágrimas, no era la forma en la cual pensé que lo volvería a ver.

No parecía estar bien.

—Fresa.

Ahí fue donde mi corazón se rompió en mil pedazos, nunca pensé que volvería a oír ese apodo en toda mi vida. Empecé a dar más pasos a él, notando que no ha dado un solo movimiento, nos encontrábamos en la esquina del restaurante.

—¿Cómo estás?

—No tan bien como tú.—confesó, elevando sus cejas entre que sus ojos fueron a la ventana en donde yo estaba sentada con mi familia.—Supe que te casaste con un buen hombre, felicidades.

—S-sí, muchísimas gracias.

Seungmin mueve la cabeza, metiendo sus manos en la chaqueta desgastada en un color azul. Sin embargo, puedo ver que no está lavada hace largos días.

—Bueno, adiós.

—Espera.

Interrumpí, queriendo agarrarlo del brazo, solo que no me animé a hacerlo. Él se voltea a verme, esperando a que hable.

—Y-yo... Quiero pedirte disculpas por haber ocasionado todos esos problemas en la navidad de hace siete años. Nunca debí decirles la verdad enfrente de todas esas personas.

Seungmin río levemente, mirando el suelo.

—Tranquila, no fue importante.

—También por el daño que pude ocasionarte con mi locura de plan o... Lo que sea que te haya hecho daño.

—La única persona que puede disculparse aquí, soy solo yo—dijo con sinceridad—. ¿Acaso no lo recuerdas? Yo fui la persona que te hizo caer de rodillas con dolor en tu rostro. Nunca fue tu culpa que yo arruinara todo y tampoco es tu culpa que yo no pudiera ser lo que necesitabas.

En el instante en que dijo eso, puedo ver que sus ojos pasaron por la entrada del restaurante. Justo en el tiempo que salía Hyunjin, en busca de mí, se notaba muy decidido en buscarme para que volvamos.

Suspiré, porque quería hablar con él.

—Además, tu madre siempre tuvo razón. Yo nunca podría darte la vida que tienes ahora, no podríamos vivir en una bella y lujosa casa, no hubiéramos podido casarnos e irnos de luna de miel al país que has soñado visitar toda tu vida. Yo nunca podría darte todo lo que él te está dando ahora, Fresita.

—No digas eso...—di un paso más hacia él.


—Soy todo lo que dijeron que sería, una persona con quién no tendrías un buen futuro, solamente soy un jodido y pobre muchacho.

¿Minha?llamó Hyunjin, quedándose atrás. Hay una gran distancia de nosotros.


—Así que, simplemente, tienes que pasar todos tus últimos años con tu esposo, ser feliz, porque es lo que necesitas.

—Tú también necesitas ser feliz.

—Lo soy.—respondió.

Pero, no podía creer en sus palabras, porque mientras las pronunciaba, una lágrima traicionera escapaba de sus ojos. Una lágrima que delataba un dolor oculto, que él rápidamente borró, retrocediendo unos pasos. Yo quise acercarme, quise extender mi mano para consolarlo, solamente que él me alejó. Hay una barrera invisible entre nosotros, una barrera de dolor y remordimiento.

No podía más.

Mi corazón se desgarraba al verlo así, al verlo luchando con sus emociones, al verlo alejarse de mí cuando más parecía necesitar consuelo.


—Tienes que entender que...—dejó de hablar. Simplemente, me miraba con una gran sonrisa en su rostro, mientras sus ojos brillaban intensamente—. Ángeles como tú, no pueden descender al infierno con alguien como yo.

Así fue como se desvaneció rápidamente de mi vida, poniendo una máscara de normalidad, como si todo estuviera bien. Pero no lo estaba, todo menos eso. Sin embargo, una etapa de nuestra vida había llegado a su fin, de forma definitiva. Era lo que más he ansiado, un cierre, una conclusión a esa etapa que nos mantuvo enredados en un baile de emociones y recuerdos. Empero, no de esta manera. No con este dolor agudo que se clavaba en mi corazón, no con esta sensación de pérdida que me envolvía, dejándome fría y vacía. No con esta desolación que se extendía ante mí, un paisaje desolado de lo que una vez fue un amor intenso y vibrante.

No quería que terminara así, con un adiós amargo y un corazón roto.

FIN

NOTA, 2022.

¡AHHHHHH! ¡NO LO CREO!

Me tomó todo un embarazo terminar esta novela, pero no estoy para nada arrepentida de eso, estoy muy agradecida de tener el apoyo de todos los lectores de Angels like you. Quiero agradecer a todas las personas que se han pasado por esta obra, que le dieron todo el apoyo y el amor.

No obstante, esto no es el final definitivo. Debido a que habrán dos extras de ALY, el primer extra será el punto de vista de Seungmin y el segundo extra será narrado desde el punto de vista de Jungkook y Valtiare.

Espero que esperen ansiosos por estos dos extras que he estado esperando por bastante tiempo.

¡Gracias!

NOTA / 2023.

Un apartado para agradecer a
Delilahsxgraphics por la nueva
portada de ALY ❤️🌿
muchas gracias, bombón 🥰♥️


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