𝗱𝗶𝗲𝗰𝗶𝗻𝘂𝗲𝘃𝗲. truth 0 - lie 2.
Capítulo 19
Verdad 0 - Mentira 2.
Tragué fuertemente, estaba cagada hasta las patas, la conversación con Eunji no terminó tan bien que digamos y pienso que la relación que teníamos como, hermanas—amigas, acabó. Nos hemos dicho muchas cosas que nos dolería toda la vida, lo único que sé de ella es que en plena noche se marchó y no volvió a aparecer. Me encontraba sentada en el borde de mi cama, tratando de pensar que mi hermana, la cual en su momento la veía como mi mejor amiga, no le dijo la verdad a nuestros padres. Tenía esperanzas de que no sea capaz de entregarme a los perros como si nada, como si no le importara en lo absoluto.
El sonido de la puerta sonando hace que dé un brinco del susto, escuchar la voz de la mujer de la limpieza me tranquiliza un poco y, entonces, abandoné mi habitación, entre que bajaba las escaleras puedo oír la voz de Eunji despidiéndose con una sonrisa enorme. Algo que es raro, Eunji no se llevaba bien con ninguno de nuestros padres, así como lo era con Youngsun, ella no se llevaba bien con nuestro padre.
Creo que es una de las razones del por qué es unida a nuestra madre, saliendo de mi pequeño interrogatorio de dudas con mi hermana mayor, bajé de las escaleras notando que todos en la casa se han quedado pensando lo mismo que yo. Min Sowon me miró por un breve segundo con el mismo rostro de seriedad que tenía siempre para sonreírme, fingiendo que me quería como una de sus favoritas, pero sabía perfectamente que en minutos me pediría algo, que por eso tenía esa cara de amistad conmigo.
—Buenos días.
—¿Cómo dormiste, cielo?
—Bien.
—¿Sabes qué le sucede a Eunji-ssi?—indagó Minhyuk. El cual se estaba viendo por la cámara de su iPhone, se está pasando los dedos entre el cabello, mientras hacía unos gestos para nada sensuales.
—Ha estado muy buena esta mañana.
—¿Eso es malo?
—¿Y lo preguntas? Sabes que Eunji siempre está de malas, al menos en las mañanas, recordando que nunca se va de la casa sin hacer un drama con nuestros padres.
—Concuerdo con Youngsun.
—No lo sé.—contesté fríamente.
—Que raro, ustedes siempre se cuentan todo.
—No todo, oppa. Hay cosas que Eunji no quiere que sepa, cómo hay cosas mías que no quiero que ella sepa.
—Esta charla me está haciendo dudar demasiado...—notificó mamá.
—No a ti sola.—afirmó papá.
—¿Se han peleado?
—No, unnie.
—Es verdad.—confirmó Soojin.—Porque si ambas están peleadas en la cara de Eunji-ssi se hubiese notado. Todos sabemos que Minha es muy importante para ella, ¿no se acuerdan qué antes se ponía a llorar cuando se peleaba con ella?
—Sí, tienes razón.
—Las personas cambian, unnie.
—¿Insinúas que a Eunji ya no le importa su hermana menor?
—Yo no dije eso.
—¿Pueden dejar de hablar?—habló Jooheon.
—Uy, no toquen a su hermana favorita...—dijo alargando la primera palabra.
—Solo desayuna, Minha. No le hagas caso, así te llevo a tu universidad y yo me voy al trabajo.
—De todos modos, no tengo hambre.
—Come, niña. Luego no quiero escuchar el sonido del teléfono llamándome de la universidad.
—Estoy bien, Sowon.
—Come.
—Adiós.
Me he dado cuenta de que Eunji no mencionó nada a la familia, a lo que estaba más tranquila, pude escuchar el sonido de mi hermano mayor regañando al resto de nuestros hermanos por sus conductas conmigo. En realidad, no me importaba sus comentarios, solo quería ir a la universidad para ver si a mi hermana no le pasaba algo y le decía a todo el mundo la verdad de su hermana menor. Sabía que ella ahí tenía más voz que en la casa.
En el viaje, Jooheon me hizo preguntas de cómo me encontraba o si sucedió algo con mi novio, pero oír el nombre de mi supuesto novio me ponía la piel de gallina, no sabía lo que pasaría cuando llegue a la universidad. Me alejé del auto de mi hermano, no sin antes despedirme y decirle que todo estaba bien, introduciéndome a la universidad donde lo primero que vi fue el rostro de una mujer que no quería ver. Creo que ella también se dio cuenta de eso, ella bajó la vista y fue jalada por una mujer que estaba a su lado. Ignore eso para caminar lo más rápido que pude a mi casillero, así sacaba todo lo que iba a usar este día. Sin embargo, cuando apenas había abierto el casillero pude sentir el olor de un perfume que no me podría sacar de la cabeza, la simple razón era porque olía horrible, parecía que tenía a mi hermano Minhyuk a mi lado hasta en la universidad.
—Diablos, cambia de perfume.
—Mentirosa, malvada. Necesitas un psicólogo.
—Vaya iniciativa de conversación, Changbin.
Confesé mirándolo, mis cejas se alzaron y tenía una media sonrisa más que irónica, porque era más que obvio que no estoy entendiendo nada del porqué me está hablando de esa manera, aunque pude suponer de qué se trataba. Él tenía un rostro demasiado gracioso, aún así, al mismo tiempo tenía una cara de odiarme como nunca lo ha hecho. Todavía sabiendo que yo tenía todas las razones para sentir eso por su persona y no él por mí.
—¿Cómo puedes hacer eso?
Evité su comentario, cerré el casillero y seguí mi camino hacia el salón que me correspondía. Ya tenía suficiente con soportar a dos personas en este instante con sus preguntas sobre lo que estaba haciendo bien o mal. Sin embargo, Seo Changbin parecía no querer tener la última palabra en esta conversación. Se encuentra siguiéndome a mis siguientes clases, algo que empezaba a impacientarme.
—No me sigas, la gente nos está mirando de manera extraña.
—¿Crees que me importa?—levantó la cabeza, mostrando molestia y desinterés—No estoy haciendo esto por mi mejor amigo, sino por ti. ¿Hasta dónde piensas llegar?
Detuve mis pasos, me estaba colapsando todas sus preguntas, al menos, lo último que me había dicho. Me di la vuelta, observándolo con una ceja elevada y mi mandíbula apretada, porque me está sacando de mis cabales y era algo que nunca le demostraba a nadie. Pienso que él se dio cuenta, sencillamente que se lo ha pasado por donde no le daba el sol.
—Déjame en paz.
—No lo haré. Puedes decir que nunca tuviste amigos o que ellos te han defraudado, pero tienes que tener en mente que aún me sigo preocupando por ti, y hacer todo esto no te llevará a ningún lado.—expresó.
El haber dicho eso lo único que ocasionó en mí fue más molestia, nunca fuimos amigos en verdad. Lo único que quiso de mí en su momento fue que mi madre pueda ser socia de sus padres, no tenía una buena experiencia siendo conocida de Seo Changbin.
—Tú y Lee nunca fueron mis verdaderos amigos, Changbin. ¿Cuándo lo van a entender? Es muy molesto que hagas esto.
—Hablo por mí, no por ella.
—Que me importa, no me molestes más.
—¡Changbinnie-ssi!
—¿Qué esperas? Tu noviecita te llama.—dije con mala cara. Nunca me portaba de este modo, solamente cuando las personas me consumían.
Era exactamente por eso y él lo estaba haciendo. Cuando la misma mujer que me ha dicho lo rara que fui en la cancha de básquet, se acercó a Seo Changbin, volteé mi rostro a seguir caminando hasta mis clases, era lo único que quería hacer este día. Las dos primeras horas me concentré en dar las evaluaciones que tenía que dar para la materia, y gracias a eso, fue que salí temprano del aula. Fui a la cafetería en donde pedí un americano con unas galletas, mientras que iba caminando a una de las mesas redondas, mi cabeza empezó con todas sus dudas al respecto de lo que ha pasado, pero yo solo me dediqué en beber del café hasta que el vibrar de mi celular me saca de mis pensamientos y de mi bebida. Era un mensaje de Kim Seungmin, ahí fue donde me confundí de todo lo que estaba sucediendo a mi alrededor.
—¿Se confundió...?—me pregunté en voz alta.
Dejé el celular en la mesa por un minuto, entre que terminaba de comer la galleta que compré y de paso estoy pensando lo que había visto, porque era algo que nunca pasaba. Quizás fue mi cabeza la que se creó ese mensaje, entonces, vuelvo a ver el celular y al parecer no era un error, realmente Seungmin me está haciendo una pregunta de cómo me encontraba ahora mismo. Demonios, ¿acaso todo dio vuelta en un cerrar de ojos? Pero, ¿en qué momento? Sencillamente, dejé de hacerme la dramática a beber un poco del café y responderle.
Jum.
¿Qué locura estaba sucediendo? Entre que una sonrisa fue a mi rostro, terminaba de beber de mi americano con varias preguntas que iban a mi cabeza, porque no sabía qué estaba pasando por la cabeza de Kim Seungmin, justamente en ese momento puedo ver cómo aparecen en la cafetería los amigos de Seungmin, aunque solo pude divisar a Bang Chan y a Han Jisung, quien era un amigo del hijo de los amigos de Sowon. Todos parecían estar felices, capaz porque ayer han jugado y fueron televisados, me enteré ayer cuando estuve tratando de distraer mis pensamientos sobre lo que pasó con mi hermana.
—¿En qué piensas tanto?
Salí de mi ensimismamiento al ver a un chico sentándose frente a mí. Noté que había dejado su bolso en la mesa, a un lado de su cuerpo, y tenía un café frente a él. También pude notar que tenía un nuevo color de cabello. Ya no era el negro de siempre, sino un tono castaño más claro, aunque parecía que estaba yéndose al rubio poco a poco. Intenté evitar mi inspección para observar qué estaba pasando para que él estuviera conmigo en este momento. Pensé que estaría en su salón, aprendiendo todo sobre la carrera que está estudiando.
—En nada. ¿Qué haces aquí? ¿Pasó algo?
—Simplemente, estoy tomando un café con mi novia falsa.—demandó sin mirarme.
—¿Por qué estás comportándote de ese modo, Kim Seungmin?
Cuestioné confundida. No entendía qué estaba pasando, no sabía si alguien sabía algo o por qué se está portando tan bueno conmigo este día, ¿acaso tuvo suerte en algo? ¿Se sacó la lotería? ¿Tuvo un hermoso día que está de ese modo? No sabía exactamente que ha pasado, pero quería saber que fue lo que puso a Seungmin tan feliz de repente.
—¿Sabes lo que se siente cuando tratas a una persona de manera brusca, pero luego llega una persona X a tratar mal a esa misma persona que tú tratabas mal?—me miró con una expresión de confusión que me hizo sentir esa misma emoción—¿No te da un sentimiento de molestia? Como de... ¿Por qué lo tratas mal? Solo yo puedo hacerlo. ¿Me entiendes, Fresa?
Me quedé analizando sus palabras o lo que me estaba tratando de decir con esa pregunta, pero supuse que entendió que era mucho para mí a lo que me quedé muda. Tratando de entender a que se está refiriendo, sencillamente que era momento de saber que se encuentra pasando en verdad.
—¿Qué me quieres decir?
—Debes de hacerte respetar, Myeong.
Respondió con la mirada en un paquete de galletitas, entre que bebía de su café, todavía sin verme a la cara.
—Lo hago.
—No con las personas que se lo merecen.
—¿Por qué lo dices...?
—No somos amigos, menos más que amigos, pero de alguna forma, tenemos una relación, tonta. Y aún así, me molesta cuando dejas que las personas abusen de ti. No te haces respetar y no lo digo por Changbin, lo digo por la gente que es parte de tu familia. No es mi problema lo que haces, menos lo que decides hacer con todo esto—nos señaló con sus ojos—, pero debes darle un punto a las personas que no te creen, quienes no te respetan como tú eres. Te doy un consejo, nada más. Tú puedes tomarlo o dejarlo, ahora comamos. Muero de hambre.
Entonces, algo más sucedió, un sentimiento extraño se apoderó de mí. Imágenes inesperadas y desconcertantes comenzaron a aparecer en mi cabeza... ¿Podría Seungmin ser un buen novio en la realidad? ¿Podría llegar a enamorarme de él? ¿Correspondería a mis sentimientos o sería rechazada? Estas preguntas flotaban en mi mente, creando un torbellino de emociones.
Me imaginé a Seungmin sonriéndome como lo hace en nuestras farsas, pero esta vez de verdad. Me imaginé compartiendo momentos íntimos y genuinos con él, no solo los fabricados para aparentar. ¿Podría eso ser posible? ¿Podría ese chico, que ha sido mi cómplice en esta extraña aventura, convertirse en algo más para mí? Pero pronto como estos pensamientos aparecieron, traté de alejarlos. No podía permitirme albergar tales fantasías. No terminaría bien, al menos eso es lo que pensaba. Sin embargo, por más que intentara, estas imágenes y preguntas seguían volviendo, atormentándome con la posibilidad de lo que podría ser.
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