Chapter Three: Un Supuesto Hermano
Capítulo Tres: Un Supuesto Hermano.
Los presentes miraban con emoción a su amigo recién llegado, hacía mucho tiempo que no lo veían, tanto él como Sayaka se habían alejado de sus amigos por unos años debido a que empezaron a formar sus propias familias y estaban dedicados por completo a ello. Aunque Sayaka tenía que hacer malabares entre su trabajo como dueña de toda una cadena hotelera heredada de su madre, que las cosas en su hogar marcharan bien y cuidar de su hijo... Era todo un reto y nadie le advirtió que sería difícil.
—¡Goku! —Exclamaban alegres.
—¡Hola! —saludó con entusiasmo a sus amigos.
—Oye ¿Y ese niño? —Preguntó Bulma sin comprender por qué el muchacho traía consigo a un pequeño. Tenía sus manos dentro de los bolsillos de su chaqueta.
—¿Qué, ahora estás trabajando cuidando niños, Goku? —se burló Krillin, al parecer no había logrado descifrar el parecido entre ambos.
Sayaka observó con atención al niño, ella podía ver las facciones iguales a las del pelipalmera, todo su parecido le hizo recordar cuando se conocieron: apenas era un niño, pero un niño con cola de mono.
—¿Mmm? Él es mi hijo —aclaró sonriente.
—¿¡Qué!? —gritaron Krillin, Bulma y el maestro Roshi impactados.
—Sí, así es.
—¡Es muy lindo! —dijo Sayaka encantada con el pequeño.
El agarre de Hyoga se afianzó en su pierna, cómo muchos niños al estar entre personas desconocidas se inquietaba un poco.
Goku paseó su mirada entre sus amigos y su hijo, quería presentarlo como se debía.
—Vamos, saludalos —incentivó al más pequeño.
El niño le respondió con un "mmm" dándole a saber que acató la orden.
—Hola —saludó apenado seguido de una reverencia, por educación.
Los demás le respondieron de igual manera, incluso la tortuga.
—Su nombre es Gohan.
El recien nombrado observó con curiosidad al hijo rubio de Sayaka, era la primera vez que lo veía, en su curiosidad quería acercarse a él y hablarle pero no estaba seguro de si su saludo fuese bien recibido.
—¿Gohan? —inquirió el maestro Roshi acercándose más— Me da mucho gusto, le pusiste el nombre de tu abuelo fallecido —se veía contento ante la decisión del que una vez fue su alumno.
—Es un lindo gesto —habló Sayaka enternecida.
—Sí.
—Aún así nos dejaste sorprendidos, no pensé que nos trajeras a tu hijo —dijo el maestro Roshi sin poder creer todavía que Goku tuviese un hijo.
El niño al ver la tortuga se sostuvo de la pierna de su padre.
Sayaka se acercó al par y se agachó para quedar a la altura de Gohan, su hijo al ver la lejanía de su madre se quedó quieto en su lugar sin saber qué hacer. La verdad era un niño muy tímido.
—Gohan, ¿Cuántos años tienes? —preguntó curiosa, el niño miró su manito y empezó a contar en susurros para luego mostrarle la cantidad a la muchacha.
—Tengo cuatro.
—Vaya, a pesar de que es hijo tuyo sabe contar muy bien —bromeó y le guiñó un ojo a su amigo para darle a entender que solo era un chiste.
—Es que Milk es muy estricta con él —explicó Goku mirando a su hijo, su sonrisa no se borraba.
—Oye, Gohan, ¿Qué es lo que te gustaría ser de grande? —preguntó Sayaka al niño.
—Quiero ser un gran investigador —respondió muy seguro de su respuesta, sorprendiendo a la mestiza.
—¿Qué dijiste? —preguntó Bulma igual de sorprendida que su amiga— ¿Un gran investigador?
Cómo la tortuga volvió a acercarse el niño se alejó más, nunca había visto una tortuga así de grande así de cerca. Ante el movimiento de Gohan la cola de mono que poseía detrás de él les llamó la atención.
—¿Mmm? ¿Tiene cola? —preguntó Sayaka.
El "señor tortuga", cómo una vez lo habían apodado, inclinó su cabeza ante el niño expresando que quería ser acariciado y el hijo de Goku extendió la mano dispuesto a hacerlo.
—¡Sí! ¿No recuerdas qué yo también tenía una?
—¡Es verdad! —Exclamó Krillin.
—¿Sabes? Tiene la edad de mi hijo. Ven, mi amor.
Goku miró al pequeño detrás de su amiga, cuando llegó ni siquiera lo había notado pero ahora podía verlo mejor. Lo primero que le llamó la atención fue su cabello rubio, le pareció curioso puesto que su amiga no tenía ese color de cabello. Y sus ojos azul celeste; totalmente distintos a los de Sayaka.
El pequeño se acercó y se colocó al lado de su mamá saludando al pelipalmera como se le había enseñado en casa, Goku también lo saludó.
—¿Es tu hijo? Pero ni siquiera se parece a tí —dijo Goku incrédulo.
—Es que es más parecido a su padre —explicó la muchacha sonriendo, aunque si tenía rasgos suyos. Su hijo era su más grande orgullo.
—Ya veo, con que es eso... —dijo— ¿Por qué no juegas con él, Gohan?
El niño miró a su padre y luego al rubio frente a él, en su rostro se formó una sonrisa de emoción, desde que lo vio quiso jugar con él. A Hyoga le agradó la sonrisa que le regaló el otro niño pero debía saber si su madre le daba permiso así que la vió y ésta asintió sabiendo lo que su hijo pensaba.
—Ven conmigo —pidió Gohan amablemente tomando su mano y lo llevó cerca de la orilla del mar donde empezaron a jugar piedra, papel o tijeras.
La peliazul se acercó repentinamente a su amigo pelipalmera pero este no pareció inmutarse.
—Oye, Goku ¿Por casualidad no le ha ocurrido algo extraño a este niño? —lo miró esperando su respuesta, recordaba las veces que su amigo se transformó en un mono gigante cada vez que había luna llena y la miraba fijamente.
Era un suceso que espantó a todos, incluso a Sayaka quien era prueba de que en el universo existían más que solo los seres humanos.
—¿Algo extraño? —no parecía entender a lo que se refería.
Luego el anciano se acercó como Bulma lo había hecho.
—Por ejemplo, ¿No cambio algo en él durante las noches de luna llena? —parecía realmente interesado en saber.
—¿Las noches de luna llena? —dijo pensativo, el maestro Roshi respondió con un "mmm"— No... No estoy seguro porque siempre me duermo temprano. ¿Por qué?
Todos se pusieron nerviosos, jamás le habían contado lo que le sucedía cuando veía la luna llena.
—No te preocupes por eso, amigo mío —Saya rió nerviosa y palmeó el hombro del menor en un intento de calmar su curiosidad.
—Oye, Goku ¿Y ese niño es igual de fuerte que tú? —preguntó Krillin desviando el tema de conversación.
Pudieron observar cómo el niño se alejaba del mar cuando éste regresó a la orilla, un sentimiento de decepción se formó en los peleadores al ver que era todo lo contrario. Hyoga por su lado ni siquiera se movió, había viajado un par de veces con sus padres a la playa así que el que las pequeñas olas rompieran contra sus pequeñas piernas no le era la gran cosa.
—Bueno, eso... Creo que sí tiene poder pero Milk siempre se enfada muchísimo cuando me lo llevo a entrenar —dijo cruzado de brazos, de verdad quería que su hijo empezara en las artes marciales como él lo hizo un día pero su madre lo prohibía.
—Pero ¿Por qué? Eso es una verdadera lástima —expresó el amigo calvo con los puntos en la frente.
—¿Verdad?
—Yo puedo entenderla —habló Sayaka sin dejar de ver a los niños y todos le prestaron atención—. Desde el punto de vista de madre jamás dejarías que tu hijo se expusiera a ningún tipo de peligro y menos si es tan pequeño. Solo quiere que lleve una vida normal.
—Precisamente ella me dijo que no necesitamos de las artes marciales ahora que todo el mundo vive en paz y que de ahora en adelante será la época del estudio —dijo Goku tratando de citar lo mejor posible a su esposa, Saya pensó que era obvio que le diría eso, después de todo tanto ella como Milk eran madres y se preocupaban por sus hijos.
Sayaka vio como un pequeño cangrejo, que se había unido a su partida de piedra, papel o tijeras llenó la cara de Gohan con espuma. Quiso reír ante lo graciosa que era la escena pero se contuvo, en cambio su hijo si se permitió hacerlo.
Roshi rió:— Con que esa muchacha tan linda resultó ser una mamá muy estricta.
El hijo de Goku y el hijo de Sayaka regresaron a donde sus respectivos padres de lo más contentos, la mestiza pasó un mechón de su oscuro cabello detrás de su oreja y luego acarició la cabecita de su pequeño niño.
—Oye, Gohan, ¿Lo que tienes en tu sombrero es una esfera del dragón? —preguntó Bulma inclinándose para hablarle al niño.
—Si, es la esfera de cuatro estrellas, es un recuerdo de mi abuelito. Me puse a buscarla para dársela —Gohan ante la conversación agarró su sombrero con firmeza, no quería que se lo quitaran—. Y también encontré la de tres y seis estrellas pero las dejé en mi casa.
—Ay... Cada vez que veo una esfera siento nostalgia por las esferas del dragón —mencionó Bulma con añoranza mirando un punto inespecífico, ella y Sayaka pasaron varios años de su adolescencia buscando esas esferas anaranjadas.
—Así fue como nos conocimos todos —recordó la mestiza mirando a sus amigos con una sonrisa dulce, no sé arrepentía para nada de haber tomado sus cosas y viajar junto a la peliazul Brief.
Krillin bajo la vista de los demás, toma una piedra de la arena y la aprieta en su mano.
—Goku, ¿Vas a juntar las esferas del dragón y pedir algún deseo en especial? —procedió a lanzar la piedra con todas sus fuerzas hacia el mar haciéndola rebotar en el agua.
—La verdad... —Goku también tomo una piedra— no tengo ningún deseo en especial —jugó con la piedra en su mano unos instantes y luego la lanzó— ¡Ahí va!
La piedra salió volando cruzando la masa de agua hacia un destino desconocido, la muchacha Jung quedó boquiabierta con la gran fuerza que tenía su amigo. Sabía que muchos podrían lanzar una simple piedra pero Goku lo hacía diferente, su fuerza sobrepasaba la de cualquier humano.
—¡Sigues teniendo ese poder tan increíble! —halagó el pequeño calvo emocionado.
Pero el momento de paz cambió por completo, el pelipalmera se tensó buscando algo que Sayaka no supo.
—¿Qué? ¿Qué es eso?
—¿Qué ocurre? —preguntó el maestro Roshi, preocupado por el comportamiento de su alumno.
Goku sintió un ki desconocido que no le inspiraba confianza y se acercaba a ellos muy rápido. El pelipalmera divisó una silueta acercarse a ellos así que usó su cuerpo para esconder a su hijo en casa de que una pelea se desatara.
—¿Pero qué demonios es eso? —preguntó Krillin observando la silueta, colocó sus manos encima de sus ojos tratando de ver mejor.
Sayaka vio la preocupación en su amigo ante ese ser extraño y por consiguiente ese mismo sentimiento se instaló en ella, sabía que debía proteger a su pequeño Hyoga no importaba qué. Tomó al niño con firmeza y se colocó detrás de Goku buscando protección.
Estaba cada vez más cerca y cuando entró lo suficiente en el campo de visión de todos, supieron que era un hombre corpulento de cabellera extensa y frondosa con una vestimenta extraña.
Ese hombre aterrizó frente a todos con una cara de pocos amigos, Bulma y Krillin se echaron para atrás, la peliazul casi asustada y el calvo buscando una posición de defensa. Pronto Goku hizo lo mismo.
—Finalmente te he encontrado —murmuró el hombre mirando fijamente al pelipalmera, portaba un aparato que cubría su oreja izquierda y se extendía a su rostro—. Haz crecido bastante. Te reconocí con solo verte, Kakaroto.
Sayaka frunció el ceño sin entender a qué se refería, ¿Cómo qué lo estaba buscando? ¿Kakaroto?
—¿Kakaro... to? —indagó el muchacho sin comprender.
En el rostro del contrario se formó una sonrisa pero estaba lejos de irradiar amabilidad.
—Eres tal y como era tu padre.
—¿Eh?
—¿Qué?
Nadie en la isla entendía lo sucedido, bajaron la guardia al escuchar las palabras de ese hombre que parecía conocer a Goku.
—No entiendo nada —se quejó Krillin— ¿Qué pasa? ¿Qué dice?
—Kakaroto, ¿Qué está sucediendo en este planeta? ¡Si tu deber era acabar con esta raza a como diera lugar! —lo señaló molesto, el artemarcialista jadeó de sorpresa— ¿Qué estuviste haciendo todo este tiempo?
El mencionado volteó a mirar a su amiga Sayaka quien aún estaba detrás de él, supo por su expresión que estaba perdida. A su cerebro le faltaba información y era muy evidente.
El hombre desconocido notó el juego de miradas entre Goku y la muchacha detrás de él, lo que le hizo pensar que algo ocurría entre ellos ¿Eran pareja o estaban casados? Ambos tenían niños aferrados a ellos y el pelipalmera la protegía con su cuerpo.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por Krillin.
—¡Oye, tú! No sé quién diablos eres ni lo que estés buscando pero es mejor que te vayas de aquí —se acercó a él no tomándole importancia si podía ser peligroso o no—. Shu, shu, ¡Ay! No debes embriagarte a esta hora del día ¿Quieres un consejo? Mejor vete de aquí —en sus pensamientos tal vez solo era un borracho buscando fastidiar porque para él nada de lo que ese tipo decía tenía sentido.
Pero había un detalle, algo que Krillin pasó desapercibido, solo Goku se dió cuenta.
—¡Krillin no te acerques! —le advirtió pero era tarde.
El desconocido lo golpeó en la cara con su cola que permanecía enrollada en su cintura mandándolo a volar hasta chocarse con la pared de la casa de Roshi abriendo un agujero.
Esa característica física hizo que algo en la cabeza de Sayaka hiciera click.
Tal vez si eran familia...
—¡Krillin!
La mestiza suspiró cuando lo vio removerse adolorido, por suerte no le había pasado nada grave.
—¡Eres un...! —Goku se interrumpió a si mismo, estaba realmente enojado por el golpe de su amigo.
Los demás exclamaron de sorpresa al ver la cola del hombre moverse libremente y eso lo hacía reír.
—Es una cola... ¡Ese sujeto tiene cola! —señaló Goku cerniendo su cuerpo más hacia los niños y su mejor amiga.
Estaba realmente impresionado, se hacía una idea de lo fuerte que podía llegar a ser solo por el hecho de poseer una cola porque él tuvo una hace mucho tiempo.
—Parece que ya sabes cuál es mi verdadera identidad —mencionó muy seguro.
—¿Tu identidad? —intentó alejar a Gohan de él, mientras más lejos estuviese de este tipo, mejor. El pequeño se negaba— ¿Qué quieres decir con eso?
Sayaka, quien era la más cercana, tomó a Gohan en sus brazos y junto con su hijo se acercó a Bulma buscando primeramente alejar a los niños del hombre que golpeó a su mejor amigo.
La peliazul cargó a Gohan para ayudar a su mejor amiga.
—¡Kakaroto! —llamó su atención— Eres un canalla, ¡Hasta has olvidado eso!
—No vuelvas a llamarme con ese nombre tan extraño ¿Entendiste? ¡Mi nombre es Goku! —corrigió, estaba cansado de que lo llamara por un nombre que no era suyo.
El otro pareció afectado:— ¿Cómo te atreves a decir eso?
Gohan se removió bruscamente hasta soltarse del agarre de la muchacha Brief para salir corriendo con su padre, tenía miedo. Bulma quiso detenerlo pero ya había llegado a él. Goku intentó nuevamente apartarlo de su persona.
—Kakaroto —nuevamente lo miró— ¿Acaso no recibiste un golpe muy fuerte en la cabeza? ¡Dímelo!
—¿Qué? —la pregunta pareció desconcertarlo.
—Cuando eras un niño ¿No te pegaste duro en la cabeza? —volvió a preguntar molesto.
Y la respuesta fue sí, ese golpe que sufrió Goku cuando era un niño recién llegado a la Tierra fue a manos de Son Gohan, su abuelo adoptivo, cuando iban de camino a la casa del anciano por accidente se le cayó el niño golpeándose muy fuerte en la cabeza lo que ocasionó que su comportamiento destructivo se apaciguara.
«Tal vez por eso Goku es tan torpe...» pensó Sayaka recordando el carácter tan inocente de su amigo que rozaba con lo tonto.
Entonces el discurso del hombre continuó explicándole al muchacho y a sus amigos lo que era en verdad: un saiyajin.
—La respuesta es muy fácil. Kakaroto, tu fuiste mandado a este planeta para acabar con todo aquel ser humano que se interponga en nuestro camino —explicó, por su forma de sonreír se notaba lo malévolo que podía llegar a ser.
—¿¡Qué dijiste!? —el pelipalmera había empezado a sudar frío. Y no solo él, Sayaka también.
—Nosotros los saiyajin somos una familia de poderosos guerreros —continuó con su explicación—. Somos mandados al universo para buscar un planeta con un buen medio ambiente y eliminamos a todos los individuos que viven ahí. —un escalofrío recorrió la espalda de la chica mitad ángel— Y por último vendemos el planeta a un precio muy alto para venderselos a los extraterrestres. Siempre mandamos peleadores adultos a aquellos planetas en los que viven guerreros demasiado fuertes, pero a los planetas tan débiles como éste mandamos a bebés cómo fue en tu caso.
Tal revelación fue como un balde de agua fría para Goku, jamás habría pensado que su verdadero origen era ser alguien tan despiadado cómo lo eran los sujetos de esa raza (sin contarlo a él).
—S-si lo que dices es cierto entonces son lo peor que puede haber. Esto es terrible. ¡Piccoro no es nada al lado de ustedes! —Dijo Krillin notablemente enfadado.
Saya apretó a Hyoga contra su cuerpo, para ella le era imposible siquiera separarse de su hijo mandándolo a otro planeta.
—No puedo creer que manden a un bebé solo —dijo Bulma indignada, se agachó y apretó a Gohan contra su pecho protectoramente.
Sin embargo, cualquier intento previo de ocultar a Gohan de ese tal Raditz fue en vano porque sus ojos dieron justo en el punto más llamativo del pequeño: su cola. También se dió cuenta de que el otro niño no tenía una cola, entonces... tal vez no era hijo suyo (aparte de que físicamente no son iguales).
—¡Kakaroto, dentro de unos años tu solo podrás acabar con todos estos terrestres! Claro si recordaras la orden que te dimos —desvió su mirada al cielo—. Afortunadamente se puede ver la luna desde este planeta.
La muchacha Jung abrió los ojos como platos, sabía lo que eso significaba.
—¿Uh? Oye, ¿Por qué dices que es una fortuna ver la luna desde aquí? —preguntó frunciendo el ceño confundido.
—¡Pero que torpe eres! ¡Nosotros los saiyajin podemos pelear con todo nuestro poder cuando vemos la luna llena!
Esa declaración asustó a todos menos a Goku.
—¿De qué hablas? No entiendo nada de lo que me dices —habló a la defensiva.
—¿¡Qué!? I-i-imposible. ¿Y tu cola? —Goku miró su parte trasera— ¿¡Qué le ocurrió a tu cola!?
—Mi cola me la quitaron desde hace mucho tiempo —declaró Goku.
El saiyajin más grande parecía molesto por ese acto, ¿Cómo era posible que se dejara cortar la cola? No lograba entenderlo. Para los de su raza aparte de ser un rasgo distintivo, era una de sus fuentes de poder que permitía convertirlos en gorilas gigantes.
La primera vez que Goku se convirtió en uno estando con sus amigos, Sayaka casi muere aplastada de no ser porque Spinel Sun logró apartarla. Estuvo realmente cerca.
El menor de ambos hermanos se hartó de esa situación así que con todo su derecho se proclamó ante su hermano mayor como Goku y no como ese "Kakaroto" para luego correrlo de ese planeta, su presencia era desagradable.
El viejito Roshi se colocó al lado de su ex-alumno dándole la razón, él se tenía que ir y que ahora Goku estaba en todo su derecho de ser un terricola.
Pero Raditz se negó a hacerlo comenzando de nuevo a contar una historia, aunque está vez sobre su planeta. Se movió hacia donde estaban Sayaka y Bulma, y estas se apartaron casi corriendo.
«Creo que tendremos a este sujeto aquí un buen rato...» pensó la mestiza con fastidio, ya no quería seguir viéndolo ahí.
°.° 🍃🌬️
¡Buenas, buenas!
¿Cómo están todos? Espero que bien.
¿Les gustó el capítulo? ¿Qué tal? Raditz finalmente apareció y con ello vienen cosas, sorprendentes.
Ya me comenzaron las clases en la universidad pero a pesar de eso voy a tratar de que no afecte mi escritura. Haré lo posible por actualizar seguido.
Cambiando de tema, Hyoga es muy lindo 😍, súper tímido cuando vio a Gohan, puede que surja una bonita amistad.
Espero que les haya gustado el capítulo, voten y comenten si así es, discúlpenme si tiene algún error ortográfico, aunque lo lea varias veces siempre se me escapa algo :(.
Bye.
Minaela1234~
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