Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Chapter Four: ¿Piccoro quiere entrenar... a Hyoga?

Capítulo Cuatro: ¿Piccoro quiere entrenar... a Hyoga?

Narra Sayaka

No voy a mentir; estaba aterrada.

Desconozco totalmente el poder que puede llegar a tener el hombre que dice ser "hermano" de Goku. De hecho, aún dudo de que sea su hermano, pero ciertas características a su vez lo hacían posible. Portaba una cola idéntica a la de Goku cuando era un niño, además de su cabello con picos extraños.

Pero ¿Y si era una trampa?

Fuese verdad o no, no me importaba. Solo deseaba que ese individuo desapareciera, sentía que en el momento en el que me distrajera mi hijo desaparecería... A fin de cuentas siempre había sido mi miedo; que de repente mi hijo no esté más y no poder hacer nada para evitarlo.

Aunque teníamos un punto extra de nuestro lado: Son Goku.

Tal vez era un poco malo de nuestra parte dejar todo en manos del pelipalmera pues siempre había sido él quien nos salvaba de cualquier enemigo que amenazara con destruirnos para tomar el control del mundo. Mi amigo siempre tendría mi agradecimiento pues de no ser por él yo no me habría casado o tenido a Hyoga. De hecho, no estaría aquí.

Cuando terminó de contar qué había pasado con su planeta natal junto con sus habitantes, se paseó por el pasto de la isla solo unos pasos y luego se giró a vernos.

—Solo quedamos con vida cuatro saiyajin y eso te incluye a tí —señaló mirando directamente a su "hermano"—. Uno soy yo, otro fue mandado a otro planeta a pelear y el último fue mandado a un planeta desconocido.

Miré al Son y podía ver cómo gotas de sudor corrían por su frente, no estaba para nada cómodo con esta situación.

—En una ocasión encontramos un buen planeta para atacarlo pero solo eramos tres contra un planeta completo —continuó contando— y justo en ese momento pensé en tí. Todavía no tienes tu poder de pelea completo, aunque... Aunque si te unes con nosotros tres posiblemente lo lograremos.

El extraño caminó a paso firme y confiado hacia Goku quedando muy cerca de él, por instinto echó su torso para atrás. Toda esta incertidumbre me mantenía con los nervios a flor de piel; y no solo a mí, también a mis amigos.

—¡Aléjate! —exigió Goku haciéndose para atrás.

—¡Abre los ojos, Kakaroto! —exclamó el hombre con una sonrisa extraña en su rostro, nuestro amigo nos cubrió a Bulma y a mi con su cuerpo— Será divertido, ¿No sientes como corre la sangre de saiyajin?

Gohan en brazos de mi amiga peliazul murmuraba que tenía miedo mientras llamaba a su padre, sus comentarios parecían tener cierto efecto en mi hijo puesto que sentía como se aferraba cada vez más a mi cuerpo, temblando.

—¡No digas tonterías! —Gritó furioso el de Gi anaranjado, su supuesto hermano alzó una ceja— Ni aunque esté muerto, ¡nunca te ayudaría a destruir planetas!

El contrario se cruzaba de brazos aún sin borrar su sonrisa— Con que sí... —dirigió su vista hacia nosotras— Hace un momento me llamó la atención algo, ¿Acaso no es tu hijo el que está detrás de tí?

—¡No, no!

—¡No me mientas! ¿Y qué me dices de esa cola? ¿No es una prueba de que tiene sangre de saiyajin? Y de ambos niños, solo el que está en brazos de la mujer de cabello azul la tiene —observó mirando fijamente al hijo de Goku.

Sentí mi cuerpo palidecer ante las declaraciones del extranjero, ¿Qué se supone que quería con el niño? Tanto interés no suena bien.

Bulma se espantó e inmediatamente ocultó la cola de Gohan, pero aunque lo hiciera ya era tarde; ya había sido descubierto.

—¿¡Y eso... Qué tiene que ver!? —preguntó Goku a la defensiva.

—Parece ser que no quieres entender lo que te estoy diciendo —comenzó en tono calmado—. Creo que voy a tomar prestado a tu hijo.

Yo tenía razón, su interés por Gohan no iba a nada bueno.

No podía verlo pero seguro que el rostro de mi amigo pelipalmera demostraba el terror por la frase dicha. Nadie deseaba que un hombre —de apariencia maligna— "tomara prestado" a su hijo.

El hombre avanzó con confianza hacia nosotras pero primero debía pasar por encima de Goku si quería llegar a su pequeño hijo.

—¡No te acerques! —advirtió molesto tomando una posición defensiva. Bulma aferraba con miedo a Gohan a su pecho.

Fue mala idea traer a los niños hoy...

—¡Si das un paso más te voy a eliminar!

Pero todo lo que Goku decía sonaba como amenazas vacías para el hombre de cabellera larga y picuda puesto que en ningún momento detuvo su andar. Cuando estuvo a unos pocos pasos de mi amigo de Gi anaranjado, desapareció. Mis vellos corporales se erizaron por miedo al desconocer a dónde había ido... Pero luego su enorme figura apareció a un costado de Goku acertandole una patada que lo mandó a volar lejos a la arena.

Al ver que su padre cayó adolorido en la arena caliente, Gohan se soltó de Bulma para ir corriendo con su papá. A la vez, Hyoga se removió en mis brazos intentando soltarse así que lo miré confundida ¿A dónde quería ir? Moví mejor mis manos para sujetarlo pero de alguna manera se zafó de mi agarre y salió corriendo tras el pequeño Gohan.

—¡Hyoga!

Al intentar ir tras él mis pies se enredaron y caí de rodillas a la tierra apoyando mi peso superior en mis manos para no irme de boca.

—¡Papito! —Gohan lloraba mientras corría hacia él, siendo seguido por mi hijo.

—¡No vayan! —advirtió Bulma.

—¡Gohan, Hyoga!

Tanto Krillin como el maestro Roshi corrieron tras los niños esperando poder detenerlos.

Por mi parte, al despegar mis manos del suelo sentí ardor en la palma de mi mano derecha además de como un líquido caliente bajaba por ésta. Giré mi mano rápido hacia mi vista revelando un hilo de sangre, no era mucho al menos.

Pero cuando levanté la vista Gohan y Hyoga colgaban de las manos del tal saiyajin.

Mi corazón se detuvo dejando una sensación de vacío que oprimía mi pecho sin descanso, no sabía de qué era capaz de hacer con mi hijo y el de Goku. No quería pensar en los malos escenarios que cruzaban mi mente pero ¿Quien iba a detenerlo? Goku yacía en el suelo sin poder moverse, el maestro Roshi ya era muy viejo, Bulma y yo no teníamos ni la cuarta parte de la fuerza que tiene Goku o ese individuo y Krillin... Bueno, Krillin no superaba a Goku.

—Kakaroto, yo me quedaré con tu hijo, si quieres que te lo regrese con vida obedecerás las órdenes de tu hermano —advirtió mirando con superioridad al muchacho en la arena—. Y me llevaré también al hijo de la mujer de cabello oscuro, por si acaso. Se ve que es importante para tí.

—No, por favor —le rogué levantándome del suelo, mi hijo era lo más preciado para mí y si algo le sucedía... Entonces no tendría nada.

Intenté acercarme pero la mirada penetrante del contrario me congeló, parecía que con sus ojos me amenazaba con tal de que no llegara hasta él.

Goku como pudo levantó la cabeza para ver a su hermano— Maldito...

—¡Goku fue derrotado de un solo golpe! —gritó Krillin al lado de Bulma apretando los puños. Ninguno podía creer que eso había pasado, el Son era la persona con más fuerza en este planeta... Hasta que llegó ese otro desgraciado.

—Kakaroto, te daré solo un día para que lo pienses —¿En serio quiere convertirlo en un asesino?—. Creo que no tendrás otra opción que unirte a nosotros. Pero, tendrás que enseñarme la prueba —le recordó, efectivamente, quiere hacerlo un asesino. Goku se retorcía en el suelo con dolor.

»Se trata de algo muy fácil: solo necesitas exterminar a cien seres humanos de este planeta para estas horas del día de mañana ¡Y deberás traer sus cuerpos a este lugar!.

—¿¡Qué!? —se exaltó Goku al oír tal detalle.

«Es un desalmado» pensé con rabia.

Observé a mis amigos y todos tenían la misma expresión de susto, ¿Y como culparlos? Le estaba pidiendo a Goku; un hombre bondadoso que no mataría a nadie de no tener una razón poderosa, que aniquile a cien personas solo por su capricho de que se una a él.

Está completamente enfermo.

—¿¡Quedó claro!? —Gohan y Hyoga lloraban sin parar, podía oír a mi hijo llamarme asustado pero no podía hacer nada, si lo intentaba pondría en riesgo la vida de ambos niños además de hacer que me matara, y de paso, a los habitantes de la Tierra— El día de mañana será muy divertido. Voy a hacer lo posible por no acabar con el hijo de mi hermano menor y el hijo de su amiga. —el hombre miró a los niños mientras reía.

Narrador Omnisciente

Desde que el saiyajin se llevó a los niños Sayaka no había podido dejar de llorar imaginando lo peor solo porque conocía a su amigo Goku y sabía que él no cumpliría las condiciones de su hermano mayor. ¿Que diría su esposo cuando lo supiera? Seguro le echaría la culpa y la acusaría de ser una mala madre por exponer a su hijo ante tal peligro, a lo que ella buscaría defenderse con que no sabía que eso pasaría.

Era verdad, ninguno en esa isla pudo predecir que un loco llegaría a secuestrar niños solo para que Goku se uniera a él y su equipo de locos.

Claro que sus lágrimas aminoraron cuando Piccoro llegó al lugar haciendo un trato con el pelipalmera con el fin de derrotar a su enemigo. Al principio no le creyó y solo lo miró como si hubiese dicho la mayor estupidez ¿Quien se imaginaria a Piccoro, la personificación de la maldad ayudando a su mayor enemigo? Exacto, nadie. Pero al parecer estaba dispuesto si el muchacho Son y él continuaban su batalla después de eso.

Y obviamente aceptó.

Sayaka no pudo evitar ser vista como ridícula por los ojos juzgones de Piccoro pero, en su defensa, era una madre preocupada por su hijo que solo le quedaba confiar en la extraña alianza de ese par.

Bulma y Krillin la habían tratado de tranquilizar diciéndole que todo saldría bien pues la fuerza del pelipalmera y del de piel verde funcionaría, ambos eran muy fuertes y juntos podrían recuperar a los niños y, de paso, eliminar el problema de raíz. Pero aún así no podía evitar tener sus dudas, es Piccoro de quién hablamos, nada le aseguraba que se quedaría del lado de su amigo y lo ayudaría.

“Solo ten fe" le había dicho Spinel Sun en su mente como manera alterna a calmarla.

Y decidió confiar.

Justo ahora se encontraba sentada en una nave manejada por Bulma hacia el lugar donde ocurría el encuentro entre los tres individuos, no sabía qué hacer y quedarse quieta no era una opción así que inconscientemente comenzó a morderse las uñas con ansiedad sin importar la capa de esmalte gris en ellas.

Solo quería llegar y ver qué había pasado.

—Ya lo verás, Hyoga y Gohan estarán bien y podrás ver a tu hijo cuando lleguemos —la consoló Krillin apoyando su mano en el hombro de su amiga, no entendía cómo se debía estar sintiendo pero él estaría allí para ella—. Goku es muy fuerte y junto a Piccoro estoy seguro de qué lograrán derrotarlo.

La muchacha le sonrió agradecida— Muchas gracias, Krillin —el recién nombrado le sonrió de vuelta—. Justo ahora estoy deseando que termine todo y regresar a casa, mi esposo enloquecerá en cuanto lo sepa —suspiró apesadumbrada.

Su esposo... Ese hombre rubio al que amaba no dudaría en gritar de enojo en cuanto supiera lo sucedido y no podía ocultarselo, la culpa no la dejaría y seguramente a su hijo se le saldría algo respecto a ese tema en algún momento.

La mestiza lo quería mucho pero no le gustaba que fuera tan impulsivo e iracundo cuando algo —aunque fuese pequeño— no salía como él quería.

Y pudo seguir describiendo las razones por las cuales su esposo se molestaría de no ser por la voz de la conductora Bulma que les avisó que habían llegado al lugar. La madre se levantó de su asiento y corrió hasta el puesto de Bulma solo para ver la escena en el suelo, una muy triste.

La nave aterrizó segura en la tierra y todos los viajeros bajaron con rapidez, al ver a su amigo Goku tirado en el suelo ensangrentado no dudaron en correr hacia él.

Sayaka corrió en dirección a su hijo para ver si estaba bien, al verlo desmayado lo tomó en sus brazos con cuidado y lo acurrucó en su pecho.

—Él está bien —confirmó Ruby Moon luego de pasar una mano por encima del niño tomando sus signos vitales—. Solo está cansado, parece que dió pelea.

La joven Jung exhaló aliviada por el reporte de su guardiana aunque no pasó por alto el "parece que dió pelea"... Su hijo no sabía nada sobre combate. Ni siquiera estaba segura de que hubiese heredado sus poderes de ángel.

No era la primera vez que Sayaka veía algo fuera de lo normal pero ¿Ver a Piccoro regenerar su brazo perdido en la pelea? Le dió asquito.

Un escalofrío recorrió su cuerpo e hizo una mueca de asco al ver cómo el de piel verde aparecía de nuevo su brazo.

—Igual a las lagartijas —tartamudeó Krillin no pudiendo creer lo que había visto.

—Ustedes busquen las esferas del Dragón porque Kami-sama no puede hacer algo como revivir a los muertos —ordenó masajeando su brazo recién aparecido—. Mientras tanto yo me quedaré con el hijo de Goku y tu hijo, Sayaka ¿Está claro?

—¿Qué? —se oyó decir al viejo Roshi.

—¡Estás bromeando, ¿Verdad?! ¿Que vas a hacer con ellos? —corrió el calvo más joven cerca de Piccoro— ¡Quieres comertelos, ¿Verdad?! —acusó.

—¿¡Comermelos!? ¿¡Estás loco!? —los ojos de Piccoro se abrieron como platos ante tal atrocidad.

—Entonces que quieres con mi hijo y con Gohan. Dímelo —exigió Sayaka molesta. No iba a dejar que nadie más se llevara a su hijo.

—Esos niños llamados Gohan y Hyoga podrán obtener un gran poder si se entrenan adecuadamente —explicó—. Necesitamos de sus poderes para cuando lleguen esos dos saiyajin... Dentro de un año —Sayaka abrió la boca para replicar pero el contrario se lo impidió—. Y yo soy el más adecuado para entrenar al hijo de Goku y al hijo tuyo.

—Aunque nos digas eso creo que... —comenzó tartamudeando Krillin.

—...Creo que alguien no te lo va a permitir —terminó Bulma del mismo modo que su amigo.

Por una parte estaba Milk que se opondría totalmente a que Piccoro se llevara a Gohan y por otro lado estaba Sayaka...

—Absolutamente no —se negó la mestiza cruzada de brazos, Piccoro la miró con una ceja alzada— No voy a dejar que tú también quieras llevarte a mi hijo.

—Sayaka tiene razón —saltó Ruby Moon apareciendo al lado de su protegida asustando a los demás menos a Piccoro y a Sayaka—. Tu no eres adecuado para entrenarlo, ¡No sabes nada acerca de lo que puede hacer un mestizo de ángel! Si quieres llévate al hijo de Goku, pero yo debería entrenar a Hyoga —habló con dureza hacia el de capa blanca.

Ruby Moon podía ser algo protectora con Sayaka y con Hyoga pero tenía sus razones: ella, de forma no tan directa, había contribuido en la crianza de la mestiza cuando su padre la abandonó y en el momento en el que la muchacha Jung se embarazó de su pequeño, la ángel de cabello rubí estuvo ahí apoyándola. Sabía cuánto había sufrido el corazón de su protegida, por lo tanto no iba a permitir que la personificación de la maldad se llevara a su hijo cuando no tenía la certeza de que sobreviviera al entrenamiento del de piel verde.

Piccoro y Ruby Moon se miraron con desprecio, el bien contra el mal desafiandose con la mirada.

—No puede ser —exclamó el viejito llevándose una mano al pecho, asustado—. Había olvidado que siempre estaba con Sayaka...

La mencionada decidió ignorar eso.

—Estoy de acuerdo con Ruby, no nos estás dando la seguridad de que los niños sobrevivan a tu entrenamiento. ¿Por qué deberíamos dartelos? —intervino Spinel apoyando a su compañera.

Piccoro rodó los ojos:— Porque ustedes no serán capaces de entrenarlo y sacar todo su potencial —señaló cruzándose de brazos—. Son muy blandos y cuando Sayaka presencie su entrenamiento querrá detenerlos para no dañar a su hijo —a Piccoro le parecía obvio.

—Debemos preguntarles a sus madres si lo permiten —comentó el maestro Roshi.

—¡No hay tiempo para sentimentalismos! —interrumpió Piccoro alzando la voz, los demás se asustaron a excepción de Sayaka que solo se sobresaltó— Si siguen con sus excusas los exterminaré de una vez por todas.

El de la capa blanca levantó su dedo índice expulsando una pequeña cantidad de energía confundiendo a varios pero luego los niños se elevaron en el aire para acercarse flotando a él. Piccoro los cargó a cada uno en un brazo.

—¡Oye! —Sayaka quiso acercarse pero Spinel Sun la detuvo. Ella lo miró inquisitiva, ¿Debía dejar que se llevara a su hijo?

«Déjalo que se vaya» escuchó la voz de Spee en su mente. Ella lo miró como si estuviese loco.

—Dentro de un año iré a la casa de ustedes con estos pequeñines y cuando revivan a Goku díganle que estaré esperando ese momento —informó Piccoro sonriendo de lado y luego se elevó en el aire con la intención de desaparecer.

Ruby Moon quiso ir detrás de él pero también fue detenida por Spinel.

—¿Estás de acuerdo en que se lleve a Hyoga? —inquirió la ángel sin entender.

—Tal vez sea buena idea. No confío realmente en él pero no sentí la mentira en sus palabras, además tiene razón en algo: tal vez Sayaka permita su entrenamiento pero Alek no, se lo prohibiría —explicó Spee cruzando sus bracitos en su forma falsa—. Y puede que entrenar con Piccoro si saque todo su poder.

—Les juro que no me haré responsable de esto —dijo Bulma mirando en la dirección que se fue Piccoro con ambos niños. Tenía miedo de la reacción de Milk.

—Esos niños morirán y si tienen suerte se convertirán... En un maleante —tartamudeó Krillin preocupado. Sayaka lo miró asustada, Krillin lo notó así que se apresuró a disculparse con la mirada—. Se enfadarán Goku y también Milk.

—Y no olvides a mi esposo —murmuró la joven madre arrepintiendose de haber aceptado ir ese día a Kame-House.

¿Y ahora que iba a hacer? ¿Cómo iba a soportar la incertidumbre de no saber si su hijo estaba bien o, si quiera, vivo en manos de Piccoro?



°.° 🌬️🍃

Holis

Finalmente aquí está el capítulo 4, ¿Qué tal?

Espero que les haya gustado, si fue así voten y comenten ya que me hace saber que este fanfic es apoyado y me da más ganas de seguir escribiendo 😊

Bye.

minaela1234~

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro