Prólogo
26 de agosto del 2012.
-Nottingham, Inglaterra.
—¡ya tía Jane! Cuéntame un cuento.— hice una mueca de fastidio.
La tía Jane se encontraba conmigo, en mi habitación. Ya estaba acostada sobre mi cama de color púrpura con mis dos mejores amigos, Reypinguino y Comodoro, mi dragon. en cambio mi tía Jane, estaba sentada en la mesedora a un lado de mi cama.
Observe el libro que tenía encima del regazo mi tía Jane, una mueca de preocupación se mostró en su rostro pero de igual manera como apareció, desapareció dejando una débil sonrisa en ella.
El libro se mantenía cerrado debajo de las delicadas y esqueléticas manos de la Tía Jane. Observe de reojo el libro, admirando cada detalle de este, desde su portada de un color rojizo terciopelado hasta las exageradas líneas en curvas doradas que tenía a los bordes.
El libro tenía un aspecto desgastado y desordenado. montones de hojas de un color amarillento oxidado se esparcian por el libro, mostrando la descompuesta y vieja tinta azulada que fue escrita en un idioma bastante raro de mis conocimientos.
La tía jane Soltó una pequeña risa que resonó como una melodía en toda la habitación. Sus dedos se deslizaron por la superficie del libro hasta llegar al final de este y por fin abrirlo, mostrando su interior.
La suciedad del polvo se mostraba impregnado dentro de las primeras páginas. La tía Jane ojeo un momento el libro admirando su contenido con grandes ojos encantadores.
—bien, te contaré una historia..— dijo, mostrando su mejor sonrisa. —pero, después te iras directo a la cama. ¿de acuerdo?— asentí con entusiasmo.
La tía jane ladeo la cabeza de un lado a otro. Pasaba de páginas con lentitud observando los detalles de cada página que sus ojos clavaban la mirada.
Trataba de ver su contenido de igual manera, buscando alguna imagen que pueda llamar mi atención. Sin embargo, el interior de las páginas se encontraba la tinta azulada en símbolos y números que en ningún momento entendí su significado. Pero, mi tía Jane al parecer conocía a la perfección cada símbolo que observaba.
—hace milenios de años, existieron 3 reinos en el mundo.— dijo. La tía Jane esbozo una sonrisa en su rostro mostrando su enorme entusiasmo que reflejaban sus ojos grises. —¡Estos reinos eran enemigos a muerte!— continuo, con un tono dramático, dándole una intensidad a esas palabras. —los reinos siempre vivían en una guerra continua, de batalla en batalla.— pauso. Observando el interés que estaba despertando desesperadamente con cada palabra que escuchaba. —Estas batallas llevaban una gran consecuencia en los reinos; causaban muertes a grandes cifras.— agregó, bajando un poco la voz en aquella última frase. —estos reinos eran totalmente distintos, aunque fueran humanos casi iguales, una gran diferencia se reflejaba en cada uno y eso sólo causaba envidia en los bandos.
—¿que diferencia? — pregunté.
—pues cada uno era especial. — contestó, pero no fue lo suficiente como para saciar mi curiosidad.
—¿cuales eran los reinos?— volví a preguntar. La tía jane levantó su mirada posando sus ojos grisáceo en mi.
—no tienen nombre.— contestó. —bueno. Estos reinos al notar que, por las masivas guerras, estaban llegando a su ruina.—la mandíbula se le tenso levemente, mostrando ferozmente unos hoyuelos en sus pómulos. —así que tramposamente crearon un pacto, al cual beneficiaba a dos reinos, dejando de lado a uno de esto..— al final hizo una actuación de dramaticismo, abriendo sorpresivo sus ojos como platos. —los días pasaban y al final... Uno de ellos inició un gran festival. La gente festejaba, bailaba, comía y bebía hasta saciar su satisfacción. Invitaron a los demás reinos a divertirse junto con ellos.
—¿Para que el festival?—
—para celebrar el contrato que se mantenían los reinos.— contesto con una sonrisa. —pero al final, el reino que no tuvo un beneficio en el trato desató la última guerra, arrasando con todo lo que tenían los demás reinos en pleno festival..- terminó de explicar.
Bufé ante aquello, me había imaginado algo mucho más interesante en esa parte de la historia. La tía Jane con apuro se levantó de la mecedora, cerrando con fuerza el libro que se encontraba en sus manos.
—¡es hora de descansar!— con su típica sonrisa, la Tía Jane se acercó y junto sus labios junto con mi frente dejando un rastro de su pasible labial color durazno.
—¿eso es todo?— hice un puchero enojada.
—pues es el final de la historia.— dijo entee media risa seca —mañana te contaré un mejor cuento, ahora duérmete. Mañana tienes colegio— dijo. rápidamente se alejo tomando con fuerza el libro entre sus temblorosas manos.
Antes de salir disparada de la habitación, apago la fuente de luz, seguido de esto cerro la puerta para al final poner su reinado el dios del silencio.
La habitación fue consumida por una enorme oscuridad, la luz de la luna penetraba el vidrio de la ventana y fijaba su luz en mi rostro. El viento aullaba a gritos que lo dejen entrar, golpeando sin cesar la ventana en busca de refugio.
Cerré los ojos en busca de los brazos de morfeo, pero mis sueños estaban muy lejos de mi alcance. El final de aquella historia me perturbaba mis adentros y no dejaba que fuera capaz de conciliar el sueño.
De un momento a otro, sentí un sonido a mi izquierda, no era un movimiento del viento, en absoluto, el que creo el sonido era mas que solo el viento. Aquello me alarmó poniéndome los nervios de punta y empezar a sudar frío. No fui capaz de abrir los ojos para saber que era aquello
pero se notaba que mi pupila temblaba del susto que me provoca.
¿Sería algo o alguien quien entró en mi habitación o simplemente era mi sentido que me ponía a prueba?.
Me daba miedo la oscuridad. Mi tía Jane había colocado unas estrellas artificiales en el techo de mi habitación para que alumbrará por las noches, así que podía sentir la luz violeta suave acariciando mi rostro.
Sin darme cuenta la luz apacible, que estaba omnisciente en mi rostro desapareció y una sombra en forma de silueta fue quien la sustituyo.
Pasaron unos minutos y no era capaz de tranquilizar mis músculos que se encontraban tensos por la tensión que estaba pasando. El miedo aún seguía presente pero ya había calmado un poco sus energías.
Aquella sombra se acercaba más y más. Logrando que mis sentidos de gallina ejecutarán rápidamente en mi cerebro y reaccionará de forma extraña.
—¿estara despierta?— una dulce voz femenina se escucho bastante cerca de mi rostro, sentí como el cálido aliento se sentía sobre mi rostro.
Abrí mis ojos de par en par, observando dos ovaladas perlas azulada. Inmediatamente trate de levantarme, pero mi cuerpo no fue capaz de moverse.
No... no podía moverme, mis ojos se cerraron débilmente. Sentí una luz tan brillante que mis adentros fueron iluminados grafias a ellos.
pero estaba perdiendo el razonamiento.
Los murmullos a mi alrededor empezaron a alzarse, volviéndose tenuemente caprichosos.
Los escuchaba pero no era capaz de entenderlos.
Poco a poco mi alrededor se volvió silencioso y sin darme cuenta, iba perdiendo el control de mis pensamientos, sintiendo una desvanecedora oscuridad consumiendome desde el interior.
Sin más... me quedé en un profundo sueño.
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