Mina mira como Jungkook se retuerce en su cama.

Seokjin había llegado para ayudarlo, llevándolo de regreso a su departamento. Mina los acompañó en silencio hasta el lugar, cuando Seokjin dejó a Jungkook en la cama, este se retorció aún más de dolor, gimiendo mientras se abrazaba a sí mismo.

Seokjin había salido, dejándolos solos por unos minutos, en los cuales Mina no sabía que hacer más que limpiar el sudor de la frente de Jungkook. Los dolores de Jungkook parecían incrementarse, y otra cosa que parecía aumentar era la pérdida de algunas plumas, las cuales caían en la cama.

Mina mordió su labio inferior, completamente sobrepasada por no poder hacer nada.

─ ¿Qué puedo hacer? ─ pregunta para sí misma, pero ninguna respuesta llega a ella.

Con cuidado toca a Jungkook, tratando de reconfortarlo, pero parece que él ni siquiera se da cuenta del toque de ella sobre él.

De un momento a otro Jungkook dejó de retorcerse y de gemir de dolor, su cuerpo se desplomó en la cama, él se quedó boca abajo. Mina se apresuró hacia él preocupada, ¿Qué estaba pasando?

─ ¿Jungkook? ─ lo llamó mientras lo sacudía un poco─. ¡Jungkook! ─ exclamó con preocupación.

─Es normal que se haya desmayado... ─ se escucha desde detrás de ella una voz.

Mina se gira rápidamente, con lágrimas en los ojos y preocupada.

─ ¿Qué está pasando? ¿Por qué no estás preocupado por él? ─

─Estoy preocupado por él, pero no ganaré nada si pierdo la compostura ─ comenta Seokjin completamente serio─. Lo que está pasando ahora mismo es que está perdiendo sus alas de a poco, y eso es algo muy doloroso, a pesar de que es humano, sus alas siguen ahí, y mientras más se quede en el mundo humano, más rápido perderá sus alas ─

─ ¿Qué se puede hacer? ¿Qué puedo hacer? ─

─Nada ─ Seokjin es tajante, tanto que Mina respinga un poco ante sus palabras─. No se puede hacer nada, pues esto fue decisión de él ─

─ ¿Él escogió esto? ¿pasar por todo este dolor? ─

Seokjin da unos pasos hacia la cama, donde Jungkook se encuentra inconsciente pero el dolor aún se ve reflejado en su rostro.

─Él escogió venir a la tierra para estar a tu lado, al hacerlo, él perdería sus alas, ¿has escuchado alguna historia de ángeles? ─ preguntó él, sentándose en la orilla de la cama, mirándola.

─No ─ responde ella, mientras toma siento en la silla que había arrimado para estar cerca de Jungkook.

─Te contaré una ─ dice él, mientras cruza sus piernas y cuida de no golpear a Jungkook con sus alas─. Hubo una vez en el cielo un pequeño y terco ángel, que, para proteger a su humano, al paraíso decidió renunciar. Pidió permiso a nuestro padre, para poder defender a la tierra, y aunque el camino estaría lleno de dolor, él decidió ignorarlo todo. Lo único que había en su mente era poder salvarlo. A pesar de que trataron de persuadirlo, él solo sonrió y proclamo el amor que sentía hacia su protegido. Y a pesar de la poca probabilidad de poder vencer a la maldad, él empezó su doloroso y espinoso camino ─

Mina escuchaba con atención las palabras de Seokjin, sintiendo una opresión en su pecho y unas terribles ganas de llorar.

─Esa es la historia de Jungkook... ─ dice ella, con tristeza en su voz.

─La es ─

─Todo este dolor, ¿es por mi culpa? ─

─Él tomó su decisión, no es culpa de nadie ─

─ ¿Me odias por hacer sufrir a Jungkook? ─ pregunta ella, viéndolo a los ojos y esperando su respuesta.

─No ─ él es tajante en su respuesta, incluso suena un poco dura, pero sigue hablando─. Cada ángel guardián desearía tener el valor que Jungkook tuvo para renunciar a sus alas y bajar a la tierra para proteger a su humano ─ Seokjin se pone de pie y camina hacia la pequeña ventana─. Así que no te odio, no puedo odiarte, no eres la culpable de nada, aquí los únicos culpables son los demonios que intentan siempre llevar a los humanos hacia el lado oscuro, haciéndolos perderse entre corrupción y el odio ─

A pesar de que al principio él estaba hablando con ella, estas palabras fueron más para sí mismo, y mientras decía eso, miraba hacia afuera, viendo como las personas iban y venían de diferentes direcciones.

Mina regresó su mirada hacia donde estaba Jungkook, pues poco a poco iba desapareciendo el dolor en su rostro, y sus alas fueron bajando poco a poco hasta desaparecer del todo.

[...]

Un suave quejido proveniente de la cama, hizo que Seokjin mirara hacia allá. Jungkook estaba despertando de a poco. Con un suspiro se levantó de la silla y se dirigió hacia él.

Los ojos de Jungkook se abrieron con pereza, Seokjin se sentó en la orilla de la cama.

─ ¿Cómo te sientes? ─

─Uhm... mejor ─ murmura Jungkook.

─Jungkook, todo esto está empeorando, no queda tiempo ─

─Lo sé ─ dice Jungkook mientras se sienta en la cama con ayuda de Seokjin─. ¿Dónde está Mina? ─

─Duerme ─ le dice Seokjin mientras voltea a ver el sofá, Mina duerme con tranquilidad, cubierta con una manta que Seokjin le puso cuando se dio cuenta que se había quedado dormida.

─Gracias por quedarte ─

─No tienes nada que agradecer, verte sufrir es lo único que puedo hacer, a pesar de que quiero hacer más... ─ Seokjin hace una mueca.

─Con lo que harás es más que suficiente, no me echaré para atrás después de todo esto, es por ella quien lo hago, desde un principio todo lo que hago es por ella ─

─Lo sé, no tienes que decirme nada ─ afirma Seokjin.

Jungkook asiente mientras mira a Mina dormir, ella parece que duerme tranquilamente. Y tiene razón, las pesadillas que ella había estado teniendo anteriormente parecían haber desaparecido, la presencia de un ángel guardián estaba ayudando, además de que ella se sentía segura al lado de Jungkook.

Seokjin se pone de pie, despidiéndose en silencio para después salir por la puerta caminando con tranquilidad, pues nadie lo vería, nadie excepto ese par que se había quedado atrás.

Jungkook se queda un poco más observándola, hasta que ella se remueve un poco y después despierta. Sonríe feliz cuando ve a Jungkook despierto y más tranquilo.

─ ¿Cómo estás? ¿Te duele algo? ─ pregunta ella apresuradamente.

─Estoy mucho mejor─ contestó él sonriendo un poco─. Mina ─

─ ¿Sí? ─ contesta ella, levantándose del sofá y caminando hacia él.

─Quiero pedirte algo ─

─Lo que quieras ─ asiente ella firmemente.

─ ¿Podrías acompañarme mañana a un lugar? Solo no me preguntes nada, necesito que confíes en mí ─

Mina lo mira por unos minutos con seriedad, pero termina asintiendo. Confiaba en él, era su ángel guardián después de todo.