Sospechoso
Le despierta el calor de unas manos en su mejilla, se encuentra con unos ojos tristes y rostro redondo humedecido por las lágrimas que le observa. Ella en realidad está sufriendo por él y aun cuando no debería sorprenderle, lo hace. Alana Russo Parissi, conserva el poder de hacerle querer ser tierno.
—¿Te sientes mejor?
Se siente adormecido, sus movimientos son lentos y por un instante le cuesta recordar que lo hizo estar en un hospital y atado. Su cuerpo está sujeto por correas a la camilla, una vez las ideas empiezan a aclararse en su cabeza. Todo tiene sentido, sin que le digan quien lo rescató sabe que solo alguien pudo hacerlo.
—Lo estaré cuando me sueltes—responde cortante.
Tira con fuerza de las correas logrando que estas sedan, pero no lo suficiente para liberarse. La camilla cruje y el ruido que hace con las lozas del piso eriza la piel, pero no desiste en tirar de ellas.
—¡Maldita seas Axel! No es lo mismo... tú estabas drogado y yo no. —escupe de mal humor y su amigo sonríe negando.
—Fue idea de Noah y no se las razones, pero confió en él —aclara sin dejar de sonreír.
Alana elimina distancia que los separa y Ángelo se relaja al notar va a soltarlo, pero una voz la detiene.
—Aún no linda. —le pide su esposo y ella frena solo un instante para verle a los ojos. —no hasta que nos asegure no hará nada estúpido.
¿A qué se refiere con estúpido? Porque si es golpearlo, la idea le resulta bastante atractiva. Aun así, decide hacer una pausa y preguntar por lo que verdaderamente importante.
—¿Anker? ¿Cómo está?
—Me arriesgaré a decir que tus hermanos no lo supieron manejar...
Intenta ser delicado en el uso de las palabras, pero no nada que tenga que ver con su hijo podría tomarse a la ligera.
—¿A qué te refieres? —exige saber y su amigo infla las mejillas antes de decir algo.
Alana acaba por desatarlo ignorando a Axel que le pide no hacerlo. Se lanza a sus brazos mientras pide disculpas. Ella cree que la enemistad con Kanoe fue su culpa, debe aceptar que todo se originó por lo que ese malnacido hizo, pero que ella en nada es culpable.
—No tienes nada que ver aquí... ¿Axel? —vuelve a insistir, logrando que su amigo suelte un suspiro largo.
Aleja del todo a Alana sin soltar sus manos y espera por respuestas, unas que llegan rápidamente. Axel no se limita a la hora de dar los detalles de lo sucedido. Anker estaba en consulta con el psicólogo, quien recibió la llamada de Demitrius contándole lo sucedido.
Así se entera de que Aydey está muerta y todo por su culpa, debió rescatarla a ella y a sus padres dejarla en un lugar sano no mirar atrás. Su hijo le acusa de la muerte de su madre y no quiere verle o saber de él, no ahora que confirmó lo que le dijeron era cierto.
—El hombre se excusa en que no había manera que pensara algo distinto...—su amigo guarda silencio y mira a su esposa antes de seguir — se encargó de lavar el cerebro de Anker, pasaba más con ellos que contigo. Tuvo todo el tiempo del mundo para convencerle. Entró con la intención de dañar y lo logró.
No se arrepentía de haberlo hecho, le había traicionado y puesto en riesgo su hijo. Dejarla viva era permitir que en cualquier momento volviera a hacerlo. Lo único que se lamenta es de haberlos pillado juntos.
Escucha a Axel decirle que él no empuñó el arma que acabó con la vida de su esposa y sonríe. Su amigo está intentando justificar a su mujer, cuando no hay manera de que sea inocente. Lo escucha decir que Aydey estaba casi todo el tiempo sola, desde la muerte de sus padres fue así. Él no hizo por nada para apoyarle, le rodeó de lujos a ella y al niño, pero ambos querían su presencia. Se obsesionó tanto con aquello de limpiar la mierda de las calles, que se olvidó de su esposa y familia.
—Lamento ser tan crudo contigo, pero ambos fallaron —dice y sigue en silencio —ella fue solo víctima de las circunstancias.
—Kai era un hombre divertido —habla Alana y ambos la ven bajar el rostro —estoy segura de que usó todo su encanto y no era una mala madre. —esto último lo dice restándole con la mirada.
No consideraba Aydey una mala madre, todo lo que hizo lo realizó llevada por el anhelo de darle a Anker un futuro mejor. Alana tenía razón al decir que Kanoe era un hombre listo, inteligente y conocedor de sus movimientos. Supo como cuando y en qué momento actuar, entró a su vida con el único fin de destruirla y lo logró.
No le dejó nada por lo que luchar, dejándole solo con la decisión de hacerse a un lado y permitirle a su hijo tener una vida tranquila y libre de señalamientos.
—¿En qué piensas? —alza la vista Axel sin saber qué responder.
Decide solo negar y Alana solloza, insistiendo en qué se siente culpable por lo sucedido. De ninguna manera ella tiene la culpa, el problema era ese animal. Todo cuanto sucedió es por la obsesión que Kanoe tenía con ella, por no aceptar Alana nunca lo quiso y solo aceptó ser su novio como agradecimiento.
—Jamás fuimos amigos, lo que te hizo me dio una idea de quien era —le calma.
—Había negocios de por medio... —replica ella y sonríe un instante.
—Tengo muchos así, no era tan importante... solo le pedí cambiar de negociador —confiesa —el problema se dio cuando supo la enfermedad de su hijo y el matrimonio de su prima cometió tantos errores...
—Debes aceptar que todo esto fue por descubrirlo delante de todos en nuestra boda —interrumpe Axel en tono conciliador —no intentes negarlo... Jamás se hubiera ensañado contigo si tú y Noah...
No era posible y en caso de que Ángelo lo ignorara, estaba seguro Noah actuaría. Este era más radical, nada diplomático y no solía negociar, el resultado sería Kanoe muerto y ambos con deudas en Japón.
El mismo infierno, con diferente diablo.
—¿Cómo me encontraron? —no era necesario hacer aquella pregunta más que para darse cuenta de que estaba en lo cierto con sus conjeturas.
—Noah...
Se enteró de que su compañero no obedeció la orden de dejarlos solos y se había devuelto. Ángelo no tenía claro lo que haría con base en lo que pudiera suceder en su isla. Lo único reconfortante era que su hijo crecería en un hogar normal con personas que lo amaban. Estaría alejado de Atenas, por lo que no le llegarían las habladurías. Sus hermanos podrían respirar tranquilos y seguir con su vida, ya no se preocuparían por él.
Durante el vuelo a casa, se dio cuenta de lo difícil que era volver a la sociedad. Si a sus 22 le fue difícil adaptarse, hoy luego de una larga carrera de delitos acumulados era peor. No se veía sentado en la terraza de su casa leyendo los crímenes realizarse sin hacer nada... se había adaptado a esa vida.
—Solo debían tomar a Anker e irse... —protesta y Axel se mofa de su enojo —¿Es mucho para ti?
—Lo es —Axel estira sus piernas en la silla en la que esta antes de fijar los ojos en su esposa a la que le sonríe.
—Iré por Anker y que se despidan. —Habla entendiendo la situación
—No lo fuercen a verme si no es su deseo, son demasiadas cosas para él —pide y Alana no se ve convencida por lo que sigue — Lo hará cuando lo desee y no antes...
—¿Lo dejarás ir así? —afirma a Alana, quien sale sin disimular su molestia.
Muchos suelen criticar la forma de educar a su hijo, por aquello que no le obliga a dar las gracias o a disculparse. Él le ha enseñado lo bueno y lo malo, o que las decisiones tienen consecuencias, hacer el bien no necesariamente te dará una mejor vida o riqueza, pero si tu alma estará tranquila y no hay fortuna que pueda comprar eso.
—Te escucho.
Se acomoda en la cama ignorando la punzada en su hombro y el infierno que es su cabeza. Nunca se imaginó una vida por fuera de la organización, cuando Aydey se lo propuso. Le pidió pensar en Anker y por él lo hizo, su error fue no decirle a ella que estaba planeando hacerlo ¿Hubiera cambiado los hechos? Una voz interior le dice que no y decide ignorarla.
—¿Recuerdas cuando estábamos en esta misma situación? En aquella ocasión era yo el que ocupaba esa camilla —empieza —tú me rescataste de ese secuestro, fuiste apoyo para papá y un grano en el trasero para el general... ¿Cómo pretendes obedeciera? Nunca dejaste de buscarme, estuviste a mi lado, fuiste para Alana el hermano que necesitó.
Todo era distinto, él estaba entrenado para hacerlo y era solo un caso más de los tantos que habían hecho. La única diferencia es que era su amigo y todo se originó gracias a un pedido que le hizo.
Flash Back
Axel era propietario de una de empresa constructora de embarcaciones con bastante prestigio, hace algunos años había incursionado en los cruceros y tenían un grupo de ellos navegando por los océanos. Era un lobo para los negocios, herencia de familia y rápidamente ha logrado posicionarse dentro de un grupo a nivel mundial.
Hace unos meses y con motivo de su cumpleaños, Angelo quiso un Yate y Axel le había obsequiado uno. El detalle no fuera tan importante si no fuera por el nombre del objeto "Anker" con un caduceo cruzado en su nombre. Viajó a la isla en donde Angelo vivía y lo entregó personalmente.
El evento quedó en su memoria como una visita de amigos y un pedido que se convirtió en obsequio, pues su amigo había insistido en no cobrar. Axel regresó a los brazos de su amada Caitlin, su esposa, una que no conocía y Angelo continuo con su vida. Meses después recibió la llamada de Filippo indicando que el yate que pretendía entregar su hijo había explotado y no había rastros de su paradero.
No pensó que Axel Russo, se metería en problemas solo por obsequiarle un yate ¿Quién podría suponerlo? Para nadie era un secreto que Angelo y Axel eran amigos, dentro del mundo del griego se sabía que el hijo de Filippo Russo no tenía idea a lo que se dedicaban sus padres ¿Por qué ensañarse?
Filippo Russo había pertenecido a ese mundo de Angelo, al igual que Agnes Conti, su esposa. Hasta donde tenía entendida era algo que la pareja manejaba con discreción y aunque, Axel era consciente que su padre tenía vínculos con Sicilia, nunca ha querido saber que tanto.
El secuestro de su amigo señalaba a Camorra, y las razones eran porque el anciano dejó de ayudar a la causa. Sin parecer abogado del diablo, el viejo tiene razón ¡Vamos! Que les pagan por proteger, no para lo contrario. Un grupo entró a uno de sus cruceros, ultrajo a sus pasajeros y robó. Lo que hacía todo esto delicado era precisamente quienes eran.
Exacto, miembros del grupo a quien Filippo pagaba y a quien pertenecía desde hace años. Las respuestas de parte y parte, no se hicieron esperar, Filippo dejó de enviar dinero y Sicilia envió la amenaza de no responder por ninguna de sus vidas.
Tras su desaparición, muchas cosas salieron a la luz, como que su amada Caitlin estaba embarazada del mejor amigo de ambos, Liam Parissi, un exnovio ¿No es la vida tierna y bella? Solicitó el divorcio basándose en un documento que ambos habían firmado y se casó con Liam. Todo esto en la ausencia de Axel y tras Filippo desestimar un documento en donde Axel pedía a su padre velar por su esposa.
Sí, Caitlin Russo Mancini solicitó el divorcio cuando Filippo aseguró que, de estar muerto, Axel no había dejado bienes, solo deudas que él estaba cancelando. Angelo nunca la conoció, no tuvo la oportunidad de estar en la boda por lo que decidió investigarla. Los detalles de lo que encontró no fueron relevante en ese entonces como lo eran ahora que había encontrado a su amigo drogado.
Lo más chistoso de todo era que mientras Liam Parissi (su mejor amigo), le quitaba a su mujer y la preñaba. Su pequeña hermana, Alana, ayudó a Filippo a descubrir la verdad ¿Cómo? En primera fue asegurando que el motor del yate que hizo explosión estaba incompleto y de ninguna manera daban muestras de haber hecho explosión, la segunda era aconsejando bajar a ver los restos sumergidos, la tercera última y más importante dando los nombres de los hombres que podrían hacer ese trabajo.
Colin y Amaury Kanoe, esos que ahora descubre, son primos de Kai y que este último fue el primer novio de la tal Alana. Los padres de Kanoe fueron los que recibieron a Alana Parissi para que siguiera sus estudios en Japón.
Angelo había encontrado a su amigo, pero todo estaba lejos de acabar. Faltaba encontrar las pruebas contra de Caitlin y ver que tan inocente era Liam o su hermosa hermana. Era demasiado extraño que dos hermanos se comportaran de forma tan distinta.
Deja el yate en el puerto bajando a piso firme cuando Noah sale al encuentro. La realidad de Axel era más delicada de lo que llegó a imaginar, su sistema tenía tanta heroína que en este instante sufría la ausencia de ella.
—¿Qué tal? —le pregunta Noah y niega.
—Hubo que atarlo, el tipo es un verdadero problema...
No hace comentarios y avanza hacia el lugar en que se encuentran su amigo. Apoya su cuerpo en la pared y permanece allí en espera que despierte. Le ha contado todo cuanto ha sucedido en su ausencia, pero tiene sus dudas que fue escuchado.
No sabe cuanto tiempo pasa hasta que le ve abrir los ojos y mirar a todos lados. Sabía que una mujer podía destruirte si se lo proponía y le dejabas, jamás que su veneno fuera tan letal. Caitlin Mancini le demostró que todo lo que pensaba sobre las mujeres era verdad.
—¿No causarás problemas? —le pregunta y Axel lo ve confundido —había que desintoxicarte, pero no pensé que fueras un grano en el culo drogado.
—¡Jódete! — responde molesto. Angelo sonríe al recordar los métodos de desintoxicación. —no sé cómo se hace, solo que no es a los golpes. —sonríe de manera sádica sentándose en la única silla disponible.
—Improvisé un poco, alguien tiene hacerte entrar en razón —se defiende —y le prometí a tu padre que al pisar la isla sabrías la verdad.
Su rostro se transforma, ve el dolor en ellos, le sabe reconocer basándonos en el suyo. No llegó a estar casado con Artemis, pero si tenían un hijo en común, eso le hacía tan o más doloroso.
—Lo siento por ella —dice simplemente —por ti no, sé que encontraras a alguien mejor... ¿Te puedo dar un concejo de alguien que sabe lo que estás pasando?
—¿Si digo que no te callaras? — pregunta y le sonríe en respuesta.
Se acerca a él y le toma por el cuello de la camisa que retuerce un poco, no llega a asfixiar, pero si lo suficiente para que incomode.
—Asegúrate que te vean feliz, hijo de puta —amenaza —porque no perdí a dos de mis mejores hombres, para verte arrastrar y llorar por ella... firmaras ese divorcio con una sonrisa y luego hazla pagar y ver lo que perdió.
Prometió no irse hasta que no se resolviera todo, fue partícipe del amor que creció entre Axel y Alana. Gracias a ese tiempo en San Juan y con el caso de Axel, Angelo y Noah no fueron los mismos. Los Russo, Parissi, Melani, etc. Les trataron como un miembro más de lo suyos y eso los hizo pensar por primera vez en formar un hogar.
La nube oscura que le dejó a ambos San Juan fue Kai Kanoe y luego de descubrir lo que hacía con Alana cuando la familia le dejaba sola. La desnudaba, tocaba y se frotaba contra ella, todos los vejámenes más absurdos que un ser humano puede hacer, lo hicieron Kanoe con ella.
Era un hombre peligroso y al salir de San juan un enemigo declarado. Pero, Angelo no le temía, en aquel entonces no había alguien por el que temer.
Fin del Flashback
—Sé que deseas ayudarme y te lo agradezco —inicia tras el ataque de recuerdos que intenta desechar por lo doloroso que le resulta —si en verdad quieres ayudarme... cuida de él.
—Es tu hijo Angelo y ahora está confundido, tiene miedo, ese infeliz... tú y yo sabemos de lo que es capaz.
Asiente mirando la puerta un instante y permanece con la vista fija en ella. Su hijo le odiaría aún más si sabe que él le disparó a su madre. Axel solo le pide un tiempo con el niño, que se adapte a ellos...
—Perdió a su mamá ¿Es justo que también a su papá? No tengo idea lo que tienes planeado y no me interesa... solo te pido cuando estés en condiciones lo veas.
—Lo haré.
Su amigo asiente estrechando sus manos. Debería decirle que eso no significara que Anker le perdone o que las cosas vuelvan a ser como antes. No lo dice porque su hijo no sea capaz de entender la situación, es por algo totalmente distinto.
La llegada de dos oficiales le hacen guardar silencio. Axel no se va y se queda a una distancia prudente al verlos entrar. Vienen hacer algunas preguntas.
—Lamentamos su perdida señor Vryzas. —empiezan a decirle. —podría decirnos lo que sucedió exactamente.
—El hombre encontrado en sus terrenos es Kai Kanoe y según los registros falleció hace algunos años —comenta el segundo. —intentamos hablar con su escolta, pero asegura no vio nada, insiste en no saber más que usted estaba herido y su esposa muerta.
En este punto de la historia, en donde para su hijo, ya su héroe, no lo es tanto ¿Qué importancia tiene lo que hizo su madre? ¿Era necesario que sufriera más? Con la certeza que no lo hace por su mujer, sino por su hijo, empieza a hablar.
—Aydey quería ver como había quedado todo —miente y el rostro de Axel demuestran sorpresa —me relataba lo que sucedió, estaba en la zona de juegos con el niño, escuchó un ruido y le pidió esconderse.
—¿Por qué no lo hizo ella señor Vryzas?
—Se asustó, imagino, no alcanzó a decirme nada... Kanoe apareció —ambos le ven sin decir nada y puede notar no hacen anotaciones de ningún tipo —sacó dos armas, yo la mía e intenté darle antes que dañara a Aydey...
—Tenía dos armas y usted una —repite el oficial —les dio a los dos con una bala en la frente.
El tono de voz es de burla y aquella mirada de desdén, que ha visto en los gusanos de su calaña cada que ven a un hombre que no figure dentro del mal llamado estándar de la sociedad.
—¿Se da cuenta de lo que está diciendo?
Kanoe hizo dos disparos antes de recibir uno letal, era su historia y así seguiría sin importar lo que encontrarán. Podría demostrarle que es posible, solo es cuestión de llamar a Noah, al polígono, a Estanislav, a Nikolái o a Vladímir, cualquiera de sus hombres demostraría se puede. Pero, solo les dice.
—¿Imagino no han visto el historial criminal de Kanoe o el grupo al que pertenecía? —pregunta sin ocultar el tono de desprecio.
Son dos imbéciles que están frente a él fingiendo hacer su trabajo. Tras la pregunta como sabe las andanzas de Kanoe, mira a Axel y este sonríe. Le explica como le conoce y porque se hicieron enemigos, Axel hace sus intervenciones. Incluso se compromete a entregar copia de la investigación de esa época, algo que ambos aceptan.
—Tenemos dos problemas aquí señor Vryzas ¿Tenía su mujer un amorío con el señor Kanoe?
En respuesta se incorpora, obligando a Axel a acercarse. El dolor que le ocasiona ese gesto logra soportarlo por su hijo. Sabe lo importante que es para el crecimiento de Anker mantener intacta la imagen de su madre. Retroceden al verlo en pie apoyado en la cama mientras exige.
—Espero tengan pruebas de eso ...
—Entendemos lo difícil que es para usted —continúa uno de ellos—pero hemos encontrado bastante material para sospecharlo...
Cinco lanchas, fueron arrendadas en un puerto cercano, la tarjeta empleada era la de Aydey Müller. Sin mencionar los registros de las mismas que fueron usados en los tiempos en que supuestamente estaba secuestrada.
—El arma que mató a su esposa está registrada a su nombre señor Vryzas y no se encuentra dentro de las desaparecidas por el incendio —finaliza uno de ellos llevándose una mano en su bolsillo.
—Será mejor si nos dice lo que sucedió en realidad ...
—Mi casa fue incendiada, todo mi esquema de seguridad fue asesinado, la madre de mi hijo fue secuestrada, tengo a mi hijo a manos de psicólogos ¿Creen en realidad que tengo cabeza para saber que me robaron? —les pregunta y ambos callan —acusan a Aydey, quien convenientemente para ustedes está muerta.
—Señor Vryzas, espero entienda es nuestra labor encontrar la verdad...
—Kanoe está muerto —le interrumpe levantando el tono de voz —pero si no he olvidado contar quienes entraron fueron más casi el triple de mis hombres ¿Me equivoco?
—No señor ...
—¿Me imagino, no tienen algo concreto en mi contra? Solo especulaciones. —sigue y ambos lucen enojados —les pido abandonar mi habitación y regresar cuando sean imparciales, no se dejen llevar por mi apariencia o forma de vivir —finaliza señalando la puerta —por favor.
—¿Por qué no decir la verdad?—Axel espera estar solos para arremeter contra Ángelo.
—Tengo un hijo al que cuidar Axel y no es relevante los pecados de Aydey...
—¿Qué no es relevante?—pregunta incrédulo - Gracias a ella todo esto fue posible...
—Largo Axel, regresa a San Juan... yo me iré cuando estos malnacidos sepan distinguir la boca del culo. —regresa a la camilla en donde se acuesta y le da la espalda.
****
Abre los ojos en algún momento de la madrugada. Ninguno de sus hermanos ha venido a verle ¿Se sorprende? No, incluso les entiende. No ha visto la prensa o notas periodísticas, pero puede imaginar los titulares.
Una figura dormida en un sillón cubierta por una cobija blanca llama su atención. El color de su cabello le delata y suelta una maldición en voz alta logrando que la mujer se despierte un poco desorientada.
—¿Qué haces aquí? —exige saber al ver que no hace comentarios —creí que te irías.
—Me necesitas...
—Imagino lo que pasa por tu cabeza. Crees que puedes cambiarme ¿No es así? —le pregunta y la ve sentarse en silencio sin decirle nada, lo que le hace enojar aún más —piensas que soy ese que conociste hace más de quince años, que gracias a pasarla mal en mi infancia tuve que hacer una coraza para protegerme de la sociedad. Aquel que pensaste podías cambiar cuando se enamorara de ti sería tierno, amoroso y divertido. Largo, Alexandra, regresa a tu mundo de fantasías y perfecto... no te necesito ni a ti o a tu lástima.
Alza una ceja, confundido por su silencio, mientras ella se cruza de brazos y lanza su cuerpo hacia atrás. Se toma todo el maldito tiempo en responder y ello hace que su enojo aumente.
—Nada ha cambiado en ti Angelo, sigues siendo el mismo imbécil. Solo a un cobarde abandona la batalla sin pelearla. —su voz es un susurro, pero que caen como piedras en su cuerpo —Limpias el nombre de Aydey y te haces culpable, no por tu hijo...—sigue y le señala molesta — lo haces porque temes a vivir una vida normal aquella crees no merecer o no encajar ¿Lo has intentado siquiera? Has olvidado que eres lo único que tiene Anker y solo por él deberías hacerlo. —ella toma la almohada, la acomoda ante la mirada sorprendida de Angelo que no puede creer, esté ignorando su pedido de largarse—Ahora me insultas porque es lo único que sabe hacer tu patética existencia ¿Adivina qué? No tengo 16 y no me deslumbro con tu belleza porque como tú hay miles.
Finaliza acostándose de nuevo y dándole la espalda. ¿Por qué era tan terca? Ella solo tenía que dar la espalda y dejarlo solo, tal cual lo hicieron todos ¿Por qué insistía en quedarse? En algún momento le daría la espalda al saber la manera que tuvo de solucionar este problema.
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