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Reminiscencia

Tras la salida de San Juan de los vientos, él y Noah se refugiaron en Londres, una docena de sus hombres se quedaron con ellos y el resto fue a la isla. No había nada que hacer y ambos estaban afectados por el calor de hogar que vieron San Juan.

Era por eso por lo que nunca permanecían o hacían contacto con los "clientes" más de lo permitido. Crear lazos era añoran, algo que no era para ellos y estaba lejos de su alcance.

Compró un restaurante, que hacía de fachada, los clientes eran en su mayoría personal de Payman, suyos o del tío William. Dos chefs hacían los turnos, uno diurno y otro nocturno. No le llegaban clientes nuevos, la zona en la que estaban estaba bastante poblada de restaurantes con mejor clientela y presentación. Y no es que el suyo estuviera en malas condiciones, ya que poseía más lujos que los demás. Era que sus clientes o el personal que solía entrar en ellos era de temer.

Conoció a Aydey Müller cierto medio día en que Noah entró con un pedido en manos. Sonriente, una chica le había confundido con un mesero. "Puesto que seré el mesero, tú haz de Chef", dijo entre bromas y creyó era buena idea.

Entregó el pedido en medio de bromas de sus hombres que aumentaron cuando la mujer quiso felicitar al chef. Normalmente, acostumbraba a mantenerse lejos de las féminas, pero en aquella ocasión no fue así. Alana Parissi, la hoy esposa de su amigo Axel, le dijo que él podía conquistar a cualquiera solo si era el mismo y no decir a quien se dedicaba. Prometió la próxima mujer con la que se topara seguiría consejos y eso hizo.

Aydey Müller le hizo romper una regla tras otra, admitiendo que se enamoró perdidamente de ella, como nunca creyó volverlo a hacer. Se creó una relación que empezó con una amistad y que rápidamente se convirtió en algo más. Solía hacerle poemas, todo ello para conquistarla. Ella solo le dijo que llamaba Aydey Müller, de Múnich, Alemania y su padre era dueño de una modesta aerolínea. Angelo dijo, Chefs y trabajaba allí, no era rico o uno de los dueños de los famosos Vryzas.

Y Aydey lo quiso sin importar aquello, descubrir eso le hizo amarla y pensó era recíproco. Vivieron un tórrido romance de meses que tuvo que interrumpir al tener que ir a la muerte de su tío abuelo. Al regresar la mujer no estaba y aunque debe confesar le afectó en el orgullo, siguió con su vida.

Hasta que Noah dio con el sitio en que vivía y encontró a una vecina comunicativa que le dijo, Aydey vivió allí con un hombre en los últimos tiempos, estaba en embarazada y se había ido con él. Con las sospechas que podría ser suyo, empezaron las investigaciones. Tropezó con la sorpresa que aquel medio día no fue la primera vez que Aydey estuvo en ese restaurante, estuvo varias veces, pero nunca entró hasta ese día.

La llamada de un nuevo trabajo, lo hizo volver a Atenas, dejando en pausa que quizás tenía un hijo por allí. Esta vez el cliente se trababa de nada más y nada menos que Kurn Tomasevic.

Noah y él hicieron muchas teorías sobre lo que podría querer Kurn Tomasevic con los cincuenta. Hay que admitir, lograron dar en el blanco en varias. La prometida de su hijo desapareció por varios meses y por mucho tiempo se creyó se había ido con Murat Ozdemir, su exnovio. Murat, quien para su sorpresa resultó ser el hombre que estaban buscando.

Las sorpresas no acabaron cuando Tomasevic aceptó, le resultaba difícil de creer la teoría que huyó con el ex, pues ambos tenían una relación y muy sólida. Marcela Demir, la prometida de su hijo, había desaparecido luego de una disputa con el hijo del magnate, quien aseguraba no fue para tanto, aunque si la primera. A seis meses de su desaparición recibieron la noticia, estaba en Ankara, no recordaba nada de lo sucedido y estaba en silla de ruedas.

El turco estaba seguro, el ex tenía mucho que ver. Este se presentó en Londres con la novia y una historia extraña sobre que Enrico (el hijo del magnate), había asesinado a un hombre en los terrenos de la mansión. Un cuerpo que nadie ha encontrado y de los que no hay registros en cámara.

Encontró la manera de entrar a Estambul logrando un acuerdo con el magnate. A cambio de encontrar a quienes querían dañar a su familia, Tomasevic se comprometió a sacar a Aydey del país.

Detiene sus pensamientos al escuchar la puerta del apartamento, abrirse y a Noah entrar. Trae rostro de malas noticias y en ese punto no hay nada que le sorprenda.

—¿Qué encontraste? —pregunta a Noah al verle entrar y lanza el saco al escritorio más cercano.

—La casa tiene cámaras por todos lados, es inmensa, pero solo ambos viven allí. Sale con él casi todo el tiempo y cuando no el móvil le suena cada diez o quince minutos. Cubre su cuerpo en su totalidad, cuello, brazos y piernas, ha perdido contacto con todos y solo habla con sus padres, quienes tienen problemas económicos. —le entrega una tarjeta y le señala —es la ginecóloga, creo que podremos hacer algo con ella ...

—Hay más —insiste y su amigo guarda silencio.

—No te va a gustar —empieza. —el tipo asistía a terapia de ira y ella le acompañaba, vivía con él... tiene detalles de casi todo lo que ha hecho y ocultó a todos. —arquea una ceja y su amigo asiente —Aydey era novia de Ozdemir antes de ir a Londres... era la mujer que llegó con él al hospital.

—Entiendo...

El tiempo que estuvo Marcela Demir y Murat Ozdemir, desaparecidos, coinciden con la "relación" que ella tuvo con Angelo. Su padre no gustaba del novio de su hija, por considerarlo peligroso e incluso, su ex y Kurn lo describen como maltratador.

—Si él es culpable de ese muerto dentro de la mansión o del secuestro de esa chica...

—Es posible que ella no lo supiera... somos el vivo reflejo que es posible Noah —su amigo asiente, pero puede ver en su rostro la incredulidad.

—Huyó el mismo día que la chica desapareció. No es claro cómo, pero al parecer él se tornó agresivo y confesó cosas que la alertaron en cuanto a que corría peligro.

Su padre nunca estuvo de acuerdo con la relación, presionó de todas las maneras posibles para que su hija lo dejará. Aydey se acercó a él en búsqueda de protección, lo que ocurrió después fue solo producto del destino. Como fuera, la realidad era que ella podía estar llevando a un hijo suyo y estaba sufriendo.

—Ese niño podría ser mío—habla seguro —déjame hablar con él.

—¿Con qué pretexto?

—Ya pensaré en algo.

No contaba con un plan, pero lo que sea se le ocurriera resultaría. Era como el rey midas para ello, se embarca en el auto y cruza media ciudad. Encuentra que es su día de suerte al verle salir del viejo edificio propiedad de los padres de Aydey.

—¿Murat Ozdemir? —le llama y gira lentamente hacia él. —vengo por mi mujer y mi hijo. —sentencia.

Le está dando la oportunidad de voltear el trasero, ir a la policía, declarar todo cuanto sabe y ser feliz. De lo contrario le esperará una vida de sufrimientos en la cárcel, él se encargará de ello. Sonríe observándolo de arriba abajo con ese aire de desprecio que suele ver en los tipos de su calaña.

—¿Qué te hace pensar que obedeceré? —pregunta. — ¿O qué en realidad es tuyo?

—Las investigaciones no te describen como imbécil. —el individuo afirma sonriente y empieza a avanzar deteniendo unos metros más adelante.

—Dos cosas. —alza dos dedos de su mano aun de espaldas— La primera, —mueve uno de esos dos dedos sin molestarse en darle el frente — las mujeres como Aydey Müller son demasiado peligrosas y la segunda... tendrás que matarme para llevártela.

Será un placer, parece decirle su sonrisa mientras da media vuelta y entra al vehículo. Que no negara o dijera algo cuando mencionó que había venido por su esposa y su hijo, fue la mejor prueba de ADN. Tenía un hijo, era en todo lo que debía pensar, después se las arreglaría con su madre.

Ese mismo día, un amigo de Londres, le sugirió ingresar a alguien dentro de la empresa de seguridad contratada por Ozdemir. Demasiado arriesgado para sus hombres, sin mencionar el tiempo que aumentaría, Tomasevic sospechaba que Aydey sabía algo y odiaba admitir podría tener razón.

Compró la empresa y ello le mostró el infierno que Aydey vivía con ese hombre. Incluso quedó registrado en cámaras a él recordándole que había abusado de ella. Estaba en la casa contra su voluntad y fue obligada a casarse con él, todo ello a espaldas de sus padres, quienes le creían era un buen hombre.

Aydey si estaba al tanto de la mayor parte de lo que le había sucedido a Marcela Demir. Pero que guardó silencio ante el temor que le hicieran daño a sus padres y al niño. Ello le hizo merecedor de su amor y comprensión, soportó todo solo por su hijo.

Al final de la investigación, develó que no fue un plan de una persona, cada uno contaba con un motivo para desquitarse con el magnate, odio, venganza, envidia, ambición, etc.

El cerebro detrás de todo estuvo a cargo de Jonás Bondarenko. Lo hizo para que ampliaran los contratos de seguridad, un ucraniano apodado "Chernóbil" por lo peligroso que era. No lo conocía personalmente, pero si lo enemigo que era de Sergey. El tipo era casado y tenía una hija, Alessia, su tesoro más preciado, ella y la jefa de seguridad, una mujer llamada Iroshka bastante popular en su mundo por lo diestra que era con las armas.

Sacó a Aydey, de allí días después iba rumbo a Atenas y desde allí declararía en contra de su ex. Todo fue un poco más fácil cuando Iroshka se presentó una noche pidiendo protección para la hija de Jonás y ella. A cambio de ello, estaba dispuesta a trabajar y servirles en el sitio que dispusieran, daría el sitio exacto en donde estaba Jonás y el resto del grupo.

Lo más importante para el grupo al salir de Estambul fue las dos primeras mujeres dentro de los cincuenta. Solo Iroshka estaba contratada fija por orden de William, Alessia estaría a prueba. La hija que Jonás adoraba tenía problemas de audición y conducta, obra según decían del tóxico de su padre.

Alessia fue desde el primer día una piedra en el zapato para Sergey. En el primer mes, hirió a Vladímir Levenev (segundo hijo de Sergey), según su alegato quiso abusar de ella. En el segundo mes de habitarlo empezó una relación un tanto escandalosa con la virgen...

Sí, Jedrek Levenev, quien la hizo su prometida meses tarde, logrando con ello enfrentar por primera vez a dos hermanos Jedrek y Vladímir, pero ambos lo estaban desde hace mucho tiempo.

De esa ciudad se trajo no solo a su esposa, también a su hijo, quien decidió llegar al mundo el mismo día que le pidió la mano en matrimonio a su madre. Trajo además el descubrimiento que Artemis tenía otra hermana y que esta era nada más que Marcela Demir.

Buscó un hogar perfecto para ambos, Aydey y Anker se convirtieron en el Oasis. Los amaba más que a su vida misma y era ese amor el que le impedía sacarlos a la luz.

Creyó que era para siempre he indestructible, la vida le enseñaría que no era así...

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