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Los Cincuenta...

Noah

Presentía algo, andaba mal; aunque, no dudaba en la destreza de su jefe o experiencia, cuando el problema involucraba a personas cercanas todo cambiaba. Estaba también la manera en que encontró a Aydey, fácil, sin problemas y rápido. Tres detalles que con base en su experiencia le hacía dudar. Se lanzó a sus brazos llorando y pidiendo perdón por las muertes de sus compañeros. No eran compañeros, eran su familia, quiso decirle en aquel momento, pero se contuvo cuando le dijo:

"—Estoy embarazada".

Consciente que era demasiado para un hombre, incluso para alguien como Ángelo quiso alertarlo. La orden de llevarla a las ruinas de la casa lo consideró extraño y peligroso, pero conocía a su amigo, por lo que se guardó sus comentarios.

Ya no tenía la protección del grupo, ambos eran civiles y les costaría adaptarse. En el caso de Noah, valía la pena. Ha enfrentado a enemigos más peligrosos que la sociedad ¿Qué tan malo puede ser? Tras entregarle el arma y verlos alejarse, hace lo mismo.

Los observó acercarse a las ruinas de la casa y hasta llegó a estar a mitad de camino. La promesa de no dejar un hombre atrás sin importar las circunstancias lo hizo detener. Jamás había dejado a su jefe solo y ese día no sería la excepción.

Este grupo los iniciaron los dos, mucho antes de nacer Hermes. Existía una promesa a cumplir, si los demás lo olvidaron él no. Da media vuelta al tiempo que toma el móvil, otra persona podría buscar a Axel y Alana.

Llama a casa de los hermanos de Ángelo y quien le contesta es Miles. Ha intentado ser imparcial con los problemas entre los hermanos Vryzas, pero Miles hace todo imposible.

Aquel aire de superioridad, sabiduría y ego inflado le molesta. El porte aristócrata le recuerda al lameculos que lo humilló en Moscú. Todo Miles era el recuerdo latente de aquello que por años ha odiado, al representar lo que destruyó a su madre.

—Necesito que alguien pase por Axel y su esposa...

Comenta sin saludar una vez la llamada es levantada y arribando al puerto. Salta a tierra firme para atar el yate y se detiene un instante antes de empezar la subida.

—¿Desde cuándo tienes empleados en esta casa? —La explosión del hombre le hace reír.

Aquel tono de voz del otro lado autoritario le hace reír. Angelo le enseñó a detestar las divisiones de clases sociales, aquella creencia que hay personas de primera y de segunda. La vida le hizo odiar a los hombres como Miles Vryzas.

—Desde que soy amante de tu esposa y padre de sus hijos —reta divertido mientras cuelga.

Le da igual si van por ellos o no existen prioridades que no está dispuesta a dejarlas pasar. Guarda el móvil retirando el arma de la funda debajo de su brazo, caminando apresurado hacia el sitio. Hay casi dos cientos metros entre el puerto y la casa, la gran mayoría jardín, verde, flores, un parque infantil, piscina, etc. Todo ese conjunto de cosas que una mujer suele amar en su hogar y su jefe mandó a instalar para complacer a su mujer.

Tras el ataque, el césped está arruinado por cráteres, las flores pisadas, el parque del niño en circunstancias parecidas y en mitad de la piscina flotan restos de ropa calcinada. Las ruinas dan una idea de lo que ese matrimonio hoy día.

Sus sentidos se alertan al escuchar una segunda voz masculina y el recuerdo de Kanoe en San Juan llega a él. Alana Parissi, hoy Russo, había sufrido un ataque que la dejó en coma inducido por un tiempo. Kanoe aprovechó el cariño que le tenían los Russo y el respeto de Axel para hacer lo impensable.

Lo dijo en muchas ocasiones, nadie que coma insectos es digno de su confianza. Rodea las ruinas de la mansión entrando por la puerta Este justo en el instante en que Angelo le dispara a Kanoe.

No hay tiempo de repeler el ataque, su jefe y mejor amigo ha controlado la situación, aunque ha caído herido en el proceso. Kanoe logra hacer un disparo antes de caer muerto (Si no lo está él se va a asegurar que lo esté).

Se asegura que Kanoe no será un problema antes de llegar al griego, su esposa en poco tiempo dejará de serlo. Observa la herida con la experiencia que le da haber recibido varios disparos y ayudado a un sin número de amigos en igual de condición. Retira su saco, corbata y camisa, la primera la usa como almohada en la cabeza, la segunda ata las manos de Angelo y con la tercera presiona la herida.

—Te ahogaste con las mariposas Vryzas... —habla sacando el móvil y marca a hermano Demitrius.—te tengo malas noticias... —empieza y seguido escucha muchas maldiciones.

—Lo sabía... ¿Cómo está? —mira a su amigo y hermano antes de responder.

Bien, supone. Aunque, no lo estará al despertar y saber que le salvó la vida. Admira el valor que tuvo el día de hoy, la manera de deshacerse del problema. Su esposa lo había traicionado, poniendo en riesgo la vida de su hijo y familia.

—Estará bien... —responde al fin.

Le dijeron que enviarían por ellos y eso le hizo no separarse de su lado. Angelo, Estanislav, Nikolái y Akim, se convirtieron en la familia que nunca tuvo.

Media hora más tarde un helicóptero sobrevolaba la zona y dos horas después estaba siendo intervenido para extraer la bala. Ha pedido no soltarle, tiene sus razones. Apoya la cabeza en la pared viendo llegar a Axel y a su esposa.

Alana se acerca y le abraza sin dejar de reclamarle por no volver a San Juan. Esa ciudad les marcó a Vryzas y a él, permanecieron allí demasiado tiempo. Compartieron con Axel y Alana, tras liberarlo de ser secuestrado. Les hizo imaginar una vida normal, por ello su jefe empezó a salir con Aydey y él...

¿Cómo está? —pregunta Axel.

—No ha salido nadie. Es Anker quien me preocupa ¿Quién le dice algo así? —confiesa y Axel suelta el aire.

—Estaba con el psicólogo y sus tíos creyeron era una buena idea aprovechar eso —niega diciendo que no fue así.

Entró en shock y no cesó de decir que su padre había asesinado a su madre, el profesor Dai se lo había asegurado. Su padre asesinaba personas y en algún momento haría daño a su madre.

—¿Por qué motivo? —pregunta pese a tener una idea en su cabeza y es Alana quien responde.

—Anker los vio en la cama...

—Usó el amor a su madre a través del miedo y la mejor manera que el niño callara —sigue diciendo Axel y Noah bufa —no quiere ver o despedirse de su padre y asegura odiarlo.

—No se ve bien—manifiesta—Angelo adora a ese niño...

Axel asegura es solo el shock del momento y tiene la certeza podrá superarlo. Le gustaría tener su fe. Conoce el temperamento de padre e hijo y no son dados a doblegar fácilmente. Estaba el hecho que pidió llevarla a ese lugar y quedar solo. Él tuvo que notar lo peligroso y extraño de su llegada, aun así siguió ¿Por qué hacerlo?

—Piensa un poco, te pide venir por el niño y hacer uso de esa custodia —detalla y Axel le ve sorprendido —¿Por qué? Él no sabía cómo acabaría esto ¿O sí?

—¿Qué intentas decir?—insiste Alana y él guarda silencio.

Que o bien quiso alejar al niño a sabiendas de la culpa de su madre o le preparaba para una vida sin ambos. Le pidió Axel venir antes de ir a esa cita con Young. Angelo adora a su hijo al punto de dar la vida por él y lograr que el pequeño tenga una normal. Planeó todo de tal manera que le hace sospechar de él.

—Vryzas no es de los que hace movimientos impetuosos. Se culpaba por todo lo sucedido desde que vio ese dibujo en donde el niño lo dibujo rodeado de cadáveres. —Axel está de acuerdo con ello.

No sabe en qué momento lo hizo, solo que lo que todo fue planeado. De lo único que es consciente es que no le dejará, solo piensa al ver la mujer rubia que camina en ese instante hacia ellos.

—Convenceré a Anker que le vea y a Angelo que nos visite en San Juan —escucha a Axel decir —es lo mínimo que puedo hacer por él.

Lo admiró desde que le trató por primera vez, antes de eso era solo un niño rico presuntuoso. Eso era la imagen que proyectaba piensa sonriente al recordar.

Flashback

La primera impresión que tuvo del nuevo ocupante del bloque, es que era presumido. No fue solo su pensamiento, también el de los chicos, cuando le veían entrenar con su dorso al descubierto.

"—Todo hombre que presuma tanto su cuerpo acaba por morder almohada". Era la opinión de Estanislav, un enemigo que había ganado y con justa razón.

Cuando le dijeron que debía acompañarle y servir de apoyo se burló. El tipo no parecía necesitar de ayuda, su estatura y cuerpo era su mejor protección ¿Quién osaría meterse con un hombre de más de dos metros?

Le fracturó el tabique, él a Estanislav, le voló dos dientes y la incapacidad de usar su mano en tres meses. Todo porque le tocó. Noah lo tenía claro de entrar en conflicto con esa bestia, vaciaría el proveedor sobre él.

Su renuencia fue sencilla, podría hacer ese trabajo solo, no sería la primera vez. Sergey y William, se negaron e insistiendo que fuera su escolta, ya que el niño rico había decidido jugar al superhéroe. Cambió de parecer al saber lo que hizo John Evans (el asesino de su hermano que había logrado salir libre y fugarse) y las razones por las que quería hacerse cargo personalmente.

Volaron a América hablando solo lo necesario, fueron directo al sitio acordado en donde le entregaron las municiones, armamento, una vieja camioneta, documentos (falsos), dinero en efectivo, etc.

William averiguó el sitio en que podría estar y hacia allá se dirigieron. El viaje fue cómodo y en algunos momentos dio muestras de lo educado que era al querer interesarse por él. Noah estaba acostumbrado a hablar poco de su vida, de la que no había mucho que decir.

Encontraron el objetivo y aunque Noah quería acabar allí mismo a ese hijo de puta, él quiso algo distinto. Haciendo uso de toda la experiencia que había en su haber, decidió jugar con la escasez dinero y fingir ser un turista que debían recoger a un grupo de amigos que estaban de excursión.

El tipo manejaba una vieja bang, en donde trasportaba cualquier cosa. Convencerlo no fue problemas al ver que pagaba en efectivo y sin negociar el precio... aceptó.

Ya en el sitio, se dio cuenta el grado de peligrosidad del griego. Despedazó a ese miserable a los golpes sin que le afectara, convirtiéndolo en un amasijo de carne golpeada y sangre.

—¿Mejor? —pregunta al verle levantarse y mirar los restos de Evans con desprecio.

—Sí... —responde dando media vuelta alejándose entrando al bosque y Noah le permite ese instante para calmarse.

Lo paradójico del asunto es que Evans trasportó todo lo que se necesitaba para esconder su cadáver. Saca del interior de la bang una pala, una bolsa con un polvo blanco que deberán lanzar encima del cadáver antes de enterrar para no atraer a animales.

Dos horas después y tras insistir en que él lo haría, cava la tumba del hombre que asesinó con sus manos. Silba una canción que se escucha en la radio de la camioneta detrás de ellos, ante la mirada divertida de Noah que ha encendido un cigarro para espantar a los insectos.

—¿Seguro no necesita ayuda?

Niega en respuesta apoya un pie en la pala para que está entre más profundo. Ha visto por cada tierra extraída como su cuerpo parecer enterrase en el foso, su dorso cubierto de sangre se le une sudor y tierra por cada palada sacada del lugar.

—Es terapéutico... pierde cuidado —lo dice tras lanzar una gran cantidad de tierra fuera de la tumba.

Solo le preguntó, que tanto debía hacerlo y las profundidades del mismo. Los silencios no son molestos, al parecer ambos son amantes de no decir nada cuando no se tiene algo importante que decir.

—¿Desde cuándo haces esto?

Qué le interrogué sobre lo mismo le resulta extraño. Entiende, ya no es un desconocido y están compartiendo un asesinato, por lo que decide hablar. Se ha ganado su respeto al ver como asesinó a base de golpes a ese desgraciado.

—Desde los dieciocho años, al salir del orfanato —confiesa sacando un cigarro.

—¿Cómo entraste? —alza el rostro un instante hacia él solo para volver con su labor.

—Asesiné a un hombre, fui a prisión... —abre su camisa y le muestra la rosa en su pecho sonriente. —me bauticé allí.

El griego no presta atención a la rosa, tanto como a la cabeza de tigre que se alcanza a ver en su lado izquierdo.

—Bonito dibujo ¿Quién te lo hizo?

—En Florida, ¿Quieres uno de verdad? —le comenta sonriendo señalándole el suyo, un corazón partido a la mitad, una parte con espinas y el otro sangrando en llamas. —nos atenderá sin cita previa. ¿Qué hacías a los dieciocho? ¿Sexo, licor y viajes?

Niega sonriendo por primera vez y deteniéndose. Apoya ambas manos en la pala y acerca su barbilla, cuando cree no va a hablar empieza a decir.

—A mis dieciocho... —piensa mirando a Noah, quien ve pasar por su rostro una sonrisa cínica —estaba en el seminario y descubría que el pecado era dar por santos a esos bárbaros.

Sigue explicando cómo llegó allí y a que se dedicó, detalló con lujos de detalles y con algo de orgullo como se hizo expulsar. Convirtiéndose en el tormento de su madre que muy seguramente había respirado aliviada al creer se había librado de él.

—Sorprendí al obispo mordiendo pasto mientras era cogido por un sacerdote... —finaliza.

Lanza la pala encima del montículo de tierra que ha sacado de la profundidad del suelo y de un salto sale del lugar. Ayudado por Noah lanzan al miserable al foso, tiran el polvo blanco y está vez, decide ayudarle a cubrir la tumba.

—¿No tienes curiosidad de saber quien es tu madre? —pregunta y puede ver que en verdad se nota interesado —hay muchas historias de bebés que le fueron retirados de los brazos a su madre...

No era su caso, porque conoció en detalle quienes fueron sus padres. Cuando llegó la hora de salir, también pensó lo mismo que el griego y quiso ir por su familia.

Llevándose una enorme sorpresa.

—Tuve mis registros de nacimiento. —lanza una poco de tierra que cae en el cuerpo de la víctima y apoya su cuerpo en la pala —Una huérfana hizo una denuncia de violación, fue escuchada y dejada escrita, no prosperó cuando se supo que el agresor era un sacerdote.

El tipo no se sorprende y se limita a verle sin decir nada por unos instantes, hasta que de su garganta sale una risa fuerte y profunda que rompe el silencio en mitad de ese bosque.

— ¿Asesinaste a tu padre?

Y lo hizo sin tener remordimientos, pues no le importó a la niña de 13 años que murió en el parto. Porque las monjas se negaron a ayudarle a abortar por ser un pecado, como si el violar a una niña siendo sacerdote le hiciera a él libre de uno.

—Desde entonces en lo único que creo es en esto —saca de la parte trasera el arma que besa al tiempo que sonríe —y solo confío en mí.... Hasta el momento no me he defraudado.

—Tenemos mucho en común...

Lo suficiente para nacer en ese instante un afecto, cuando el último pedazo de tierra fue dejado en la improvisada tumba, ambos supieron lo suficiente del otro como para hacerse una promesa. La de hacer esto para develar el asesino de la madre de su hermano.

Antes de regresar a Moscú, el griego decidió hacerse en la espalda el rostro de un demonio. Una obra de arte para algunos, espantoso para los creyentes, pero que en él significaba todo lo que sabe sobre Dios y el diablo, le había dicho Noah.

La llegada a Rusia fue distinta a la salida, se despidieron en la entrada y Noah tiró al olvido la promesa. Tres semanas más tarde, cuando se disponía a descansar. Fue abordado por sus compañeros de apartamento e interrogado.

—¿Qué tal es? —pregunta Nikolái y los demás esperan respuestas.

Comparte apartamento con Nikolái, Estanislav y un chico amigo de este último. Los tres esperan por su respuesta y guarda silencio buscando las palabras correctas.

—No es lo que aparenta, en realidad me sorprendió —confiesa.

Aquel comentario no le gusta a sus compañeros y hasta se ven desilusionados; sin embargo, no tiene otra manera de describir lo que el tipo es. Es poseedor de una fuerza casi demoníaca y su estatura le ayuda en gran medida.

—¿Es todo? —se queja Estanislav —¿Qué se supone que debemos entender con eso?

—Tendrían que verlo en acción y hablar con él. Solo les digo que no es lo que se ve.

El primero en irse es el chico, el que parece más desilusionado de los tres. Le siguen Estanislav y Nikolái, eso sí, antes de irse le lanzan las tazas con restos del café que tomaban.

—¡Perra! —murmuran al unísono.

Esa misma noche y antes de empezar el turno nocturno le llamaron del bloque del mayor. Nadie llegaba a ese bloque si no era para salir muerto o ascendido y tuvo que aceptar, sintió miedo ante ese llamado.

Maldijo al entrar y ver al griego allí, imaginando que se había quejado, pero estaba lejos de la verdad. Le pedían ayudar a Vryzas con el reclutamiento de un grupo nuevo que estaba creando. Mientras William tenía el rostro tenso y la mandíbula apretada, su padre sonreía al decirle.

—Hicieron un excelente trabajo —lanza en la mesa varias notas de prensa de Londres y en todas está la desaparición de ese hombre.

No alcanza a leer todas y no hace falta, ha visto lo suficiente para darse una idea que el mundo se libró de una escoria más.

—¿Estás seguro de esto? —pregunta dirigiéndose a él —yo no tengo nada que perder... mientras que tú...

—Soy tan importante como tú, no te menosprecies.

Con esas palabras supo que había encontrado a un verdadero amigo. William insistía en que era una pésima idea, sin importar que la labor fuera "buena" y la paga aún mejor. El mayor insiste en que hay un sin número de solicitudes para ellos de personas que no han tenido justicia como quisieron.

Noah descubrió que no solo en la mierda había injusticia, la había en la alta sociedad. La gran diferencia era que ellos tenían como hacerla por sus propios medios y dinero. Al pobre solo guardaba la esperanza en una "justicia Divina", más elitista aún.

—Tienes hermanos, madre, sobrinos ¿Has pensado en ellos?

—No es necesario que muestre el rostro, otro será el contacto —dice el Mayor —y el pago es bueno William...

—Me importa cinco el pago, cuando está el apellido Vryzas en juego...

—Hermes... —comenta Alexis interrumpiendo a todos —sería un buen seudónimo ...

—Hermes—repite el griego —me gusta —finaliza con una sonrisa.

—¿Cuántos hombres necesitas?...

—Cincuenta —le escucha responder sin dudar. —¿Quién los escoge o bajo qué método?

—Huérfanos, somos los mejores—es el turno de responder a Noah sin dudar —y conozco a algunos...

Los mejores, piensa sonriente.

Fin del flash Back

El letargo de recuerdos acaba cuando el médico sale a dar noticias. La herida era de cuidado, él podría haber muerto desangrado si Noah no se hubiera devuelto.

—Le has salvado la vida—habla Axel con orgullo.

Angelo le dio sentido a la suya al hacerlo partícipe de la mejor manera de hacer el crimen.

Siendo la voz de los que no la tienen.

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