La horma de su zapato
Allí estaba la mujer quien Alexis insistió hace años no se acercaría a él siendo su apoyo. Acompañándolo en el sepelio de su mujer, sin que le importe que no la quiera allí. Asegura tener razones para ayudarle, incluso el aval de sus padres y el tío William lo confirmó.
Ha hecho retrospectiva y se ha dado cuenta de todo lo... hijo de puta que fue con ella. Después de esa vez, ella se distanció asegurando no estar en los mismos lugares que él en varios años. Vio su transición de niña a mujer, descubrió que el gusano se convirtió en mariposa y se sintió feliz por ella.
Nunca pudo verla como mujer, quizás por hacer parte de su entorno familiar o porque su alma oscura se lo impedía. Retira la rosa de su solapa y la lanza al fondo del foso, los demás hacen lo mismo. Permanece allí observando como la tierra empieza a cubrir el ataúd.
No la verá jamás, ni él o su hijo, todos los sueños que se hicieron se han ido al infierno. Inspira fuerte antes de dar media vuelta y avanza hacia los Ivannov. Sasha, William, Verónica y los hijos de la pareja.
—Gracias por venir —les dice estrechando las manos a cada uno.
—Si necesitas que nos quedemos —niega a Verónica y Giorgio, el mayor de sus tres hijos, pregunta.
—¿Seguro? Sé que debes declarar y te dirán el resultado del ADN.
Sabe el resultado de ese ADN. Instantes después que se diera el examen, alguien llamó al tío William y se lo dijo. Al salir bajo fianza recibió esa noticia que ha permanecido en su cabeza sin que logre sacarla. No era su hijo y era algo que sabía, pero que de alguna forma esperaba que estuviera equivocado.
—Yo me quedaré y Alexandra hasta que parta —habla el tío William mirándola a ella quien asiente.
—¿Le has dicho a tus padres? —la voz de Verónica es de preocupación y todos sonríen —¿Brasil? ¿Es que acaso en tu país no hay enfermos sin dinero?
—Se los diré cuando me acepten—responde con una media sonrisa tomando las manos de su tía —y necesito ese viaje tía.
Angelo no hace comentarios e intercambia miradas con Giorgio, ambos molestos. Le es increíble que ella necesite alejarse para que ese imbécil entienda ya no hay posibilidad. Puede entender que desee recuperarla, Sasha es una dama en todo el ancho y largo de esa palabra, por lo mismo él debió cuidarla. Es un hombre mayor y ella una chica inocente, hermosa y divertida.
¿Cómo osó despreciarla? Y ¿Por qué debe ser ella la que se aleje de su familia? Se abstiene de hacer todos comentarios al respecto y avanza al vehículo con Giorgio siguiendo sus talones.
—¿Qué opinas? —pregunta entrando al puesto de al lado y viéndolo directo a los ojos.
—Que matar a Mackenzie me resulta atractivo —responde con total tranquilidad y como si no estuviera en problemas precisamente por esos comentarios —Es decir —sigue apoyando las manos en el volante —ella 30, hermosa, divertida, miembro de una excelente familia.
—Gracias. —rueda los ojos y su casi primo sonríe divertido. —el viejo, prostático, con más deudas que dinero y una ex lunática. —sigue por él —se le presentó la virgen con ella y no supo aprovecharla.
—Y es ella la que debe esconderse del mundo...
En este mundo loco, es la persona de bien quien debe adaptarse al mal y le sigue pareciendo injusto. Enciende el auto y sale del campo santo sin poder contener el enojo que siente al saber que ella ha decidido irse lejos por Mackenzie.
—Está contigo, pues sabe que no se acercara a ella si te ve —asiente a Giorgio quien ve por la ventana—¿Te arrepientes de algo?
—¿Qué ganaría con ello? Lo bueno me dio alegrías y lo malo experiencias... lo demás fueron sobrecargos —Giorgio sonríe, pero sin emoción —¿Y tú?
—De no ser valiente en su debido tiempo...
—Eres el dueño de tu destino y conductor de tu vida... el tiempo es tuyo Giorgio... nunca es tarde para retomar el rumbo. —su comentario hace reír a su primo y él mismo.
Es curioso que diga eso cuando siente terror para enfrentar solo la educación de su hijo y a la sociedad. Teme que Anker sea señalado en algún momento por sus pecados o que acabe cargando con sus errores.
—¿Qué harás? —abandona del todo el lugar y en segundos están en la vía.
¿Por el momento? Ir a la estación, hacer la declaración, cuando esté todo resuelto pasará un tiempo con su hijo. Después de todo eso, no tiene claro que hacer salvo alejarse de Anker. Necesita dejar la empresa de Estambul en manos de Elvis y Sebastián, ambos serán los encargados de cuidar la herencia de Aydey que pertenece a su hijo.
—No hay un lugar para mí aquí Giorgio, lo intenté buscar por años sin resultados —confiesa—cree el mío y hoy día no tengo nada...
No deja de culparse por lo que fue obligado a hacer. Es injusto que su hijo tenga que vivir sin una mamá y todo porque un hijo de puta quiso joderle la existencia. Lo irónico en todo esto es que sea él quien esté con vida y tenga esperanzas de ser feliz, cuando era ella la que buscaba eso.
Libertad y felicidad.
Aunque, no se ve siendo feliz cuando le ha quitado a su hijo la oportunidad de tener madre. Giorgio no hace más comentario y le agradece ese silencio, se ha mantenido lejos de sus hermanos para evitar confrontaciones. Salvo Demitrius a quien es difícil mantener lejos, asegura, le necesita y no hay nada que pueda hacer para que se aleje.
Detiene el auto frente a la estación y se baja sin muchas ganas. No desea dar detalles de ese día, pero es consciente que su silencio le está haciendo ver como culpable. Será doble golpe para su hijo, su madre murió y su padre está preso siendo acusado por su muerte.
Y es culpable...
—Señor Vryzas por un momento creí que se fugaría —habla el oficial al verle entrar y mira a Giorgio —¿Cree que necesita de abogado? O viene a confesar.
—Soy familia oficial. Si tiene pruebas que demuestren que Angelo es culpable, será mejor si las entrega, de lo contrario absténgase de fingir ser competente cuando le ha quedado grande encontrar a quien incineró la casa y se llevó a su esposa.
¿Quién dijo que la vida es fácil? Por lo menos para él nunca lo ha sido. Declara lo que sucedió ese día, hasta el viaje que hizo con Alexandra, da el nombre del sitio, duración, pero no los motivos.
—Buscaba a personas que pudieran ayudarme a buscar mujer...
—¿En Israel y con una dama tan hermosa?
No le responde y se limita a verle en silencio. Angelo le entrega los datos de la presencia de Aydey en Japón, boletos de avión falsos, fotos de cámaras de seguridad donde se ven ella y Kanoe, datos de hoteles, restaurantes, etc. Sorprendido, mira todos los registros que Giorgio le va entregando y él va dejando en la mesa.
—No podría asesinarla, era la madre de mi hijo y esposa. La llevé a la isla, porque allí podíamos hablar lejos de Anker. Si alguien fue asaltado ese día fui yo y no ella... —finaliza.
(...)
Entra a la casa dos horas después cuando ha dejado a su primo, hermanos y madre en el aeropuerto. Pasa directo ignorando las voces de sus hermanos con el tío William en el salón.
—¿Cuándo es la boda? —la voz de Miles le detiene cuando ha puesto al pie en las escaleras —¿Es tu próximo movimiento?
—Te pido guardés... silencio —aquel tono bajo, ronco y lento debería ser de temer, pero Miles no conoce a su tío William como él —o te recordaré todos y cada uno de tus fallas... las de todos —sigue diciendo y Angelo sonríe divertido al empezar a subir.
—Cogerte a una prima, golpear a su esposo, malversar fondos de familia y trabajar con mercancía de dudosa procedencia—se detiene en mitad de las escaleras y sin girar finaliza—quizás por eso eras el preferido de mamá, eras igual a ella.
Lo que sigue diciendo lo ignora y bloquea, al mejor estilo de su niñez. Pasa por la habitación de Alexandra descubriendo que la puerta de su habitación está abierta y que ella está en la terraza con el móvil en sus manos. Se limpia las lágrimas rápidamente al verle entrar y suspira.
—¿Cómo te fue?
—¿Por qué lloras? —pregunta en respuesta y niega —¿Es él otra vez?
—Me aceptaron el currículo, debo presentarme en cuarenta días. Andrés se enteró —dice y suelta una maldición.
¿Por qué le castigan de esta manera? Ella no tiene idea que es ese imbécil el que debería estar llorando viendo las malditas viejas fotos juntos. Ha logrado ver el móvil, ha visto una foto de ambos abrazados o besándose ¿Qué mierdas importa cómo? Entre más tiempo pasa y más la ve sufrir por ese, aumentan las ganas desaparecerlo.
—¡Se lo dijiste! No hay manera que ese hijo de puta lo supiera por otros labios, sino los tuyos... ¿Cómo puedes ser tan estúpida? —le acusa.
Ella baja el rostro, avanza un poco más tomando su barbilla para que pueda verlo. Tiene sus mejillas y pestañas mojadas por el llanto, si su padre o hermanos la vieran así lo querían muerto como él, sin mencionar a su madre. Ella misma lo mataría a los golpes y el deseoso lo sostendría mientras lo hace.
—¿Para qué? —intenta bajar el rostro y se lo impide alzándolo —¿Querías que supiera lo que se pierde o que te ruegue un poco más? ¿Tan bien coge que no puedes dejarlo?
Sus ojos le ven sorprendida, un gesto que dura solo segundos, lo siguiente que ve en ellos es el enojo. Una mujer normal le abofetearía y es consciente que de haberlo hecho se lo merece. Sasha O'hurn, lanza su puño directo a la herida logrando que caiga de rodillas ante ella.
—Hija de... ¡Maldita sea Alexandra!
—No vuelvas a faltarme el respeto Angelo Vryzas porque no soy una de tus malditas muñecas —escupe furiosa. —el que esté contigo apoyándote no te da derecho a hacer esos comentarios. No tengo por qué hablar de mi vida privada...
—No te metas en la mía... ¿Deseas que no intervenga? —alza el rostro hacia ella y puede sentir el líquido caliente brotar de su hombro —entonces aléjate de mí, porque nadie que te estime querrá verte sufrir y por esa escoria.
Se levanta y se aleja de ella cerrando la puerta de un portazo. Mientras ella se arrodilla en la pared y observa las fotos donde se ve ella y Andrés sonriente.
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