¿La Amé?
Después de aquel recuerdo, hubo que deshacerse de los cuerpos. Aprovecharon que deseaban incendiar el puerto con ellos dentro y les devolvieron el favor.
—Nunca he pedido disculpas por mi sinceridad —le dice la mujer al dejarla en un hotel.
—Conocí a mi mujer Iroshka, tuvo muchos defectos... pero nunca haría algo para dañarme directamente. —detiene el auto frente al hotel y observa la moto de la rubia siendo conducida por su amigo. —alguien se aprovechó del vacío que yo dejé.
Alguien que lo conocía muy bien y no es solo Kanoe, pues este lo conocía en el mundo en el que se movían. Podría ser por Jedrek o Alessia, a ambos los había ayudado a esconderse muy en contra de las órdenes de Sergey. Con excepción de Noah e Iroshka, nadie más sabia el paradero, nunca quiso saberlo.
El problema entre Sergey y Jedrek, fue más allá de Alessia, se remontaba a la época en que fue adoptado y viajó años más tarde cuando quiso formar un hogar normal en América. Jedrek acusa a su padre y hermano de la muerte de su prometida, quien estaba en embarazo. Algo que, según él, lo hicieron por la misma razón que alejaron a Alessia de él.
Para que aceptara el cargo de su padre.
—Haré por ti lo que hiciste hace años por Alessia y por mí —le dice abriendo la puerta del auto y sacando una de sus largas piernas al asfalto —ve con tu hijo, cuando le tenga un nombre y el sitio... Te llamamos.
Niega, no es un hombre que deje a otros el trabajo que a él le compete. Era su casa, sus hombres, fue su mujer quien fue dañada, a él le tocaba hacer justicia.
—Si nunca deja en manos de otros su trabajo ¿Por qué Anker debe ser educado por Russo? —le pregunta directamente —eres su padre, nadie mejor que tú para educarle. Convierte ser padre de Anker en tu mejor trabajo... nadie sabe lo difícil que puede ser para un niño crecer sin una figura paterna.
Diciendo esto sale del auto dando por hecho que será obedecido. Noah ocupa el sitio que ha dejado rápidamente y ambos se dirigen en silencio hacia la mansión Vryzas.
—¿Qué opinas?
—Iroshka esta demente —dice sin más y sonríe ante la explosión de ira repentina —pero tiene razón, ella solo se retiró de los Cincuenta los chicos, tampoco... tiene apoyo. A ti, por el contrario, te han advertido lo que sea hagas estas por tu cuenta.
Pueden entrar y salir sin que su presencia cauce malestar. En algunas ocasiones no se trata de quien sea valiente o derrame sangre, es cuestión de estrategia. Detiene el auto a una palmera y saca del bolsillo de su camisa la tarjeta dorada que le entregaron el día del retiro.
Hay en el mundo varias de ellas, él y su tío William tienen una. No hay mayor uso para ellas, salvo para la elección de un líder y pronto debe escogerse el sucesor. Hace muchos años era dado por herencia, como si se tratase de un trono, hoy día ha cambiado un poco.
Cada líder de cada continente, de cada unidad, debe ser escogido con base en su trayectoria. Su nombre será llevado a elección siempre y cuando recorrido dentro sea digno. Por más que lo ha intentado, Sergey no ha podido hacer de Vladímir alguien digno de representarlos. Por años el nombre Levenev ha estado a cargo de esa zona, que caiga en otras manos en deshonroso.
—Creo que Jedrek sería un buen líder... pero ha sufrido demasiado por ser un Levenev, no siéndolo.
Si todo lo que ha ocurrido a su vida, fue por ese plástico dorado, no lo quiere. Siendo Noah el segundo dentro del grupo es quien le corresponde y se lo alarga.
—Si algo me pasa, ve a esa reunión y asegúrate, Sergey, lamente haberme tocado las pelotas —le hace prometer.
Por un instante no hace o dice nada, tampoco recoge la pequeña pieza. No necesita de esos privilegios o de los dineros que ha acumulado. Ante la negativa de su amigo de tomarla, la deja en sus piernas y estira la mano a la parte trasera del vehículo, de donde extrae un maletín que deja en medio de sus piernas.
—Siempre tuve claro que ese dinero era maldito y nunca quise usarlo —le explica y su compañero ve el maletín marrón —la mitad de ello será entregado a partes iguales a los que quedan (incluyen a Iroshka) —aclara y Noah sonríe —el resto es tuyo y de Jaz... mi regalo de bodas.
—¿De qué vas a vivir?
Su hermano le dejó un dinero bien invertido, uno que se ha dedicado a invertir sin tocar. Recibe regalías por acciones en empresas que no tiene idea y que ha vuelto invertir en más acciones.
—Si voy a educar a mi hijo, que sea con dinero legal, es un Vryzas y como tal vivirá —aclara y estira la mano hacia Noah. —Fue un placer trabajar contigo, gracias por tantos años de, lucha y constancia. En adelante, para encontrar a quien dañó a Aydey, será con mis medios.
Se tomará el tiempo de ser padre y buscar culpables, no será fácil, pero está acostumbrado a que la vida le patee el trasero. No va a quitarles que le ayuden, pero no va a quedarse de brazos cruzados mientras otros arriesgan su vida. Jazmín no le perdonaría si Noah sale herido por alguna razón.
—Alexis Ivannov, me dijo alguna vez que el mejor lugar de todos los que visitó para vivir, fue América —recuerda con una sonrisa —fue el único sitio que se sintió seguro.
—Se lo diré a Jaz...
Estrecha su mano, una última vez retira la llave que le entrega también saliendo del lugar. Recoger a su hijo en San Juan y buscar un sitio tranquilo en algún lugar de América será su nueva meta. Un lugar en donde ambos puedan llevar una vida normal y su hijo tenga amigos reales.
Siempre había estado rodeado de hombres, la gran mayoría de sus trabajos los hizo de esa manera. Encontrar a quien destruyó el mundo de su familia, era para él un acto de honor que había que hacer solo.
Se baja del vehículo con la sensación de paz que nunca ha sentido. Hay quienes aseguran haberse sentido así tiempo antes de morir y era la manera que tenía su cuerpo de decirte "Estoy listo para el último viaje".
(...)
Sasha observa posa frente al espejo y alza la remera por el costado derecho de su dorso. Se ha realizado tres tatuajes, uno de ellos es la imagen de un hada encima de una luna adornada con flores y sosteniendo en sus manos un corazón. No tiene muy claro el significado, aunque el tatuador le dijo algo sobre sentirse libre y querer en su vida la magia que aquellas criaturas transmiten. En su mano derecha se ha dibujado el ojo de Horus y a este sí que le sabía el significado.
—Espero esa mierda sea lavable Alexandra —la estruendosa voz de Angelo la hace alzar el rostro, pero no se borra la sonrisa.
—No lo es —responde segura —y eres el que menos puede criticarme. Cierra la puerta. —le pide y sus cejas cobrizas se juntan y le mira con sospechas, pero obedece.
—¿Cuándo te hiciste eso?
Tuvo mucho tiempo, él ha decidido huirle y ella quiso explorar la ciudad sola. Tropezó con una tienda de tatuajes, pidió referencia en la web y leyó solo comentarios positivos.
—He tenido tiempo sola, he estado pensando en mi vida. Mi amigo me tiró de cabeza con mis padres contando algo que solo me competía a mí —se encoge de hombros antes de bajar la remera y enfrentarle.
Se sienta en la cama mientras ella va por las valijas, esta noche abandona la ciudad y en tres semanas estará en el sitio que será su hogar por seis meses.
—¿Esperas que te busque? —pregunta luego de una pausa. —por eso te vas lejos, esperas que te siga y te diga cuanto te ama.
Ella está por tomar un paquete de camisetas y detiene el gesto al escucharle aquello. ¡NO! Repite su mente tomando el paquete y dejándolo en la cama. Ella solo quería un tiempo de paz y saber que su profesión fue útil en el sitio correcto.
—Me marcó esa ciudad...
Podría decirse que su vida se divide en un antes y un después de ir con él. Angelo no le dice nada y en los siguientes minutos se limita ayudarle a ayudarle con el equipaje. Cuando les toca el turno a las bragas retira las manos como si hubiera visto una granada sin seguro lo que le hace reír.
—Odia los tatuajes, recuerdo solía señalar siempre eso —dice al fin —El problema lindo, es que quizás cuando se dé cuenta lo valiosa que eres... podría ser tarde. Quien te ama te lo demuestra, sin que tengas que incitarle.
—¿Cómo le demostraste que la amabas?
La pregunta sale de sus labios tan rápido que no es consciente de ello hasta que la ha acabado. Era obvio que la amaba, se desvivía en regalos y en cuidados, iba con ella a vacaciones a San Juan o a Grecia en las navidades.
Toma en sus manos una remera negra que se ha salido del grupo y empieza a doblarla en sus piernas. Se ve en apariencia calmada y puede ser para algunos el mismo de siempre, pero hay una tristeza que por más que la oculte no pasa desapercibido para ella.
Sasha tiene la esperanza que Andrés está vivo y en algún momento pueden volver o reconciliarse. Angelo no cuenta con esa dicha, su único lazo con este mundo es su hijo.
—Cree un mundo perfecto para ella. Aydey sufrió mucho y juré hacerla feliz —sus manos doblan por última vez la pieza que deja encima de la ropa oscura y suspira —sin darme cuenta de que la metí en un globo de helio y mi mundo estaba lleno de alfileres. Sé que para muchos yo soy el causante de todo al dejarla sola y no cuidar de ella... pero hice lo creí era correcto.
—El tío William me contó algo de eso ... —comenta sentándose a su lado y tomando sus manos —me dijo que le diste a escoger vivir en cualquier otro sitio y escogió a tu lado... eso quiere decir que te amaba.
—¿Sabes que me pregunto una y otra vez? —pregunta sin dejar de ver las manos entrelazadas —Si nos amábamos tanto, porque nunca quise salir y otro pudo entrar sin problemas.
Observa ambas manos entrelazadas y se queda en silencio. Los dedos de su mano libre dibujan el contorno de su diseño distraído. Ella ha visto su turbación al ver el contraste entre su piel, debajo de esa tinta se esconde un buen corazón.
Angelo ha dedicado casi veinte años de su vida a ayudar a personas en todas las crisis y no habla del trabajo dentro de la mafia. Allí donde lo ven con su más de dos metros, bordeado de oscuridad, como ha querido verse por pretender ser una bestia.
Su grupo se detenía de vez en cuanto y realizaba trabajos a personas que no podían pagarlo. Gracias a él, hijos regresaron a brazos de sus padres, esposos, a sus hogares y libró a más de una mujer o niño de tener que ver a su abusador burlarse de ellos porque la policía no pudo apresarlo.
—¿La amé en verdad? O solo busqué una madriguera de piel y huesos para no morir de frío —confiesa moviendo sus manos entrelazadas. —me di cuenta de cuanto la amaba demasiado tarde... tal cual le pasará a Mackenzie contigo. Estarás besando otros labios y siendo feliz con quien te merezca, mientras él tendrá que resignarse a verte hacerlo sin él.
¿Y yo? Creyó verle en su rostro confundido ¿Qué esperanza tiene él? Si la mujer por la que quiso salirse ya no está...
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