Justificaciones y Resultados
Angelo está en la terraza con el cigarro número cinco en menos de dos horas. Sasha lo observa aún somnolienta, el frío se colaba por su espalda haciéndole despertar. Estira su mano hacia la mesa de noche en busca de su móvil, si el objeto aún funciona son las dos de la mañana.
Mira un mensaje del número privado de su tío William que le hace fruncir las cejas "Llámame, no importa a que horas leas esto". Más intrigada que preocupada, decide no llamarlo, sino enviarle un mensaje de vuelta.
"¡Son las dos de la mañana!" A él puede parecerle normal, pero está segura, su tía Verónica no tiene el mismo pensar. Apoya la cabeza en la almohada una vez envía el mensaje y gira su cuerpo en dirección a la terraza. La mirada perdida, hombros tensos y la turbación en su rostro, para ella es palpable ambas cosas. El ruido del móvil la hace buscarlo y sonríe al ver el nombre de la persona que llama.
—Linda ¿Dónde están?
—¿No duermes? —cuestiona a la voz profunda detrás de la línea. —aún no nos hemos ido, esperamos... Realmente no sé que esperamos.
William suspira del otro lado y Sasha se acomoda en la cama. El hombre detrás de la línea gozaba del cariño de todos, no solo por habérselo ganado, también por el pasado negro que tuvo. ¿Se imaginan despertar cierto día y que te digan eres adoptado? ¿Buscando respuestas descubres que eres producto de una violación y que el causante de la misma es tu abuelo?
William Ivannov, no solo tuvo que soportar la humillación recibida por no ser un Vryzas, también el descubrimiento de todo lo que su madre sufrió, acoso, secuestro y violación por parte del hombre que le dio la vida y se creía con el poder de quitársela.
—¿No te lo ha dicho?
—No, solo que estamos buscando ayuda para encontrarla —responde sin despegar los ojos de Angelo —no se ve bien.
—No lo está —suspira fuerte antes de seguir, mientras ella espera por respuestas —Si lo que acaba de pedir tiene los resultados que espera, tendrá que aceptar, fue traicionado. —comenta y puede sentir el dolor en sus palabras—si es todo lo contrario, Aydey es inocente y está en manos de un hombre que no distingue de sexo o religión a la hora de cometer venganza. Kai Kanoe no tiene el mismo grado de valores que Angelo... ten en cuenta como inició en esto.
Aún le cuesta aceptar que hay delitos buenos y malos, justificar el daño a otro ser humano no es algo que como miembro de la medicina pueda entender. Tras hacerle prometer hablar con su padre a primera hora de la mañana siguiente y viajar en cuanto tenga oportunidad cuelga. Se baja de la cama acercándose a él intentando no hacer ruido y tomarlo por sorpresa.
—Son las tres de la mañana, hora de los espíritus —sonríe bajando los hombros derrotados y pasando una mano por su cintura —¿El tío William?
—¿Alguna vez se te escapa algo? —reclama y asiente soltando el humo que se expande en el aire.
—No me aseguré que estuviera muerto y creí en las palabras de un "colega" —empieza a decir y ella cierra los ojos al notar su voz dolida —mi mujer quizás me engañaba y aun en este instante no puedo ver algo raro en sus acciones.
—Yo le doy el beneficio de la duda, nadie es tan estúpido para engañarte y no por ser quien eres —aclara al escucharlo sonreír —es por lo que hay dentro de esa piel oscura, nadie más que yo sé lo tierno que puedes ser.
Tira su brazo hacia atrás atrayéndola hacia el frente y le abraza fuerte, al tiempo que le recuerda lo hace porque es la preferida del tío William. Sin mencionar a su madre a la que manera inteligente le tiene respeto.
—En realidad es miedo, ¡Acéptalo! —le insta y sonríe.
Recuerda las interminables disputas, pues a Ivanna no le gustaba que él hablara mal de las mujeres. La lógica de Angelo era que no las veía como mujeres, para él todas las damas de la familia eran asexuales y no le daba el título femenino. Estaban exentas de todo señalamiento, pues eran incapaces de dañarle o él hacer algo en su contra.
—¿Cuándo tendremos noticias?
—Cuento con cuarenta y ocho horas para ello —Sasha le retira el cigarro que lanza al suelo y él pisa con la punta de su zapato sin que el gesto le moleste. —tendré noticias luego de ello, buenas o malas.
Asiente pegándose a él y contemplando la noche estrellada y la diferencia social estaba allí en sus narices ¿Era posible que viviera en una burbuja? ¿El calor de un hogar y los lujos le hizo no ver a su alrededor? Las recriminaciones estaban en su cabeza desde que llegó a ese país.
No lograba sacar las imágenes vistas dentro del auto a pocos metros de allí una familia no poseía la misma suerte que ellos. Un techo donde llegar, una cama caliente donde dormir o un plato de comida, cosas básicas que ella posee sin darle el valor que se merece.
—Vincent está enojado —Sasha asiente mirándole a los ojos viendo en ellos la tristeza —no soy buena compañía para ti y no le culpo por temer, eres una diosa que no merece tan oscura compañía.
—No seas idiota Angelo...
Su padre estaba irritado, le exigía alejarse de ese sitio y de Angelo. Lo primero estaba de acuerdo, en lo segundo sin lugar a dudas no podía obedecer. Pocos contaban con la suerte de conocer a la persona debajo de tanta tinta, como ella. Angelo está sufriendo y no lo aceptará, el orgullo le impedirá pedir ayuda.
El tío William había advertido que estaba afectado, ambos lo conocían lo suficiente para llegar a esa conclusión. Sus pensamientos estaban divididos, por una parte, estaba los hombres dados de baja, por la otra la desaparición de su esposa junto con las sospechas que es culpable.
—No me iré de aquí sin ti —confiesa segura —no estaré mejor cuidada que contigo...
Además, que había tomado una decisión y esos días a su lado podrían significar los últimos que compartieran. Necesitaba llevarse un recuerdo de ese viaje que le había proporcionado paz y muchas revelaciones.
—Escucho tus gritos Alexandra ¿Qué te turba?
—En eso —señala la vista frente a ella y su dedo índice va de izquierda a derecha —y en que puedo poner un granito de arena para ayudar. Alguien me dijo una vez que no podía regresar a casa y olvidarse de la escoria humana.
En aquel entonces ella no lo entendió, ambas situaciones son distintas a Angelo, lo motivo el odio por la perdida de su hijo y luego de su hermano sin que nadie pagara por ello. A ella, la sensación de que hay muchas personas que requieren atención médica y no cuentan con el dinero para acceder a ello.
—Cada día que pasa me confirma aquella realidad "conocí a la persona correcta en el momento equivocado"
Unas palabras que si bien llegan tarde, alivian y sanan una parte de su corazón que sangraba aún por ese rechazo. Se quedan en silencio contemplando la oscuridad hasta que la luz del sol empieza a aparecer.
Veinticuatro horas después ...
Dar explicaciones, los reclamos, recibir órdenes o acatarlas no era algo a lo que Angelo estuviera acostumbrado. Una de las tantas razones por las que este mundo le gustó fue precisamente eso, podría ser él sin tener que medirse y la hipocresía pasaba a un segundo lugar...
Entendía que debía explicar sus motivos por poner a Aydey Müller en la lista de traidores. Debía dar respuestas tanto como recibirlas, las exigía y fue el principal motivo por lo que la visita a este país se amplió.
A él le dieron una isla privada en que vivir, un sitio al que le prometieron no estar en el mapa. Exigía saber las razones por las que un lugar que prometieron estaría protegido había sido asaltado por Kai, un enemigo a quien se le dijo estaba muerto.
Él pagó porque ello sucediera, le pidieron motivos y los entregó. Estuvieron de acuerdo en el peligro que representaba para todos y le brindaron carta abierta para ejecutarlo. Al llegar al sitio que aseguraban estaba... había fallecido y le mostraron un cuerpo calcinado. El jefe de ese miserable fue él reconoció el cadáver y era a él quien le debía explicaciones.
El encuentro con los demás estaba previsto para esa noche. Solo debía esperar que su inquieta acompañante se durmiera y/o decidiera subir a la suite, algo que no sucedería pronto. En esos momentos insiste en tomarse una foto con él y otras en solitarios ambos.
Debía subir las escaleras, para luego fingir bajarlas, como modelo Versace. Tomarse el puño de la camisa o llevárselo a su quijada, fingir pose interesante, en resumen... parecer un marica.
Y él no lo era.
—No voy a posar Sasha, no soy tu bufón. —le pide ya exhausto de negarse tantas veces.
—Solo debes mirar a la cámara y ser tú... —ruega apoyando una mano en su ante brazo y su mejilla en su pecho — Quiero tener un recuerdo de esta época, decir. Yo ayudé a que Ángelo recuperará a su esposa. — alza su mano y señala en el aire cada que lanza una palabra.
—Eres demasiado optimista agápi mou.
Aleja su cuerpo del suyo, va hacia las escaleras y Angelo suelta el aire aliviado. Ha pasado todo el tiempo esperando por esa reunión y por ella no ha podido hacerla. Cuando cree se ha rendido vuelve al ataque al girar hacia él.
—No vamos a vernos en mucho tiempo, tú te radicarás en Grecia y no iras más a Moscú. Yo he decidido no vivir en New York, necesito un cambio de escenario.
— La respuesta sigue siendo no Alexandra, a no ser que uno de las dos mueras (algo que no va a ocurrir) podremos vernos siempre que así lo desees.
—Por favor —ruega juntando sus manos y Angelo resopla —te haré retoques para que te veas aún más sexy.
Cruza sus brazos sin que el rostro cargado de ruego le haga caer, aunque está casi. Sasha ha decidido enviar su currículo a una fundación que opera en América latina. Diversos especialistas en todas las áreas de la salud al servicio de los menos favorecidos. Lo había decidido al llegar a este país y al ver la diferencia social tan palpable.
Contaba con un sinnúmero de detalles y experiencias en su haber para recomendarle no huir. Todos ellos los aprendió a base de cometer sus propios errores y ella necesitaba caer, levantarse, llorar, para poder reír.
Él aún esperaba la etapa de alegrías.
Odia la idea de no verla en el entorno en normal, ha aprendido a dejar ir cuando no cuenta con las virtudes para que se quedasen.
—Si lo haces, me iré a dormir y tú te vas a donde sea debes ir —arquea una ceja y sonríe encogiéndose de hombros —te conozco desde los 21, puedo deducir cada uno de unos pensamientos con solo verte.
En realidad, es desde los 25, pero es muy importante ese dato, lo delicado de todo es que haya descubierto su inquietud. Está perdiendo el toque, la pérdida de sus hombres le ha hecho vulnerable. Acaba cediendo en el segundo sermón (que odia) y dos sonrisas después (su debilidad).
—Tus ganas, pero...
Alza el dedo índice hacia ella de manera amenazante o eso pretende, aunque no tiene los resultados que espera.
—Me acompañarás a dormir y he irás con el barman...
Sigue vociferando que todo lo que debe soportar por una simple foto, que acabará amando más Ángelo que ella. Sin prestar atención a sus desvaríos, se deja retirar el saco, la corbata y hasta le permite sacar algunos botones de la camisa.
—¿Todo esto es importante Sasha? —pregunta incómodo ante su cercanía.
—Tú solo sonríe y vete bonito. —responde distraída.
Está concentrada en la labor de retirar los botones y le escucha dudar entre sí son dos o tres. Una vez que se decide, alza el rostro hacia él fijando sus ojos grises en los dorados de él.
—Esta foto adornará mi chimenea, haré varios retoques.
Sigue diciéndole que imaginará, él tomó en cuenta sus ruegos hace más de quince años y no fue a la caza de los asesinos de Eros. Alexandra supo desde el primer momento de su decisión de la que siempre estuvo en desacuerdo. Se arrepiente de muchas cosas, tantas que haría una lista extensa. En ninguna aparecerá vengar la muerte de su hermano o seguir con los cincuenta.
Sasha avanza primero que él, permitiéndole degustarse con su cuerpo que hoy adorna un vestido rojo hasta las rodillas ceñidos al cuerpo. El contraste de la prenda con su piel y el bronceado adquirido en Atenas le impiden no ver a ningún lugar salvo ella. Se detiene en la puerta del lugar y gira en dirección a Angelo sonriendo de manera inocente, él sabe que es una diabla con rostro angelical.
—Estaré al lado —señala y asiente —si necesitas algo urgente se lo dices a él —llama al hombre que está en la puerta de la suite de Young y le ordena —llévala si es urgente y no te retires de esa puerta. —le advierte.
—Como ordene...
—No te quiero en ningún otro lugar.
Su acompañante ríe al notar el rostro serio y la mirada asesina que le brinda al pobre hombre a quien saluda antes de entrar. Avanza hacia el lugar encontrándose en el interior no solo a Young, al jefe de este, el de Moscú y el de Silicua en la misma habitación.
—Imagino debo sentirme alagado.
Habla al cerrar tras de sí, saca el arma que deja en la entrada y avanza hacia los cuatro. No necesita ser revisado, no solo por el prestigio que tiene sino porque saben, no necesita de un arma para asesinar, pocas veces recurre a una. Se sienta en uno de los sillones retirados y espera por las preguntas.
—Aydey Müller, es la madre de Anker Vryzas...
—¿Tienes algo que decir?
Los comentarios son al tiempo y los escucha a todos en silencio antes de empezar a explicarse. Cuenta con diversos motivos para sospechar de Aydey y no en ninguno de sus 15 hombres (los mejores de su grupo). Saca de su chaqueta el dibujo de su hijo que entrega al jefe directo de Kanoe.
—Xen... esto lo hizo mi hijo luego que el psicólogo que enviaste le entregara el material. ¿Puedes ver lo mismo que yo o debo explicarles?
—Es bueno... invierte en esto —dice el hombre antes que cualquier cosa señalando el dibujo —el Sensō-ji.
Partes emblemáticas del templo budista que puede verse como otra de las tantas casualidades si no fuera porque Kanoe tiene un apartamento en donde puede verse justo lo que su hijo dibujó y luego borró. La imagen del malnacido desnudo que aún le atormentan y aquellas palabras escritas en japonés que intentó borrar, pero que dejó rastros suficientes para él leer.
Su hijo no habla japonés y hasta donde tiene entendido su mujer tampoco. No hay en los registros de profesor de ese idioma, aunque si tiene un profesor, pero de Jiujitsu nadie le dijo que era de ese país. El registro que le entregaron fue de un americano hijo de padres nipones y él le conocía.
—El resultado de esta cacería te dará respuesta —el ruso deshila su movimiento de manera sencilla y Angelo afirma —una decisión muy difícil hermano.
Lo era, si aparecía muerta, su esposa era inocente y sufrió, pues Kanoe le haría pagar con ella. Siempre tomaban la parte débil para causar dolor y Angelo solo tenía a su mujer y a su hijo. En su mente, Aydey es más culpable que inocente y ello le hace todo más doloroso.
—La mujer —empieza a decir Xen —antes del chico encerrarse le dice "nos vamos", en japonés.
Inspira fuerte y suelta el aire de manera lenta mientras recibe una rosa amarilla con la tarjeta dorada y una llave. La leyenda en la tarjeta es simple y le da un oasis en medio de tanta mierda. Ella pudo ser engañada, Kanoe era muy astuto, intenta justificar su accionar pese a que no ve otros motivos.
"Por los servicios prestados, el tiempo servido y el daño causado.... Eres libre"
—Nosotros nos encargamos de nuestros problemas —habla el siliciano levantándose —Camorra y los aquí presenten firmarán tu libertad junto a la de aquellos que deseen acompañarte.
—Lo que ocurra desde que pises Atenas es tu responsabilidad —sigue diciendo Young —lamento mucho tus bajas... pero tienes lo que deseabas.
Y a su hijo, con que puede iniciar una vida en cualquier sitio... Ríe ante ese pensamiento estrechando las manos de los presentes.
—Nunca pensé en aceptar esto... pero nada será igual sin ti—Moscú no se caracteriza por ser sentimental y que lancé esas palabras le da un poco de fe en la humanidad.
—Vayan a terapia.
Se lleva la rosa a su nariz, toma la tarjeta, llave y su arma saliendo a los pasillos. Tropieza con Sasha en la puerta quien está al teléfono con alguien y le entrega el móvil rápidamente.
—La encontré... Está embarazada. —habla Noah —está con el niño y tus hermanos me es imposible hacer algo aquí...
—Llévala a la casa, a mi casa —le pide —arribaré directo allí.
Cuelga la llamada observando a Sasha quien le mira con rostro sonriente. Angelo ha pedido llevar el equipaje de ella a Atenas, no tiene un motivo coherente salvo quizás dilatar la despedida entre ellos dos. Hoy día ve acertado esa decisión y le devuelve la sonrisa.
—Supongo que en Atenas no decimos adiós...
—Podría ser un hasta luego —le interrumpe —nunca se sabe lo que depara el destino.
Era un hombre libre, con un hijo que se llevaba bien con Sasha y necesitaba un lugar lejos de todo para iniciar. Su hijo no crecería al lado de su madre, porque era imposible creyera en ella cuando todo la culpaba.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro