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Capítulo 7

-Fue suficiente por hoy.

Mamá me detiene de mi entrenamiento antes de que nuevamente me hiciera daño entrenar así. La miré agitada y asentí. Realmente no lo hacía apropósito, solo no me daba cuenta de que sobrepasaba mis límites de nuevo.

La semana después de aquel suceso con... Touya... pasó. Para distraerme me puse a entrenar mucho más que antes de eso, quería ser la mejor, pasar ese examen como si no fuera nada. Pronto llegó el gran día, estaba más que lista y tenía confianza en mí de que podría hacerlo.

En la presentación del examen explicaron cómo sería que conseguiríamos puntos. Debía destruir robots y eso era realmente sencillo. Nos dividieron en grupos diferentes, y nos mandaron frente a las grandes puertas donde detrás de estas estaban los robots. Bostecé llamando la atención de la mayoría.

-¿No estás nerviosa? -pregunta una chica mirándome.

-¿Debería a caso? -respondí despreocupada con una mano dentro del bolsillo de mi pantalón.

Ella me mira haciendo una mueca de desagrado por mi actitud y se aleja. Ya me daba igual qué pensaran de mí. Cerré los ojos un segundo pero escuché pasos acercándose.

-Pero miren quién es... -miré junto a mí-. Hace tiempo que no te veíamos... ______

Enarqué una ceja a la par que inclinaba mi cabeza hacia un lado.

-Tú... ¿quién eres...?

Ellos tres casi parecieron caerse de espaldas al suelo por mi pregunta pero el del medio, que ciertamente se me hace familiar, se acerca a mí como si tuviera rabia o algo por el estilo.

-¿Qué te pasa, idiota? Estás peor que antes -me agarra por el cuello de la remera-. Te sigues creyendo la gran cosa.

Miré su mano como si me diera asco, recordé al chico y aquellos dos de atrás. Por su temperamento es muy fácil hacerlo.

-Aha, dime... -agarré su muñeca y la aparté de mí- ¿Tardarás mucho en hablarme o tengo que sentarme?

-Tú...

Podía ver como una vena saltaba en su frente y pareciera que iba a atacarme en cualquier momento pero uno de los de atrás lo agarra por el hombro.

-Suficiente, Kai. Déjala, ya está por empezar el examen.

Kai, mira a su amigo con resentimiento y molestia por haberlo detenido. Vuelve su mirada hacia mí cuando yo suspiré aburrida.

-¡Tsk! -chasquea la lengua apartando bruscamente la mano de su amigo y alejándose.

El otro le sigue pero el que lo había detenido se voltea a verme, me mira de pies a cabeza y pude notar una leve media sonrisa antes de alejarse y acompañar a su amigo el temperamental. Resoplé aburrida de ellos y me alejé.

Todos nos preparamos cuando estaban por dar inicio a la prueba y en cuando las puertas se abren y nos dan luz verde, salimos corriendo. Oh bueno... yo salí volando, adelantando a la gran mayoría.

Yo volé por sobre todos y alcancé a los primeros robots, destruyéndolos al instante a puño limpio y patadas, casi que no les dejaba nada a los demás. Salté a la cabeza de uno y cuando otro iba a golpearme lo esquivé dejando que golpeara a su amigo robot y destrocé al otro.

-Hm... -terminé en el suelo mirando a mi alrededor.

Algunos comenzaron a preocuparse por no tener tantos para sumar puntos gracias a mí, otros permanecían sorprendidos por mi destreza. Los tres chicos me miran, Kai aprieta los dientes y se aleja rápido con su otro amigo, pero el que lo había detenido se me queda mirando asombrado y... parece ser que volvió a sonreír. Dejó de mirarme y fue a por sus robots, volví a lo mío hasta que el examen terminó y yo quedé entre los primeros mejores.

Pasé por en frente de Kai y sus amigos y sonreí con altanería.

-¿Qué tal? Ahora sí tengo razones para creerme la mejor, ¿no lo crees?

Lo miré de reojo con esa sonrisa que lo hizo rabiar aún más, no dejé de caminar y me alejé de ellos mientras escuchaba las quejas de Kai porque él había sido de los últimos y sus dos amigos, por más puntos que consiguieron acumular, no pudieron alcanzar lo necesitado.

***

***

Llegué al lugar, apreté en mi mano el dije de aquella tarde y lo busqué, aunque no fue difícil encontrarlo. Ya me conocía el camino de memoria. Suspiré profundo y me senté, recostando mi espalda contra su lápida.

-Pude entrar a la U.A... ¿Estás feliz por mí, Touya? -murmuré sonriendo con desánimos, me quedé en silencio mientras miraba el dije-. Se supone que no encontraron tu cuerpo... ¿Qué enterraron entonces?

Aparté el dije y miré al cielo, recostando mi cabeza contra el borde de la lápida. Seguí hablando, o manteniendo el silencio. No importaba lo que fuera, solo quería quedarme allí, y lo hice hasta que comenzó a atardecer y tuve que regresar a casa. Me levanté perezosamente y apoyé mi mano sobre la lápida.

-Me tengo que ir... Nos vemos, Touya -me alejé deslizando mi mano sobre su lápida hasta soltarla y meter ambas manos en mis bolsillos.

Salí del cementerio con la cabeza agachada, pero sentí una presencia conocida cerca de mí y al levantar la cabeza, vi recostado contra la entrada del lugar a aquel chico. Aún no recuerdo su nombre.

-Creí que no saldrías -comenta sintiéndome.

-¿Qué haces aquí? -pregunté.

-Te vi entrar y... quise hablar contigo, pero no quería interrumpirte...

-Aha... -lo miré frunciendo el ceño pero quise seguir caminando.

-Oye, espera un segundo... -sentí que su mano rozaba la mía y por instinto lo empujé con mis alas.

-No me toques. -hablé entre dientes.

No iba a dejar que una de las personas que más burla me ha hecho y que me ha golpeado vuelva a tocarme.

-Lo siento -responde levantando las manos y una mirada cabizbaja.

-Deberías. Me tengo que ir.

-Lo digo en serio, ______ -me detuve-. Lo siento por todo... no te merecías nada de lo que te hemos hecho.

-Eso no borra nada.

-Lo sé, pero te aseguro que quiero remediar mis errores.

-No sé como lo vayas a hacer, porque no quiero tenerte cerca de mí nunca más. Aléjate.

Él se me queda mirando como yo a él, pareció dudar pero finalmente suspira.

-Estás muy linda, y eres muy fuerte. Lo hiciste genial en la prueba, me has sorprendido.

-¿Y eso a mí qué? No me importa.

-Quiero empezar de nuevo contigo, demostrate que no soy tan imbécil ahora como lo fui de niño al seguir a Kai.

-Ni siquiera recuerdo tu nombre, ¿crees que en serio me importas? -fruncí los labios.

-Ryo... Me llamo Ryo.

Apreté los dientes con frustración pero suspiré calmándome.

-Ya te dije que no me interesa. Además, sigues andando con él, ¿no? ¿Piensas que así te puedo tomar la palabra?

-Entonces... que bueno que dejé de ser su amigo ayer, me di cuenta de que no había madurado nada cuando se trata de ti.

Sinceramente me sorprende pero en realidad no quería creerle porque tipos como él solo dirían cualquier cosa para parecer los buenos. Debo cuidarme de él...

-Por favor ______... quiero tu perdón, déjame intentarlo al menos. Si después de eso sigues sin perdonarme, lo aceptaré y te dejaré en paz.

Me quedé en silencio un tiempo en lo que pensaba, apoyé una mano en mi frente y me di vuelta.

-Haz lo que quieras. No me importa.

Empecé a alejarme pero pude escuchar sus celebraciones, como si fuera un niño pequeño y alegre. Solté un bufido de diversión pero al darme cuenta cambie mi actitud y me alejé volando aún más rápido hasta llegar a mi casa.

-Hola cariño -mamá me recibe en la entrada sonriendo alegre.

-Hola mamá.

Sonreí un poco y le di un beso en la mejilla al pasar por su lado y subir hasta mi habitación.

Aquella vez en la que le conté todo acerca de Touya, ella me apoyó demasiado. Fue el mejor consuelo para mí y lo aprecio de verdad.

Agarré mis cosas para meterme a la ducha y tal vez relajarme un poco pero era algo difícil porque las alas no eran fáciles de limpiar.

-Dios, malditas alas que me complican la existencia -murmuré mientras les echaba shampoo y las cepillaba.

Resoplé al estar lista, apagué la regadera y salí de la ducha para sacarme y ponerme ropa nueva. Fui hacia la ventana y salí volando. Llegué hasta la casa de los Todoroki pero toqué levemente la ventana de Shoto. Él me abre como ahora era costumbre, con una hermosa sonrisa amplia.

-______.

-Hola, Shoto.

Le devolví la sonrisa, mucho más ampliamente y entré para abrazarlo. Acaricie su espalda pero me di cuenta de las heridas en sus brazos y piernas.

-¿Estás bien? Déjame ver -me arrodillé para estar a su altura.

Le quité las vendas de su cuerpo y miré sus heridas con lástima, pero en el interior estaba ardiendo de la ira. Suspiré para calmarme y comencé a curarlo.

-Listo pequeño. ¿Estás mejor?

Él sonríe y asiente antes de abrazarme de nuevo, abrazo al cual correspondí enseguida y con ternura. Me levanté con él en brazos y me senté en la cama para luego mecerlo y tararear lo que solía tararearle a Touya cuando quería animarlo y que dejara de odiarse a sí mismo.

Shoto sonríe y comienza a cerrar sus ojos hasta que poco a poco se queda dormido entre mis brazos. Sonreí y me quedé meciéndolo por bastante tiempo más hasta que lo dejé acostado en su cama y salí por la ventana cerrando esta desde afuera. Regresé a casa, también entrando por la ventana y me tiré en mi cama.

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