Epílogo
Qué creíste? ¿qué te dejaría sin saber que paso detrás del telón? Aun no soy tan cruel. Saca las palomitas, toma asiento y prepárate para saber cómo terminó esta historia.
Ya ha pasado un año desde el arresto de Dom y a fallida boda, y creo que debo una explicación de todo lo ocurrido.
Empecemos por lo más simple. El documento que les hice firmar a los Villanueva no era para que eliminaran todo lo que tenían en mi contra, ni mucho menos.
En él pasaban a mi nombre todas sus propiedades. Es decir, empresas, mercancía, tierras, dinero, acciones, activos, todo. Todo era mío.
Ana lo había redactado tan tramado que, aunque lo hubieran leído era poco probable que lo hubiera descubierto. Pero soy sincera, estaba muerta de miedo.
Para mi fortuna lo firmaron sin dudar. Al salir de la oficina detengo la grabadora que había puesto en mi celular. Corto la parte donde los hago firmar los documentos, obviamente no me convenía que al dársela a la policía supieran esta parte.
Solo les interesaba que grabara a Francisco reconociendo su participación en los hechos y eso les di.
Al llegar a mi habitación se lo envío a Jace, que ya tenía más que preparado al escuadrón que intervendría en la boda.
Como supongo que se habrán imaginado, cuando me dejan sola en mi habitación no es para otra cosa que no sea cambiarme de vestido y poner a Jace al tanto de todo.
La fiesta estaba por comenzar. Y vaya si sabía dar una fiesta al fiel estilo Angie.
Me hacía gracia la reacción de todos al verme caminar por pasillo con semejante vestido negro. Sus caras de desconcierto valían cada dólar que me había costado.
Así que mientras ellos murmuraban su desaprobación, y algunos hasta me señalaban yo iba con una sonrisa que no me cabía en la cara.
Me controlé al máximo para no soltar una carcajada, la verdad me daba risa todo esto y más al ver la cara de Dom al levantarme el velo. Eso sí que valía la pena.
Estaba asombrado y con la pregunta sembrada en la cara de: ¿qué coño es esto?
Me toco la oreja como señal para darles luz verde a la policía a que intervinieran. Había comprobado que en efecto estaban los tres peces juntos.
Ninguno venía armado ni con guardaespaldas ya que sería un evento privado y no lo creían necesario.
Este hecho facilitó muchísimo su captura. Supuse que Dom trataría de huir, por lo que tenía mi arma escondida por si llegaba a necesitarla y así fue.
Frené su intento de escape apuntándole a la cara y si me lo preguntan, mi dedo índice picaba de emoción por apretar el gatillo y vaciarle el cargador encima, pero no, no era nada inteligente por mi parte cometer un homicidio frente a todo un escuadrón policial, así que me conformé con que Jace lo pusiera de rodillas.
¿Qué mi mundo se tambaleó al ver cómo esposaban?
Si, es verdad, pero solo durante dos segundos, al tercero ya mi corazón estaba reforzado con una capa doble de hormigón, dentro de una caja fuerte y la llave cayendo en el fondo del Océano Pacífico.
No podía irme de allí sin tener la última palabra, esa frase épica que daría fin a la partida.
—Al final, de los dos, nunca tuviste oportunidad de vencer. Por las buenas, soy todo el amor que podrías desear en toda tu miserable vida, pero... por las malas, cariño mío. Soy la jodida ama que acaba de destruirte y dejarte en la ruina.
No necesitaba decir nada más. Ese había sido mi golpe de gracia y mi jaque mate de una partida a la que me vi obligada a jugar.
¿Qué fue de mí después de subir al coche?
Fui directa a mi aeródromo, el jet estaba listo para poner rumbo a Colombia. Allí tenía un nuevo socio que me abrió camino a la droga colombiana, una de las mejores a nivel mundial, no se podía discutir su calidad.
Ser dueña de todo el cartel Villanueva y con cinco aliados a mi espalda que pondrían sus manos al fuego por mi porque así lo trabajé y me lo gané, no tenía precio.
Tenía las puertas abiertas al mundo entero y sabría como disfrutarlo. Comencé con muy buen pie. Ya había demostrado que quien jugaba conmigo terminaba muy mal. Y el respeto en este negocio puede marcarte a la vía de la victoria.
Qué mejor ejemplo de esto que adueñarme de todo un cartel y meter a sus antiguos dueños a la cárcel.
¿Qué, por qué seguí en el negocio?
Pues la verdad no lo sé. Pude haberme quedado con mi empresa y seguir con mi vida tranquilamente. Pero no lo hice, tal vez la respuesta a esa pregunta es porque me satisfacía la idea de regodearme en quitarles lo que más querían, tal como ellos hicieron conmigo.
Ya no quería dinero, eso había pasado a un segundo plano, solo quería el poder, ese de tener en mis manos la vida de quienes se atrevían a meterse en mi camino.
En fin, mi vida cambió drásticamente. A día de hoy, la policía se mantenía tras LA REINA DE HIELO, seudónimo que me pusieron al convertirme en la nueva jefa del cartel.
Me hice respetar, ya que una mujer en este negocio no es tomada en cuenta, pero lo conseguí. No hay un solo capo de cualquier país que no quiera negociar conmigo. Supongo que adueñarme de las rutas en la frontera Estados Unidos-México. Siendo estas las llaves al mayor país consumidor del mundo, era como tener a cada uno de esos jefes metidos en mi bolsillo.
Y aquí estoy, en mi nuevo hogar recordando mi pasado.
Los tropiezos solo sirven para dos cosas, o te quedas regodeándote en tu dolor, o puedes superarlo y hacerte fuerte. Creo que está demás decir cual tomé yo ¿verdad?
A lo lejos escucho el llanto de mi pequeña, desesperada por llamar la atención de su mamá así que me acerco a su cunita.
Si, al parecer seguiré ligada a Dom de por vida, aunque si él nunca lo sabrá, este será ese nudo en la cuerda de nuestra historia de la que no me podré liberar.
En fin, como dije al principio y como repetiré ahora:
"¡¡¡SOY LA PUTA AMA DEL MUNDO‼!"
**FIN**
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