Un robo
«Hoy robare la joya de zafiro, que lleva el nombre del rey de las tinieblas, apareceré al sonar de las campanas
Atte. Kaito kid»
El pequeño detective, había descifrado la nota del ladrón, y se encontraba en el museo en la hora justa, sabia a que se refería la joya, pero esa joya tiene una leyenda, y si la sacaban de museo, un desastre podía ocurrir, el detective esperaba llegar a tiempo antes que la joya fuese sacada del museo, una joya azul transparente, grande de medida de unos 15 centímetros de largo, una joya que se decía que a la luz de la luna brillaba rojo, por esa razón kaito kid robaría esa joya, porque podría ser pandora.
-“Demasiado tarde”–. Pensó el detective, al ver al ladrón de guante blanco, con la joya en la mano, colocándola a la luz de la luna, esta dio un brillo rojo, sin embargo no era pandora, pero algo raro paso, un viento fuerte soplo en la azotea, volando el sombrero del mago, al compás la capa se movía con el viento, la joya se desvaneció ante los ojos del detective y ladrón.
–Que demonios–. Susurro el ladrón al ver que el aire se volvía menos fuerte, hasta dejarse de sentir aquella oleada de aire.
–¡¡KID!!–. Exclamó el pequeño sin creer lo que pasaba. –Que le paso a la joya lucifer–. Dijo el pequeño sin recibir respuesta, se acerco rápidamente al ladrón, viendo como en la mano con guante del ladrón solo había cenizas.
–No... Lose–. Susurro el ladrón algo sorprendido, sacudió su cabeza y miro al detective. –Supongo que nada interesante–. Hizo una sonrisa ladina y giro sus zapatos blancos de charol, para marcharse.
–Kid–. Dijo el pequeño, el ladrón se detuvo y se volvió a girar mirando al pequeño, el detective tenía su cara roja, y sus ojos parecían idos.
–Detective esta usted bien–. Dijo el mago, aunque la respuesta era demasiado obvia, el pequeño lo miro, su cara roja lo hacia lucir tan, tan indefenso.
–No... No me siento... Bien–. Dijo el pequeño en un tono pausado, una corriente de aire frío lo hizo abrazarse a si mismo, el ladrón corrió hacia el y lo abrazo, lo mejor sería llevarlo a otro lugar donde el pequeño estuviera calientito y lo mejor seria a la casa de kid.
Kid cargo al pequeño olvidándose por completo buscar el sombrero de copa, encendió su ala delta y abrazo fuertemente al pequeño, y se lanzó al aire.
Alguien los observaba desde las sombras con una sonrisa, aquellos labios de color rojo pasión y ojos azules, se podían ver levemente en la oscuridad.
–Este es un buen momento–. Susurro al ver que el mago se marchaba volando, salio del escondite dejando que la luz de la luna la bañase, dejando ver su hermosa figura, su cabello negro largo, un vestido rojo corto más arriba de las rodillas, dejando ver parte de su voluminoso pecho
–Lucy que haces–. Se escucho una voz, algo molesta, ella chasqueo la lengua, girándose molesta, ante aquella persona que le hablaba, un hombre mas alto que ella, ojos azules, piel blanca, cabello rubio, con la cara molesta miraba a la aludida.
–N-A-D-A–. Deletreo molesta porque sabia que lo que hacia esta mal muy mal.
Por otra parte el ladrón, llevó al detective a su casa, lo acostó en la cama, trato de ir por un trapo de agua fría, pero la mano del pequeño lo agarro del manga de su saco.
–K...kid–. Susurro de una manera que el mencionado malinterpreto, se sonrojo levemente, y miro al pequeño, su cara roja, parecía tan... Tan
–“Indefenso, lindo, esto es excitante ”–. Pensó el ladrón, sacudió la cabeza tratando de alejar los malos pensamientos.
–Por... Favor... No me... Dejes...–. Decía el niño ardiendo en fiebre, el ladrón sonrió y depósito un suave beso en los labios del menor, el menor sonrió. –Te amo...–. Susurro casi inaudible, pero lo suficiente para que el ladrón lo escuchara, el ladrón sonrió y fue por un trapo con agua fría, le coloco el trapo en la frente, sonrió sentándose aun lado del menor, lo observo con cuidado, como su respiración era jadeante, el mago no pudo evitarlo mil pensamientos pervertidos pasaron por su mente, se acercó al menor para besarlo sus labios estaba tan cercas, podían sentir la respiración de uno y el otro, se besaron un beso corto pero con pasión, luego el beso paso a uno mas apasionado.
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En la azotea de aquel museo se encontraba la mujer y aquel hombre, ese hombre no miraba los pechos de la joven, ambos se miraban a los ojos.
–No permitiré que hagas una estupidez, tu mas que nadie sabe porque ambos no pueden estar juntos–. Le reprendió el hombre a la mujer, ella río.
–Se lo que pasara, pero no me importa–. Río divertida, su expresión cambio a una seria y continuó hablando. –Si pasa algo malo, no los castigues a ellos... Que el castigo caiga sobre mi–. Dijo muy decidida.
–Lucy...–. El hombre acaricio la mejilla de la mencionada, un leve rubor se hizo presente de la peli negra, el hombre río por lo bajo. –Eres ingenua, tu no podrías soportar el castigo del ángel y el demonio al mismo tiempo –. Aquel sonrojo y el momento se destrozo, Lucy empujo la mano del hombre y se giro.
–Yo consigo lo que quiero y no dejare que alguien como tu me ofenda–. Dijo molesta, bufo, un brillo rojo sangre y rojo fuego pasión la envolvieron desapareciendo.
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Kid besaba al menor el beso subía de ritmo, el menor trataba de quitarle el sacó al ladrón pero no podía, el ladrón desabrochaba la camisa al niño y le quitaba el saco azul, sin duda ambos se deseaban, pronto esa pasión fue interrumpida, por un “Toc Toc” en la puerta, kaito suspiro y se separó del menor.
–Kaito... No... Vallas–. El ladrón sonrió.
–Ahora vuelvo–. Dijo kaito, y se fue a ver quien era, dejando al pequeño con la palabra en la boca.
Bajo las escaleras, las cuales rechinaban, como cual película de terror, algo decía a kaito que no debía abrir pero la curiosidad mato al gato, cuando hubo bajando más escaleras, lo cual le pareció eterno, se dirigió a la puerta, giro lentamente la chapa de la puerta, la abrió lentamente, hasta que quedo completamente abierta y el que interrumpió el mejor momento del ladrón fue...
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