Sinopsis

Quien dice, que entre ángeles y demonios no puede existir algo más allá que el odio, debemos recordar que los demonios fueron ángeles también, por lo tanto, hijos de Dios, solo que en el camino de la vida se desviaron por la envidia y las ansias de ser igual que Dios.

Cuando Dios expulso a los ángeles que se revelaron en su contra; una pareja de ángeles que se amaban fue separada, Lilith y Sariel fueron separados partiéndoles el corazón a ambos, Sariel fue obediente y junto con los arcángeles principales expulsaron a los caídos, con el corazón partido miro como Lilith su amor descendió junto a los demás caídos al infierno.

Pasaron miles de años y el amor todavía latía en sus pechos hasta que Sariel decidió bajar y ver a su amada, desobedeciendo el mandato divino, Dios no tardo en darse cuenta de los hechos, lo cual desató su ira; lo cual desencadenó una guerra entre el cielo y el infierno.

¿Podrá el amor de Sariel y Lilith demostrarles a Dios y a Lucifer que entre el bien y el mal puede haber amor?

Miles de años después de la expulsión de los caídos, el amor de Lilith y Sariel tenía la intensidad como el primer día. En secreto habían acordado encontrarse en el mundo terrenal en su forma humana y amarse como cualquier ser humano en la tierra. Tanto Dios como Lucifer desconocían el sentir de estos ángeles.

Pero como todo en esta vida nada era perfecto, Gabriel había notado las constantes desapariciones de Sariel, un día lo siguió.

-Sariel- lo llamo Gabriel.

-Dime Gabriel-

- ¿Por qué vas a la tierra, padre lo sabe? -

-No, en realidad no lo sabe, ¿Por qué lo preguntas? -

-Sabes que debemos ser cuidadosos de que los hombres no nos vean-

-Si, si lo se Gabriel, solamente quiero ir a un lugar muy hermoso que vi desde el palacio y quiero verlo de cerca-

-Entiendo, pero aun así ten cuidado-

-Lo haré, tomare mi forma humana, para no ser visto- Así fue como engañe a Gabriel para que no me siguiera, si él se enteraba, él mismo acabaría conmigo.

............

Me dirigí al lugar acordado, me encontré con muchas personas, no veía a Lilith por ningún lado le gustaba jugar, siempre que nos encontrábamos se transformaba en una mujer diferente, tanto como una castaña como una mujer de tez oscura, pero aun así lograba reconocerla sus ojos siempre brillaban al verme, me miraban con amor como lo hacían los míos al verla a ella.

La mire sentada tomando un café, en un rincón de la cafetería en la que quedábamos siempre, mi corazón salto de alegría al verla, ella apenas logro sonreírme, me preocupe.

-Lilith, ¿Qué sucede, has estado muy callada? -

-Sariel, Lucifer sospecha algo, cada vez se vuelve más paranoico, lanzas indirectas a todos sobre la lealtad entre nosotros-.

-Hoy Gabriel me siguió, creo que sospecha algo, si se entera, iniciará la guerra-

-Pero lo que más me preocupa es la reacción de padre-

.....................

-Sariel, ¿Dónde estabas? -

-Tranquilo Uriel, estaba en la tierra. ¿Por qué tu preocupación? -

-Hermano me preocupo por ti, sabes lo temperamental que es Gabriel, Sariel yo se quete encuentras con Lilith en la tierra, por eso tus constantes viajes-

- ¿A quién se lo has dicho Uriel? ¿A quién? - Lo agarro de su traje, ¿Cómo lo supo?

-Tranquilo jamás se lo diré a nadie, sabes en la guerra de expulsión perdí a mi amada, Aradia era la hermana de Lucifer, era hermosa gentil y bella, Lucifer la arrastro en el proceso de sublevación, al ser ella la Hermana de Lucifer, padre la hizo pagar por él, porque, aunque él fue el que inicio todo, él es su favorito. Aradia murió y mi corazón se fue con ella padre nunca supo que yo la amaba, nadie nunca lo supo. Por eso lo entiendo, hermano nunca te traicionaré, por mi nadie lo sabrá. Pero si te digo hay muchos que perdieron a sus parejas en la expulsión, se quiénes son y te apoyarán-

-Gracias Uriel, esperemos que no suceda nada malo, lo último que quiero es una guerra-

-Lo sé, yo tampoco-

.........................

- ¡Aradia! - Grito Lucifer.

-Dime, aquí estoy-

-Tomadla y encerrarla-

- ¡¿Qué sucede Lucifer?!-

-Me has sido desleal, sé que te has estado viendo durante mucho tiempo con Sariel, crees que no me he dado cuenta, siempre he sabido de su relación desde antes de la expulsión lo sabía. Les pedí lealtad y tú me has fallado; por eso serás castigada y jamás lo volverás a ver en la eternidad. ¡Llévensela! -

-Lucifer, no hagas esto. ¿Lucifer porque lo haces? -

- ¿Quieres saber por qué? -

- ¡SI! -

-En la guerra de expulsión perdí a mi hermana, por eso no quiero que ustedes se relacionen con los ángeles-

-Te olvidas quien inicio todo, fuiste tu por tu ambición; eras el hijo preferido de padre y tú lo traicionaste, Aradia solo siguió a su hermano y por eso murió, tu odio te siega, acepta la verdad; estamos aquí viviendo en el infierno por ti-

-Llévensela y no la dejen salir-

-Lucifer, no hagas esto por favor-

-Llévensela, prepárense creo que una nueva guerra se aproxima-

..............................

Mientras Sariel reflexionaba en la posibilidad de hablar con padre de sus sentimientos hacia Lilith; sus reflexiones fueron interrumpidas por la fuerte voz de Rafael.

-Sariel padre te ha convocado al salón del trono-

Sariel sorprendido asintió.

- ¿Rafael, sabes porque padre me ha llamado? -

-No- Contesto con enojo Rafael.

Al llegar al salón del trono Sariel se sorprendió al ver a todos los ángeles reunidos, pero aun así permaneció callado hasta que padre hablo.

- ¡Sariel! -

Sariel corrió y se postro de rodillas frente al trono de padre bajando la cabeza.

-Si, padre-

- ¿Sariel, porque has mentido? -

-Padre no te he mentido-

-Si, lo has hecho, le dijiste a Gabriel que irías a la tierra a visitar un lugar, pero lo que has hecho es ir a verte con Lilith-

Derrotado y sin salida a Sariel no le queda otra cosa que aceptarlo y decir la verdad.

-Si es cierto que nos hemos estado viendo, venía a decírtelo cuando Rafael fue por mi-

-Mentiras, dice Gabriel, Lilith te ha contaminado con su oscuridad-

-No Gabriel, nos amamos desde antes de la expulsión, solo que no lo dijimos nunca- de pronto se escuchas susurros y comentarios entre los demás ángeles.

-Silencio dijo padre- Pero aun así bajaron los murmullos.

-Padre permíteme hablar, por favor. Aquí hay muchos hermanos que han perdido a sus parejas en la gran expulsión, les has dicho a los hombres "Amaos unos a los otros como yo os he amado" pero cuando cumplo con tu mandato quieres castigarme. -

- ¡Son Demonios! Dice un Gabriel con ira.

-No nos permites relacionarnos físicamente con los humanos, por lo sucedido hace años, pero igualmente reaccionas mal cuando de demonios se trata, recuerda padre que los demonios son ángeles también-

De repente Gabriel alza su espada en contra de Sariel, pero es detenido por Uriel con su espada.

-Detente Gabriel, no hagas algo de lo que puedas arrepentirte-

De pronto el caos se desata en el salón del trono, provocando que se armen dos bandos, que se podría decir que son mitad y mitad.

-Gabriel no armemos una guerra entre hermanos-

-Padre, permíteme atacar el infierno y terminar con esto, Lucifer ha de haber contaminado la razón de Sariel, si lo destruimos él volverá a ser el de siempre. -

- ¡NO! - Dijo un aterrorizado Sariel-

-Padre, una guerra entre nosotros también afectaría a los hombres y destruiría la tierra-

..................

Mientras en la tierra todo transcurría como cualquier día; pero de pronto, el aire empezó a ponerse muy frio, aunque en algunas zonas era verano, un frio que helaba los huesos, el cielo empezó a ponerse extraño, el miedo corrió en la sangre de los habitantes de la tierra, los animales corrieron a esconderse, el hombre no sabía lo que sucedía en el reino de los cielos, ni en el infierno; los caídos empezaban a prepararse ya sabían que los ángeles venían por ellos.

De repente, se dieron cuenta los humanos; es la batalla entre el bien y el mal; del pueblo de los ángeles y demonios en los confines del cielo. De pronto un eclipse oscurece el cielo, y entre las montañas, entre nubes errantes y una oscuridad total, a casi ochocientos noventa kilómetros por segundo cae un ser alado totalmente cubierto de sangre.

Este Ángel cubierto de sangre eras Sariel, quién tuvo que luchar contra su hermano Gabriel, Urien tomo su lugar y le pidió que bajara a la tierra para rescatar a Lilith, sin saber que era prisionera de Lucifer. Aprovechando sin saberlo Lucifer atacó el cielo tomándolos por sorpresa. Se había iniciado el Apocalipsis.

Los seres humanos huían, pero no había lugar seguro, del cielo caían rayos que destruían todo a su paso, Sariel contemplo con lágrimas en los ojos la destrucción que su amor por Lilith había ocasionado, los hombres estaban pagando por algo que no habían iniciado, por lo que tomó la decisión de poner fin a esa guerra sin sentido, bajo al infierno por Lilith.

Al llegar no tuvo resistencia ya que Lucifer había decidido atacar el cielo con todo, se dirigió a las mazmorras del infierno donde encontró a su amada.

- ¿Lilith, estas bien? -

-Si, Sariel, por favor sácame- Se abrazaron fuertemente.

-Lilith, la guerra ya inició, pero los humanos están pagando por algo que no empezaron, tenemos que pararlo. -

-Si, solo una solución hay, pero no es toda mi decisión-

- ¿Qué es Sariel? -

-Esta guerra es por nuestro amor, si nos sacrificamos puede ser que esto termine, pero no es solo mi decisión, también es tuya-

-Hagámoslo entonces-

Ascendieron al cielo viendo todo el daño que le han hecho a la tierra. Ambos derramaron lágrimas de dolor por los humanos. Al llegar al cielo se encontraron con una guerra sangrienta nadie ganaba, nadie perdía solo los humanos.

Sariel y Lilith se dirigieron al centro del campo de batalla, con voces como de trompetas hablaron;

- ¡ALTO! -

-Deténganse y miren a la tierra vean lo que hemos hecho, Lucifer, Padre deténganse por favor- Dijo Sariel con lágrimas en los ojos. Ambos dieron orden de detenerse y miraron a la tierra.

-Mirad lo que han, hecho han destruido la tierra, por esta guerra sin sentido, les traemos una propuesta y terminar con esto- Lilith miro a Sariel para que él continuara.

-Como esto empezó por el amor que nos profesamos Lilith y yo, padre, Lucifer sacrifíquenos y terminad esta guerra, pero prométanos que si hay más ángeles que sienten como nosotros no los destruirán. -

Tanto padre como Lucifer lo consideraron viéndose uno al otro.

-Aceptamos- Dijeron ambos al mismo tiempo.

Lilith y Sariel se postraron de rodillas ante Padre y Lucifer tomándose de la mano, de repente ambos tomaron sus espadas y de un solo tajo les cortaron la cabeza, sus cuerpos cayeron a la tierra como meteoritos esparciendo su sangre por todo el planeta.

La guerra entre el bien y el mal había terminado, pero a que costo, los ángeles más hermosos muertos por amor y una tierra desbastada. Lucifer con arrepentimiento le hablo a padre:

-Padre, hemos destruido la tierra en una guerra estúpida, hemos perdido hermanos, permitidme compensar mis actos reconstruyendo la tierra.

-Lo haremos hijo, lo haremos juntos-

Así fue como hubo paz entre el bien y el mal; la balanza esta nivelada. Tuvo que haber tantas pérdidas para que ambos bandos se dieran cuenta de su error.

Así es como hubo paz, ¿Pero cuanto duraría?... Eso nadie lo sabe, ni siquiera Dios.