Oh no.

Han sentido esa sensación de remordimiento y dolor, pues eso, eso es lo que justo en este momento siento.

El destino parece no querer ayudar en alejarme de él, no sé... no sé qué pasará con Jack, pero no puedo evitarlo, cuando lo veo, no siento lo mismo que con él.

Todo me da vueltas en mi cabeza y tengo fuertes impulsos de vomitar gracias a la conclusión a la que he llegado.

Me gusta.

Hiccup me gusta.

Y tengo ganas de gritar y llorar, jalarme los cabellos, evitar volverme a enamorar, es lo único que deseo. Si algo me enseñó Jack, es que a veces solo nos dejamos llevar por las primeras apariencias. Y a veces esas primeras apariencias lastiman, y duele mucho.

No sé ni en qué momento empecé a llorar, pero lo hago, con la esperanza de que la lluvia logre ocultar mi dolor, pero es difícil ocultar el dolor que sentimos así como es difícil no enamorarse.

Pero lo haré, no me dejaré llevar.

Miro a Hiccup a los ojos, no tengo miedo.

— Creo que hasta aquí he llegado, gracias por todo.

Me mira confundido mientras paso por su lado, y duele ver como se me queda viendo sin hacer absolutamente nada, duele que no me entienda, duele entender que para él, jamás signifiqué nada más que una ayudante, ayudante desechable que puede cambiar con facilidad.

Y con ojos rojos de la presión que ejerzo para evitar llorar.

Me permito decirle la última frase que escuchará de mi.

— Adiós Hiccup.

Salgo caminando y cuando veo que él no llego por mi, confirmó mi dolor, solo queda marcharse.

(...)

Domingo por la mañana, los tenues rayos de sol entran por mi ventana, acabando con la oscuridad, tres días han pasado desde aquel incidente, desde que descubrí que Hiccup me gustaba.

Todo este tiempo lo quise ocultar, pero... cada vez que se acercaba me ponía algo nerviosa, solo él podía descontrolarme con solo un chasquido, pero al oler su perfume me relaja me transmite amor pero al mismo tiempo pasión, un perfume indescriptible que jamás lo logré oler en otro lado y la vez que me coloque celosa por lo de Astrid.

Ahh... Astrid, salió en las noticias ayer, triunfando como siempre, como siempre... después de que Hiccup salió con ella en su auto, se volvió viral, los medios la amaron, empresas la descubrieron y ya salió en una revista.

Y me hace pensar, que hay personas que desde un principio fueron destinadas a ser ganadores... campeones, triunfadores, así como hay personas que por más que lo intenten no lograrán salir del pozo en el que están estancados.

Odio esto, me dirijo al baño sintiéndome tan mareada, dejo caer todo lo que había cenado por el retrete, era lo mismo cada mañana, no entiendo el porqué de ello.

Me cepillo los dientes y me cambio, salgo rápidamente al bosque que se encuentra a la par de mi casa, mi padre aún está durmiendo, salto en mi hermoso caballo Angus y entro galopando al bosque, hace tiempo venía aquí por diversión, hoy solo es para despejar mi mente de todo problema.

Pienso en todo...

Jack y mi romance fallido,
Marinette y la forma en que me miró cuando me fui sin ninguna explicación, solo otro monótono adiós, a Rapunzel cuando le dije que me retiraba estaba desesperada porque me quedara, a Astrid y su manera de salir adelante... siempre y sobre todo a Hiccup, jamás llegó por mi, nunca se dignó a despedirse de mi.

No veo el camino hasta que una rama impacta contra mi cabeza pierdo el equilibrio por un momento y me doy cuenta que Angus está corriendo, no recuerdo muy bien el camino hasta que me doy cuenta que enfrente de mi hay un gran agujero en el suelo, es demasiado tarde intento frenar, pero solo termino empeorándolo como siempre, mi cuerpo se siente liviano, caigo y sigo cayendo intento agarrarme de las raíces que del lugar sobresalen pero es inútil cada vez voy bajando más rápido, cierro mis ojos esperando el impacto.