XV Maratón 2/3
Salí con una canastada de ropa en las manos hacia la lavandería.
Caminaba a paso lento, demasiado deprimida y en unos 10 minutos llegué al lugar.
Al llegar me encontré con el único ser que me haría feliz en ese momento.
— ¡Jack! — corrí a abrazarlo.
- Mérida, ¿vienes a lavar? ¡Yo también!, bueno en realidad vengo a arreglar una lavadora pero aprovecharé para lavar mi ropa - hablo Jack un poco nervioso y con un leve sonrojo.
En ese momento hubo un silencio incómodo.
- Y... Pensaste sobre aquello... Ya sabes - en serio Jack estaba muy nervioso, se notaba en su forma de actuar.
- Emm... ¿Sobre qué? - en realidad si sabía de lo que el estaba hablando solo quería oírlo de nuevo.
En ese momento Jack se puso de rodillas ante mi.
- Mérida Dumbroch, me harías el honor de...
- !si, acepto¡... Oh no habías terminado, prosigue - estaba tan nerviosa que le respondí antes de que terminara - convertirte en mi novia.
- !Si¡ - pero luego noté que sonaba muy desesperada - es decir... Claro, ¿Por qué no? - me crucé de brazos, intentando verme un poco más difícil de lo que parecía en ese momento, sólo quería tirarme a el y abrazarlo.
Pero para que portarme de esa manera frente a Jack, de todos modos ya le había dicho que si.
Salte a el y lo abrazo, aunque a veces no mido mi fuerza.
- ¡No respiro! - Dijo con un hilo de voz.
-Ups, lo siento - rápidamente me separó de el.
Jack se me quedó viendo durante unos segundos que más bien parecieron una eternidad - ¡Tengo que trabajar! Hablamos luego Mérida.
¡Hola! El maratón se tardo por culpa de una personita.
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