Toda acción...
Toda acción…
Tristán
Presente
Era de noche, casi por completo en penumbras, con las nubes ocultando el diminuto rayo de luz que la luna emana desde lo alto del cielo.
Tristán recorría sigilosamente cada habitación de aquella fábrica en ruinas; llevando consigo su arco un arma a la que recientemente le había tomado cariño.
Durante los entrenamientos, Solange le advirtió que una pistola debía ser su último recurso ya que son en extremo ruidosas; si se adentraba en un aquelarre y de milagro lograba pasar desapercibido, con un disparo el elemento sorpresa se habría perdido, disminuyendo sus probabilidades de sobrevivir al ataque.
Por eso usa el arco cuyas puntas llevaban una sorpresa y por si fuera poco, después de perforar, se activa el dispositivo para incendiar el cuerpo y ¡Buuuum! Adiós vampiro. En su cintura colgaban armas y sus recargas, estacas de plata y madera y algunos juguetes nuevos, por ejemplo sus gafas de visión nocturna, que para él son inútiles, lo que para Solange es una ventaja, para él es una gran desventaja, por eso los lleva en la cabeza, para utilizarlas sólo en casos muy extremos.
Olvidando sus herramientas, se concentró, quedando en estado de alerta en caso de encontrar a algún vampiro y no lo tome desprevenido, aunque ya estaba a punto de rendirse, ya que llevaba bastante tiempo en aquel lugar y absolutamente nada había encontrado, ni un vampiro, ni algún indicio de que alguno rondará por ahí.
Dejo escapar un suspiro, bajando la guardia y justo en ese momento escuchó un ruido proviniendo de la sala contigua, con el corazón taladrándole el pecho, sacó una de sus flechas, cargando el arco, listo para tirar, controlando un poco su ansiedad, a paso seguro se acercó a inspeccionar, utilizó la pared para recargarse y así ocultarse del enemigo; el ruido persistía; definitivamente la recompensa estaba del otro lado; contó mentalmente para salir y atacar
1…
2…
¡3!
Con arco alzado, salió de su escondite, sus falanges por poco sueltan la cuerda, cuando se percató de algo, por muy poco logro detenerse, al igual que por muy poco su pecho estuvo a punto de ser perforado.
― ¡Zac! ― dijo sorprendido.
Ninguno de los dos bajó sus armas, ambos contenían el aliento pues, eran conscientes de que éste error casi les cuesta la vida; casi al instante Seth aparece por detrás de su hermano, él observó la escena por un segundo, adivinando lo que estuvo a punto de suceder,
Seth tocó el hombro de su hermano y la mano de Tristán que sostenía el arco, pidiéndole a ambos que bajaran la guardia, cuando lo hicieron, miró a su hermano para tranquilizarlo y darle su apoyo “ya paso” decían sus ojos.
Mientras los hermanos se comunicaban entre sí, por medio de miradas y gestos, por la mente de Tristán cruzaba una sola palabra “Novatos” aquella despectiva palabra era pronunciada por Solange, él sabía perfectamente que de estar ella presente eso diría.
Decidido a demostrarle a aquella hostil mujer que ya estaba listo decidió seguir adelante y matar unos cuantos vampiros esta noche; con señas les indico el camino que tomarían, él quería investigar en el piso de arriba y por supuesto, ningún de los hermanos se negó a que Tristán tomara el liderazgo.
Subió por las escaleras, Zac lo seguía y Seth cubría la retaguardia y no fue hasta llegar al último tercio de las escaleras que sintió una sensación en la nuca, una especie de aguijonazo de alerta, acompañado de un escalofrió, que recorrió su espalda; esta sensación le indicaba que lo observaban, sin poder evitarlo, sonrió y en su cabeza apareció la oración que tanto deseaba “Ha llegado la hora”
Terminó de subir y se detuvo, le indicó a sus amigos que él tomaría la retaguardia y mientras sus amigos entraban barrió con la mirada el lugar. En un principio no estuvo seguro si fue porque el enemigo intencionalmente se dejó ver o si finalmente el entrenamiento había despertado sus habilidades de cazador pero, como fuese, no le fue difícil ubicar a su enemigo.
Para tener una mejor posición fingió no ver nada, siguió a sus amigos y a los pocos segundos, esa pesadez en la nuca se intensificó, sin perder el tiempo se giró y disparó la flecha que aún no descargaba, de su incidente anterior; vio con satisfacción que acertó.
Quedó demostrado el mecanismo sorpresa de su flecha; aquella que el vampiro tenía clavada poseía una especie de dientes de sierra que giraban destrozando todo a su paso y si no fuera poco eso, todas sus flechas eran de plata.
El vampiro cayó y el mecanismo incendiario se activó y con su muerte inicio la guerra, más vampiros aparecieron y comprendió que los había guiado a una trampa.
Unos 10 vampiros los rodeaban y probablemente había más, él y sus amigos se reunieron en el centro, cuidándose las espaldas entre ellos; Tristán los miró a los ojos para infundirles valor, al terminar aquel pequeño gesto dejó salir su grito de guerra, con su arco, logró asestarle a uno más, después de eso sacó su par de pistolas, al fin y al cabo el elemento sorpresa se había perdido, su puntería era buena, el arco le ayudó a eso.
Una vampiresa quiso sorprenderlo por detrás, él se inclinó hacia adelante y con eso logró arrojarla lejos y antes de que pudiera reponerse le disparó su última bala ultra violeta, arrojó las armas y tomó nuevamente su arco ya que había conseguido espacio para conseguirlo, cargó una flecha y tiró al frente, volvió a cargar, tiró a la derecha y una tercera a su espalda.
A unos cuantos metros Zac estaba en problemas, él corrió para salvar a su amigo; de su espalda desfundo sus sables, los cruzó justo en el cuello del vampiro, presionó con fuerza para así decapitarlo y volvió a enfundárselos tomando nuevamente el arco; rápidamente ayudo a Zac a ponerse en pie, esto lo distrajo un segundo en el cual un vampiro lo empujó.
Tristán cayó por lo que antes fue un pared, antes de caer del todo al vacío alcanzó a sostenerse con una sola mano, claramente no soportaría su peso por mucho más tiempo, con dificultad se cruzó el arco para tener libres ambas manos, inspeccionando el área notó que no se encontraba lejos de una cornisa o algo parecido.
Se soltó aterrizando casi con elegancia y enseguida volvió a cargar su arco, en los niveles superiores divisó más vampiros acechándolo, contó tres, tiró en tres ocasiones, teniendo suerte únicamente con dos, el tercero era bastante escurridizo y sin más lo siguió.
Corrió tras el por un largo corredor, al tenerlo a mejor alcance, Tristán se detuvo para apuntar, volvió a tirar y nuevamente fallo, a unos metros adelante, el vampiro se detuvo para mirarlo, el chico no pudo observar el rostro del vampiro con claridad pero si supo que se trataba de una mujer, ella comenzó la carrera de nuevo, enterando por otra pared derrumbada.
Tristán la siguió, llegaron al cuarto de máquinas, donde se sellaba el producto, lo que parecía fueron cervezas, al llegar ahí, la vampiresa no se divisaba por ningún lado sin embargo, Tristán sabía que ella estaba ahí, oculta en algún lado; sacó de su carcaj la última flecha que le quedaba y finalmente creyó prudente utilizar sus gafas (bendito sea el que las hizo tan resistentes, le sorprende que no las hubiera perdido) con cautela, caminó buscando a la vampiresa.
―vamos gatita, sal de tu escondite ―dijo en voz baja sabiendo que escucharía claramente
De repente escuchó una especie de switch encendiéndose y las maquinas funcionaban, el ruido evitaba que escuchara los movimientos de ella, se sentía en tremenda desventaja. No le quedaba más remedio que guiarse por su vista e instinto.
Dio vuelta a una de las torres donde se apilaban las botellas de vidrio y entonces claramente escuchó una botella romperse, de inmediato se giró encontrándose con la vampiresa, esta le propino una patada en el pecho que lo arrojó directo a las botellas apiladas, Tristán del impacto, soltó su arco; las botellas al romperse, provoco que pequeños pedazos de virio se le incrustaran en el cuerpo, mayormente en los brazos y espalda.
Apenas volvía a ponerse en pie cuando la vampiresa volvió a atacarlo, utilizando uno de sus propios sables; automáticamente se llevó la mano a la espalda y efectivamente, únicamente encontró uno de ellos, lo desfundo para bloquear uno de sus ataques, iniciando con la danza destructiva.
Él adivino que lo único que ella quería era cansarlo y antes de que eso ocurriese le dio una lluvia de ataques. Tal y como él esperaba ella retrocedió, casi lograba arrinconarla cuando ella se dio cuenta de sus intenciones; ágilmente golpeo el pecho de Tristán con ambos pies y al mismo tiempo dio un voltereta hacia atrás aterrizando en la banda transportadora
Tristán se recuperó rápidamente del trastabille y la imitó, se subió a la banda, tuvo que correr para alcanzarla y ahí continuaron con su duelo, ella se burlaba de él, colocando una de sus manos en la espalda, haciéndole notar su enorme debilidad y eso lo hizo enfadar.
Por eso ya no quiso jugar limpio; se agacho y giro con una pierna estirada y la tumbo, sin embargo el triunfo no le duro mucho, se levantó de inmediato, utilizando de apoyo sus manos a la altura de su cabeza, al impulsar sus piernas hacia arriba le propino un puntapié en la barbilla y para él fue imposible continuar de pie, cayendo de rodillas y milagrosamente eso le permitió encontrar su arco y flecha cerca del final de la banda trasportadora.
La vampiresa se preparaba para saltar para no caer de la banda y antes de que ella aterrizar, Tristán rodo hacia su derecha, cayó al piso y de inmediato se hizo de su arco, sin tener tiempo de apuntar, tiró, la flecha se le incrusto en el hombro, con tal fuerza que logró aprisionarla en la pared, esperó un poco pero la flecha nunca se incendió y no entendía el por qué, así que de su cinturón sacó una estaca de plata
Lo siguiente que sucedió, le pareció irreal, se quitó las gafas, estaba a punto de clavarle la estaca cuando el rostro de la vampiresa fue iluminado por un pequeño rayo de luna.
Tristán de la sorpresa se detuvo, dio un paso hacia atrás y dejo que la estaca se le resbalara de los dedos.
―Caroline ―susurró
Vacilante se acercó a ella, quiso tocarle el rostro pero antes de que eso fuese posible, ella arranco la flecha de su hombro y se la clavó a él en el corazón.
Tristán cayo de rodillas, por extraño que parezca su muerte se prolongó lo suficiente para ver a Caroline sonreír cínicamente, poco a poco la figura se desvanecía al igual que la fábrica en ruinas regresando a un sótano en Brooklyn
Siguió de rodillas dejando se caer al frente y apoyando sus manos en el piso, su cabellera que le había crecido un poco le tapaba la visión pero sabía que Solange estaba ahí esperando a que la mirara y cuando estuvo listo se puso de pie.
― ¿sabes cuál fue tu error?
― ¿dejar que me mataran? ―contesto con sarcasmo
Solange como siempre mantenía los puños cerrados a su costado y la furia brillaba en sus ojos
Claro que Tristán conocía sus errores, no solo se dejó aniquilar sino que permitió que sus amigos murieran también; el programa de simulación terminaba cuando la misión se ha completado o cuando el equipo muere por completo.
―No solo los guiaste a una trampa sino también los abandonaste por seguir a un solo vampiro ¿Qué te he dicho? ¿Si escuchas algo de lo que te digo cachorro?
Tristán odiaba con todas sus fuerzas que lo llamara cachorro, no se controló más.
―ya me cansaron tus simulaciones y ¡deja de llamarme cacharro!
―¡por favor! ¿Crees que estás listo para un aquelarre de verdad?
―Tristán ―intervino Zac ― yo creo que Solange tiene razón, debemos mejorar y particularmente nuestra cohesión de equipo
―sí, Tristán ―intervino Seth ― sabemos que te quieres enfrentar a ellos pero, ten paciencia ya legaremos a eso.
Fue que sus amigos se pusieran en su contra lo enfureció aún mas
―¡Estoy listo! ―grito exasperado ― iré por ellos me quieran acompañar o no ―se dirigió a las escaleras, decidido a marchase esa misma noche
―Cachorro ―Solange lo retaba
―Deja de llamarme así
―te llamare así hasta que dejes de ser débil y dejes de comportarte como un niño estúpido caprichudo impulsivo ¡demuéstrame que eres un hombre! Deja de paralízate frene a tu enemigo, ella es tu enemigo, dices que estás listo pero no serias capaz de arrojarle polvo a la cara para no arruinar su suave piel ― el sarcasmo en esa última frase le robaba la paciencia, que le quedaba, una más y no podrá controlase
―No es verdad ¡me agarro por sorpresa!
―Sigues amándola
Esa afirmación lo lastimo, cerró los ojos al sentir el aguijonazo en el pecho, aquella verdad dolía más que la flecha que le habían clavado
―Caroline ―pronuncio su nombre, su simple mención, lo tranquilizaba
―tu amor te hace débil, destrúyelo y serás el mejor cazador que jamás ha existido.
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he vueto fon un nuevo capi!!!! espero que lew guste !!! un abrazo enorme y unas gracias enormes a mis nuevos seguidores!! y otr para mis chicos mas antaños!! gracias por seguir aqui cnmigo y esta historia y amando y odiando a estos personajes!
bueno si tienen alguna duda o pregunta plis cnconfianza!
nos vemos!!
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