𓆩♡𓆪 El infierno, un nuevo hogar. 𓆩♡𓆪
[-Narra Valentino-]
Estaba sobre la cama de la habitación, cuando finalmente logré cortar las sogas las dejé en el suelo mientas acariciaba mis muñecas, me las amarraron demasiado fuerte para mi gusto... mis muñecas estaban un poco marcadas por las sogas, pero seguramente iban a sanar en no mucho tiempo, espero.
Ya sabía que por más que lo intentara no iba a poder escapar, sin forma de salir, con cámaras en el lugar, y en caso de que pueda... creo que no viviré para contarlo.
Di un suspiro y levanté la mirada dando otro vistazo a la habitación, estuve en un silencio que se me hizo escalofriante por alguna razón, así que decidí acomodarme en la cama y encendí el televisor, veré que hay para entretenerme un poco mientras espero a ese demonio de cabeza de televisor.
Estuve viendo la televisión unos quince minutos y debo decir que los programas no son muy de mi agrado, pero al menos eran algo entretenidos de ver, aunque cambiaba de canal cuando sucedía algo demasiado fuerte para mí, hasta que oí como alguien abría la cerradura y después abría la puerta de la habitación.
Al voltear vi a aquel demonio con unas prendas en sus brazos, se acercó hasta la cama y me entregó las prendas.
─ Aquí tienes, cubrirán lo suficiente tu cuerpo hasta que mi empleado vuelva con tu ropa. ─Me dijo con un tono serio mientras ponía sus brazos tras la espalda─
─ Oh, te lo agradezco mucho... ─Dije con una pequeña sonrisa─
─ Sí, como sea. ─Se me quedó viendo unos momentos y me incomodó un poco─ Tengo un baño personal, ve a cambiarte ahí. ─Me señaló a dónde estaba la puerta del baño, uh, no me había dado cuenta─ No hay cámaras, entonces hazlo tranquilo.
─ Uhm, ¿De acuerdo...? ─Me levanté de la cama y rápidamente me metí al cuarto de baño─
Cerré la puerta con seguro y solo por las dudas, me aseguraré de que realmente no hubiera cámaras para cambiarme así que revisé todos los lugares posibles dónde se pudiera esconder una, al comprobar que ese demonio decía la verdad me sentí más aliviado.
Así que me quité esa ropa tan incómoda y me puse la que me había dado vox, al terminar de vestirme con las nuevas prendas me miré por unos segundos, sonreí, la ropa era muy bonita y elegante, como me gusta.
El demonio supo elegir un buen atuendo para mí, era muy... sospechosamente amable, me parece extraño que cuando estábamos en el prostíbulo no me llevó a ninguna habitación, más encima que haya pagado el doble para quedarse conmigo... algo anda mal.
Los golpes en la puerta me sacaron de mi mente, estaba tan metido en mis pensamientos que me asuste al oír que golpeaban la puerta del baño.
─ ¡Sal de una maldita vez! ─Escuche molesto al demonio de cabeza de tv─ O voy a entrar.
─ ¡Ya salgo! dios mío. ─Respondí dando un suspiro, me acerqué a la puerta y le quité el seguro─
Al abrir la puerta me encontré frente a frente a vox, él estaba con la mano apunto de golpear de nuevo hasta que me vio y se quedó mirándome de una manera "extraña", no dijo una sola palabra mientras me veía de arriba a abajo.
Me sentí algo nervioso y fingí toser para romper el silencio, mientras rascaba un poco mi nuca y ponía una de mis manos en la cintura, sonriendo aún un poco nervioso.
─ Yo... le agradezco mucho.. por la ropa... ─Dije sonriéndole tan gentilmente como podía─
Él tardó un poco en reaccionar, pero al hacerlo solo bajó la mano y volteo la mirada a otro lado.
─ Ejem, sabía que te iba a quedar bien. ─Dijo con los brazos cruzados, me dio la espalda y comenzó a caminar─ Sígueme.
─ ¿Pero a dónde? ─Pregunté extrañado saliendo del baño─
─ Te enseñaré la torre, después de todo será tu nuevo hogar. ─Me dijo sin más, entonces me detuve─
─ ¿Que?
─ No lo repetiré dos veces. ─Me miró de forma amenazante─ Camina o te obligó.
Un escalofrío subió por mi espalda, así que para evitar hacer enfadar al demonio lo seguí sin decir nada más y me mantuve en silencio el resto del camino, no nos dirigimos la palabra en todo el trayecto mientras él me enseñaba la torre, las habitaciones, hay como una sala de conferencias, su oficina, el departamento de la chica velvet, ¡Incluso tenía un tanque con tiburones! vaya.
Seguimos caminando por un rato más hasta que nos detuvimos frente a un par de puertas.
Vox abrió las puertas mostrándome una habitación espaciosa, decidí entrar y dar un mejor vistazo, había grandes ventanas que daban una gran vista a la ciudad, un par de macetas con plantas que parecían plantas carnívoras de la tierra, solo que eran del infierno, las paredes eran de un rosa oscuro llegando al rojo, la cama estaba en un rincón junto a una mesa de luz y un armario, había un sillón de terciopelo y una pequeña pero larga mesa en el medio.
Esto parecía más una sala de estar que una habitación si no fuera por la cama, la mesa de noche y el armario, estaba sorprendido, ¿Como esto era...? ¿Ya lo tenía listo o cómo?
─ Cuando fui a buscarte nuevas prendas, les ordené a mis empleados prepararte una habitación. ─Dijo el demonio a mis espaldas, bueno supongo que ya tengo mi respuesta─
─ Esto es... muy generoso de su parte... ─Dije con desconfianza, retrocediendo unos pasos─
─ No es para tanto, solo trajeron unos muebles y decidí darte esta habitación, no se usaba mucho de todos modos. ─Caminó hasta estar frente a la ventana con los brazos tras la espalda─ Más que como una pequeña sala de estar, además, tienes una buena vista de la ciudad.
─ Bueno, ahora ya entiendo. ─Me crucé de brazos caminando hasta la ventana, pero manteniendo una distancia con aquel pecador─
Ambos nos quedamos mirando la ciudad, debo decir que ignorando todo lo que sucedía y lo que vi, la ciudad tenía una buena vista especialmente con aquel cielo rojizo y de noche, en el paraíso hay vistas así, pero tal parece que en el infierno también hay.
Sonreí un poco mientras seguía viendo la ciudad, creo que el infierno tiene sus cosas buenas... como esta preciosa vista, tal vez no todo era tan malo aquí como creí.
Pero me gustaría que vaggie y anthony estuvieran conmigo ahora, a ellos les gustaría mucho esta vista de la ciudad... volteé la cabeza al oír pasos y vi que el pecador estaba caminando hasta la puerta.
─ Te dejaré un rato, tengo que atender mis asuntos de trabajo. ─Dijo sin mirarme─
─ ¿Te puedo acompañar? ─Me sentí un poco nervioso ya que se detuvo en seco─ Ehm, yo... no quiero estar solo en esta gran habitación, jeje...
─ No creo, te vas a aburrir seguramente. ─Me habló con un tono burlón mientras me miraba de esa misma manera burlona─
─ ¡Eh!, no me trates como a un niño, yo también he tenido que ocuparme de mis cosas del trabajo en el paraíso, ¿Sabes? ─Caminé hasta estar frente a él─
Me divierte un poco la gran diferencia de altura que tenemos, él es más pequeño que yo, pero es muy amenazante, en cambio yo soy más alto y amable, me llega hasta un poco por debajo del pecho y sigue siendo más bajo que yo.
Bueno, no lo juzgaré tanto por eso... será más pequeño, pero puede ser peligroso.
─ ¡Ja! bien, puedes acompañarme. ─Siguió caminando y lo seguí─ Pero nada de quejas.
─ No vas a escuchar nada de mí. ─Dije con una sonrisa caminando por los largos pasillos de la torre─
Tal vez pueda intentar llevarme bien con este pecador, no todo puede ser tan malo, si me dio una hermosa vista de su ciudad, podría encontrar un lado más lindo de él... aunque me mantendré con la guardia en alto.
Solo por si acaso, claro, sigo teniendo desconfianza hacia ese pecador, aunque eso quizás pueda cambiar... espero.
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[-Narrador omnipresente-]
Vaggie estaba en la sala de estar, la princesa había salido a hacer unas compras así que la chica tuerta estaba sola, bueno no tan sola... estaban KeeKee y las cabras demoníacas, pero estaban en otro lado, vaggie suspiró mientras miraba sus manos recordando la sangre que había quedado en estas mismas, sangre de los pecadores que ha matado hasta hace poco.
El ángel se sentía mal, sentía que todas esas muertes que ha provocado en estos años estaban escalando por su espalda, ese era su trabajo y antes no le importaba las muertes de esos pecadores, solo hacia su trabajo... ¿Por qué se supone que ahora se sentía tan mal?
Decidió ir al baño para mojarse un poco la cara, así que lo hizo; una vez en el cuarto de baño abrió el grifo y comenzó a echarse agua a la cara para estar más tranquila, respiró profundo y se miró al espejo en la pared, ahora tenía una 'x' sobre el ojo que ya no tenía.
─ Respira vagatha, respira profundo... ─Se dice a sí misma moviendo un poco su cabello de la frente─ Todo está bien, tú estás bien, está bien...
Se dice a ella misma, para convencerse de algo que no era verdad, ella no estaba bien, nada lo estaba... su padre y hermanastro han de estar muy preocupados por ella, dos días sin saber nada de su panadero y ni un solo rastro de ella, encima adam y lute no ayudarían en nada.
"¿Les habrán dicho mentiras de mí?" "¿Habrán dicho que ya no quería saber nada de ellos?" "Seguramente dijeron que ya no los quería como mi familia" esos y otros pensamientos negativos sobre lo que pudo haber pasado invadían su mente poco a poco, valentino y anthony deben de estar decepcionados de ella por las viles mentiras de adam y lute.
Vaggie se miró al espejo por unos minutos, hasta que vio que quien estaba en el espejo ya no era exactamente ella, si no alguien con el uniforme de los exorcistas que le sonreía maliciosamente.
─ No podrás ocultárselo por siempre. ─Dijo con malicia aquel reflejo─
─ Cállate. ─Vagatha se cruzó de brazos mirando a otro lado─
─ Sabes que digo la verdad... ─El reflejo amplió su sonrisa─ ¿Quién dice que ella no lo descubrirá en algún momento? que tiene a una de las asesinas de su gente, en su hogar...
─ Te dije que te callaras... ─El ángel se tapó los ojos al comenzar a oír las risas del reflejo─
─ Aww, ¿Acaso lo intentas negar? ─Dijo con burla─ Un día lo sabrá y no podrás evitarlo, su pequeño e inocente corazón se decepcionará tanto al saber quién eres realmente.
─ ¡Cállate, maldita sea! ¡Solo cállate! ─Cerró con fuerza sus ojos─
Las risas del reflejo comenzaron a oírse cada vez más fuerte y tenebrosas, el ángel se mordió con fuerza los labios mientras intentaba lo mejor que pudiera los oídos para no seguir escuchando al reflejo burlarse de ella.
Pero no pudo soportar mucho...
─ Valentino hizo un error en adoptarte y quererte como a una hija... ─La sonrisa se amplió aún más mientras hablaba con burla y malicia─ Eres una mierda de hija y de hermana, ¡Ellos jamás volverán a quererte después de lo que has hecho! ¡JAMÁS!
─ ¡QUE TE CALLES! ─Grita con enojo la tuerta antes de golpear fuertemente el espejo─
El grito que dio fue tan fuerte que se escuchó hasta el primer piso, KeeKee, Razzle y Dazzle escucharon el ruido proveniente del baño, fueron a ver qué era lo que había sucedido y comprobar si vaggie se encontraba bien.
Al llegar la puerta estaba entreabierta así que decidieron entrar, se encontraron con una horrible escena; pedazos de vidrios en el suelo, manchas de sangre dorada y a la chica en una esquina mientras se agarraba la mano con la que había golpeado el espejo.
Cuando alzó la mirada se vio que estaba llorando, al ver a la mascota y los guardaespaldas de la princesa la tuerta se asustó y se levantó de dónde estaba para acercarse a ellos, una vez frente a ellos se agachó para quedar a su altura.
─ Por favor, no le digan nada a Charlie, por favor... ─Pide suplicante el ángel antes de soltar un quejido por su herida abierta─ Agh.. me lleva la que me trajo...
Entre los tres se miraron para asentir después, el ángel se sintió más aliviada y se paró.
─ Razzle y Dazzle, por favor limpien esto y asegúrense de que charlie no vea las manchas de sangre. ─Dice mientras acaricia la cabeza de una de las cabritas─
Ambas cabras demoníacas asintieron y fueron a limpiar el desastre que ocasionó vaggie, esta fue hasta la habitación que le había asignado la princesa del infierno para encontrar unas vendas, algodón y un poco de alcohol para su herida.
Debía curarse y vendar su herida antes de que la princesa llegara, no podía dejar que viera el color de su sangre, usaría los guantes para cubrir la venda y conseguiría un nuevo espejo para el baño, haría como si nada hubiera pasado.
Tal vez... era hora de iniciar algo nuevo, empezar una nueva vida en el infierno, por lo menos agradecía que valentino y anthony estuvieran en el cielo dónde estaban sanos y salvos... ¿Cierto?
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