𓆩♡𓆪 Atrapados. 𓆩♡𓆪
[-Narrador omnipresente-]
Ambos ganadores del cielo se detuvieron en un parque de la ciudad, estuvieron caminando por un largo rato y se habían cansado, así que decidieron tomar un pequeño descanso, fueron a dónde no hubiera pecadores, al llegar a un lugar aparentemente vacío se sentaron bajo unos árboles y la araña se quitó la prenda que le cubría la cabeza, comenzó a agitar su mano dándose un poco de aire a su rostro.
La prenda estaba empezando a darle calor y desgraciadamente era el infierno, por lo que ya se imaginarán el inmenso calor que estuvo soportando por un largo rato, valentino hizo lo mismo por la misma razón, sentía bastante calor y ya le comenzaba a molestar.
Sin embargo, ¿Qué más opción tenían? era eso o dejar que los descubrieran y les hagan sepa dios que cosa, cosas bizarras o perversas... sea lo que sea no quería averiguarlo, la polilla se asomó por los arbustos para asegurarse de no haber sido seguidos y que estaban totalmente solos, ya que al igual que el arácnido sintió que eran observados.
Escuchó un quejido a sus espaldas seguido de oír como el joven italiano se dejaba caer sobre el suelo, claramente cansado de aquel abrumador calor, sentía que en cualquier momento pudo haberse desmayado.
La polilla se volteó para mirar al arácnido que seguía en la posición de estar acostado.
─ Val... no puedo seguir, ¡Siento mucho calor! ─Se queja el albino mirando al rojizo cielo infernal─
─ ¿Crees que yo no? ─La polilla se cruza de brazos─
─ ¿Que haremos ahora? ─Anthony levantó la cabeza para mirarlo─ Por todas las pastas, no podemos aguantar por más tiempo este calore infernale, terminaremos desmayados en cualquier segundo.
─ Déjame pensar en algo. ─Valentino se tomó el mentón y se puso pensativo─
La araña soltó un bufido y se sentó en el suelo, por alguna razón ahora ya no sentía esa sensación de ser observado, sea quien sea que los estuvo mirando todo el rato dejó de hacerlo, lo cual era un alivio para ambos.
[-Narra Anthony-]
Mientras val pensaba en algo yo estuve observando el lugar en el que estábamos, y me di cuenta qué había arbustos con rosas que eran de un rojo carmesí como la sangre, debía admitir que eran hermosas, no pensé que habría flores tan hermosas en un lugar tan horrible como lo es el infierno.
Me acerqué a esas flores con una sonrisa y las admiré por unos minutos, decidí tomar una de esas rosas teniendo cuidado con sus espinas, ya que por más hermosas que fueran tenían esas peligrosas espinas que podían hacer mucho daño.
Parece que val se dio cuenta ya que se acercó a mí, viendo con deleite aquellas hermosas flores, parecía igual de sorprendido que yo al ver algo lindo en el infierno, bueno, por lo menos este lugar tenía su belleza en algunas cosas, como las rosas rojas.
Estábamos tan concentrados en admirar aquellas flores que creo que no nos dimos cuenta hasta ya muy tarde que alguien se nos acercaba, nos dimos cuenta cuando nos agarraron con bastante fuerza y nos taparon la boca, evitando que pudiéramos dar algún grito.
Nos tiraron bruscamente al suelo, no otra vez... levanté la mirada y eran tres demonios de gran estatura, uno de ellos me miraba fijamente y de manera algo siniestra, que solo me ha provocado miedo.
Miré la rosa que recogí hace unos momentos, estaba tirada cerca de nosotros y uno de esos demonios la pisó sin más.
─ Miren nada más esto. ─Dice con burla otro, mientras obliga a val a mirarlo─ Dios nos mandó unos regalos, y encima muy lindos~
─ ¿Nos los llevamos? ─Pregunta el tercero mientras acariciaba mi cabello─ Yo me quedó con la araña.
Yo en respuesta le mordí con bastante fuerza la mano, él gritó de dolor y yo aproveché para gritarle.
─ ¡Quitarme tus manos de encima! ─Reclamé molesto y a la vez asustado, antes de empezar a forcejear─
─ Oh es una ternura. ─Dice burlón otro, mientras parecía pensar en algo─ Tengo una idea.
Los otros dos le pusieron atención, entonces comenzó a explicar su idea... la cual nos asustó a mí y a val, ya que dijo que conocía a alguien dueño de un prostíbulo y que nos podrían ofrecer a otros pecadores como juguetes sexuales, ya que según sus palabras "hacerlo con un ángel sería como estar en el paraíso" y que cualquiera pagaría por eso.
Dannazione, la simple idea de ser vendido a otros por sexo a cambio de dinero me asustó aún más, pero a papà le aterró.
Al igual que yo le mordió la mano al que le cubría la boca y este gritó del dolor.
Ja, si claro, ternuras.
─ ¡Malditos infelices! ─Exclama val con miedo y molestia, lo mire preocupado─ ¡No seremos juguetes para sus perversiones!
─ ¡Jaja! lo que digas angelito. ─El que sujetaba a val le jaló un mechón de pelusa, causándole dolor ya que es una parte sensible de él─
─ Oye, no le hagas nada, nadie querrá un juguete en mal estado. ─Este idiota me levantó del suelo bruscamente─
Entre los tres nos sujetaron con fuerza para evitar que huyamos, dos sujetaron a val ya que él era más grande, en cambio a mí solo me sujetó uno, nos sacaron del parque y nos metieron a una camioneta, después entraron dos de los sujetos y nos agarraron mientras empezaban a amarrarnos.
El tercero se subió al asiento del conductor y arrancó la camioneta, nos dejaron a mí y a mí papà sobre el suelo de la camioneta, otra vez amarrados solo que en esta ocasión también amordazados.
Uno de ellos nos vigilaba mientras los otros dos hablaban, uno manejaba mientras el otro le indicaba a dónde tenía que ir, definitivamente estábamos metidos en un gran, GRAN lío.
Siento que esto es una desgracia que apenas comienza...
[....]
[-Narrador omnipresente-]
Estuvieron viajando en aquella camioneta por un largo rato, Anthony quiso aprovechar un momento de descuido de sus raptores e intentó liberarse de aquellas ataduras como la última vez, pero desgraciadamente lo descubrieron y le amarraron también su tercer par de brazos, ahora si estando sin manera alguna de desatarse.
Finalmente llegaron al prostíbulo más conocido de la ciudad, la polilla y la araña estaban nerviosos, el miedo recorría sus cuerpos por lo que les esperaba ahí dentro, los sacaron sin cuidado del vehículo después de taparlos con esas enormes prendas para sorprender al dueño del establecimiento.
Los metieron ahí dentro a empujones, al estar ya dentro vieron que el lugar era parecido a un bar, solo qué con escenarios y en ellos había tubos en los que bailaban pecadoras alrededor de ellos, había muchos pecadores, algunos con ropas más reveladoras que otros, incluso veían que algunos iban a habitaciones mientras eran llevados con el gerente del lugar.
Uno de los demonios se acercó al gerente del lugar y comenzaron a hablar, mientras valentino y anthony estaban nerviosos viendo el lugar, ninguno de los dos ha estado en un prostíbulo como ese cuando estaban vivos, y obviamente en el cielo no existían esa clase de sitio.
─ Te prometo que estos dos te generarán muchas ganancias. ─Asegura el demonio, haciendo señas a los otros dos─
La polilla y el arácnido fueron empujados hasta quedar frente al demonio gerente del establecimiento, aún cubiertos con las prendas el gerente los observó en silencio para luego dirigir su mirada al otro.
─ ¿Qué tendrían estos dos en especial? ─Cuestiona mirando al contrario─ Solo serían unas putas más.
─ Ohh no, créeme. ─El demonio sonrió antes de acercarse a valentino y anthony─ Digamos que son... un regalo del cielo.
Ante ese comentario el gerente se mostró interesado, el demonio sonrió antes de quitarles las prendas a la polilla y la araña mostrando su apariencia y sus aureolas, revelando que eran ángeles, ganadores del cielo.
El dueño del lugar se sorprendió al verlos, pero pronto sonrió con un toque de malicia en su rostro, se acercó a ambos y tomó del mentón a val, obligándolo a mirarlo a los ojos.
─ Son preciosos, ya me imaginó a varios pagando mucha cantidad de dinero por ellos. ─Dice con un tono perverso mientras examina a ambos─ Esta polilla tiene un buen cuerpo, curvas perfectas, cintura pequeña, posee un pecho proporcionado, su pelusa se ve suave...
─ ¡Mm! ─Val intentó hablar, pero fue imposible ya que seguía amordazado─
─ Y el chico araña. ─Llevó hacia el arácnido─ Se ve que también tiene una bonita cintura, una carita tan inocente que cualquiera quisiera devorar, parece que tuviera tetas por esa pelusa. ─Dice mientras aprieta su mano contra el pecho del arácnido─ Me recuerda a alguien... pero ella no importa ahora.
En respuesta el albino forcejeó queriendo alejarse, pero lo sujetaron con fuerza para evitar que se quedara quieto.
Se sintió frustrado, pero a la vez tuvo algo de curiosidad ¿A quién le hacía recordar? ¿Cual "ella"?
─ Me parece que esta noche habrá un evento especial. ─Dijo el gerente del lugar mirando a ambos ganadores del cielo─
Valentino y Anthony se miraron mutuamente, ahora sentían mucho más miedo por aquellas palabras.
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[-Narrador omnipresente-]
Los pecadores veían sus anuncios, compraban sus productos y siempre estaban atentos a su programa, prácticamente tenía el control sobre ellos teniéndolos comiendo de la palma de su mano, a diferencia de esos patéticos pecadores él era uno muy influyente y poseía mucho poder, jamás perdía a nadie de vista al tener ojos por todas partes.
Sin embargo, el día de hoy estaba pensativo, ya que una de sus cámaras había captado a dos aparentemente "pecadores peculiares", pero había algo raro, no pudo verlos bien ya que estaban cubiertos hasta la cabeza, por alguna razón sentía que algo no andaba bien en dichos pecadores, de hecho, parecían estar ocultando algo.
Los estuvo observando un rato hasta que salieron de su campo de visión al entrar a un parque y meterse a una zona fuera del campo de visión de sus cámaras, sus dudas aumentaron al ver como el más bajo volteaba de vez en cuando hacia una de sus cámaras y el cómo se cubrían lo más que pudieran con aquellas prendas tan grandes.
En un momento aceleraron el paso en el que caminaban hasta meterse al parque, apoyó sus codos sobre el escritorio y entrelazó los dedos de sus manos mientras miraba las muchas pantallas que lo rodeaban, no tenía idea que había llamado su atención hacia ellos... pero algo le decía que no eran solo pecadores, que ni siquiera se acercaban a eso.
Estuvo pensando por un par de minutos hasta que recibió una llamada de su socia comercial, así que contestó la llamada y la envió a una de sus pantallas.
─ Velvet, ¿Qué puedo hacer por ti en esta infernal mañana? ─Pregunta con una típica sonrisa de presentador de tv─
─ ¿Todavía sigues en tu estúpida "guarida"? ─Responde con otra pregunta la de piel oscura rodando los ojos─ Sal de ahí una vez al menos, maldita sea.
─ Juju solo disfrutó de mi lugar de confort. ─Dice despreocupado mientras agarraba su taza de café─
─ Como sea. ─La chica se frotó la cien─ ¿Qué te parece si hoy salimos?
─ ¿Hoy? ─Le dio un sorbo a su café y lo pensó un poco─ No lo sé vel, tengo trabajo que hacer y-
─ Escucharme vox. ─Dice la muñeca─ Siempre estás trabajando y pasas mucho tiempo en tu sala de cámaras, sal un rato conmigo y vamos a divertirnos un rato, salir a alguna discoteca o ir de compras.
─ Siempre termino pagando todo yo. ─Dice el de cabeza de televisor apoyando su cabeza sobre una mano─
─ Oye, admite que al menos la pasamos bien.
Vox rodó los ojos y negó con la cabeza, estando en desacuerdo con esa afirmación que la muñeca ha hecho.
─ Tú disfrutas de las compras, yo no.
Dijo con molestia al recordar que siempre era él quién llevaba las compras de la chica, quién pagaba todo y definitivamente no era mucho de comprar ropa nueva cada que podía, a menos que sea la muñeca quién lo obligue.
Prefería cualquier cosa antes que tener que ir a un centro comercial de nuevo, velvet se frustró un poco por eso, aunque sabía que era verdad.
─ ¡Bueno ya! ─La chica suspira─ Solo salgamos un rato, y vamos a algún evento. ─Una sutil sonrisa apareció en sus labios─ Vi que se van a realizar muchos esta noche, será divertido.
─ Mmm... quizás. ─Vox observó su celular desinteresado, aunque conocía a velvet y sabía lo insistente que era─ Veré si estoy libre.
─ No fue pregunta. ─Dice la muñeca con una expresión molesta─ Te veo después del trabajo, adiós ¡Besitos! ─Se despide con una sonrisa antes de colgar la llamada y sin dejar al otro responder─
Con la palabra en la boca el señor de los medios suspiró rendido y continuó con el trabajo, sabía que ahora estaría obligado a ir de todas formas o de lo contrario la muñeca lo haría ir a la fuerza para que deje de estar encerrado casi todo el tiempo.
Bueno, tal vez no sea tan malo salir de vez en cuando, quién sabe... tal vez hasta encuentre algo con que entretenerse en ese lugar de mala muerte.
Así que por ahora solo esperaría hasta que llegue la hora de salir del trabajo, puede que encuentre algo bueno en dicha salida.
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